La aparición de esposas
sin velo en Corinto
1 Corintios 11:2-16
Una mujer de Grecia del siglo I.
Tiene el velo sobre la cabeza y su mano derecha está en la posición
descrita en el texto de este estudio.
Parte 1
Del libro…
Esposas romanas, viudas romanas:
la nueva mujer emergente
y las comunidades paulinas
Por Bruce W. Winter
Director of the Institute for Early Christianity in the Graeco-Roma World.
Derechos reservados. William B. Eerdmans Publishing Co. 2003. www.eerdmans.com
Edición Kindle. Locations 940 – 989 en el libro electrónico.
Traducción del inglés por Homero Shappley de Álamo
I. La significancia del velo en el matrimonio
Escribe Bruce Winter, autor del libro:
“Durante los últimos tres años [anteriores a 2003], nuevo material significante ha sido publicado por historiadores cuya concentración es la historia antigua, el cual arroja luz importante sobre la cuestión del uso del velo en 1 Corintios 11:2-16.1 Este nuevo material sostiene la interpretación según la que al orar y profetizar esposas sin cubrir su cabeza en la reunión de cristianos estaban replicando la actitud y las acciones de esposas ‘nuevas’ [“esposas nuevas romanas” identificadas, con abundantes evidencias, en la Parte 1 del libro]. Siendo cristianas, contravenían una norma tradicional imperial [es decir, del Imperio Romano], también vigente en Corinto, para esposas participando en lo que sus compatriotas hubiesen catalogado como una actividad religiosa.
“En este capítulo exploraremos:
1. La significancia en el matrimonio dada al velo durante el siglo I.
2. La importancia simbólica asociada con quitarse el velo en público.
3. La definición en la ley romana de modestia e inmodestia relativas a la apariencia física.
4. La fiscalización oficial, por magistrados especialmente seleccionados, de la indumentaria de aquellas mujeres que participaban en festivales religiosos, y…
5. La manifestación de un espíritu contencioso de parte de esposas que se quitaban el velo en medio de la comunidad cristiana.
I. La significancia del velo en el matrimonio
“En la cultura romana, el velo era la prenda más simbólica del atuendo de la novia. Plutarco indicó que el acto de ‘poner el velo a la novia’ fue, efectivamente, la ceremonia marital. Otros escritores del Imperio temprano confirman que el velo de la novia fue un componente esencial de su vestimenta.2 Al parecer, los romanos la visualizaban como ‘nublada por un velo’, pues Félix, escribiendo tardío en el siglo IV d. C., especuló sobre el nexo de la palabra latina para ‘nube’ (nubes) con el verbo ‘estar casada’ (nubere). ‘Las nupcias se llaman así porque la cabeza de la novia se envuelve con el velo nupcial, lo cual los antiguos llamaban cubrirse con una nube o encubrir con el velo’.3
“Este nexo filológico sugerido en el siglo IV ha sido cuestionado recientemente por La Follette.4 Ella misma especula sobre los orígenes del velo: Fue ‘aparentemente un símbolo de constancia y fidelidad de por vida a causa de su asociación ritual con la esposa fiel del sacerdote de Júpiter’.5 …
“Mas, sin embargo, la significancia simbólica del velo puede verificarse a través de una evidencia importante la cual consiste de los tipos de estatuas del Imperio temprano. En su ensayo Clothes as Sign: The Case of the Large and Small Herculaneum Women -La vestimenta como señal: el caso de las mujeres grandes y pequeñas de Herculano, G. Davies llama la atención a dos tipos distintos de estatuas prevalecientes durante el siglo I, referente a las cuales se pensó que fueran copiadas del período helenista temprano.6 En las estatuas herculáneas más grandes, las que representan a mujeres casadas modestas, la figura femenina fue esculpida vistiendo el velo, así representando a la mujer casada. Fue retratada vestida con un traje largo y con un manto largo puesto alrededor de ella, el cual usó para cubrir la coronilla y la parte trasera de su cabeza, así formando el velo matrimonial. Su brazo derecho lo sostenía pegado horizontalmente a su cuerpo para mantener el velo en su lugar sobre la cabeza de manera que el seno derecho no pudiera verse. Davies observa que las mujeres de estas estatuas ‘vestían mucha ropa, no permitiendo apenas verse su cuerpo, y proyectando posturas defensivas [con el brazo derecho encima de sus senos], frecuentemente reforzada su modestia mediante una mirada inclinada hacia abajo y [en todas las estatuas reproducidas conforme a este patrón] con el velo puesto’.7
