¡Falsos PROFETAS!
¡Falsas ENSEÑANZAS!
Parte 3
Danilo Montero, costarricense, director da alabanzas, ha grabado unos dieciocho discos de música cristiana contemporánea.
Wuiston Medina escribe:
“¿Porqué no declararle la guerra a los extremos? ¿Ha desechado Dios
a los himnos? ¿O a los nuevos cantos de adoración?
Sin embargo, el peligro más constante es que
'nuestra adoración' a través de los cantos,
se centra y termina en
nuestra propia gloria”.
A continuación, una de muchas observaciones perspicaces que caracterizan este análisis:
“El error más común de los cristianos con respecto a la adoración,
es que buscan una experiencia más que a Dios, cuando
la encuentran concluyen que han adorado a Dios.
¡Error!"
¿Son realmente importantes los visitantes
no cristianos para la Iglesia?
O los visitantes se van “impresionados positivamente o impresionados negativamente”. O somos de “bendición o de maldición” para ellos. No somos neutrales.
Lo que realmente tiene que atraer a los visitantes a la “adoración pública” de la iglesia, no debe ser tanto la bienvenida que siempre se les da; sino las vidas transformadas de los creyentes, las cuales se han de reflejar en el trato que les damos antes y después de la “adoración”.
Y es que hoy más que nunca, se necesitan verdaderos “discípulos de Jesucristo” (no simplemente “cristianos”), tal como el mismo Señor lo manifestó en Juan 8:31-32: “Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permanecéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”. Es decir, creyentes maduros y abnegados que ofrezcan realmente un servicio de “adoración” sensible y espiritual a las necesidades de los visitantes no creyentes.
Dios espera que en nuestros servicios de “adoración pública”, seamos sensibles a sus problemas, carencias, o necesidades. Porque muchas veces el “mensaje” que les damos durante la “adoración a Dios”, lo damos en “lengua desconocida”, para ellos.
Es tanto el “desorden o manipulación” con el que lo presentamos que les resulta “incomprensible”.
Un visitante comentó al hermano que le había invitado a la reunión de “adoración pública” de la iglesia: “Yo pensaba que el ambiente allí sería diferente al de la discoteca que generalmente frecuento”.
Que “no importa lo que los visitantes piensen de la adoración, sino lo que Dios piensa de los cristianos”, no es un argumento bíblico.
Además, de deshonrar el Santo Nombre de Dios, impide tanto el crecimiento cualitativo como cuantitativo de la iglesia.“Una iglesia cuyos visitantes no son atendidos bajo los principios bíblicos, simplemente no crece, engorda nada más.”
“Cuando yo tenía 20 años, creía sinceramente en una espiritualidad programada. Pensaba, por ejemplo, que la espiritualidad de una reunión de adoración y alabanza se elevaba con un programa adecuado: repetir muchas veces la misma canción, hablar con tono declamatorio, suplicar casi llorando que adoren al Señor, contar historias conmovedoras, etc. Mi fórmula equivocada era: Programa + Manipulación = Espiritualidad. Desde luego, yo no era consciente de esa fórmula pues yo imaginaba que mi propia espiritualidad se elevaba mientras usaba esta técnica, y creía que mi conducta era realmente espiritual. Pero no era así.” Así dice Samuel O. Libert.
En cuanto a la “adoración incomprensible”, el pastor y reconocido escritor bíblico Samuel O. Libert la describe muy acertadamente cuando dice:
“Cuando yo tenía 20 años, creía sinceramente en una espiritualidad programada. Pensaba, por ejemplo, que la espiritualidad de una reunión de adoración y alabanza se elevaba con un programa adecuado: repetir muchas veces la misma canción, hablar con tono declamatorio, suplicar casi llorando que adoren al Señor, contar historias conmovedoras, etc. Desde mi perspectiva, desde el púlpito, veía que la gente se volvía más espiritual a medida que trascurría el culto. Sin darme cuenta, estaba manipulando a la congregación y engendrando estados emocionales que no siempre eran bíblicamente espirituales… Mi fórmula equivocada era: Programa + Manipulación = Espiritualidad. Desde luego, yo no era consciente de esa fórmula pues yo imaginaba que mi propia espiritualidad se elevaba mientras usaba esta técnica, y creía que mi conducta era realmente espiritual. Pero no era así” .
