Capítulo Cuatro del Análisis

Las siete trompetas

Los capítulos 8, 9, 10 y 11 del libro de Apocalipsis

La Sexta Trompeta

(el “segundo ay”)

Apocalipsis 9:13-19; 10:1-11; 11:1-14

Los Dos Testigo de Apocalipsis 11

Escena 9

 El fin del testimonio de los Dos Testigos,
la Guerra contra ellos y su Muerte
 

TImagen de la línea de timepo que ubica el ministerio de 1,260 días de los Dos Testigos de Apocalpsis en el Poco de Tiempo después del Milenio.

 

 

 

 

 

 

 

 

V. El fin del testimonio de los Dos Testigos, la guerra contra ellos y su muerte

"Cuando hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá y los matará" (Apocalipsis 11:7).

A. "Cuando hayan acabado su testimonio..."

1. Los Dos Testigos acaban su testimonio al concluirse el período señalado como el de los "mil doscientos sesenta días", sea cual sea la duración del tiempo real abarcado por este número tenido por simbólico“Simbólico”, es decir, no necesariamente exacto, mas, sin embargo, a entenderse en correlación con el “poco de tiempo”, “los mil años”, los “cinco meses”, los “cuarenta y dos meses” o cualquier otro tiempo o época de Apocalipsis.

Profetizan “por mil doscientos sesenta días”.

Después, no siguen profetizando. 

2. Los “mil doscientos sesenta días” no comprenden toda la etapa llamada el “poco de tiempo”. Esto lo sabemos porque otros acontecimientos toman lugar después de acabar los Dos Testigos su testimonio durante los “mil doscientos sesenta días”.

A continuación, los detallamos.

a) “…la bestia hace guerra contra ellos…” El que esta “guerra” sigue el período de “mil doscientos sesenta días” se pone de relieve mediante las dos cláusulas: “Cuando hayan acabado su testimonio” y “la bestia hace guerra contra ellos…” 

¿Cuándo “hace guerra contra ellos” la bestia? Precisamente, “cuando hayan acabado su testimonio…” 

Así que, dado que el fin de los “mil doscientos sesenta días” marca el fin de “su testimonio” es evidente que la “guerra contra ellos” ocurre después de los “mil doscientos sesenta días”.

b) Los Dos Testigos son muertos después del fin de los “mil doscientos sesenta días”. La “guerra” que hace la bestia contra los Dos Testigos no es una “guerra” cualquiera sino una guerra decisiva y fulminante que resulta en su muerte

“La bestia” hace “guerra contra ellos… y los mata.

Esta “guerra” es la de Armagedón.

c) Muertos los Dos Testigos, sus cuerpos son expuestos en la “plaza de la grande ciudad” durante tres días y medio, hecho revelado en Apocalipsis 11:9.

d) Pasados los tres días y medio, se levantan sobre sus pies, y escuchando “una gran voz del cielo, que les decía, Subid acá”, acto seguido, suben “al cielo en una nube (Apocalipsis 11:11-12).

e) Luego, según el contexto de Apocalipsis 11:12, Dios trae sobre “sus enemigos”, como también sobre el planeta Tierra, la explosión de fenómenos destructivos que se presentan en Apocalipsis 11:13; 16:18-21 y 19:11-21.

Queda, pues, confirmado plenamente que los “mil doscientos sesenta días” no abarcan todo el “poco de tiempo”, ya que esta etapa se extiende hasta el fin del tiempo mismo.

3. Tomando el debido cuidado de ubicar correctamente todos estos eventos en la línea del tiempo, observamos que todos toman lugar antes de que suene la voz de la Séptima Trompeta, voz que señala el fin del tiempo (Apocalipsis 10:5-7).

Cesa el testimonio de los Dos Testigos, la bestia hace guerra contra ellos, los vence y los mata: todo esto acaece antes de sonar el Séptimo Ángel su trompeta, evento que ocurre ya pasado “el segundo ay” (Apocalipsis 11:14-15).

4. Obviamente, los Dos Testigos no profetizan ni testifican durante la última "guerra" espiritual (Armagedón) de la Era Cristiana. Ni tampoco, huelga decir, durante los tres días y medio cuando están muertos.

