Muchos intercambios como este en esta Web
Juan R. nos ha enviado más de veinte correos electrónicos cuyo contenido indica que ha leído muchos de los temas publicados en esta Web. Copiamos electrónicamente algunos, respondiendo a ciertos planteamientos, argumentos y críticas hechos por él en defensa de la teología pentecostal típica. Quizás el lector estudioso y paciente encuentre alguna luz en estos intercambios. Oramos que así sea, y que no tropiece sobre expresiones, estilos o percepciones de los dos escritores. Nueve fotografías incluidas.
Juan R. escribe…
“TOMO SUS PALABRAS COMO DOGMA. NO DICE QUE UD. CONCLUYE Y PUEDE ESTAR EQUIVOCADO, QUE DE HECHO LO ESTA.
LOS ENFERMOS DE ESE TIEMPO NECESITABAN QUE LOS “MENSAJEROS” CONFIRMARAN EL PODER DEL MENSAJE CON LOS MILAGROS Y PRODIGIOS
PREGUNTA: QUERRA DIOS “SANAR” HOY DIA” LOS ENFERMOS DE HOY SERAN MEJORES O PEORES QUE LOS ANTIGUOS?
SI SEGUIMOS LA LINEA DE PENSAMIENTO… LOS APOSTOLES PREDICARON EL EVANGELIO Y LES SIGUIERON LAS SEÑALES
UD Y YO PREDICAMOS EL EVANGELIO… Y LAS SEÑALES? EVANGELIO (PALABRA) VA UNIDO A SEÑALES QUE LO SIGUEN.
SI LOS APOSTOLES Y EVANGELISTAS (FELIPE, ESTEBAN, ETC.) PREDICABAN Y LES SEGUIAN MILAGROS ENTONCES UD. Y YO NO DEBEMOS PREDICAR PORQUE “CRISTO” NO NOS MANDO A “NOSOTROS”
YA QUE LOS APOSTOLES “PREDICARON”, Y SI TODA LA VERDAD ESTA EN LA BIBLIA, UD. NO DEBE ENSEÑAR, SENCILLAMENTE DEBE DECIRLE A LA GENTE LEAN LA BIBLIA, PUES NO LO NECESITAN,
DIGAME PARA QUE NECESITA UD. EL ESPIRITU SANTO HOY… SI YA TIENE LO PERFECTO EN LA BIBLIA.” Juan R.
Respuestas y comentarios
Todo ser humano es falible –yo, usted y los demás, incluso el Papa en Roma- y por consiguiente, puedo equivocarme en mis conclusiones, pero tal equivocación seria poco probable si reúno toda la información divina disponible sobre el tema bíblico que sea, examinándola objetivamente y razonando conforme a las leyes de la sana lógica. De no ser posible llegar por medio de tal procedimiento al entendimiento acertado, entonces habría que concluir que la verdad de Dios fuese inalcanzable. Pero, “conoceréis la verdad, y la verdad os hará libre”. Así que, estimado Sr. Juan R., le pregunto: ¿Es posible, o no, saber la verdad de Dios sobre temas que él mismo nos presenta en el Nuevo Testamento como vitales para nuestra salvación? Y usted mismo, al decir que yo estoy equivocado y que usted tiene la razón, ofreciendo argumentos, ¿acaso estaría expresándose con cierto dogmatismo?
El que los enfermos de este tiempo sean iguales a los enfermos del Siglo I, necesitando la misma sanidad milagrosa, y a través de ella, confirmación sobrenatural de que la Biblia sea verdaderamente la Palabra inspirada de Dios, lo percibo como una línea de análisis, o argumentación, que no toma en cuenta ciertas verdades del Nuevo Testamento. Por ejemplo, el apóstol Juan dice que las “señales” hechas por Jesucristo “se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre” (Juan 20:31). Así pues, si creo el testimonio de los apóstoles registrado en el Nuevo Testamento, ¿por qué habría de argumentar que Dios debiera seguir haciendo en todo tiempo de la Era Cristiana las mismas señales, incluso sanidades, hechas en el Siglo I por Cristo y los apóstoles, con tal de que las gentes de todo lugar y todo tiempo vean y crean? Judas, el hermano de Jesucristo, afirma que “la fe”, es decir, el evangelio, “ha sido dada una vez a los santos” (Judas 3). Dada una sola fe. Dada milagrosamente por medio de inspiración sobrenatural, y confirmada una vez por medio de las señales que “la seguían” (Marcos 16:20). Estas obras hechas perfectamente por el Espíritu Santo, ¿por qué habría que repetirlas para cada generación? Es más, de hacer falta que se repitieran para cada generación, entonces también para todo individuo, todo ser humano bajo el sol, durante toda la Era Cristiana. Y vamos un poco más lejos. Siguiendo esta línea de argumentación, sería del todo lógico concluir que el mismo Jesucristo debería repetir visiblemente su ministerio, crucifixión, resurrección y ascensión para todo ser humano, para que así todos y cada uno pudieran ver personalmente y creer por lo visto.