Es verdad. Aunque esas no sean las intenciones en la “adoración pública”, tales actitudes manipulan de alguna manera, para bien o para mal, las emociones de los cristianos más débiles, y lo más grave, las de los visitantes no cristianos.
En el caso de la música, ¿por qué causa no podemos adorar al Señor equilibradamente con los himnos solemnes y los nuevos cantos de alabanza y adoración, siempre y cuando sean bíblicos, por supuesto? Por cierto, la música del mundo (como canciones, ritmos, estilos, etc., “pasa de moda”, ¿pero por qué la música cristiana ha de “pasar de moda”? ¿Cuál extremo tiene la razón? ¿Porqué no declararle la guerra a los extremos? ¿Ha desechado Dios a los himnos? ¿O a los nuevos cantos de adoración? Sin embargo, el peligro más constante es que “nuestra adoración” a través de los cantos, se centra y termina en nuestra propia gloria.
¿Cómo saber si los cantos usados durante “la adoración, agradan a Dios” o son sólo para nuestra propia gloria?
Haciéndonos preguntas como:
- ¿Es fiel a la Palabra de Dios registrada en la Santa Biblia?
- ¿A quién exalta? ¿A Dios? ¿Honra a su Creador? ¿A las personas? ¿A las pasiones humanas?, etc.
- ¿Qué dice? ¿Cómo lo dice? ¿Se entiende lo que dice? ¿Expresa una realidad espiritual? ¿Inspira reverencia a Dios o incita al desorden? ¿Tiene excelencia literaria?
- Cuando cantamos como congregación, ¿terminamos gloriándonos en Dios o simplemente disfrutando de las canciones que más nos agradan a nosotros?
Por estas y otras muchas razones, no se debe usar cualquier tipo de “material sonoro en la adoración a Dios”. Pues, además de producir “contaminación sónica” (el caso de los instrumentos de Percusión, cuando se ejecutan sin tener en cuenta el tamaño del local o templo, la clase de baquetas, etc., etc.), desvirtúa totalmente la “adoración a Dios”. Como dice otro connotado escritor bíblico acerca de la música: “¿Dónde está el problema? Ciertamente no en la clase de música sacra, sino en nosotros mismos que nos dejamos llevar por extremismos. Busquemos la armonía, la paz, la tolerancia a lo que es verdadero y así tendremos equilibrio en nuestras vidas y ministerios, para la gloria de Dios y bendición de nuestras almas. Esto se llama madurez cristiana”. Y en el caso de los cantantes y músicos que presentan “conciertos cristianos” después de escucharlos, deberíamos preguntarnos:
La persona que ejecutó o cantó tan bien,
- ¿Me hizo acercar más a Dios o a sí misma?
- ¿Me quedé maravillado sólo por su talento, su voz y por la letra del canto, o quedé pensando en Dios, gloriándome en Él?
- ¿Fue un instrumento que me llevó a un nuevo encuentro con Dios?
[En el párrafo anterior, el autor de esta obra aprueba, implícitamente, el uso de instrumentos de música en la adoración a Dios, aprobación que no comparte el administrador de esta Web por las muchísimas razones dadas a conocer a través de estudios detallados hallados en www.editoriallapaz.org/salon_musica.htm, siendo la principal la abolición en la cruz de Cristo de las “ordenanzas de culto” que había bajo el Antiguo Testamento de Moisés (Hebreos 9:), y la segunda, el hecho de no haber autorización divina en el Nuevo Testamento de Cristo para el uso de instrumentos de música en las alabanzas de la iglesia.
¿A qué se deben los tantos y tantos males en la forma de alabar que tan acertadamente identifica el Sr. Medina? ¿No es una de las causas principales la popularísima música instrumental en las iglesias? Prohibir los instrumentos, y muchos de los males se esfumarán en un santiamén. Pero, ver también las excelentes observaciones del Sr. Medina más adelante en el primer párrafo bajo el título ¿Qué ha pasado con nuestro cristianismo?]
Varones vencidos por la “risa sagrada” .
Wuiston Medina observa que la “euforia emocional” puede producir “histerismo santo”, “risa sagrada” (según sus promotores), caídas, convulsiones, ladridos como de perro, llantos, gritos, bailes salvajes, quejidos, alaridos, silbidos, etc., etc.
