Esta congregación alaba al Señor a capela, es decir, sin tocar instrumentos de música.
Muchos miles de iglesias de Cristo a través del mundo hacen otro tanto, siguiendo directrices
del Nuevo Testamento y el ejemplo de la iglesia del siglo I.
Por Luis Zepeda Mir
Parte 2
VII. EL CANTO EN EL NUEVO TESTAMENTO.
Cuando abrimos las páginas del Nuevo Pacto es muy interesante lo que encontramos aquí. Después de encontrar cientos de versículos que nos hablan de la adoración en Israel. Llegamos a los tiempos de la iglesia instituida por Cristo, y las referencias a la adoración son poquísimas.
Por lo mismo, debemos dedicarnos en mucho detalle a entender cada uno de estos pasajes. Son nueve versículos que nos hablan de la música en la adoración en la iglesia. Y varios de ellos ni siquiera hablan de la adoración pública, sino de adoración privada. Pero debemos enfatizar, que la gran mayoría habla de la adoración general o reunión de la iglesia.
Es bueno que lo entendamos, que aunque existiese un solo pasaje que nos hable de la música en la adoración cristiana, ese único pasaje seria más autoritario que todo el entendimiento antiguotestamentario de la adoración. ¿Por qué? Usted sabe la respuesta. La ley fue abolida y no fue dada para nosotros, sino para la nación de Israel.
¿Qué encontramos en el Nuevo Pacto en cuanto a este tema? En estos nueve pasajes encontramos una ausencia de la música instrumental en la iglesia y en la vida privada de los cristianos. No hay ningún pasaje o referencia a instrumentos en todo el Nuevo Testamento con relación a la iglesia del Señor. Hay un solo mandamiento en todos estos pasajes. ¿CUÁL ES EL ÚNICO MANDAMIENTO AUTORIZADO POR EL SEÑOR? ¡CANTAR! Pero, ¿Qué significa esto?
Muchas personas reclaman diciendo: ¿Dónde la Biblia prohíbe los instrumentos de música para la adoración? No vamos a responder como muchos desacertadamente responden: ¿Y donde los aprueba? ¿Dónde dice que los usemos? Esa es una respuesta muy básica y muy limitada. Ese no puede ser nuestro argumento más fuerte. Somos un pueblo entendido, un pueblo de la palabra de Dios y nuestras respuestas deben mostrar la sabiduría que viene de lo alto.
Pero, ¿Cuál es el argumento de Dios? El argumento del Señor es muy simple, pero poderoso. Considerando todos los principios escriturales que hemos considerado en este estudio. EL MANDATO DE DIOS ESPECÍFICO Y AUTORITARIO PARA SU IGLESIA EN EL NUEVO PACTO ES CANTAR.
¡ALÁBENME CON SUS BOCAS, ALÁBENME CON SUS LABIOS! ¡ALÁBENME CON EL CORAZÓN! Ese es el mandamiento de Dios, cuando hablamos de la adoración novotestamentaria lo único que encontramos es un mandato a cantar. Y el único instrumento que Dios desea con que le alabemos es nuestro corazón.
Al decir Dios que cantemos, eso excluye inmediatamente cualquier otra cosa. No podemos tocar, o rasgar o tañer o soplar. Al usar cualquier instrumento musical en el culto cristiano, estamos traspasando el claro mandamiento de Dios. Estamos haciendo algo que Dios nunca nos ha mandado – pensemos en el caso de Nadab y Abiú o el de Uza.
Tal vez muchos protesten diciendo: ¿Qué tiene de malo tocar música en el culto? ¿No creo que a Dios le desagrade? ¿Estamos seguros de esto? ¡Porque agregar algo al culto que él no nos ha mandado, nos pone en rebeldía con Dios! No estaríamos respetando su voluntad.
Si queremos respetar la voluntad del Señor, debemos adorar como él quiere. El desea en su adoración, que le adoremos sin instrumentos musicales. Si Dios hubiese querido instrumentos, te lo aseguro que los hubiese autorizado o pedido.