Yo predico el evangelio, y los milagros y señales me siguen. ¿Cuáles? Precisamente, los que “se han escrito” como testimonio de varones inspirados. A su vez, estos varones probaron, mediante los milagros que ellos mismos hacían, que poseían el don de inspiración divina. ¿No cree usted en el testimonio de Cristo, los apóstoles y profetas del Siglo I respecto a las señales hechas por ellos? ¿Tiene usted que ver personalmente señales para creer? ¿No cree en lo escrito?
Claro que usted y yo deberíamos predicar el evangelio. A mí Cristo no me ha dicho él personalmente, de forma audible, que vaya yo a predicar. Por cierto, la Gran Comisión fue dada originalmente por Cristo solo a los apóstoles. Pero, estos fueron instruidos por el Espíritu Santo a escoger a otros cristianos idóneos, encargándoles este glorioso ministerio, y así sucesivamente hasta el día de hoy. A mí me llamaron y adiestraron hermanos que ya eran evangelistas, y este es el proceder bíblico, según 2 Timoteo 2:1-2 y otros textos, como también ejemplos bíblicos, particularmente los del apóstol Pablo, llamando este a Timoteo y Tito a ser evangelistas y preparándolos. Suponiendo que no hubiese en determinado lugar algún evangelista que llamara y preparara a evangelistas, entonces podía uno prepararse a sí mismo estudiando cuidadosamente las instrucciones al respecto en el Nuevo Testamento, adiestrándose bíblicamente y comenzando a trabajar conforme a las directrices divinas.
El apóstol Pablo dice que “agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación” (1 Corintios 1:21). Así pues, predicamos, pero que conste: ¡No deberíamos los predicadores ni siquiera “pensar más allá de los escrito” por los apóstoles! (1 Corintios 4:6). Nuestro deber es precisamente repetir y aplicar lo que los hombres inspirados escribieron, formando sus libros y epístolas el Nuevo Testamento. No basta decir a las gentes no convertidas: “Lean la Biblia. Toda la verdad está en la Biblia. Así que, no voy a decirles nada sino que lean la Biblia”. ¿Y los que no sepan de letra, los cuales constituyeron la mayoría durante gran parte de la Era Cristiana? No, amado, el mandamiento es “predicar”, pero predicar solo lo que está en el Nuevo Testamento, sin añadir o quitar. De ahí, que no hace falta nuevas revelaciones, ni tampoco nuevas señales. “Un pacto… una vez ratificado, nadie lo invalida, ni le añade” (Gálatas 3:15). ¿Nunca ha sido ratificado el “nuevo pacto” de Cristo? ¡Claro que sí! Entonces, ¿con qué justificación pretenden usted y los demás pentecostales seguir añadiéndole?
El Espíritu Santo no obra por su cuenta sino bajo órdenes del Dios Padre y su Hijo Jesucristo. Referente a la promesa de Cristo acerca de revelar el Espíritu Santo “toda la verdad”, el Señor dice: “…porque no hablará por su cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. Él me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber” (Juan 16:13-15). Al escuchar las predicaciones de pentecostales, mi impresión es que den una prioridad extraordinaria al Espíritu Santo, una importancia desproporcional, un puesto tan alto, un rol tan sobresaliente en el plan de Dios para la humanidad, realmente mucho más allá de los papeles asignados a él por el Padre y el Hijo. En el pentecostalismo típico casi todo gira en torno al Espíritu Santo. No veo tal énfasis en los mensajes de Cristo o los apóstoles registrados en el Nuevo Testamento.
El Espíritu realiza su obra hoy día de acuerdo con las determinaciones para él hechas por el Padre y el Hijo. Si la Deidad determinó suspender los dones sobrenaturales después de revelar y confirmar a través de ellos “toda la verdad” en el Siglo I–doctrina expuesta en varios textos del Nuevo Testamento- el Espíritu Santo no continuaría dando dones. Desde luego, usted no cree en la cesación de los dones, pero yo sí, juntamente con muchos, muchos millones de creyentes, y cito textos bíblicos pertinentes para sostener mi convicción.
Además, veo claramente en las Escrituras que la obra del Espíritu Santo a favor mío no está limitada a los dones. Por ejemplo, en Romanos 8:26-27 se me instruye que el Espíritu intercede por mí. “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues que hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.” Esos “gemidos indecibles” del Espíritu no son lenguas angelicales o extáticas sino una forma de comunicarse el propio Espíritu Santo con el Padre, una comunicación imposible de traducir a idiomas de los seres humanos en la tierra. Así lo entiendo. También vemos en el texto más confirmación para lo ya afirmado, a saber, que el Espíritu obra “…conforme a la voluntad de Dios”, tal y como dice el versículo 27.