Volviendo nuevamente al asunto de la “decencia y el orden” durante la “adoración pública o corporativa” de las iglesias, es bueno saber que así como en la relación de un hijo con sus padres hay una diferencia entre una “confianza afectuosa y una falta de respeto atrevida”; de igual forma, entre la verdadera “libertad del Espíritu” y la irreverencia o falta de respeto para con el Padre celestial, hay un abismo infranqueable.
“El error más común de los cristianos con respecto a la adoración, es que buscan una experiencia más que a Dios, cuando la encuentran concluyen que han adorado a Dios”. ¡Error! No sabemos de dónde salió la idea de que si no se tiene una “multitud de personas en las reuniones de adoración”, y si no sucede toda clase de portentos, milagros, testimonios electrizantes, y por supuesto, de “conversiones sensacionales”, no se cuenta con la “presencia de Dios”.
Lo cierto es que, por el hecho de sentirse “tocados o influenciados” durante la “adoración a Dios” por una situación o una persona en sí, no significa que sea Dios que le ha “tocado”. Hay muchísimas cosas que pueden “despertar o soltar” el contenido dormido del subconsciente, como la música cargada con determinados “ritmos musicales” (sin “armonía”), ciertos “tonos de voz”, la “atrevida actuación” cargada de sugestión de un personaje dominante, la “hipnosis o histeria de la acción colectiva del grupo”, etc., etc.
Señoritas de la Iglesia Centro Evangélico Pentecostal ejecutan danzas hasta sensuales
para el entretenimiento de los espectadores religiosos y visitantes. Wuiston Medina
cita a un escritor cristiano que dijo: “Como nuestras iglesias ya no tienen
el poder de Dios para atraer a la gente, ahora bajan a Egipto (el mundo),
toman prestada su música, sus danzas y su entretenimiento,
esperando atraer una multitud. Lo importante es tener gente
y gente y nada más”.Con argumentos como, “los resultados todo lo justifican y a la gente le gusta”, lo que se hace es complacer el mal gusto del hombre no regenerado.
Ahora el “Menú cristiano” en muchas iglesias durante el “Culto a Dios” es: Shows, Humoristas, Coreografías, Teatros, Sorteos, Concursos, Payasos, Mimos, Pantomimas, Bailes salvajes, Ventrílocuos, Metafísica, Marketing, Conferencias Financieras, Rock, Reggaetón, Apelaciones Sicológicas, Luces Multicolores, Clases de Aerobic, Humo que sale de alguna parte de la plataforma presentado como la “nube de la gloria de Dios”, “Señoritas Danzantes” (“striptease evangélico”) detrás de una cortina trasparente y a media luz, que al son de la música se contornean dejando ver las siluetas de sus cuerpos, etc., etc.
¡Y a lleno completo!
Estos “espectáculos de entretenimiento religioso y sensual” son llamados de manera jocosa por algunos hermanos muy sinceros de dichas iglesias como “la hora loca de Dios”.
Qué la iglesia crezca a cualquier precio es la consigna. Pero “método carnal atrae meramente gente carnal”.
Estoy de acuerdo con el escritor cristiano que ha dicho al respecto:
“Como nuestras iglesias ya no tienen el poder de Dios para atraer a la gente, ahora bajan a Egipto (el mundo), toman prestada su música, sus danzas y su entretenimiento, esperando atraer una multitud. Fíjense en la mayoría de los boletines de las iglesias, parecen más bien un Calendario Teatral. Lo importante es tener gente y gente y nada más”.
Igualmente con quien lo expresó así: “Debido a que la adoración a Dios está mayormente ausente, ¿saben qué estamos haciendo? Estamos haciendo todo lo que podemos por recoser el velo rasgado del templo. Empleamos medios artificiales para tratar de inducir alguna clase de adoración. Creo que el diablo en el infierno debe estar riéndose, y creo que Dios debe estar doliéndose, porque no hay temor de Dios delante de nuestros ojos”.
Por favor, ¿quién nos habrá hecho creer que no se puede mantener la iglesia solamente con la Palabra de Dios? ¿Alguien lo sabe?