Cuando muchos se preguntan:
¿Señor, podemos usar una guitarra en el culto? Dios dice: Canta.
¿Señor, podemos usar un teclado en tu iglesia? Dios repite: Canta solamente.
¿Señor, podemos usar un pandero? Dios sigue repitiendo: Canta.
¿Señor, podemos usar un acordeón o una batería? El Señor insiste: Solamente canta.
Me imagino al Señor diciendo: ¿Por qué estás tan preocupado de hacer cosas que no he mandado? Y, ¿no estás preocupado de cumplir lo que he mandado? ¡¡Yo te mandé a cantar, entonces, canta!!
Ese es el punto del Señor; es muy fácil de entender. Lo que sucede es que nuestra carne se resiste, porque nos gusta la música instrumental, porque pensamos que así será mejor. Muchos incluso dicen: “Así llegan más personas, por la música”. “Es que sin música el culto es apagado, no está el espíritu del Señor”.
Te das cuenta de los errores en los que caemos al pensar de esa manera. Quiero mencionarte algunos…
Primero, nosotros estaríamos imponiendo nuestros pensamientos de qué es lo mejor o peor en el culto a Dios. O sea, Dios no está decidiendo en el culto. Porque si le preguntáramos, vuelvo a decirlo, Dios diría: Canta.
Segundo, si las personas llegan por la música, esto quitaría toda la obra de Dios. Ya que su palabra proclama innumerables veces que es el Señor y su palabra quienes traen al pecador. O sea, no necesitamos ni a Dios ni la palabra para traer a la gente. La música se encarga y después Dios remata. Si la palabra de Dios no puede convencer al pecador, podrá hacerlo un instrumento que no tiene vida, ni corazón. Estaríamos atribuyendo más poder a un instrumento, que al Señor y su palabra.
Y tercero, al decir que una iglesia sin música es apagada y no tiene el espíritu de Dios, estaríamos diciendo que lo que enciende un culto es la música y no la presencia del Señor. Que el Espíritu Santo solo se manifiesta cuando escucha el sonido estridente de guitarras y teclados. O sea, entenderíamos que es la música que llama y levanta al Espíritu Santo. ¿Dónde dice eso la palabra de Dios?
Una iglesia apagada es una iglesia donde no está el Señor. Y piensa bien en esto, ¿Puede estar el Señor en una iglesia que lo adora como ellos quieren y no como él dice en su palabra? ¿Puede sentirse grato el Señor en culto donde agregan música instrumental que él nunca mando? ¿Está el Señor en lugares donde no se respeta su voluntad? Respondimos con un rotundo ¡NO!
Debemos decir tajante y contundentemente que la música que Dios desea en Su iglesia es la música vocal o a capela. Esa es la única música que Dios ha autorizado en el culto cristiano. Alabanzas que salgan de nuestros labios que vengan del único instrumento mandado por Dios, el corazón.
Ahora veamos lo que los pasajes nos dicen y como confirman esta verdad…
Mateo 26.30. “Y cuando hubieron cantado el himno, salieron al monte de los Olivos.” La noche que Jesús fue entregado, el Señor llevo a sus discípulos a un aposento alto, y allí celebraron la pascua judía. Dentro de esta ceremonia memorial de los Israelitas, Cristo toma dos de los elementos disponibles en la pascua. El pan sin levadura y el vino y les da un nuevo sentido. Y allí se instituye la Cena del Señor. Después de esto, dice el pasaje citado. Cantaron un himno. No deseamos ser majaderos al repetir, pero el texto dice: “Cuando hubieron cantado el himno”. NO dice: “Cuando hubieron tocado el himno”.
Hechos 16.25. “Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían.” Pablo y Silas presos en la fría prisión filipense, dice el pasaje: “cantaban himnos a Dios”. Esta era la práctica habitual de un hombre de Dios como Pablo. Recordemos que en buen español, cantar no es lo mismo que tocar instrumentos.
