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América está borracha
Por Dr. Keith Ablow
Publicado 14 de enero de 2012
Dr. Keith Ablow FNC
Traducido del inglés por Homero Shappley de Álamo
Borrachos antes del amanecer. www.clevescene.com
Jóvenes en Puerto Rico toman bebidas embriagantes.
Estas dos fotografías no aparecen en el artículo original
publicado por www.FoxNews.com.
“De acuerdo con los Centros para el Control de Enfermedades, nos estamos convirtiendo en una nación de borrachos. Perros de caza persiguiendo borracheras.
Nuevos datos revelan que uno de cada seis estadounidenses se traga, en unas pocas horas, ocho bebidas mezcladas, cuatro veces al mes. Tratándose de jóvenes entre las edades de 18 y 24, el 28% se da un atracón de bebidas embriagantes cinco veces al mes, tomando siete bebidas en una sola ocasión. Y el 13% de aquellos que tienen entre 45 y 65 años de edad hacen otro tanto cinco veces al mes.
Noticas sobre semejante magnitud de intoxicación –la que resulta, para decenas de millones de americanos, en estados de conciencia alterados frecuente y dramáticamente- da lo mismo como si nos informaran que una cuarta parte de la juventud estuviera esnifando medio grama de cocaína más de una vez por semana o inyectándose heroína con la misma frecuencia. No son menos intensos los efectos psicológicos-cognitivos de siete u ocho tragos, y posiblemente, sean aun más dramáticos.
Reflexione sobre esto: Una porción significante de nuestra población no quiere estar presente durante porciones considerables de todas y cada una de las semanas. Esto es lo que está sucediendo. Determinar por qué está pasando es de extrema importancia.
Mi teoría es que los estadounidenses están huyendo de la realidad. Confrontando hechos dolorosos –incluso el estado precario de la economía, la creciente tormenta fomentada por musulmanes militantes en general, y los de Irán en particular, el desmoronamiento de la institución del matrimonio en este país, la invasión de nuestras fronteras y la situación caótica de nuestro sistema de seguro de salud (nombrando solo un puñado de los problemas que requieren, desesperadamente, nuestra atención) –nosotros, como nación, estamos bebiendo, endrogándonos, apostando, fumando, Facebooking, YouTubing, usando estupefacientes, Kardashianing, Adderalling, Bono-ing (por ejemplo, dando por buena la huida triste que hace Chaz de la realidad), Prozacking, Twittering y Sexting hasta aniquilarnos a nosotros mismos.
El hecho de hacer nosotros esto como cultura se constituye, llana y simplemente, en el derrotero psicológico más ominoso que jamás hayamos enfrentado. No exagero.
No refrenado, esto creará, literalmente, a una nación de ausentes, incapaces de invocar una visión real con el propósito de confrontar amenazas reales, incapaces de encontrar valor verdadero con el que derrotar a enemigos reales, incapaces de apretarse el cinturón, tomando las medidas fuertes necesarias para restaurar estabilidad económica; incapaces de informar a nuestros amigos que los defenderemos aun hasta la muerte, de ser necesario.
Porque los borrachos carecen de la capacidad para tolerar sufrimiento, o de contemplar claramente el futuro, o de hacer salir, desde sus más adentros, creatividad extraordinaria, o de erguirse y disciplinarse fuertemente, con una valentía que resuene con tan completo realismo, con tan plena sobriedad, que se doblen las rodillas de nuestros adversarios.
Vea, pues, que cuando usted se intoxica durante el 5%, o el 10%, de su vida, esa experiencia (o más bien, carencia de experiencia) puede contaminar también el resto de su vida. Porque suprimir usted la verdad acerca de sí mismo –incluso su ansiedad y voluntad- un día de cada siete días, es suficiente para inclinar la balanza de su pensar hacia el lado contrario de la introspección, contrario a la intuición y contrario al envolvimiento real, tanto con otros como con el mundo en derredor suyo.
A propósito, más leyes jamás podrían resolver este problema. Una nueva ‘Prohibición’ no daría por resultado contener la marea del deseo pujante de un porcentaje significante de estadounidenses de anestesiarse a sí mismos durante una porción considerable de sus vidas. El único antídoto será la determinación decisiva de individuos a vivir sus vidas, a estar presentes conscientemente y a valerse –verdaderamente.
Ya es hora de que América se desintoxique. Bien que nuestro futuro sea incierto, nuestro potencial sigue siendo tan grande como en el día cuando primero Dios bendijo a América. Pueda que esto mismo induzca a mucha gente a tomar siete u ocho tragos corridos, pero oro que, más bien, induzca a más personas a quitar la borrachera.”
El Doctor Keith Ablow es psiquiatra y miembro del A-Equipo Médico de Fox News. El correo electrónico del Dr. Ablow es [email protected].
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