Según la información que acompaña esta fotografía en el Internet, el grupo de mujeres danzantes están ejecutando una danza hebrea, acompañado por un conjunto musical que toca instrumentos. ¿No comprenderán que las “ordenanzas de culto” que tenía el “primer pacto” (Hebreos 9:1), es decir, aquel de Sinaí cuyo mediador era Moisés, fueron anuladas en la cruz de Cristo? Por cierto, atañían al “santuario terrenal” de Israel, el cual ha sido suplantado por el santuario espiritual, a saber, la iglesia verdadera, cuyas alabanzas han de ser espirituales.
[Estas notas por el administrador de editoriallapaz.org]
Y si a esto se le agrega lo que muchos “directores de alabanza” que al compás de la música, “mueven exageradamente sus caderas”, dándose la vuelta a cada momento tal como si estuvieran dirigiendo en un “club nocturno”; no se puede negar que como “espectáculo sensual”, es indescriptiblemente fascinante para todos, nada tiene que envidiar a los “espectáculos del mundo”.
Y así debería ser presentado, repito, como “show de circo o club nocturno”. Por lo menos Dios recibiría con agrado esa sinceridad. Nosotros nos preguntamos con mucha preocupación, ¿a quién adoran?
¿Acaso no es a un Dios Santo que aborrece la sensualidad? ¿Acaso la misma no es antesala de la inmoralidad? Cuando la mayor parte del tiempo del “Culto a Dios”, se consume en “experimentar” un arrebol placentero de “emoción religiosa” por no decir “sensual”, por medio de elementos meramente estéticos o musicales, se pone de manifiesto el marcado contraste entre el “Carácter Santo de Dios” y el del hombre pecaminoso.
Mientras Dios se interesa por el hombre, éste solo se interesa por sí mismo (aquello que le produce placer y nada más). Muy lamentable lo que en estos últimos tiempos sucede en nuestro cristianismo. El compromiso de la iglesia local con el mundo, al permitir que éste introduzca en su seno todos sus elementos distintivos: su música, su materialismo, su liderazgo, su costumbrismo, su conducta, su psicología, su filosofía, su metafísica, su show.
¿Qué ha pasado con nuestro cristianismo?
¿El cristianismo que una vez conocimos, disciplinado, ordenado, espiritual, superior, extraordinario, y sobre todo siempre apegado a la inspirada Palabra de Dios? ¿Qué ha pasado con la “adoración en el corazón de los creyentes” de la que la Biblia habla tan claramente? “Hablando entre vosotros con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones” (Efesios 5:19).
Por favor, ¿qué ha pasado? ¿Alguien lo puede explicar? Hoy es muy fácil llevar a la práctica en “la adoración”, todo aquello que corresponde a lo usual, a lo corriente, a lo normal, a lo bajo, a lo vulgar, a lo carnal, a lo ordinario; a lo que cualquier persona “no regenerada” de este mundo puede hacer, y por tanto, no es sino un simple “alabador”.
Por supuesto, se entiende lo difícil que resulta en estos tiempos, presentar una “genuina adoración” tal como corresponde a lo sublime, a lo espiritual, a lo maravilloso, a lo excepcional, a lo superior, a lo extraordinario, a lo celestial; la que solamente los “verdaderos adoradores” pueden hacer, como es la de ser “adoradores primeramente en el corazón” (“adoradores en espíritu y en verdad”). Y es que la “alabanza pública o colectiva” es la expresión verbal de la “adoración del corazón” de cada creyente. “De la abundancia del corazón alaba la boca”.
Aunque parezca extraño, a estos “verdaderos adoradores” Dios los busca. “Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque también el Padre tales adoradores busca que lo adoren. Dios es Espíritu, y los que lo adoran, en espíritu y en verdad es necesario que lo adoren” (Juan 4:23-24).
Y es que el Señor no está interesado en “alabadores de labios” (lo estético, lo externo, lo visible, lo espectacular), sino en “adoradores de corazón”. “… Porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón” (1 Samuel 16:7).
Multitudes de “alabadores de labios” (“alabadores de oficio”) acudían al templo de Jerusalén para unirse a la “alabanza” en sus múltiples festividades. Dios miraba sus corazones y los veía lejos de Él. Lo que salía de sus bocas (cantos, oraciones, plegarias, exclamaciones, predicaciones, etc.) no concordaba con lo que había dentro de ellos.