Disfrutamos también de la “comunión del Espíritu Santo” (2 Corintios 13:13), siempre y cuando no lo contristemos (Efesios 4:30), pues él mora en nosotros, al igual que el Padre y el Hijo, y de la misma manera, es decir, por la fe. Considere los textos siguientes. Romanos 8:5-11 enseña claramente que tanto Cristo y el Padre como el Espíritu Santo moran en nosotros. “Pero si Cristo está en vosotros…” (8:10). “…el Espíritu de Dios mora en vosotros…” (8:9). “…su Espíritu que mora en vosotros” (8:11). “…para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones” (Efesios 3:17). “El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él” (Juan 14:23). De manera que no solo el Espíritu Santo sino también el Padre y el Hijo moran en nosotros. ¿De qué forma? “…por la fe”, y esta fe “viene por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Romanos 10:17). Así que, no necesariamente por dones sobrenaturales sino “por la fe”. Y no una fe cualquiera, no por una fe muerta, es decir, una fe que ni obedece ni hace obras, sino por la fe que nos lleva a obedecer los mandamientos de Cristo. Precisamente, “…por la fe que obra por amor”, como dice Pablo en Gálatas 5:6.
Todo esto nos explica por qué aún necesitamos al Espíritu Santo, al igual que al Hijo y al Padre, y cómo el Espíritu sigue ayudándonos en el día de hoy por encima y aparte de los dones sobrenaturales.
“ACASO CREE UD. QUE EL ESPIRITU SANTO ESTA “INCAPACITADO” DE HACER “MILAGROS HOY” PORQUE LA BIBLIA ESTA ESCRITA.” Juan R.
Estimado amigo Ruiz, Dios el Padre, el Todopoderoso, el “solo Soberano”, es quien tiene la última palabra sobre cuándo y cómo el Espíritu participe en el programa divino de reconciliación desarrollado en el cielo para la humanidad. Usted no determina cuándo se hagan milagros por medio de dones sobrenaturales, ni tampoco yo. En el Siglo I, durante el tiempo de los apóstoles, el Espíritu Santo estaba capacitado para impartir dones espirituales, por medio de los que algunos, no todos, pudieran hacer milagros, otros, profetizar, otros, administrar a la iglesia, otros, hablar lenguas, etcétera. Esto Pablo lo explica en 1 Corintios 12. Los impartiría hasta el tiempo determinado por Dios. En Efesios 4:13 el mismo apóstol explica que aquello de los dones sobrenaturales fue “…hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”. Afirmo que la iglesia tendría el potencial de llegar a tal nivel de unidad y madurez una vez recibiera “toda la verdad”, la cual fue prometida para el tiempo de los apóstoles. ¿Estaría usted dispuesto a aseverar que la iglesia del Siglo I jamás pudiera llegar a la madurez? ¿Qué ninguna iglesia no pueda jamás llegar a la madurez durante toda la Era Cristiana? ¿Y qué Dios siga hoy día añadiendo nuevas revelaciones al Nuevo Testamento diferentes a las que componen el Nuevo Testamento escrito en el Siglo I? ¿Cuándo termina Dios de revelar “toda la verdad” y confirmarla por medio de señales?
“Y SI LOS HOMBRES ANTIGUOS NECESITABAN PERDON DE PECADOS Y SANIDAD, SERA QUE EL PODER, EL AMOR DE DIOS Y SU MISERICORDIA SE HAN TERMINADO HOY. O SERA QUE UD ES INCREDULO Y SU INCREDULIDAD LE IMPIDE A DIOS MANIFESTAR SUS DONES Y LOS MILAGROS EN “SU VIDA”. (ACUERDESE DEL PASAJE DE JESUS EN CAPERNAUM… NO PUDO ALLI REALIZAR MUCHOS MILAGROS POR LA “INCREDULIDAD” DE ELLOS).” Juan R.
