Sana doctrina. Muchos estudios e intercambios sobre el plan de salvación y la iglesia.

La iglesia ideal, según Dios

Adoración en espíritu y en verdad según el Nuevo Testamento

 

¿QUE HAY DE MALO CON LOS DRAMAS?

 

 
ABBA-DRAMA. Chile.
 

 

Por Douglas Alvarenga

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www.lasiglesiasdecristo.wordpress.com

INTRODUCCIÓN

Adorar a Dios es uno de los privilegios más grandes que se le ha concedido al ser humano; especialmente, a los que se han sometido a Dios mediante la obediencia al evangelio (Marcos 16:15-16; cf. Hechos 2:38, 41; 8:36-39; 22:16; Romanos 6:1-4; I Corintios 15:1-4). Para que la adoración a Dios pueda ser aceptable debe ser hecha en “espíritu” (es decir, de corazón) y “en verdad” (es decir, conforme a la Palabra de Dios), según las palabras del apóstol Juan, el discípulo amado de Jesucristo, en Juan 4:24. Hay ciertos actos de adoración que Dios autoriza en Su Palabra. Estos actos de adoración autorizados por Él son: 1) El canto, sin instrumentos musicales, (Efesios 5:19; Colosenses 3:16; Hebreos 13:15), 2); La oración (I Tesalonicenses 5:17; Efesios 6:18), 3); La Santa Cena (Mateo 26:26-28; I Corintios 11:23ss.), 4); La ofrenda (I Corintios 16:1-2; II Corintios 9:6-7), y 5) La predicación de la Palabra de Dios (Hechos 2:42; I Corintios 1:21; II Timoteo 4:1-2). Estos actos de adoración son muy sencillos y lo único que Dios requiere, para poder llevarlos acabo de una manera aceptable ante Él, es entregar el corazón en cada uno de ellos y cumplir con ellos de una manera que esté de acuerdo con Su voluntad, la cual nos ha sido revelada por Él mismo en la Biblia (Proverbios 23:26; I Pedro 4:11; II Timoteo 3:16-17).

 

EL PROBLEMA CRECIENTE

 

Adorar a Dios es algo muy sencillo por naturaleza. Desafortunadamente, hay muchas personas que no aceptan esta sencillez y han optado por añadir ciertas innovaciones a cada uno de los actos de adoración. Estas innovaciones se han convertido en un problema creciente en la iglesia del Señor, e incluyen, mas no están limitadas a: (1) instrumentos musicales, (2) aplausos [Ej. Para cantar, para el predicador o para los visitantes], (3) apagar las luces y prender velas mientras se participa de la Santa Cena, (4) cantar durante la Santa Cena, y (5) dar el micrófono a las mujeres que tienen “buena voz” para que cuando la congregación esté cantando, la voz de ellas se acentúe más que las otras voces. Estas son algunas entre tantas innovaciones que están siendo implementadas en los servicios de adoración, y que no encuentran respaldo bíblico. Pero hay otra innovación que se está volviendo muy popular en los servicios de adoración a Dios y que, como las demás innovaciones, tampoco encuentra respaldo bíblico. A esta innovación se le conoce como “Los Dramas”. Y el propósito de este artículo es mostrar evidencia del por qué los “dramas” no están autorizados por la Palabra de Dios y que debido a eso deben ser sacados inmediatamente de los servicios de adoración.

 

 

EL DRAMA – DEFINICIÓN Y ANTECEDENTES

Según la definición griega clásica, drama: “es la forma de presentación de acciones a través de su representación por actores y por medio del diálogo [Drama en wikipedia.org]. También, la palabra “drama” viene del término griego “drama” y significa “acción”. El Diccionario de la Lengua Española define “drama” de la siguiente manera, “Obra literaria que se caracteriza por el empleo exclusivo del diálogo entre los personajes y que está escrita para ser representada en un espacio escénico.” [Diccionario de la Lengua Española en línea. Una rama de los dramas es el “Sketch”, el  que también está siendo implementado en los servicios de adoración. La palabra “Sketch” significa: “Historieta, escena o pieza breve independiente, por lo común de carácter humorístico o sarcástico, que forma parte de un espectáculo o de una obra de teatro, cine o televisión.” [Diccionario de la Lengua Española en línea].

Ahora, procedamos a ver un poco de información acerca de los antecedentes del drama. El drama es una forma de entretenimiento que se originó con los griegos. Los griegos eran los  maestros del drama. Toda actuación y todo drama que existe ahora es simplemente una variación de lo que los griegos originaron [Miller, Dave (1996), Piloting The Strait -A Guidebook For Assessing Change in Churches of Christ, Página  242, Sain Publications]. El drama, sin duda alguna, era un medio “culturalmente relevante” en la cultura greco-romana. Sin embargo, como observaremos a continuación, el drama no fue algo que los cristianos del primer siglo emplearan para proclamar el evangelio.