Entonces el Señor citó lo que dijo Isaías: “Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí” (Mateo 15:8). Lo que sale de la boca, debe estar primero en el corazón, porque “Dios no busca alabadores de labios sino adoradores de corazón”.
Wuiston Medina relata: Un visitante comentó al hermano que le había invitado
a la reunión de “adoración pública” de la iglesia: “Yo pensaba
que el ambiente allí sería diferente al de la discoteca que
generalmente frecuento”. Que “no importa lo que los visitantes
piensen de la adoración, sino lo que Dios piensa de los cristianos”,
no es un argumento bíblico. Además, de deshonrar el Santo Nombre
de Dios, impide tanto el crecimiento cualitativo como cuantitativo de la iglesia.¿Cómo debe ser entonces la “verdadera alabanza” que sale de “corazones que adoran a Dios”? Reverente, respetuosa, decente, saludable, entendible, espiritual, bíblica. Por eso el Salmista al referirse a la “auténtica alabanza a Dios” dice en el Salmo 34:1-3:
“Bendeciré a Jehová en todo tiempo, Su alabanza estará de continuo en mi boca. En Jehová se gloriará mi alma; lo oirán los mansos y se alegrarán. Engrandeced a Jehová conmigo, y exaltemos a una su nombre”. Y en el 145:1-3 dice: “Te exaltaré, mi Dios, mi Rey, y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre. Cada día te bendeciré y alabaré tu nombre eternamente y para siempre. Grande es Jehová y digno de suprema alabanza; su grandeza es insondable”.
La “verdadera alabanza” no ha de ser improvisada, sino preparada en oración y disciplina, para dar lo mejor de nuestro ser a Dios. El Único que tiene todo el derecho de improvisar cuando quiere, es Dios. ¿Por qué? Porque es Soberano. Cuando en la iglesia hoy se dice que es necesario “dar libertad al Espíritu en la alabanza a Dios”, realmente lo que se quiere decir es, “demos libertad a la falta de preparación, y por tanto, a la irresponsabilidad”.
Todo aquello que en el “Culto a Dios”, haga pedazos la reverencia, el respeto, el orden, la decencia, la espiritualidad o la disciplina, fundamento de toda “verdadera adoración”, y que impida la comprensión y aplicación de la “sana doctrina”, tanto a creyentes como a no creyentes; además de hacer de Dios un personaje cualquiera, constituye un simple “entretenimiento religioso y nada más”.
¿Estará cumpliéndose en estos tiempos lo que el gran predicador Charles Spurgeon dijo hace muchos años? “Llegará el día en el que, en lugar de haber pastores alimentado a las ovejas (con la genuina Palabra de Dios), habrá payasos entreteniendo a las cabras”.
El predicador payaso de prosperidad Cash Luna.
El renombrado predicador inglés Charles Spurgeon dijo hace muchos años:
“Llegará el día en el que, en lugar de haber pastores alimentado
a las ovejas (con la genuina Palabra de Dios),
habrá payasos entreteniendo a las cabras”.
Gozo del Señor o simplemente euforia emocional
Una cosa es el “gozo del Señor”, y otra muy distinta, la “euforia emocional”. El verdadero “gozo del Señor o espiritualidad real”, es un sentimiento interno que se refleja en alegría, deleite o regocijo espiritual, provisto por Dios y colocado en el corazón del creyente por el Espíritu Santo, formando de esa manera, parte de Su Fruto (Gálatas 5:22).
Es el resultado de hacer lo que verdaderamente importa, lo que tiene sentido bíblico, por tanto, permanece para siempre dándole la gloria al Señor. El salmista así lo dice: “Por heredad he tomado tus testimonios (Su Palabra) para siempre, porque son el gozo de mi corazón” (Salmo 119:111).
El creyente no es dueño de su “espiritualidad real o gozo del Señor”.
Nuestro Señor fue quien habló del “gozo” como de “mi gozo”. “Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros…”. “Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos” (Juan 3:29; 15:11; 17:13).
