La iglesia verdadera, según Dios

Evangelio de prosperidad. Pastores y pastoras que lo proclaman. Mercadería religiosa en gran escala. Muchos ejemplos y análisis en esta Web.

Pentecostales y pentecostalismo. Gran cantidad de análisis, intercambios y noticias relevantes en esta Web.

 

Lenny nos censura fuertemente por hablar “mal” de Joyce Meyer.

(Segundo correo) Lenny responde a nuestras preguntas y planteamientos.

  

   
www.tedwright.com

Fotografías de la casa lujosa de Joyce Meyer, la cual fue ofrecida en venta, en el año 2008, por $1,995,000.00 dólares.



Joyce Meyer. Pelo cortitito. Luciendo unas cuantas joyas. Blusa blanca; pantalón blanco. Pastora riquísima "sexy". ¿Modelo de mujer cristiana casta?

Escribe Lenny

“Leí una publicación hecha por ustedes, donde CRITICAN a la predicadora JOYCE MEYER. Qué lástima, que digan que son cristianos y hagan eso. ¿Acaso pretenden ganar adeptos a sus congregaciones, hablando MAL de los demás? ¿Quiénes son ustedes para JUZGAR? ¿Por qué no aplican todos esos pasajes de la Biblia donde dicen que solo DIOS puede juzgar?

Yo soy fiel seguidora de JOYCE MEYER. No me importa si ella tiene propiedades, o si es multimillonaria, cuántos aviones tiene ella o sus hijos. Nada de eso cuenta para mí.  Si ella hace mal uso de las donaciones que le llegan, eso es problema de ELLA. Y ELLA  tendrá que dar cuenta de eso a Dios. Pero sus prédicas han transformado mi vida y la de mi familia. Por sus prédicas he llegado a CREER en JESÚS, en DIOS y en el ESPÍRITU SANTO. Ella ha sido el instrumento que DIOS está utilizando para llevarme a ÉL.”

 

Respondemos a sus preguntas y planteamientos.

Copiando de nuevo el correo de la dama Lenny, intercalamos respuestas y comentarios nuestros.

“Leí una publicación hecha por ustedes, donde CRITICAN a la predicadora JOYCE MEYER. Qué lástima, que digan que son cristianos y hagan eso. ¿Acaso pretenden ganar adeptos a sus congregaciones, hablando MAL de los demás?

-Respuesta.

-Estimada dama Lenny, ya que en la segunda oración de su comunicación pone usted en entredicho el que seamos “cristianos”, nos parece necesario y justo informarle, en nuestra primera oración, que identificar y denunciar a falsos profetas, maestros y apóstoles, bien sean mujeres o varones, lo hace todo aquel que es fiel seguidor de Cristo y los apóstoles, pues no solo lo hacían estos sino que ordenaron que hicieran lo mismo todos los hijos de Dios. ¿No ha leído usted Mateo 23? En este texto, Jesucristo señala y critica severamente a los fariseos y saduceos de su época como maestros religiosos equivocados, llenos de hipocresía. ¿No ha leído usted Juan 2:13-22, donde se relata cómo el Señor echó, con coraje, a los mercaderes del templo judío? ¿No ha leído usted la exhortación del apóstol Juan en 1 Juan 4:1? “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios, porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.” Así que, ¿por qué tenernos “lástima” si solo hacemos lo que nos encomendó el Espíritu de Dios? Probamos “los espíritus si son de Dios”, no eximiendo a Joyce Meyer. ¿No prueba usted a “los espíritus”, incluso a Joyce Meyer? Ay de usted si no lo hace, pues hoy día también “muchos falsos profetas han salido por el mundo”, al igual que en el Siglo I.

-Querida dama Lenny, presentar hechos sobre cualquier personaje religioso del presente –hechos comprobados por evidencias incontestables- evaluándolos objetivamente a la luz de verdades bíblicas claras e indisputables, no es hablar “mal” de otros sino traer a la atención del público datos que merecen ser considerados y pesados en la balanza espiritual de Dios. No hablamos “mal de Joyce Meyer”; hablamos la verdad, comparando su mensaje y conducta con el patrón infalible de las Sagradas Escrituras. No hablamos chismes o difamaciones acerca de Joyce Meyer sino realidades verificables sobre sus ministerios, estilo de vida, ingresos, posesiones y el uso de fondos recibidos por ella de parte de veintenas de miles de contribuyentes tales como usted. Y si esto no es así, que lo demuestre usted, o cualquier otro, con pruebas irrefutables. De haber tales pruebas, retractaremos públicamente el artículo publicado en nuestro sitio de Internet sobre la señora Meyer.

-Al descubrir el rol religioso verdadero de personajes populares tales como Joyce Meyer, no pretendemos “ganar adeptos” a nuestras congregaciones, sino informar, crear conciencia, advertir posibles consecuencias muy desagradables para los que los sostienen económicamente.