 

¿QUÉ HAY DE MALO CON LOS DRAMAS?

Hay muchas personas que hacen la pregunta: “¿Qué hay de malo con los dramas?¿Acaso la Biblia habla específicamente en contra de ellos?” La respuesta es no, pero el tema de los dramas, al igual que otros temas (Ejemplos: Drogas, apuestas, etc.), debe ser tratado a la luz de principios bíblicos. Nosotros debemos tener en mente que existen principios divinos que debemos comprender antes de tomar la decisión de incorporar actos adicionales en el servicio de adoración a Dios.

A continuación, observemos algunos principios que nos pueden ayudar a ver la razón por la cual los dramas no están autorizados por la Palabra de Dios. Primeramente, usar el sentido común. El sentido común es algo que Dios nos dio (Job 38:36; Proverbios 2:6; Isaías 44:19) y al usarlo no tardaremos mucho en darnos cuenta que la misma definición de la palabra “drama”, o “sketch”, va en contra del plan de Dios para proclamar el evangelio. Observemos, una vez más, la definición de “drama” dada por el Diccionario de la Lengua Española. Drama: “Obra literaria que se caracteriza por el empleo exclusivo del diálogo entre los personajes y que está escrita para ser representada en un espacio escénico.” De esta definición sacamos las siguientes conclusiones: (1) Un drama es una obra literaria, (2) un drama se caracteriza por el empleo exclusivo del diálogo entre personajes, y (3) un drama es una obra escrita para ser representada en un espacio escénico. Ahora, ¿cómo es que esto va en contra del plan de Dios para proclamar el evangelio? La respuesta, usando nuestro sentido común, es muy sencilla.

-Primeramente, la Biblia no es una obra literaria que se caracteriza por el empleo exclusivo del diálogo entre personajes, ni mucho menos fue escrita para ser representada en un espacio escénico.

-En segundo lugar, Cristo dijo: “Id y predicad el evangelio…” (Marcos 16:15). Él no dijo: “Id y actuad el evangelio”.

-En tercer lugar, la Biblia misma, en I Corintios 1:21, nos enseña que “agradó a Dios, mediante la necedad de la predicación (el mensaje predicado), salvar a los que creen”. La Biblia no enseña que le “agradó a Dios mediante la necedad de la actuación, salvar a los que creen”.

-Por ende, podemos aprender, mediante el uso del sentido común, que Dios nos dio la Biblia para conocer el mensaje de salvación y predicarlo, no actuarlo. Recordemos las palabras del apóstol Pablo en Romanos 1:15, donde el escribió: “Así que, por mi parte, ansioso estoy de anunciar el evangelio también a vosotros que estáis en Roma”. ¿Por qué, a pesar de que el drama era muy común en los tiempos de Pablo, él no dijo “ansioso estoy de actuar el evangelio”? La respuesta, usando nuestro sentido común, es muy sencilla: ¡Porque ni Dios ni Cristo nos enviaron a actuar el mensaje de salvación, sino a predicarlo! “Si alguno habla que hable conforme a las palabras de Dios…” (I Pedro 4:11). Por lo tanto, ¡Ay de nosotros si no predicamos el evangelio! (I Corintios 9:16).

En segundo lugar, los dramas no traen gloria a Dios, sino a los actores que forman parte del drama, el que sea. El siguiente comentario por el hermano Wayne Jackson ilustra este principio: “En el sermón en el monte, Cristo advirtió acerca del peligro de convertir la adoración en una producción teatral. ‘Cuidado’, advirtió el Señor, ‘de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos.’ Cristo ilustró esta verdad mencionando varios elementos de adoración que formaban parte del sistema judío (dar limosnas, orar y ayunar). Él condenó las acciones de algunos que ponían su adoración en exhibición para atraer la atención de otros. Él los catalogó de hipócritas (Mateo 6:2, 5, 16). Jesús fue directo al corazón del asunto cuando expuso sus intenciones a la luz”. Nuestro hermano Wayne Jackson añade: “Ellos, en vez de buscar sinceramente honrar a Dios, buscaban ‘ser vistos’ por otros. La expresión griega es “theathenai” y de ella el comentarista A.T. Robertson dice: ‘La palabra castellana teatral es esta misma palabra, una actuación de espectáculo’ (Página 50).” [Tomado de “The Growing Trend of Performance Worship”, por  Wayne Jackson; Traducido y adaptado al Español por D. A. www.christiancourier.com].

-Además de esto, nuestro hermano Wayne Jackson menciona que cuando se crea un ambiente, dentro del servicio de adoración de los santos, donde uno busca exhibir sus habilidades de actuación, y el aplauso del público es solicitado, es allí, en ese momento, donde las instrucciones de nuestro Salvador han sido enormemente violadas. Cuando una persona hace ese tipo de cosas, nuestro Señor Jesucristo dice que esa persona “ya ha recibido su recompensa” (Mateo 6:2). En el idioma griego, esta expresión sugiere que la persona “ha recibido su pago completo”. Acerca de esto, el Señor William Barclay comentó: “…lo que Jesús está diciendo es que aquellos que dan limosna, oran y ayunan procurando deliberadamente la admiración de los hombres, reciben esa admiración – y nada más. Es decir, la admiración de los hombres es su pago completo. Ya no tienen nada más que reclamar”. [Barclay, William (2002), Palabras Griegas del Nuevo Testamento, Página 41, Casa Bautista de Publicaciones].