Romanos 15.9. “y para que los gentiles glorifiquen a Dios por su misericordia, como está escrito: Por tanto, yo te confesaré entre los gentiles, Y cantaré a tu nombre.” Volvemos e insistimos en el mismo punto. Ya llevamos tres pasajes y en todos aparece la misma palabra: Cantar. Aun incluso en este pasaje, donde Pablo cita la profecía de Salmos 18.49 la palabra utilizada es cantar.
1 Corintios 14.15. “¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento.” Pablo continua enriqueciendo nuestro entendimiento de la alabanza en la iglesia. Y ahora agrega que en la oración y el cantico debemos hacerlo con todo nuestro ser, con el espíritu. O sea, involucrar todas nuestras emociones, pero debemos hacerlo también con el entendimiento. O sea, debemos entender que es lo que estamos haciendo y cantando al Señor. Aquí inmediatamente quedan excluidos los instrumentos, ya que no tienen ni espíritu, ni entendimiento. Dios espera una alabanza racional, salida del corazón humano.
Pero, muchos dicen hoy que los instrumentos son solo una ayuda. Pero pregunto, ¿Ayuda para qué? ¿Para alabar a Dios? ¿Necesitamos ayudas para adorar a Dios? Dios no necesita ayudas; necesita tu corazón. Que lo que tú le ofrezcas lo hagas con entendimiento. Cuanta gente no está más preocupada de una nota musical, en vez de lo que le está diciendo a Dios con la letra, de entregarle el corazón. Nos damos cuenta que los instrumentos no ayudan, sino estorban nuestra adoración.
Efesios 5.19. “…hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones.” Este es uno de los pasajes más contundentes en cuanto a la adoración en la iglesia. Si nos fijamos bien, Pablo utiliza tres verbos para describir la adoración: HABLAR, CANTAR Y ALABAR. Y es interesante que estos tres verbos se refieran a lo que sale de nuestra boca.
¿Qué espera Dios de nosotros en el culto? Que hablemos, o sea, que salgan de nuestra boca salmos (cantos provenientes de este libro del Antiguo Testamento que era el himnario de Israel); también espera que salgan de nuestra boca canticos e himnos. Pero nos dice el pasaje, que todo esto, cuando cantemos, hablemos y alabemos sea una expresión de nuestro corazón. O sea, el instrumento indicado por Dios para adorarle es el corazón, el ser interior.
¿Cómo alabamos a Dios en este pasaje? ¡Por lo que sale de nuestro corazón y por lo que sale de nuestra boca! ¿Queremos agradar a Dios? ¡Cante, hable y alabe al Señor! No tenemos derecho a pensar nada más de lo que está escrito. Si Dios manda esto, es esto lo que la iglesia debe hacer.
[Nota añadida por el administrador de esta Web. Un análisis más detallado de Efesios 5:19 se halla en www.editoriallapaz.org/musica_razones_parte_5_Efesios_5_19.htm. ]
Colosenses 3.16. “La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales.” Pablo vuelve al mismo tema de Efesios aquí. ¿Queremos alabar a Dios? Pablo dice: Canta. Y agrega: Si vas a cantar hazlo en tu corazón. O sea, la alabanza es una expresión de lo que hay en nuestro corazón. Dios quiere escuchar tus cuerdas vocales y no las de una guitarra. Dios quiere escuchar la entonación de tu corazón y no la de un instrumento musical.
Aquí vemos también que los canticos sirven como una exhortación o como una enseñanza. ¿Cómo podemos enseñarle a alguien o exhórtalo? ¿Con un instrumento o con lo que sale de nuestra boca? Ya sabemos la respuesta: un instrumento entrega tonos, pero no entrega enseñanzas y menos exhortaciones. Eso solo lo puede hacer el ser humano, el verdadero instrumento para alabar al Señor.