Por ser un “don de Dios” (“todo don perfecto viene de Dios”), el “gozo del Señor”, es mucho más profundo, más grande, más sublime, y permanente. En cambio la “euforia emocional”, es temporal o pasajera, sencillamente porque es producida por circunstancias meramente externas, como la música de alto contenido rítmico, cambios de voz, etc.
Esto puede producir “histerismo santo”, “risa sagrada” (según sus promotores), caídas, convulsiones, ladridos como de perro, llantos, gritos, bailes salvajes, quejidos, alaridos, silbidos, etc., etc.
La “euforia emocional” es simplemente una “sensación de bienestar momentáneo”, “la excitación del momento” o “la obtención del fruto pasajero”. Se podría decir que la “euforia emocional es un gozo”, de corto tiempo de duración que permanece mientras están presentes las circunstancias externas que la motivan, como se dijo antes. Por supuesto, el “Culto a Dios” en el que impera la “euforia emocional”, es mucho más atractivo, tanto para cristianos como para no cristianos.
En los cristianos el enemigo de Dios, la aprovecha sutilmente para que los mismos no se interesen por “aprender y aplicar principios absolutos y universales” de la Palabra de Dios a sus vidas debido a que anula la voluntad, y en los no cristianos para que el “mensaje de salvación” sólo llegue a los sentimientos, evitando así el nivel de la razón o la inteligencia.
No es de extrañar entonces que, hoy hayan tantos “cristianos nominales” en las iglesias donde se prioriza lo “emocional”, antes que lo “espiritual”.
Y si a todo esto se le agrega, los “floridos discursos” (llenos de adjetivos) de la Palabra de Dios, es lógico, que los mismos no despierten otra cosa que simple “euforia emocional” (“estímulo antes que cambio”) en los oyentes. No es raro que las personas que los oyen constantemente, comiencen a sufrir “altibajos emocionales” en un breve espacio de tiempo.
Wuiston Medina escribe:
Por supuesto, el “Culto a Dios” en el que impera la “euforia emocional”, es mucho más atractivo, tanto para cristianos como para no cristianos.
En los cristianos el enemigo de Dios, la aprovecha sutilmente para que los mismos no se interesen por “aprender y aplicar principios absolutos y universales” de la Palabra de Dios a sus vidas debido a que anula la voluntad, y en los no cristianos para que el “mensaje de salvación” sólo llegue a los sentimientos, evitando así el nivel de la razón o la inteligencia.
Hoy debemos tener mucho cuidado de no quedar “cautivos” de la “euforia emocional” que producen “sermones o discursos disfrazados de Biblia”, que lo que hacen es “disimular o encubrir” el pecado; pero claro, son muy agradables a los “cinco sentidos físicos”.
Todo lo contrario sucede con los que se dirigen primeramente a la “voluntad” de la gente, ya que cuando la “Verdad Bíblica” hace impacto en la misma, las vidas comienzan a cambiar. Para nadie es un secreto que las iglesias donde se produce más “euforia emocional” tienen mayor asistencia (es una forma de que haya siempre “una multitud”), sencillamente por el hecho de que allí se “siente más la presencia de Dios”, que en aquellas donde se “entiende más de Dios”.
Confundir el “gozo del Señor o espiritualidad verdadera” con la “euforia emocional”, es engañarse a sí mismo, es dar ventaja al enemigo de Dios. La exhortación bíblica es a “estar siempre gozosos” (1 Tesalonicenses 5:16), a vivir la vida cristiana con auténtico fervor espiritual, con genuina espiritualidad, no sólo durante el tiempo de la reunión, sino todos los días y en todo lugar.
La enseñanza bíblica es a estar “permanentemente gozosos” y no “eufóricos emocionalmente” en determinadas y contadas ocasiones. Tener una canción en el corazón no sólo en días alegres, cuando todo va bien, sino también cuando hay dificultades, preocupaciones o sufrimientos, esto es “gozo”. Cuando la muerte arrebata a un ser querido, y sin embargo, permanece la confianza en el amor de Dios, esto es “gozo”.
Disfrutar ahora y para siempre de la dicha de estar en la presencia de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, esto es “gozo”. Experimentar todos los días el perdón de Dios por la sangre de Cristo, esto es “gozo”. ¿No les parece?