En tercer lugar, los dramas minimizan el poder de la Palabra de Dios. En cierta ocasión, cierto hermano dijo que en su congregación empezaron a usar dramas porque “los jóvenes de la congregación se aburren con la predicación y si ellos no vienen a Cristo por la predicación, posiblemente vengan a Él por medio de los dramas”. Esto, hermanos, es un insulto a la Palabra Santa dada por nuestro Dios. Si a un joven le aburre la Palabra de Dios y necesita ser  entretenido con un “drama” o “sketch” para “sentir el deseo” de venir a Cristo, ¿qué fue en realidad lo que lo trajo a Cristo? La respuesta es: “el Drama”. ¿Qué pasa si le quita el entretenimiento, o sea, el drama? La respuesta es obvia; este joven se alejará de la iglesia porque nunca entró a ella por amor a la Palabra, sino por amor al entretenimiento [por ejemplo, el drama].

-Hermanos, la Palabra de Dios no necesita de “dramas” o “sketches” para convencer a las personas que deberían venir a Cristo y obedecer al evangelio para poder ser salvas. La misma Biblia nos dice que “El evangelio es el poder de Dios para salvación” (Romanos 1:16), y Dios mismo, por medio del profeta Isaías dijo: “Porque como descienden de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelven allá sino que riegan la tierra, haciéndola producir y germinar, dando semilla al sembrador y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca, no volverá a mí vacía sin haber realizado lo que deseo, y logrado el propósito para el cual la envié” (Isaías 55:10-11). ¿Acaso estas personas están queriendo decir que el evangelio ya no tiene poder y que necesita de “dramas” para ser más efectivo? ¿Acaso están diciendo estas personas que la palabra de Dios necesita ayuda para lograr el propósito para el cual Él la envió? Si esto no es lo que ellos están tratando de decir, entonces, ¿qué es lo que están tratando de decir?

La verdad, hermanos, es que los “dramas” no contribuyen en lo absoluto a la proclamación del evangelio sino, al contrario, minimizan la proclamación de este y se enfocan en entretener a la gente. Como nuestro hermano Dave Miller verazmente escribió, los dramas “transforman la proclamación del evangelio en un deporte de espectadores” [Miller, Dave, p. 243].

Y, en cuarto lugar, el testimonio de la historia de la iglesia está en contra de los dramas. Varios historiadores entre el Primer Siglo y el Cuarto rechazaron la práctica de los dramas como parte de la adoración a Dios, porque la gente se enfocaba en aplaudir la actuación desempeñada por los actores en vez de enfocarse en el mensaje que estaba siendo presentado, entre ellos,  Tertuliano (160-220 d. C.) y Crisóstomo (347-407 d. C.). Además, el Señor John F. Hurst, en su libro de historia de la iglesia menciona que la iglesia “se vio forzada a satisfacer los antojos de la gente” empleando dramas, debido a que estos eran tan populares en la época cuando el cristianismo llegó a ser reconocido por el estado (Hurst, Página 922). Por lo tanto, si no se aprobaban los dramas en aquella época, ¿por qué debemos aprobarlos ahora solo porque la gente tiene el deseo de ser entretenida en vez de dedicarse a adorar a Dios con la sencillez que Él demanda mediante Su Palabra? (Juan 4:24) ¿Acaso se repetirá la historia otra vez? Esperemos en Dios que esto no sea así.

 

CONCLUSIÓN

Los dramas, al igual que muchas otras innovaciones, no están aprobados por Dios para ser añadidos en los servicios de adoración. Simplemente no hay lugar para dramas, sketches o actuaciones en la adoración a Dios de la iglesia. Al igual que nuestro hermano Dave Miller, concluimos citando las palabras del apóstol Pablo. Palabras que nos pueden ayudar a eliminar, de una vez por todas, los dramas y las diversas innovaciones que la gente con mentalidad carnal quiere añadir a los servicios de adoración. El apóstol inspirado por el Espíritu Santo de Dios escribió: “Te encargo solemnemente, en la presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos, por su manifestación y por su reino: Predica la palabra; insiste a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con mucha paciencia e instrucción. Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oídos, acumularán para sí maestros conforme a sus propios deseos; y apartarán sus oídos de la verdad, y se volverán a mitos. Pero tú, sé sobrio en todas las cosas, sufre penalidades, haz el trabajo de un evangelista, cumple tu ministerio” (II Timoteo  4:1-5 LBLA).

 

 

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