¿Significan estos hechos que el evangelio no será proclamado a los descreídos y desobedientes a Dios durante el tiempo de aquella última "guerra", ni tampoco durante los días que la siguen, cualquiera sea el número de estos?

Realmente, la única inferencia lógica es que el evangelio no les será proclamado más.

¿Por qué proclamárselo? Al fin y al cabo, los seres humanos descreídos, pervertidos y depravados que quedan en la tierra después de todas las últimas plagas traídas para hacerles arrepentirse, son tan duros de corazón que el evangelio jamás haría mella en sus almas rebeldes llenas de odio hacia el Creador.

Para ellos, ya habrá caducado el tiempo de gracia y salvación.

Dios les concede tiempo y oportunidades, aun castigándoles con el propósito de hacerles recapacitar, pero ellos se mofan continuamente de la misericordia que él les profiere con bondad y longanimidad, aun blasfemando contra él por sus plagas (Apocalipsis 16:21).

Así pues, ¡ya no hay remedio para ellos!

En esto, pisan los talones de los antiguos israelitas en el tiempo del rey Sedequías. 

“Mas ellos hacían escarnio de los mensajeros de Dios, y menospreciaban sus palabras, burlándose de sus profetas, hasta que subió la ira de Jehová contra su pueblo, y no hubo ya remedio” (2 Crónicas 36:16).

¿Cuándo toma Dios represalia fulminante y terminante contra los humanos que le rechazan? Solo cuando ya no hay remedio. ¡Apuntémoslo! Y qué lo tengamos siempre presente. La longanimidad de Dios para con almas rebeldes es admirable en grado sumo. Maravilloso atributo de él que sus acérrimos enemigos cegados no aprecian, ni pueden hasta no hacer pedazos sus armaduras satánicas, reconociendo, humillados, su espíritu magnánimo y buena voluntad hacia los humanos, deseando él la salvación de absolutamente todos (1 Timoteo 2:1-5; Romanos 12:2).

“¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?” (Romanos 2:4)

B. "…la bestia que sube del abismo..."

1. "…la bestia..." La identidad de esta “bestia” se establece sin dificultad.

a) ¿Quién fue encerrado en el abismo al principio del Milenio? Satanás (Apocalipsis 20:1-3).

b) ¿Quién "sube del abismo"? Pues, ¡el mismo que fue encerrado! A saber, Satanás. Entonces, Satanás es la "bestia" que "sube del abismo".

c) ¿Por qué presentar a Satanás como una "bestia"?

Por la sencilla razón de que la "bestia", en las visiones apocalípticas, simboliza, en sentido global, todos los reinos de la tierra que se oponen a Dios, enseñanza desarrollada ampliamente en la exposición sobre el capítulo 13 de Apocalipsis, y Satanás es el agente responsable de engañarlos, según Apocalipsis 16:12-14 y 20:7-8.

Él es, en definitiva, el "poder corrupto y malísimo" que opera en los reinos terrenales-seculares-políticos engañados, perseguidores, depravados, idolátricos, ateos.

2. "…sube del abismo…"

a) ¿Cuándo sube la bestia “del abismo”? En estas visiones de la Escena 9 de la Sexta Trompeta, no se nos informa el tiempo de este evento siniestro.

b) Sin embargo, no estamos sin luz al respecto. La información sobre cuándo sube la bestia del abismo se divulga en las revelaciones de Apocalipsis 20:1-9, donde aprendemos que la "bestia... sube del abismo" al finalizarse “los mil años”, o sea, al concluirse el Milenio e iniciarse el “poco de tiempo”.

“Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión (Apocalipsis 20:7). ¿Qué pasará cuando el Milenio llegue a su fin? “…Satanás será suelto de su prisión.” Una vez “suelto de su prisión”“sube del abismo”

Así que, al principio del "poco de tiempo", Satanás “sube del abismo” y procede, enseguida, a engañar a las naciones, reuniéndolas y preparándolas para la "batalla" de Armagedón (Apocalipsis 16:12-16). 

Lograda su infernal agenda diabólica en lo concerniente a las naciones, desata entonces "guerra" contra los Dos Profetas.