Apunta el autor de este ensayo profundo:
Lamentablemente, estas “falsas enseñanzas”, la del “evangelio ligero”, la que “deleita” a los pecadores por medio de “Show Musicales, Chistes Cristianos”, etc., así como la que busca “fans para Jesucristo” , hoy tiene muchísimos seguidores en nuestras iglesias, introducida nada más ni nada menos por “falsos profetas, falsos apóstoles y falsos maestros” .
Evangelismo moderno:
Mejorar y deleitar la vida exterior
Con el fin de que multitudes respondan al evangelio, ahora los “falsos profetas” se dedican a predicar simplemente el “mejoramiento de la vida exterior de las personas”. Dejaron la potente Palabra de Dios con su capacidad de hacer ver primeramente el pecado y luego mostrar a Jesucristo como quien llevó el pecado y los pecados en la cruz.
En vez de presentar lo que la inspirada Palabra de Dios registrada en la Santa Biblia, señala sobre la condición espiritual de la raza humana, como es el hecho innegable de que “todos son pecadores y están destituidos de la gloria de Dios”; y según la misma Escritura, “Dios muestra su amor para con nosotros que siendo aún pecadores Cristo murió por nosotros”, ahora se han dedicado a:
- “Prometer” a los pecadores, paz, alegría, amor, prosperidad material, sanidad física, felicidad, etc., si “reciben a Jesucristo como Salvador”. El propósito es simplemente hacerlos “devotos de Jesucristo”. No tendrán ningún tipo de problema en esta tierra. Lo tendrán todo. Es el “evangelio de las ofertas”, o como lo llaman algunos, el “evangelio ligero”. ¡Qué interesante!
- “Deleitar” a los pecadores por medio de “conciertos musicales”, perdón, por medio de “Espectáculos Musicales”, en los cuales los “chistes cristianos”, sustituyen la Palabra de Dios, “suavizando” de esta manera el Evangelio de Jesucristo. “Dios es un Dios bueno”, les repiten hasta el cansancio. No hay que hablar de pecado y arrepentimiento, porque tal cosa es volver al Sinaí. Sólo hay que hablar de la bondad y el amor de Dios a fin de que no se ofendan. Al respecto, John Macarthur dijo: “Nunca suavice el evangelio. Si la verdad ofende, entonces deje que ofenda. La gente ha estado viviendo toda su vida ofendiendo a Dios; deje que se ofendan por un momento”.
- “Buscar fans para Jesucristo.” Decía hace poco cierto predicador de renombre internacional: “Así como los ídolos de la música, los del cine, los del deporte, los de la política, etc., tienen sus fans, Jesucristo también está buscando los suyos”. Y renglón seguido hizo el llamamiento: “
- ¿Cuántos quieren ser fans de Jesucristo en esta noche?” “Los que quieran levanten sus manos.” Por supuesto, todos la levantaron. ¡Amén, gloria a Dios por este avivamiento!
- Sí. Ahora lo que se busca no son “convertidos por Jesucristo”, sino “convertir a Jesucristo a un ídolo más”, entre los tantos que hoy se adoran. A eso lo llaman “evangelismo”. Ahora no interesan los “cristianos redimidos por la sangre de Cristo”. Eso ya está pasado de moda. ¡Qué tragedia!
¿Aplausos para Cristo? ¿O aplausos para el director de alabanzas, el promotor del “Show Musical” religioso, el entretenimiento religioso? “Aplausos para Cristo” son un rasgo del “evangelio ligero”. Wuiston Medina anota: Decía hace poco cierto predicador de renombre internacional: “Así como los ídolos de la música, los del cine, los del deporte, los de la política, etc., tienen sus fans, Jesucristo también está buscando los suyos”. Y renglón seguido hizo el llamamiento: “¿Cuántos quieren ser fans de Jesucristo en esta noche?” “Los que quieran levanten sus manos.” Por supuesto, todos la levantaron. ¡Amén, gloria a Dios por este avivamiento! Sí. Ahora lo que se busca no son “convertidos por Jesucristo” , sino “convertir a Jesucristo a un ídolo más” , entre los tantos que hoy se adoran.