[“Herculano, actualmente Ercolano, era una antigua ciudad romana de la región de Campanía, hoy en ruinas, que en su día fue más pequeña y más rica que Pompeya. Hoy es conocida por haberse conservado, junto con Pompeya, debido al hecho de haber sido enterrada en las cenizas de la erupción del Vesubio el 24 de agosto del año 79. Muchos de sus habitantes perecieron debido al flujo piroclástico de la erupción, y la ceniza modeló sus cuerpos con la postura que éstos tenían en el momento de morir. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, junto a Pompeya y otros yacimientos arqueológicos de la zona en 1997. www.wikipedia.org. Artículo Herculano]
“Las estatuas menos grandes poseían dos rasgos distinguidores. Primero, el brazo derecho fue doblado en el punto del codo de manera tal que la mano tocaba el manto encima del hombro derecho. A diferencia de las estatuas grandes, la mano izquierda no estaba relajada sino que descansaba en posición de protección sobre el muslo, también descubriendo solo los puntos de los dedos y no toda la mano. Este tipo de estatua representaba a la mujer más joven no casada, esperándose que llegara ella virgen al matrimonio, y de ahí el lenguaje corporal levemente más cuidadoso comparado con él de la mujer casada.8 El segundo rasgo era la ausencia de cualquier velo, teniendo ella el manto puesto sobre el hombre y no sobre la cabeza.9
“Davies también observa que el traje largo extendiéndose hasta los pies era el símbolo máximo de la modestia, al igual que el velo puesto sobre la cabeza en el caso de la mujer casada. Esto no fue peculiaridad solo del tipo herculáneo de estatua sino que también fue característico de un tipo anterior de estatua llamada ‘Pudicitia’, así nombrada por el término latino que proyectaba la virtud más importante romana, a saber, modestia.10 Los ejemplos que Davies usa en su ensayo se tomaron del famoso Ninfeo en Olimpia donado por Herodes Atticus, el reconocido orador y benefactor de Atenas y Corinto. En la inscripción hallada en la base de la estatua de su esposa en Corinto se apunta específicamente que el escultor había capturado su modestia. Otros ejemplos existentes han sido localizados en numerosas ciudades del Oriente del Imperio.
“Esta representación no se limitó a estatuas en escenarios formales tales como el foro, casas privadas o jardines. Tal como observa La Follette, las esposas ‘retratadas en lápidas sepulcrales se hallan típicamente en la postura llamada pudicitia (modestia), en la que tienen el manto (palla, es decir, el velo) halado sobre la cabeza, sosteniendo parte de él frente a la cara.11 Por consiguiente, se puede concluir confiadamente que la cabeza cubierta por el velo era el símbolo de modestia y castidad esperadas de la mujer casada.
“Hace unos veinte años [antes del año 2003], R. MacMullen se empeñó en argumentar que, debido a la influencia de la corte imperial en los días tempranos del Occidente Latino [la porción del Imperio Romano en Europa], la costumbre del velo era menos común entre las mujeres de las clases altas del Oriente. [Decía…] ‘Las mujeres de clase más humilde andaban con el velo puesto, mas estas otras se comportaban exactamente como sus contrapartes en Italia: completamente descubiertas, haciendo, de hecho, su existencia plenamente palpable en público’.12 Sin embargo, más recientemente, Sebesta refuta esta tesis por medio de llamar atención a estatuas que representan a una emperatriz cubriendo su cabeza con un palla, el manto rectangular para la mujer. El mismo ‘fue usado para cubrir su cabeza cuando ella salía entre el público’.13 La discusión de Davies refuerza la conclusión de Sebesta.