En Apocalipsis 20:9, esta misma “guerra” se presenta de la siguiente manera:

Satanás, Gog y Magog “rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada”. “Campamento” y “ciudad amada” son figuras retóricas que representan la iglesia en la tierra, con sus mensajeros y maestros fieles al frente.

Inequívocamente, estos datos enseñan que la bestia “sube del abismo” a principios del “poco de tiempo”.

C. "…hará guerra contra ellos..."

1. Esta "guerra" de la bestia contra los Dos Testigos es la de Armagedón.

A consecuencia de esta última gran guerra espiritual, los Dos Testigos, entenderse, sus representantes en la tierra, son muertos, completándose el número de los mártires del Señor, conforme a la profecía de Apocalipsis 6:11.

Mas, sin embargo, levantados los Dos Testigos después de tres días y medio, son arrebatados para el cielo.

Entonces, prontamente son muertos los obstinados pecadores que no quisieron arrepentirse pese a las plagas traídas para hacerlos recapacitar (Apocalipsis 19:21).

Y la bestia que subió del abismo, habiendo sido el causante principal de una tragedia de tan grande magnitud, es echada en el infierno, juntamente con el falso profeta (Apocalipsis 19:20).

Así, llega la humanidad a su fin en la tierra, y luego el planeta Tierra mismo es destruido totalmente.

2. Hemos afirmado que los Dos Testigos dan su "testimonio" durante el "poco de tiempo" que antecede el fin del universo, y ahora vemos que Apocalipsis 11:7 respalda fuertemente nuestra hipótesis.

a) Satanás sube del abismo al principio del "poco de tiempo", adquiriendo tanto poder que se convierte en dueño y señor de las naciones.

Astutamente, se posiciona en el escenario terrenal de tal manera que se le hace factible comenzar a acosar duramente a los Dos Testigos.

¿Cuándo persigue a los Dos Testigos? Durante el “poco de tiempo”.

Por consiguiente, se cae de la mata que los Dos Testigos efectúan su obra durante el “poco de tiempo”.

(1) Adquiriendo cada vez más poder, seguidores y simpatizantes, Satanás monta contra los Dos Testigos la “guerra” de Armagedón hacia finales del “poco de tiempo”.

(2) Los Dos Testigos son muertos a consecuencia de la “guerra” de Armagedón.

Por lo tanto, la deducción ineluctable es que los Dos Testigos dan su testimonio durante el "poco de tiempo", etapa final de la Era Cristiana cuando Satanás queda suelto.

b) He aquí, a continuación, otra deducción importante basada en estos hechos: la obra que realizan los Dos Testigos “vestidos de cilicio” no la efectúan durante el Milenio.

 

En la siguiente “Línea de Tiempo”, se ubica el Ministerio de los Dos Testigos,
de Apocalipsis11, en el 
“poco de tiempo” después del Milenio. Explicación
fundamentada en los parámetros precisos del texto bíblico.

Gráfica de línea de tiempo para el ministerio de los Dos Testigos en el Poco de Tiempo, comenzando la línea con el establecimiento de la iglesia y terminando con Armagedón y la Segunda Venida de Cristo.

 

Ya que el “poco de tiempo” transpira después de “los mil años” (el Milenio), y dado que los Dos Testigos profetizan “vestidos de cilicio” durante el “poco de tiempo”, ha de ser del todo evidente que lo que hacen en la Escena que estamos analizando no lo hacen durante el Milenio, como tampoco después del “poco de tiempo”.

c) Y todavía otra deducción también importante: lo que hacen los Dos Testigos en esta Escena no lo hacen durante la época del Imperio Romano, como tampoco durante la Edad Media, ya que estas dos épocas preceden, por mucho, el “poco de tiempo”.

Por lo tanto, yerra seriamente quien coloque a estos Dos Testigos de Apocalipsis 11 en el tiempo del Imperio Romano o en el de la Edad Media.

D. "…y los vencerá y los matará."

1. La "bestia", la que simboliza a las naciones y a los gobernantes "de la tierra en todo el mundo" (Apocalipsis 16:14) engañados por Satanás, se arremete contra los Dos Testigos, matándolos.