Respetado Sr. Ruíz, el don de sanidad no fue dado nunca porque los hombres antiguos necesitaran ser sanados físicamente. En aquel tiempo de Cristo y los apóstoles, no todos los que obedecieron al evangelio fueron sanados físicamente, ni siquiera todos los evangelistas y demás siervos muy ocupados en las obras evangelísticas y benévolas del Reino. ¿Qué me dice de Pablo, Timoteo y Epafrodito? Los tres sufrieron enfermedades, entre otras aflicciones de la carne. Pese a su gran entrega espiritual, ¡no fueron sanados milagrosamente! Las sanidades por medio del don de sanidad fueron efectuadas fundamentalmente como señales milagrosas que confirmaban el origen divino del evangelio predicado por primera vez “a toda criatura”. Ni la sanidad física ni las demás manifestaciones sobrenaturales hechas mediante dones espirituales han sido vinculadas jamás por el Espíritu Santo al perdón de pecados. El milagro no salva; el don espiritual no salva. Más bien, el “poder de Dios para salvación” siempre ha sido, como lo es en el día de hoy, el “evangelio”. “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree…” (Romanos 1:16). Pero, usted, Yiye Ávila y los demás pentecostales forjan un enlace fuerte entre “sanidad y perdón”, “sanidad y salvación”, eslabón que el Espíritu Santo jamás elaboró. Ustedes deberían romperlo. Por otro lado, el eslabón entre bautismo y “perdón de los pecados” que Jesucristo y el Espíritu Santo forjaron, sí, en textos tales como Marcos 16:15-16 y Hechos 2:38, lo rompieron ustedes. Les animo a unirlo de nuevo en sus predicaciones.
Así que, el “poder de Dios para salvación” en el Siglo I era el evangelio, “el evangelio de verdad”, “la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación” (Efesios 1:13). Purificadas “vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu…” (1 Pedro 1:23), es decir, por la verdad revelada perfectamente por el Espíritu, pues “el Espíritu es la verdad” (1 Juan 5:6). Y este mismo evangelio, esta misma verdad, es el poder que opera hoy por hoy para salvación de quienes obedecen los mandamientos expresados en el evangelio, que es la verdad. “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es la verdad” (Juan 17:17). El amor, la misericordia, la gracia y el poder de Dios para toda la Era Cristiana se dan a conocer mediante esta verdad, la cual fue confirmada por las señales dadas para tal propósito expreso. ¿Y qué? ¿Acaso tenga Cristo que volver a sacrificarse de nuevo para cada nueva generación de la Era Cristiana? Pues, tampoco es necesario que Dios vuelva a confirmar su verdad santificadora, su evangelio salvador, mediante señales sobrenaturales para cada nueva generación.
No necesito ver dones sobrenaturales para creer. ¿Usted, sí? No necesito “milagros en mi vida” para creer en Dios, Cristo, el Espíritu Santo y la “palabra de verdad” revelada y confirmada ampliamente por la Deidad. ¿Usted, sí? “Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron” (Juan 20:29). Me considero bienaventurado sobremanera. “Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre” (Juan 20:30-31). “Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado…” (1 Corintios 1:22-23). Tal cual los judíos, los pentecostales “piden señales”. Yo no pido señales; me bastan las que “están escritas”. No predico señales, don de sanidad, don de milagros. Predico “a Cristo”, pues él es “la verdad, y el camino, y la vida” (Juan 14:6), como bien sabe usted, y “la verdad”, “la palabra de verdad”, el “evangelio de salvación”, es, recalco, el “poder de Dios para salvación”.
¿Cuál de nosotros dos sería, pues, culpable de alguna medida peligrosa de incredulidad? ¿El que insiste en ver señales y experimentar milagros en su vida, o el que está conforme con las señales confirmatorias ya hechas, confiando además en “toda la verdad” ya revelada en el Nuevo Testamento como suficiente para guiar a la salvación hecha factible mediante la sangre del Cordero vertida en la cruz?
Varios temas traídos por Juan R. Respuestas y comentarios intercalados.
“NUEVAMENTE CREO QUE CAE EN EL ERROR DE “GENERALIZAR” SIN SER “TESTIGO”, POR LO TANTO SU JUICIO ES INJUSTO.
[Esta crítica se refiere a lo que escribió Homero al decir: “Las ‘lenguas’ que se escuchan en todas las iglesias pentecostales son de la misma categoría. Se trata de lenguas extáticas o jerigonzas, las que llaman ‘angelicales’.”]
ES UD “OMNIPRESENTE” ES UD. “OMNISCIENTE” , NUNCA LO HE VISTO PRESENTE A UD. EN MI IGLESIA, NI SIQUIERA ME CONOCE A MI.” Juan R.
-Comentario. Estimado Juan R., a usted le correspondería probar que este servidor “generalice” al afirmar que todas las lenguas de pentecostales del presente son jerigonzas o extáticas. ¿Cuál idioma, lengua humana, lengua angelical, o la que sea, ha dado Dios a usted que no sea extática, que no se clasifique de jerigonza? Definirlo. Describirlo. Para convencerme de haberme equivocado como alega usted.
“TODO EL CONTEXTO DEL LIBRO DE HEBREOS ES UNO SOLO, DEMOSTRAR QUE CRISTO ES EL HIJO DE DIOS Y POR LO TANTO SUPERIOR A MOISES ( QUIEN RECIBIO LA LEY), Pero en ninguna parte el libro de hebreos enseña que “DIOS NO SEGUIRIA HABLANDO” Juan R.
