Para el sitio de Internet editoriallapaz.org

Declaración sencilla de identidad

y propósito

 

Un anciano sostiene la Biblia en sus manos, leyéndola, fotografía que ilustra la Declaración sobre quien es cómo funciona un evangelista según el Nuevo Testamento de Cristo.

 

A. El administrador del sitio de Internet www.editoriallapaz.org: Homero Shappley de Álamo.

B. ¿Quién es Homero Shappley de Álamo?

Solo importa mi identidad espiritual. Me solidarizo con el sentimiento expresado por el apóstol Pablo: “De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así” (2 Corintios 5:16). Plenamente convencido de la gran sabiduría que esta norma encierra, decidí no poner en el esta Web fotografías de mi persona, u otros datos personales de la misma índole.

Para las visitas a www.editoriallapaz.org, mi identidad espiritual se revela mediante todo lo que escribo. Todo el material disponible en esta Web, con la excepción de los artículos cuyos autores son identificados, ha sido preparado por este servidor. Mi anhelo ferviente es que los recursos redunden en beneficio de cada persona que nos digne con su visita. De producir buenos frutos, pues, para el Señor toda la gloria y honra, ya que de él es, esclusiva y plenamente, el poder de la Verdad divina.

Los miembros de la congregación donde me congrego regularmente conocen no solo mi identidad espiritual sino también a mi persona corporal, incluso mi andar, mi testimonio moral, mis obras en el Reino de Dios, etcétera.

¿Cuáles son mis títulos? En realidad, no ostento ninguno. Mi función en la iglesia del Señor es la de evangelista (2 Timoteo 4:5). Ser “evangelista” no es ser “el pastor”, o “el ministro”, de una iglesia local, sino dedicarse a la proclamación del evangelio puro, reuniendo a los convertidos en congregaciones y organizando estas conforme a las instrucciones de Tito 1:5-10 y 1 Timoteo 3:1-13, como también de acuerdo con el ejemplo de Hechos 14:23. Bernabé y Pablo “constituyeron ancianos en cada iglesia”. Una pluralidad, y no uno solo.

Escudriñando en el Nuevo Testamento los procedimientos y las instrucciones de los apóstoles y evangelistas, veo que ninguno se sometía a “concilios”, “ministerios” o “juntas”, con oficiales no nombrados en la revelación de Dios para la iglesia. Así pues, no me debo, ni me vendo, a “concilio religioso” alguno.

A todo evangelista sincero le suplico trabajar independientemente de concilios, ministerios o imperios religiosos gobernados por oficiales con títulos pomposos, por la sencilla razón de que semejantes organizaciones Dios no las autoriza para su iglesia. Además, su audaz enseñoreo e incesantes mercaderías son causa de interminables tropiezas y escándalos, tanto para el pueblo que busca de Dios como para el que se opone a Dios.

Habiendo sido llamado a ser “evangelista” por hermanos que seguían la instrucción del apóstol Pablo en 2 Timoteo 2:2, estoy esforzándome para ser “obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” (2 Timoteo 2:15).

En el rol de “evangelista”, mi sagrado deber es cumplir la Gran Comisión. Por lo tanto, siempre predico no solo la fe sino también el arrepentimiento y el bautismo como requisitos para alcanzar el perdón de pecados

“Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuera bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado” (Marcos 16:15-16).

Cualquier “evangelista” que no predique este evangelio exactamente así, incluso el bautismo como esencial “para perdón de los pecados” (Hechos 2:38), ¿qué esperanza puede albergar de ser “aprobado” (2 Timoteo 2:15)?

¿Cuáles son mis “credenciales” de “evangelista”“De mí mismo en nada me gloriaré”, escribe el apóstol Pablo (2 Corintios 12:5), y este es mi parecer. Sin embargo, para que ninguno me tenga como “neófito”, o mero “teorizador” sin experiencias reales, anoto algunas de mis “credenciales”, dando honor a Cristo por haberme tenido digno de obtenerlas:

Más de veinte congregaciones en cuyo establecimiento y organización tuve el privilegio de hacer un rol clave.

Miles de conversiones atribuidas, por lo menos en parte, a los materiales preparados bajo nuestra iniciativa, incluso más de…

30,000,000 de folletos, libritos, libros, estudios bíblicos y cursos bíblicos impresos.

Más de 350,000 casetes, etcétera.

Programas radiales por muchos años.

Servir de maestro en una escuela de capacitación para líderes espirituales durante aproximadamente veintitrés años corridos.

Predicador de numerosas campañas evangelísticas.

Evangelismo por el Internet a través de www.editoriallapaz.org, www.iglesia-de-cristo.com y www.apocalipsis.co, con 20,046,693 visitas hasta el 31 de marzo de 2019.