Hebreos 2.12. “diciendo: Anunciaré a mis hermanos tu nombre, En medio de la congregación te alabaré.” El escritor del libro de los Hebreos citando Salmos 22.22, nos recuerda que Jesús no se avergüenza de llamarnos hermanos. Eso estaba dicho desde el Antiguo Testamento dice nuestro autor. Pero también dice el pasaje que Jesús canta con la congregación. Literalmente en griego, con “la iglesia”. O sea, este pasaje nos enseña que Jesús participa de nuestras alabanzas. Y fíjese lo que dice: alabaré. No dice: “tocaré” o “soplaré” o “tañeré”. Nunca es ese el sentido de los pasajes en el Nuevo Testamento.
Hebreos 13.15. “Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre.” Y llegamos al versículo más claro en todo el Nuevo Testamento en cuanto a la adoración y alabanza que Dios espera de su iglesia. El escritor del libro de los Hebreos nos dice que debemos ofrecer siempre a Dios, que el Señor espera por toda la eternidad que le ofrezcamos sacrificio de alabanza. ¿Qué es el sacrificio de alabanza? El mismo nos explica. ¿Cómo alabamos a Dios y le agradamos? El dice: “fruto de labios que confiesan su nombre”. Dios espera de su pueblo que le alabe con sus labios, con lo que sale de nuestras bocas. ¿Podrá ser más claro? Sabemos que los instrumentos musicales no tienen ni labios ni corazón.
Y nos dice el texto que sigue que “de tales sacrificios se agrada Dios” (13.16). Si tú quieres agradar al Señor verdaderamente, debemos alabarlo solo con nuestros labios. No debemos olvidarnos de hacer el bien, y de ayudar a los hermanos también.
Pero si nos enfocamos en nuestro tema, la alabanza que Dios espera de su iglesia es la que es producto o fruto de sus labios, la que sale de sus bocas. Dios desea escuchar lo que sale de tu boca, más que escuchar sonidos salidos de un instrumento. Todo lo demás no agrada a Dios, y si no lo agrada, debemos decir claramente que le desagrada. Con esto zanjamos todo nuestro tema, el escritor del libro de los Hebreos aclara para todos, que es lo que Dios desea para que le agrademos. Lo único que debemos hacer, es decidir si seguimos lo que dice Dios, o lo hacemos como dice el hombre o por lo que nosotros queremos hacer. ¿Qué decides tú? No podemos ser indiferentes en este tema. Una postura tenemos que tomar, una decisión debemos tomar. O alabamos a la manera de Dios o al final de cuentas le desagradamos o afrentamos con nuestras decisiones.
Yo le animo que alabe, que haga las cosas para agradar a Dios y no para agradar al hombre.
Santiago 5.13. “¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas.” Y llegamos al último pasaje que nos habla de la adoración. Después de todo lo que hemos dicho será fácil decir que la palabra que Jacobo, hermano del Señor Jesucristok, dice es: Cantar. Cuando estemos alegres, nuestro hermano Jacobo nos anima: “Cante alabanzas”. Esto nos muestra también que el cantar es una expresión de júbilo, de alegría. O sea, cuando alabamos al Señor, Dios espera que lo hagamos con gozo.
¿Un instrumento puede sentir alegría? Usted sabe la respuesta. ¡NO! Por lo mismo un instrumento no puede transmitirle nada al Señor.
No nos olvidemos que en la adoración nosotros debemos transmitir cosas al Señor. No es el culto para el cristiano o para que sintamos cosas. Somos nosotros los que debemos ofrecer y entregar al Señor. Ese es el problema de las denominaciones y religiones modernas que centran sus cultos no en lo que debemos entregar a Dios, sino en lo que Dios nos entrega a nosotros. Son cultos egoístas, centrados en el hombre. Importa más lo que sientes y si te gusta. Pero ese nunca ha sido el sentido del culto cristiano; nosotros alabamos y adoramos al Señor. Nosotros estamos más preocupados en ofrecer, en entregar, que en lo que sentimos en ese momento.
Los sentidos son engañosos, nos dice Jeremías 17.9. “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?.” NO DEBEMOS CONFIAR EN NUESTRAS EMOCIONES COMO SEÑAL DE QUE AGRADEMOS A DIOS. SI NO ESTAMOS RESPETANDO LA PALABRA DE DIOS ES IMPOSIBLE QUE LE AGRADEMOS.