2. ¿A quiénes deberíamos aplicar la profecía "…los vencerá y los matará"?

a)  Para el entendimiento de esta profecía, conviene tener presente siempre el hecho de que los Dos Profetas, es decir, Jesucristo y el Espíritu Santo, obran, según la tesis que estamos desarrollando, en la tierra mediante la iglesia auténtica de Dios, con sus ministros fieles al frente en la calidad de portavoces y defensores de la Palabra inspirada

“Auténtica”, reiteramos, y no apóstata. Sujeta solo al Nuevo Testamento, y no a tradiciones o credos humanos.

b) Pues bien, "…los vencerá y los matará" no quiere decir que Satanás venza y mate literalmente a Cristo y al Espíritu Santo.

Por cierto, tanto aquel como este seguirán ocupando sus lugares respectivos en las regiones celestes de Dios, más allá del alcance de Satanás.

Mas, sin embargo, al ser callados, derrotados y muertos en la tierra los portavoces y defensores fieles del evangelio, efectivamente, ¡Jesucristo y el Espíritu Santo quedan SIN representantes activos en la tierra! 

Ahora bien, para las masas de incrédulos y depravados adueñados de la tierra hacia finales del “poco de tiempo”, capitaneados por Satanás mediante gobernantes hechizados por él, el efecto será como si realmente hubieran derrotado y dado muerte a Cristo y al Espíritu Santo.

¡Ya no se escucha su voz autoritaria en la tierra! ¡Ya no se siente su presencia entrometida y molesta! ¡Ya no se escucha esa Palabra que atormenta!

Efectivamente, para los incrédulos y depravados recalcitrantes, ¡Cristo y el Espíritu Santo han sido muertos! Es más: ¡Dios mismo ha muerto! 

Desde luego, esta fase de la "guerra" de "Armagedón" es solo la primera. 

La real verdad es que Cristo y el Espíritu Santo siguen en poder en el cielo.

Muy pronto vendrá el Señor con sus "ejércitos celestiales" para iniciar la segunda fase de Armagedón, en la que Satanás y todos sus secuaces quedan derrotados eternamente, siendo echados al lago de fuego y azufre.

c) Así pues, en la tierra, "…los vencerá y los matará" se aplica literalmente a los portavoces y defensores fieles de la iglesia leal a Dios que proclamen las profecías relevantes, dando "testimonio" verdadero, durante los "mil doscientos sesenta días". 

Estos son los siervos que serán vencidos, muriendo algunos por la fe, y completándose de este modo el número de mártires, conforme a la visión del Quinto Sello (Apocalipsis 6:9-11).

3. ¿Cómo deberíamos entender los verbos "vencerá... y matará"? ¿Acaso signifiquen que los incrédulos del tiempo del fin (tratándose de los "gentiles" que hollarán la ciudad santa y de la "bestia”, o sea, de los gobernantes engañados) supriman forzosamente a la iglesia auténtica del Señor, venciendo y matando físicamente a los siervos que profetizan y dan testimonio durante los "mil doscientos sesenta días"? ¿O, al menos, a una parte de ellos, callándose los demás por haber llegado a su fin el tiempo de gracia y salvación?

De hecho, esta parece ser, razono, la interpretación más lógica. Consideremos:

a) Esta interpretación concuerda perfectamente con el cuadro del "campamento de los santos y la ciudad amada" proyectado en Apocalipsis 20:7-9, según el cual la iglesia es sitiada por las naciones engañadas.

Literalmente acorralada

Materialmente atacada

Perseguida físicamente

b) Igualmente, armoniza con la profecía de Apocalipsis 6:9-11, conforme a la cual el número de los mártires habría de ser completado después del Milenio.

Hacia fines del “poco de tiempo”, la bestia vence y mata, materialmente, a algunos de los cristianos fieles, completándose estos el número de los mártires.

c) Además, concuerda con el evento de la resurrección enseñado en esta misma serie de profecías sobre los Dos Testigos (Apocalipsis 11:11-12). Estos se levantarán “sobre sus pies”, visiblemente, en presencia de sus enemigos atónitos y atemorizados.

Se trata, pues, de la resurrección del cuerpo físico, y tal resurrección presupone la muerte del cuerpo físico.