 

“¿Quiénes son ustedes para JUZGAR? ¿Por qué no aplican todos esos pasajes de la Biblia donde dicen que solo DIOS puede juzgar?”

-Respuestas y aclaraciones

-Fíjese, respetada Lenny, usted juzgó a Joyce Meyer y la encontró buena, una verdadera mensajera de Dios, una predicadora, una maestra llena del Espíritu Santo. ¿No es así? Pero, ¿quién es usted para formular tal juicio sobre Joyce Meyer? ¿Cuáles son sus credenciales para emitir tal juicio? ¿Cuál es su criterio? ¿Es su criterio para juzgar, su regla para medir, el mismo criterio, la misma regla, que Dios ha establecido?

-“No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con sano juicio”, manda el Señor Jesucristo, según Juan 7:24. De manera que la Biblia no dice “que solo DIOS puede juzgar”. Por cierto, solo a él le corresponde juzgar el destino eterno de toda alma. Más sin embargo, en esta vida, tratándose de predicadores, profetas y los demás líderes religiosos, a todo ser humano le incumbe obedecer rigorosa y constantemente el mandamiento del Hijo de Dios: “No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con sano juicio”. ¿Así juzga usted? ¿Así juzgo yo? No conforme a “las apariencias”. No conforme a lo que digan, pretendan o aparenten ser, sino “con sano juicio”. Este “sano juicio” se fundamenta sobre la verdad de Dios entendida correctamente, y no tergiversada. En lo concerniente a los centenares de miles de hombres y mujeres que se levantan ante el público como “enviados de Dios”, ninguno que carezca del conocimiento esencial de la verdad de Dios tal cual revelada en el Nuevo Testamento podría emitir “sano juicio” sobre ellos. Para el “sano juicio”, primero es indispensable saber la ley. ¿Acaso puede un juez civil pronunciar sano juicio si él mismo desconoce la ley? Pues, tampoco puede persona alguna juzgar “con sano juicio” a cualquier representante religioso si desconoce “la ley de Cristo” que determina quién es, verdaderamente, ministro competente del “nuevo pacto” (2 Corintios 3:6-17).  

 

“Yo soy fiel seguidora de JOYCE MEYER.”

-Comentario nuestro. ¡Y yo soy fiel seguidor de JESUCRISTO! Eso creo. Dios sabe  si lo soy, o no. Por lo menos, estoy esforzándome para seguir fielmente a Cristo. No sigo a mujer religiosa alguna. Ni tampoco a ningún varón religioso del presente, o del pasado. Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre…” (Jeremías 17:5).

“No me importa si ella tiene propiedades, o si es multimillonaria, cuántos aviones tiene ella o sus hijos. Nada de eso cuenta para mí.  Si ella hace mal uso de las donaciones que le llegan, eso es problema de ELLA. Y ELLA  tendrá que dar cuenta de eso a Dios.”

-Comentarios nuestros.

-Pues, a mí sí me importa si Joyce Meyer “tiene propiedades… es multimillonaria”, etcétera, etcétera, a expensas de multitudes de personas que de Biblia no saben siquiera distinguir entre el Antiguo Testamento y el Nuevo, cuyas emociones y sentimentalismo se imponen a realidades y verdades, cuyo afán por “prosperidad y sanidad” se sobrepone al amor por la verdad de Dios, cuyas voluntades son tan débiles que pronto quedan dominadas, explotadas y llevadas dondequiera por tipos religiosos carismáticos. Multitudes de personas que carecen del conocimiento espiritual adecuado para discernir acertadamente a los muchos espíritus que han salido por el mundo en el nombre de Cristo.

-Usted, estimada Lenny, envía sus ofrendas a Joyce Meyer, pensando que “si ella hace mal uso de las donaciones… eso es problema de ELLA”. Pero, amada, si usted sostiene, mediante sus donaciones, a cualquier mercader religioso, a cualquier predicador o predicadora que traiga “un evangelio diferente”, pervirtiendo “el evangelio de Cristo” (Gálatas 1:6-10), ¿con qué justificación declararse a sí misma libre de toda responsabilidad o culpa? Ciertamente, tamaño problema se busca usted ante el Dios que nos advierte a no brindar apoyo alguno a los que no sigan la “doctrina de Cristo”. “Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido! Porque el que le dice: ¡Bienvenido! Participa en sus malas obras(2 Juan 10-11). También participa en “malas obras” todo aquel que envié ofrendas a tele evangelistas que cuya doctrina no sea la pura “doctrina de Cristo”. ¿Y qué recompensa recibirá el que participa en las “malas obras” de otros? Ya usted debería saber.

 

“Pero sus prédicas han transformado mi vida y la de mi familia. Por sus prédicas he llegado a CREER en JESÚS, en DIOS y en el ESPÍRITU SANTO. Ella ha sido el instrumento que DIOS está utilizando para llevarme a ÉL.”