Un último punto de este pasaje en Santiago 5.13, el texto nos dice que el que está alegre que cante. O sea, no dice que debo cantar para alegrarme. Sino que los que estén alegres deben cantar. Entendamos la diferencia.
VIII. CONCLUSIONES BÍBLICAS.
- La primera vez que se mencionan los instrumentos musicales es en Génesis 4.21. “Y el nombre de su hermano fue Jubal, el cual fue padre de todos los que tocan arpa y flauta.” El origen de la música instrumental fue en la descendencia caída de Caín. No fue Dios quien inventó los instrumentos.
- En el Antiguo Pacto, Dios permitió que Israel le alabara con instrumentos musicales, pero solo en el atrio. Dios nunca dejó que los instrumentos de música entraran al lugar santo, y menos al lugar santísimo. Hoy la iglesia de Cristo según lo que nos dice Hebreos 10.19-20, tenemos derecho a adorar y servir en el lugar santísimo. Cristo nos abrió el acceso por su sacrificio.
- En el Antiguo Pacto, solo los levitas eran los autorizados para tocar los instrumentos. Tenían que ser descendientes directos de la tribu de Leví. Nadie más tenía derecho a hacerlo. Menos los gentiles. Ni siquiera podían acercarse al templo. Si el Antiguo Pacto estuviera en rigor hoy, no podríamos ni siquiera acercarnos al templo, sino nos hubieran matado antes de entrar.
- El Antiguo pacto fue abolido, siendo abolido y quitado todo el servicio del culto judío. No podemos decir que Dios abolió los sacrificios de animales, el incienso, el sacerdocio levítico y las fiestas solemnes de los judíos y que solo nos dejó la música instrumental. Si Dios lo abolió, entonces, lo abolió todo y nos trajo un nuevo culto, con una nueva adoración.
- En el Nuevo Pacto la adoración que Dios espera es que CANTEMOS. Que sea el producto de nuestros labios y que sea la expresión de nuestro corazón. Todo lo demás queda excluido, por el claro mandamiento de Dios.
- En el Nuevo Testamento no encontramos ningún pasaje que mencione los instrumentos musicales en el culto de adoración. Si Dios hubiese querido que le alabemos acompañado de instrumentos, él lo hubiese pedido explícitamente. NO DEJARÍA UN PUNTO TAN IMPORTANTE A NUESTRA DECISIÓN, SIN LEGISLAR ÉL AL RESPECTO.
- En el Nuevo Pacto los únicos pasajes que hablan de instrumentos en la era de la iglesia es en la referencia a los ángeles tocando arpas delante de la presencia de Dios en el libro de Apocalipsis 5.8; 14.2; 15.2. Pero, debemos recordar que el libro de Apocalipsis es un libro de símbolos. Y no debemos mirarlo a la luz del prisma literal. La pregunta correcta sería: ¿Qué significan estos símbolos? Porque si entendemos que todo es literal, deberíamos aceptar varias cosas en la iglesia, ya que hablan de incienso, la adoración en el templo de Jerusalén y muchas cosas más. Por ejemplo, el incienso nos dice el 5.8, son las oraciones de los santos y aquí cuando hablamos de los arpistas, se refiere a las alabanzas del pueblo de Dios. Y aunque fuera cierto que Apocalipsis se entiende literalmente, igual no podríamos introducirlos en la iglesia. Porque son los ángeles quienes están con las arpas. O sea, los únicos que estarían autorizados serian ellos, y no ningún hombre.
[Nota añadida por el administrador de esta Web. Un estudio más a fondo sobre Las arpas de Dios se encuentra en www.editoriallapaz.org/apocalipsis_arpas.htm.]
Parte 1 de El canto a capela
Parte 3 de El canto a capela
Razones de peso para excluir instrumentos de música del culto y otras actividades de la iglesia
La adoración cristiana: ¿La bíblica, la tradicional o la contemporánea? Estudios y diálogos
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