“¿Cómo difería la vestimenta de la mujer inmodesta de la de la esposa modesta? Dos estatuas de bronce halladas en una casa de Herculano están ubicadas, en actualidad, en el Museo de Arqueología Clásica, de la Universidad de Cambridge. Retratan a dos doncellas danzantes quienes no visten velos ni mantos. De hecho, una de ellas se representa en el acto de desabrochar su traje (chiton) con el propósito de descubrir su hombro y parte del seno. Obviamente, estas estatuas fueron talladas para proyectar exactamente lo opuesto de la esposa modesta.14 A tono con los estándares conflictivos inequitativos de la sociedad romana, estas mujeres no vestían ropa romana sino del extranjero con el propósito de proyectar la idea de promiscuidad, representándose a sí mismas como extranjeras y no como mujeres romanas.15 Pese a que el hogar debía proyectar felicidad doméstica entre esposo, esposa e hijos, estas estatuas se hicieron para gratificar las inclinaciones sexuales de su dueño y acaso las de invitados a su hogar.
“En ensayo Levels of Concealment: The Dress of the Hetairai and Pornai in Greek Texts -Niveles de encubrimiento: la vestimenta de las hetairai y pornai en textos griegos- Dalby también diserta extensamente acerca de los rasgos distinguidores de la mujer inmodesta, bien fuera una persona de la clase alta que ‘entretenía’ [En este contexto, “entretenía” se refiere a la costumbre de retirarse invitados después de cenar a algún lugar donde sostuvieran relaciones sexuales intimas.] en las cenas de los ricos o la prostituta que prestaba sus servicios a los clientes de otras clases.16 Apunta que las hetairai no solo usaban más ropa que otras mujeres sino también ropa más fina. De querer una mujer que la tuvieran por respetable, no se vestiría ostentosamente. En cambio, la que competía con la casada para las atenciones de su esposo ‘vestía mejor, de manera más llamativa, con ropa más cara, más ostentosamente, que las demás mujeres’. Procede a anotar que ‘en tales ámbitos griegos, la vestimenta importaba sí a las hetairai: necesitaban atraer atención’.17 Descubrían todo cuanto pudieran, usando vestimentas confeccionadas de telas transparentes.
“En cuanto a los romanos, Séneca (41 – 49 d. C.) escribió a su madre felicitándole su selección de vestimenta. ‘Nunca se le ha antojado el tipo de traje que, quitado, no descubría más desnudez que cuando puesto’, quejándose en otros escritos de las mujeres jóvenes ‘en vestimentas de seda, si vestimenta se le puede llamar. Verdaderamente, nada esconde sus cuerpos, nada protege su modestia; están desnudas’.18 El otro rasgo sobresaliente asociado con las vestimentas de las hetairai fue los ornamentos de oro. Dalby concluye que las hetairai, a diferencia de las prostitutas ordinarias, no necesitaban publicar sus ‘mercancías’ en público porque ya poseían un rasgo que las distinguía, a saber, vestían ‘velos transparentes’ sujetados en el hombro con una brocha, a diferencia del velo matrimonial, siendo este un manto largo halado sobre la coronilla de la cabeza.20
II. La significancia de quitarse el velo en público
III. Apariencias modestas e inmodestas según la ley romana
IV. Fiscalización oficial de códigos indumentarios en actividades religiosas
V. ¿Qué fue 'lo propio' en la Corinto romana?
VI. Dando la apariencia de ser contenciosos
Conducta moral, sexualidad, modas, vicios, gangas, pornografía.
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