Esto, con abundantes pruebas, algunas severas, tropiezos, torpezas, tentaciones, obras que rindieron poco o ningún fruto, oposición de espíritus contrarios, etcétera. Pero, sigo en pie, gracias a la fortaleza que encuentro en Dios y Cristo.

No procuro promocionarme a mí mismo sino glorificar a Cristo, anunciando y enseñando su evangelio puro.

No procuro “seguidores” para mí, ni para los sitios de Internet donde ofrecemos materiales espirituales.

Quien piense aliarse o identificarse con este servidor con miras a recibir sostenimiento monetario, etcétera, saldrá decepcionado.

No me interesa en nada formar un “imperio” en torno a mi persona. El único “imperio” que fomento es el “reino de Dios y de Cristo”.

No tengo “iglesia propia”, ni estoy frente a “movimiento” alguno. Me identifico con las congregaciones comúnmente llamadas “iglesias de Cristo”, las que se sujetan al Nuevo Testamento, y no al Antiguo, teniendo la gran mayoría de ellas el propósito de enseñar y practicar lo mismo que la iglesia del siglo I, conforme al modelo ideal que se revela en los escritos inspirados de los cristianos llenos del Espíritu Santo.

¿Encuentra usted bíblica la doctrina que sostenemos? ¿Desea unirse a nosotros? De poder servirle este servidor, con alegría le dirigiré a la congregación bíblica más cercana. 

Estoy convencido de que existe “una iglesia verdadera”, en contraste con otras que no lo sean, concepto que ofende, comprendo, a no pocos. Pero, razono que Cristo fundó una iglesia, y que ella ha de ser verdadera, pues la obra efectuada por Cristo mismo no puede ser falsa. Él, más nadie, sabe con certeza quiénes integran su iglesia verdadera. Con todo, los seres humanos podemos saber los rasgos esenciales de su iglesia verdadera, pues si no, ¿para qué servirían las leyes dadas a la iglesia o las advertencias contra la apostasía halladas en el Nuevo Testamento?

A causa del elemento humano, ninguna congregación es perfecta en el sentido absoluto de este concepto, y esto es así, aunque se enseñe con pureza la “doctrina de Cristo”, estribando la dificultad en aplicar perfectamente esta “sana doctrina” necesaria para salvación (1 Timoteo 4:16).

No soy una “voz oficial” de estas congregaciones cuyo noble propósito es ser la continuación auténtica de la iglesia que Cristo fundó. Nuestra única “voz oficial” es la de los apóstoles, profetas, evangelistas y maestros que escribieron por inspiración el Nuevo Testamento.

C. ¿Por qué el nombre “Editorial La Paz”?

Este nombre solo identifica una obra evangelística de las iglesias de Cristo.

No se trata de una organización como tal. No hay oficiales.

En definitiva, no se trata de una “casa publicitaria”. No vendemos nada. El costo de la producción de impresos, casetes, discos compactos, etcétera, lo cubren algunas congregaciones. Los fondos los manejan los ancianos (obispos) de una iglesia local en particular. El costo de mantener disponibles en el Internet los tres sitios lo sufraga la Iglesia de Cristo, Alturas de Flamboyán, Bayamón, Puerto Rico.

D. ¿Qué nos motiva a mantener disponible estos sitios de Internet, mejorarlos y ampliar a menudo la cantidad de recursos?

Sencillo. El amor a Dios, el amor a la Verdad de Dios y el amor al alma de todo ser humano. Quiero ser salvo eternamente. Quiero que usted también se salve eternamente.

Quiero entender y comunicar la Verdad divina. Dios es mi Testigo. Al escudriñar distintos temas y textos de la Biblia, doctrinas y prácticas de las iglesias y de la religión en general, ofrezco a la visita el fruto de mis estudios. “Examinadlo todo; retened lo bueno” es el consejo del Espíritu Santo para todos y cada uno de nosotros (1 Tesalonicenses 5:21).

E. Dos reglas principales condicionan el uso de los materiales disponibles en www.editoriallapaz.org, a saber:

No copiarlos con la intención de venderlos.

No distorsionar lo enseñado con citas a medias o paráfrasis incorrecta. Al aprovecharlos para clases bíblicas, mensajes, conferencias, etcétera, que nos dé crédito, o no, me es inmaterial. Hasta sería preferible hacerlos suyos, sin mencionar necesariamente su procedencia, adaptándolos, mejorándolos o ampliándolos para el mayor beneficio de sus oyentes o lectores.

Para servirle en el amor del Señor,

Homero Shappley de Álamo


 

Enseñanzas básicas del Nuevo Testamento sobre el plan divino de salvación y la iglesia fundada por Cristo

Parámetros de nuestra posición, ante un cristianismo fraccionado en miles de iglesias y sectas, guiadas por doctrinas encontradas. 

 

  

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