-Comentario. Entonces, se deduce que usted está afirmando que Dios seguiría hablando durante toda la Era Cristiana. Asumiendo que él haya seguido hablando por usted, y si no por usted, pues bien, por otros predicadores pentecostales, ¿puede usted informarme las nuevas verdades reveladas por él a los pentecostales, verdades en adición a las del Nuevo Testamento escrito y confirmado en el Siglo I? De haber tales “nuevas verdades”, usted y los demás pentecostales estarían en el deber de publicar una nueva edición del Nuevo Testamento con sus “nuevas verdades” incorporadas en ella. Seguramente, que sí. ¿Y por qué no? ¿Por qué la renuencia ante este planteamiento que vengo haciendo hace tiempo? ¿Sigue hablando Dios hoy como hablaba mediante su Hijo y los apóstoles durante el Siglo I? ¿Dando revelaciones nuevas en adición a las del Nuevo Testamento escrito en el Siglo I? De ser así, ¡todo el mundo merece tener una nueva edición del Nuevo Testamento que contenga las supuestas nuevas revelaciones dadas en el tiempo presente! ¿Quiénes firmarán los nuevos documentos inspirados sobrenaturalmente? “La primera y la segunda epístolas de Yiye Ávila”; “La epístola de Luis Palao”; “El libro de William Seymour”; “Los libros de Tim LaHaye”.
“ADEMAS EL LIBRO APUNTA QUE CRISTO ABROGO “CON SU SACRIFICIO” TODO EL SISTEMA RITUAL DEL ANTIGUO PACTO Y TAMBIEN EL SACERDOTAL. PORQUE EL ES EL SACRIFICIO PERFECTO Y EL SUMO SACERDOTE PERFECTO, EN LO RELACIONADO AL PERDON DE PECADOS Y A LA SANTIFICACION DE LOS CREYENTES.
AHORA NO ES ALGO EXTERNO, SINO ES ALGO INTERNO, EL NUEVO PACTO “CAMBIA” DESDE EL CORAZON, NO CON LA LETRA DE LA LEY, SINO CON EL PODER DEL ESPIRITU DEL DIOS VIVO.
LAS MANIFESTACIONES DEL ESPIRITU NO SON “REVELACION”, SINO SON “MANIFESTACION”. ACASO EL “GOZO DEL ESPIRITU SANTO” NO SE PUEDE EXPRESAR CON RISAS, ¿ACASO ES PECADO REIRSE EN EL ESPIRITU?” Juan R.
-Comentario. Amado, en 1 Corintios 12:7 cada don sobrenatural dado por Dios, Cristo y el Espíritu Santo se identifica expresamente como “manifestación del Espíritu”. Así que, claramente se equivoca usted al decir que “las manifestaciones del Espíritu no son revelación sino son manifestación”. La “manifestación del Espíritu” fue dada precisamente para revelar y confirmar la verdad por medio de dones espirituales (sobrenaturales). Ahora bien, el “gozo del Espíritu Santo” no es un don sobrenatural de gozo que imparta el Espíritu sino el sentimiento que experimenta el que recibe salvación, como en el caso del eunuco de Etiopía, y que experimentamos todos nosotros los que andamos en la verdad de Dios. Bautizado por Felipe, el eunuco “siguió gozoso su camino” (Hechos 8:39). ¿Acaso deberíamos entender que siguiera su camino riéndose a carcajadas, incontrolablemente? “Regocijaos en el Señor siempre…” (Filipenses 4:4). ¿Quiere decir esta exhortación que yo y los demás creyentes deberíamos estar riéndonos a carcajadas por ahí siempre? ¿Todo el tiempo? El cristiano que quisiera expresar su gozo por la salvación, dando gracias verbalmente y sonriendo sanamente, que lo haga siempre y cuando deseara, o cuando sea apropiado. Que estallara con carcajadas descontroladas sería otro billete de veinte. Dios nos ha dado el “espíritu… de dominio propio” (2 Timoteo 1:7). “Hágase todo decentemente y con orden” (1 Corintios 14:40). Estos textos, y otros parecidos, vetan estallidos emocionales como de loco.
“UNA ULTIMA PREGUNTA, SI LOS APOSTOLES NOS DEJARON TODA LA VERDAD… ESCRITA PARA QUE UD.PIDE “ILUMINACION” DE DIOS, SI LA “VERDAD” ESTA REVELADA. ACASO FUE REVELADA “IMPERFECTAMENTE”.” Juan R.