Desde luego, el cuerpo físico resucitado de esta manera sería transformado en “cuerpo espiritual” al subir estos mártires “al cielo en una nube” (Apocalipsis 11:12).

“Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual.(1 Corintios 15:44)

d) Pero, ¿no quiere decir la expresión "…los vencerá y los matará" que la "bestia" (las naciones engañadas) conquistaría las mentes y almas de los siervos fieles de Cristo, matándolos solo en sentido espiritual retórico, y no físicamente?

Pues, aunque suene meritoria esta interpretación, examinándola con detenimiento, encontramos deficiencias notables. A continuación, presentamos, respetuosamente, nuestros hallazgos.

(1) Por ejemplo, algunos que están relacionados con el trasfondo de la cláusula “los vencerá y los matará”.

Observamos que los portavoces y defensores del evangelio verdadero que proclaman, “vestidos de cilicio”, profecías y dan testimonio durante los "mil doscientos sesenta días", permanecen fieles a Dios durante todo referido período.

En todo el texto, no detectamos ni asomo de evidencia que indique lo contrario. Atormentan a los incrédulos con sus profecías acertadas y testimonio claro. No ceden ante sus burlas, blasfemias y hostigamientos. No se dejan engañar. Cumplen valiente y responsablemente su encomienda, su misión, su obra, hasta acabar “su testimonio”.

Planteamos que este trasfondo no lo deberíamos obviar en la interpretación de la expresión "…los vencerá y los matará". 

Obviamente, son vencidos y muertos en contra de su voluntad. No vencidos y muertos metafórica, moral o espiritualmente sino material y corporalmente. 

Volvemos a recalcar que en todo el pasaje no hay ni una pizca de evidencia que nos lleve a cuestionar la verticalidad tanto moral como espiritual de los siervos de Dios que hacen el papel de representar a Cristo y al Espíritu Santo en estos escenarios, ni tampoco su valentía ante los enemigos de la fe verdadera.

Algunos de ellos pagan el sacrificio supremo por su fidelidad insobornable, su valentía invencible, a saber: ¡el martirio por la causa de Cristo!

(2) Algunos hallazgos relacionados con su resurrección.

 (a) Muertos estos representantes de Cristo y el Espíritu Santo, a los tres días y medio ¡resucitan! (Apocalipsis 11:11-12).

(b) Preguntamos: ¿de qué manera resucitan?

¿Resucitan solo en sentido figurado de una "muerte" espiritual, o resucitan corporalmente?

¿En qué consiste su resurrección? ¿Solo de arrepentimiento y restauración a sus puestos y tareas? ¿Después de haber abandonado ellos, teóricamente, el Reino de Dios durante determinado tiempo a causa de la fuertísima oposición de poderes seculares engañados por Satanás?

¿"Resucitan" solo en el sentido de volver a ser fieles ministros de Dios?

Respondemos a estas preguntas con un rotundo “¡Negativo!”

Tales ideas y suposiciones no armonizan con los hechos. Según los versículos 11 y 12, al resucitar estos representantes de Cristo y el Espíritu Santo, ¡no vuelven a profetizar ni dar testimonio en la tierra, sino que suben "al cielo en una nube"!

Ningún indicio se halla de “arrepentimiento y restauración a puestos y tareas”. Acabaron su testimonio, y “sus enemigos” los mataron. No reanudarían su testimonio. ¡Suben “al cielo en una nube”!

Por lo tanto, se infiere, necesaria y obligatoriamente, que su resurrección no es meramente figurativa, ni tampoco espiritual, sino real.

Siendo, pues, verdadera su resurrección, y no figurativa ni espiritual, la única deducción lógica acerca del tipo de muerte que sufrieron es que fue física. Definitivamente, fue física y no meramente figurativa, como tampoco espiritual.

 

 


 

La próxima Escena 10. Los Dos Testigos muertos por tres días y medio.

Contenido completo del Capítulo Cuatro

Apocalipsis: análisis de las profecías y visiones. Solo el TEXTO del comentario.

Apocalipsis: análisis de las profecías y visiones. El contenido completo del comentario. Textos y diapositivas.

 

DANIEL. Lista de estudios y diapositivas en esta Web.

 

 

  

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