TEMA
Morando en tiendas. Esperando la ciudad celestial.
NOTAS para el desarrollo de este tema: "Morando en tiendas. Esperando la ciudad celestial".
A continuación, el texto incluido en la imagen.
1. “Por la fe”, Abraham “habitó como extranjero... en tierra ajena, morando en tiendas... porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios” (Hebreos 11:8-16).
Nuestro cuerpo físico es un “tabernáculo” (tienda), una “morada terrestre” portátil para el alma, la cual la lleva y ubica donde quisiera, ya en lugares peligrosos, ya en sitios protegidos, frescos y bellos, usándola para bien o para mal, conforme a su visión y agenda para esta vida.
2. Comprendiendo el sabio que su “tienda” terrenal es frágil y poco duradera, anhela y procura “un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos” (2 Corintios 5:1-10).
3. Para el sabio, este mundo es “tierra ajena”. Más duradero que su cuerpo físico, pero también destinado, siendo cosa hecha y visible, a la destrucción (2 Cor. 4:18; Heb. 12:25-29).
4. Obedece al evangelio, confiado en recibir, “mejor” mundo, ciudad y morada, confesando ser extranjero y peregrino “sobre la tierra”.
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