TEMA
La leyenda del castor y el escorpión
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A continuación, el "Texto" incluido en esta diapositiva.
La leyenda del castor y el escorpión
El castor es diestro nadador, pero el escorpión no acostumbra nadar.
Deseando el Sr. Escorpión cruzar al otro lado de un río, se acerca al Sr. Castor, diciéndole: “Sr. Castor, tú eres buen nadador. En cambio, tu siervo no puede nadar. Hazme el favor de llevarme sobre tu ancha espalda al otro lado de estas aguas.”
”¡NEGATIVO!”, responde el Sr. Castor.“Tú tienes fama de envenenar a los demás seres.”
Replica el Sr. Escorpión: ”Pues, así es, pero, te doy mi palabra de no hacerte daño, Sr. Castor.”
El castor accede a la petición del escorpión. A mitad del río, de repente el escorpión hinca con su aguijón al castor.
Este, retorciéndose con el dolor, grita al escorpión: “¿Qué has hecho? Nos has matado a los dos. Me diste tu palabra”.
A lo cual contesta el escorpión: “No pude evitarlo. Es mi naturaleza instintiva. No puedo cambiar”.
1. “No puedo evitarlo. No puedo cambiar. Es mi naturaleza. Así soy yo.”
Esto mismo dicen muchos, justificando sus malas mañas, delitos y pecados. En el hogar... trabajo... calle... iglesia.
2. Sin embargo, “Dios manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan” (Hechos 17:30).
Por lo tanto, ¡todos podemos cambiar!
El que, andando tal cual “escorpión”, suele envenenar a otros, al nacer de nuevo en Cristo, se transforma en “nueva criatura” sana y útil (Colosenses 3:5-15).
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