Se cuenta que un cristiano soñó que pasaba frente a la puerta del infierno, por lo que se le ocurrió preguntar: ¿Hay aquí personas que profesaron la religión católica romana? Sí, hay muchísimos, fue la respuesta. ¿Y los que profesaron la religión musulmana? Son incontables. ¿Y los que profesaron la religión budista? Por supuesto. ¿Y los de la religión de los testigos de Jehová? Como arroz están aquí. ¿Y los que profesaron la religión evangélica? Si, aquí están todos.
No podía creer lo que había escuchado. Muy afligido por esta última respuesta, se marchó y llegó a la puerta del cielo. Y allí volvió a repetir sus preguntas. La respuesta que recibió a cada una de ellas fue siempre: “Ni uno”. Cuando hizo la última pregunta, ¿están aquí quienes profesaron la religión evangélica? Por supuesto, esperaba una respuesta con un sí rotundo. ¡Pero sorpresa! La respuesta fue la misma: “Ni uno”. ¿Pero entonces quiénes están aquí en el cielo? Preguntó con vehemencia y muchísima preocupación. “Aquí sólo hay pecadores redimidos por la preciosa sangre de Jesucristo”, fue la contundente respuesta que recibió.
Esto podrá ser sólo una leyenda, pero ilustra una verdad irrefutable de la bendita Palabra de Dios.
Según los falsos profetas la “conversión a Cristo” ya no funciona, es decir, la “redención en Cristo”, como enseña la inspirada Palabra de Dios en Efesios 1:7: “En quien(en Cristo) tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados…”
Entonces los promotores de estas “nuevas enseñanzas o nuevo evangelio”, tuvieron que encontrar otra razón para que los pecadores por multitudes fueran “atraídos” hacia las iglesias (no a Cristo). ¿Por qué ahora no se predica la potente Palabra de Dios? ¿Qué creen ustedes? Porque lo que más interesa son las multitudes, puesto que sin multitudes no hay “prosperidad material” para ellos. Y los “métodos” que emplean, precisamente, garantizan dichas multitudes. ¡Así de sencillo!
Sin embargo, “la ley de Jehová (la Palabra de Dios) es perfecta, que convierte el alma”(Salmo 19:7). Si no hay “conversión” de los pecadores por la “siempre viva” Palabra de Dios, colocada por el Espíritu Santo en sus mentes y en sus corazones, no habrá salvación y vida eterna, ni transformación. Dicho de otra forma, si no es la Palabra de Dios la que “convierta a Cristo” a los pecadores, nadie, pero nadie, lo podrá hacer. “Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”(Hebreos 4:12).
Lamentablemente, estas “falsas enseñanzas”, la del “evangelio ligero”, la que “deleita” a los pecadores por medio de “Show Musicales, Chistes Cristianos”, etc., así como la que busca “fans para Jesucristo”, hoy tiene muchísimos seguidores en nuestras iglesias, introducida nada más ni nada menos por “falsos profetas, falsos apóstoles y falsos maestros”. Y en aquellas en las que aún no han sido introducidas abiertamente, ya se nota la sutileza que están usando, como es la terminología que usan a fin de lograr su objetivo.
¡Cuidado! Los seguidores de estas “falsas enseñanzas”, son más de los que los lectores de estos documentos puedan imaginar. Y escuche esto, amable lector, con temor y temblor: el único ganador de dichas “doctrinas o enseñanzas”, no es otro que el “infierno eterno”.
¿Lo escuchó bien? “Una cosa es decir lo que todos “QUIEREN OÍR”, y otra, lo que todos “DEBEN OÍR.” Todo esto nos hace pensar en los verdaderos profetas de Israel, que decían lo que no le agradaba a la gente, o sea, denunciaban el pecado. No tenían grandes congregaciones pero eran aprobados por Dios, pues no lo habían reducido a sus “propias imágenes o ídolos”.
Los falsos profetas de hoy no le rinden culto a imágenes hechas de madera, yeso o mármol. Pero tienen “imágenes mentales falsas” de Dios por medio de las cuales le roban Sus atributos y lo reducen a la concepción que tienen de Él y nada más.
¡Muy lamentable, verdaderamente lamentable!
Parte 1 de Falsos profetas. Falsas enseñanzas.
Parte 2 de Falsos Maestros. Falsas enseñanzas.
Parte 4 de Falsos Maestros. Falsas enseñanzas.
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