-Comentario. “…toda la verdad” dada por el Espíritu Santo fue revelada perfectamente, pero mi facultad intelectual de entendimiento no es perfecto, como tampoco el suyo, y de ahí la importancia de pedir lo mismo que el apóstol Pablo pidió para los efesios, a saber, que Dios nos “dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos…” (Efesios 1:17-19). Dones sobrenaturales fueron impartidos a miembros de la iglesia en Éfeso (Efesios 4:9-16), pero por su condición humana de imperfección hacía falta que Dios alumbrara los ojos de su entendimiento de forma providencial en adición a la verdad perfecta que recibieron por medio de los dones. La Palabra de Dios es perfecta. ¿Discrepa o concuerda usted? El texto del Nuevo Testamento es inspirado por Dios, y por lo tanto, ha de calificarse de perfecto. ¿Discrepa o concuerda usted? Entender cada lector u oyente las palabras del Nuevo Testamento, su significado, su sentido, sin tergiversarlas, ¡ahí está la problemática! Nuestro intercambio realza esta problemática. Usted lee las palabras del Nuevo Testamento, interpretándolas de acuerdo con su conocimiento, ya mucho ya poco, del Nuevo Testamento y su entendimiento intelectual del significado y sentido de las palabras, quizás introduciendo, aun inconscientemente, ideas de otros predicadores, comentaristas, etcétera. Yo hago lo mismo. El que ambos nos equivoquemos no significa que la palabra misma del Nuevo Testamento no sea perfecta. La palabra misma del Nuevo Testamento sigue siendo “incorruptible” (1 Pedro 1:21), no alterando su pureza y perfección cualquier interpretación mía o suya. A estos factores se debe la necesidad de seguir escudriñándola hasta entenderla correctamente, y cuando dos, o doscientos, o doscientos mil, o doscientos millones, la entienden correctamente pueden entonces hablar “una misma cosa” (1 Corintios 1:10; Santiago 1:5; 3:17). Así que, pido a Dios “sabiduría e inteligencia espiritual” (Colosenses 1:9) para poder “discernir espiritualmente” (1 Corintios 2:14).
1 Timoteo 4:16).">
Y SI EL ESPIRITU PROSIGUE EL MINISTERIO “REVELADOR” O “ENSEÑADOR DE LA VERDAD” PORQUE NO “SIGUE MANIFESTANDO LAS SEÑALES” Y “LOS DONES” Y LOS “FRUTOS DEL ESPIRITU”
ESTA ERRADO MUY ERRADO … Y NO QUIERE VER LA “VERDAD”
EL “PODER” DE DIOS SIGUE ACTIVO HASTA QUE CRISTO VENGA CON TODA SU GLORIA…
LA “DISPENSACION” DE LA IGLESIA NO SE HA TERMINADO. POR LO TANTO LOS DONES SIGUEN VIGENTES.
PORQUE MIENTRAS HAYA CUERPO DE CRISTO. ESTA ESCRITO EN LA BIBLIA
1Co.12.27. Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.
1Co.12.28. Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sana, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas.
1Co.12.29. ¿Son todos apóstoles? ¿son todos profetas? ¿todos maestros? ¿hacen todos milagros?
1Co.12.30. ¿Tienen todos dones de sanidad? ¿hablan todos lenguas? ¿interpretan todos?
1Co.12.31. Procurad, pues, los dones mejores. Mas yo os muestro un camino aun más excelente.
NO ME PUEDE NEGAR QUE LA “VERDAD” QUE UD DEFIENDE ENSEÑA SIN LUGAR A DUDAS QUE LOS MIEMBROS DEBEN TENER DONES Y MIENTRAS HAYA IGLESIA Y MIEMBROS HABRAN DONES QUE EL ESPIRITU SANTO DEBE MANIFESTAR.” Juan R.
-Comentario. De acuerdo: el poder de Dios sigue activo hasta que Cristo venga. ¿Cuál poder? El del evangelio, disponible para todo aquel que obedezca y siga fiel. No el poder de los dones sobrenaturales. Referente a lo demás que escribe usted, incluso los textos citados, este servidor ya ha preparado varios estudios, los cuales están disponibles en www.editoriallapaz.org/espiritu_santo_compilacion.htm.
Juan R. ha recibido el don de lenguas
“YO MISMO HE RECIBIDO “MANIFESTACION DE HABLAR EN LENGUAS”
Y ME OCURRIO LO QUE LE PASO A ALGUNOS CORINTIOS (Y NO ERAN DONES FALSOS)
PORQUE LAS HE HABLADO, PERO NO LAS ENTIENDO, POR LO TANTO NO ME PARO EN MEDIO DE LA IGLESIA Y DIRIGIENDOME A LA CONGREGACION, NI MENOS “PROCURANDO PARECER” QUE ESTOY PROFETIZANDO O ALGO ASI, PORQUE DIOS NO ME HA ENVIADO, Y LA BIBLIA ENSEÑA QUE UN PROFETA, SOLO DEBE HABLAR SI DIOS LE MANDA Y LE ENTREGA UN “MENSAJE PARA SU PUEBLO”, NO TENGO LA JACTANCIA DE PROFETIZAR PORQUE SOLO ME ESTOY EDIFICANDO POR MEDIO DE LA LENGUA QUE EL ESPIRITU SANTO MANIFIESTA.” Juan R.
Comentario
Interesante. Entonces, le ruego explicarme cómo puede usted edificarse a sí mismo por medio de una lengua que usted mismo no entiende ni puede traducir. Esto no es un intento de mi parte de ponerle entre la espada y la pared sino que real y sinceramente quisiera entender tal fenómeno.
Correo de Juan R., pentecostal. Hablar el Espíritu Santo con uno
“Por último sería bueno que en su WEB indique que efectivamente no es dogmático porque en general, Lo que escribe y cómo escribe lo presenta como DOGMA.
Una pregunta. Ud. cree que el Espíritu Santo por alguna necesidad particular, puede hablarnos “personalmente” sin mediar lo revelado en la Biblia. Por ejemplo en una situación similar a la de Felipe con el Eunuco. Que Dios me mande a un lugar y deba hablarle a alguien en particular y tenga que elegir entre varias personas, Voy a necesitar que me “diga” exactamente a quién debo hablar, Ud. cree que es posible? Porque Dios es el mismo cierto?
Favor responder.” Juan R.
Respuesta
De verdad, siento proyectarme como “dogmático”. Trataré de cuidarme más en los escritos para no transmitir tal impresión.
Creo en la ayuda providencial de Dios, Jesucristo y el Espíritu Santo para mi vida personal y ministerios en el Reino. Otro asunto sería la intervención milagrosa como en el caso de Felipe y el eunuco. Mi convicción fuerte es que los dones sobrenaturales cesaron una vez revelada “toda la verdad” y confirmada la misma mediante las señales que la seguían. Igualmente, cesaron, creo, otras manifestaciones o intervenciones sobrenaturales, por ejemplo, las apariciones de Cristo, como a Saulo de Tarso, o trasladar físicamente, de forma sobrenatural, al evangelista Felipe del lugar donde se hallaba al camino por el cual iba el eunuco, o que aparezcan ángeles de Dios, interviniendo para unir al predicador con prospectos para salvación, como en el caso del centurión. Y usted, ¿cree que Dios traslade físicamente, de forma sobrenatural, a sus siervos a lugares donde él quisiera que evangelicen? ¿Qué no tengan que viajar por automóvil, tren o avión? ¿Qué no tengan que caminar siquiera?
Al decir “providencial”, quiero decir que oro mucho, todos los días, que Dios me guíe en su obra, incluso en este intercambio con usted, y confío en su apoyo por vía de medios no sobrenaturales. Él no me ha dicho en voz audible que responda a las preguntas que usted me está planteando, pero me da, así confío, la inteligencia espiritual para saber a quién responder, y a quién no. Por ejemplo, no acostumbro responder a personas que solo lanzan acusaciones sin ningún argumento o prueba. Por otro lado, la Gran Comisión de Jesucristo es que se predique el evangelio “a toda criatura”, que reguemos la buena semilla dondequiera, y estoy esforzándome para poner de mi parte, utilizando en esta época de mi vida mayormente el Internet. En todo esto, Dios es quien da el crecimiento, porque la Palabra de Poder es suya, y confío en que la haga llegar a corazones sensibles que ansían conocerla para salvación.
Sus preguntas merecen respuestas mucho más amplias, pero por el momento no sigo abundando.
Correo de Juan R., pentecostal. Enfoque sobre lenguas extrañas
“LO UNICO QUE LE VOY A DECIR SIN TEMOR A EQUIVOCARME ES QUE DIOS NO HA CAMBIADO…
Y ASÍ COMO ACTUALMENTE HAY LENGUAS Y DONES DEL ESPIRITU SANTO… QUE ESTA TODAVIA EN LA TIERRA Y EN LOS “CREYENTES VERDADEROS”
EL DIABLO HA FALSIFICADO TAMBIEN LAS MANIFESTACIONES, PARA QUE PERSONAS COMO UD. NO CREAN QUE REALMENTE
DIOS LES DA A SUS HIJOS, COMO LA BIBLIA LO ENSEÑA EL ESPIRITU SANTO CON LAS MANIFESTACIONES Y FRUTOS QUE EL HA DADO A LA IGLESIA.
COMO SE DISCIERNE, POR UNA REGLA SENCILLA. LA MANIFESTACION GLORIFICA A DIOS? EDIFICA A LOS OTROS CREYENTES? HAY ARREPENTIMIENTO? HAY CAMBIO DE VIDA? HAY HUMILDAD? HAY AMOR? HAY SANTIDAD?
HE VISTO HABLAR EN LENGUAS, “RISAS” Y “DANZAS EN EL ESPIRITU” Y EN UNA ARMONIA CON LA ALABANZA Y ADORACION A DIOS,
Y NOSOTROS EN MI IGLESIA TAMBIEN CANTAMOS A CAPELA…” Juan R.
Respuesta
Amado, de acuerdo, Dios no ha cambiado. No ha cambiado nunca en lo referente a sus atributos divinos. Pero, sí, definitivamente, ha cambiado leyes, y ha cambiado su forma de comunicarse con los humanos. “Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley”(Hebreos 7:12). “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo…” (Hebreos 1:1-2).
Las “lenguas” que se escuchan en todas las iglesias pentecostales son de la misma categoría. Se trata de lenguas extáticas o jerigonzas que llaman “angelicales”. Pero, todas son de la misma naturaleza. Así que, ¿cómo explicar que algunas de ellas sean falsificaciones hechas por el diablo y otras sean genuinas? ¡Todas son iguales! No son idiomas, o lenguas natales, como en Pentecostés, cuando cada oyente oía a los apóstoles hablar en la lengua en la que había nacido. Lea, por favor, Hechos 2:5-13.
El mensaje de los pentecostales contiene algunas verdades del Nuevo Testamento, y estas verdaderas resultan en cambios en la vida de personas que las creen. Por ejemplo, el arrepentimiento, la ira de Dios contra el pecado y la necesidad de cambiar, de humillarse, de amar al prójimo, de vivir en santidad, apartado del pecado. Pero, estos frutos no significan que el resto del mensaje típico pentecostal sea bíblico, por ejemplo, que las lenguas jerigonzas sean lenguas habladas por el verdadero poder, o don, de Dios. Los distintos evangelios predicados por algunas iglesias protestantes y evangélicas, aun por la mormona y los testigos de Jehová, resultan en cambios morales en muchas personas, pero ello no quiere decir que estén predicando el verdadero evangelio de Cristo. Y asimismo los distintos evangelios predicados por pentecostales.
Respecto a la adoración, esta ha de ser “en espíritu y en verdad”, pues Dios busca a adoradores que le adoren “en espíritu y en verdad” (Juan 4:23-24). El “don de risas” y “danzas en el Espíritu” no pertenecen a “toda la verdad” revelada por el Espíritu Santo. No hay evidencia alguna de su existencia en la iglesia del Siglo I.
Correo de Juan R., pentecostal
“En primer lugar el contexto sobre el cual el apóstol declara lo que discutimos (lo perfecto) cuando venga, no es la revelación que ellos estaban recibiendo. Sino la relación del amor.
Y lo que ud. sigue afirmando indica que los dones entregaban el conocimiento, pero qué sucede con los dones de sanidad y milagros?
¿Ud. cree en la existencia del diablo y los demonios? Según sus investigaciones, que no sería revelación, sino “estudio”. Qué me cuenta.
Por último según su sentido común los versículos mencionados están hablando de lo mismo, yo digo que sí
1Co.13.12. Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido.
1Ju.3.2. Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.” Juan R.
Respuestas y comentarios
Una vez más reiteramos que los dones de sanidad y milagros confirmaron el origen divino del evangelio predicado por Cristo y los apóstoles. “Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían. Amén” (Marcos 16:20). Fíjese: las señales seguían la palabra. “…la seguían” ¿Por qué “…la seguían”? Para confirmarla.
Creo en la existencia del diablo y demonios. He preparado varios estudios sobre la obra de los demonios en el tiempo de Cristo. www.editoriallapaz.org/demonios_desglosedelecciones.htm
Desde luego que hay conocimientos reservados por Dios para sí mismo, los cuales no se revelan en el Nuevo Testamento, y estos incluyen no solo la naturaleza precisa del cuerpo glorificado que tendremos sino también la fecha de la segunda aparición de Jesucristo, dato que ni siquiera conoce el Hijo ni los ángeles. Más sin embargo, el pleno y perfecto conocimiento que me hace falta para conocer la voluntad de Dios, agradable y perfecta (Romanos 12:2) para mí en esta vida terrenal se ha revelado sí en el Nuevo Testamento. Los apóstoles fueron guidados a “toda la verdad” y esta verdad completa y perfecta es mía a través del Nuevo Testamento. ¿Estaría usted dispuesto a afirmar que el Espíritu Santo no cumpliera la encomienda de guiar a los apóstoles a “toda la verdad” (Juan 16:13)? ¿Es “toda la verdad” la perfecta verdad para la iglesia, todo el conocimiento que a la iglesia le hace falta, en fin, “lo perfecto” para la iglesia? ¿O es “toda la verdad” solo una parte de la verdad, una parte del conocimiento que a la iglesia le hace falta para llegar a ser “un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Efesios 4:13)? Piénselo bien, amado.
Este intercambio ha sido edificante para mí, orando que lo haya sido para usted también.
Dios guarde nuestros corazones en paz,
Homero Shappley de Álamo
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