-Observaciones nuestras

-Por las prédicas de Joyce Meyer, ¿ha llegado usted y su familia a ser bautizados en agua “para perdón de los pecados”, conforme a las enseñanzas precisas y claras de Cristo, el Espíritu Santo y los apóstoles? ¿Instruye Joyce Meyer a sus oyentes, o lectores, a bautizarse “enseguida” por ser el bautismo bíblico necesario para lavar los pecados? Escuchando el carcelero de Filipos y su familia el evangelio predicado por el apóstol Pablo, “en seguida se bautizó él con todos los suyos” (Hechos 16:25-34) Ananías dijo a Saulo de Tarso: Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate y lava tus pecados, invocando su nombre” (Hechos 22:16). ¿Así predica Joyce Meyer? En el día de Pentecostés del año 30 d. C., los apóstoles dicen a la multitud congregada en Jerusalén: “Arrepentíos, y bautícese, cada uno de vosotros, en el nombre de Jesucristo, para perdón de los pecados” (Hechos 2:38). ¿Así predica Joyce Meyer?

-Querida, una “transformación mental-moral-emocional-social de vida”, efectuada bíblicamente, es importantísima, pero también lo es el someterse a mandamientos del evangelio tales como el bautismo “para perdón”. ¿Ha sido Joyce Meyer “el instrumento” para llevarles no solo a las aguas bautismales sino también a una iglesia donde se adore “en espíritu y en verdad” (Juan 4:24), “decentemente y con orden” (1 Corintios 14:40)? ¿Les ha enseñado Joyce Meyer a participar de la “cena del Señor” cada domingo, conmemorando así cada semana la muerte de Cristo en la cruz (Hechos 2:42; 20:7; 1 Corintios 11:17-31)? ¿A ofrendar “cada primer día de la semana”, según se haya prosperado? ¿A cuál iglesia pertenece Joyce Meyer?

-¿Quiere usted decir que antes de escuchar a Joyce Meyer no supiera usted nada acerca de Jesús, Dios y el Espíritu Santo? ¿Qué no tuviera conocimiento alguno de la Deidad? ¿Qué fuera atea?

-¿Por qué escucharía usted a Joyce Meyer, en preferencia a cualquier otro que se presente como “mensajero de Dios”? ¿Acaso por tratarse de una mujer influyente, exitosa en su profesión, carismática, sumamente rica? ¿Se encuentra en el Nuevo Testamento de Cristo alguna mujer parecida a Joyce Meyer, alguna que fuera modelo para ella? ¿Qué enseña el Espíritu Santo en el Nuevo Testamento sobre el rol de la mujer en la iglesia, en la organización establecida por Dios para la iglesia? ¿Se lo ha enseñado Joyce Meyer? Por si acaso que no, a continuación, algunos textos claves para su estudio: 1 Corintios 14:33-40; 1 Timoteo 2:11-15 y Tito 2:3-5.

-Habiendo prestado atención a Joyce Meyer hasta el extremo de convertirse en “fiel seguidora” de ella, ¿ya no está dispuesta a escuchar a ningún otro, no exceptuándose este servidor? La mente cerrada aprisiona al alma tras rejas fuertes de prejuicios, asunciones, presunciones, percepciones erróneas, entendimiento incorrecto, convicciones mal formadas, fe ciega e intolerancia lastimosa, en celdas de ignorancia espiritual, bien que sea parcial o casi completa. ¡Dios nos libre del mal de “mente cerrada”!

-¿Así que “las prédicas” de Joyce Meyer “han transformada” su vida y la de su familia? ¿En cuáles aspectos?, quisiera saber este servidor. El “evangelio de la palabra de fe”, el cual ha engendrado “el evangelio de prosperidad y salud”, transforma vidas en términos de auto estima, confianza personal, superación personal, el positivismo como filosofía predominante, etcétera, sintiéndose el aficionado de tales “evangelios” una euforia, un “gozo”, una “transformación”, que cambia su mentalidad, que infunde valor, que motiva a la búsqueda insistente de “éxito y victoria” en esta vida material. Pero, tal “transformación” de mente, espíritu y alma no es precisamente la transformación completa de hombre carnal-material a hombre espiritual enseñada por el Espíritu de Dios en el Nuevo Testamento. Más bien, se trata, a nuestro entender, de una “transformación” orientada hacia “ricas bendiciones materiales” obtenibles, según se predica, en esta vida, al alcance de todo aquel que esté dispuesto a procurarlas según las directrices de predicadoras y predicadores tales como Joyce Meyer, Benny Hinn, Kenneth Copeland, T.D. Jakes, Rodolfo Font, etcétera. Sucede, pues, que no toda “transformación” es bíblica, pese a que sus proponentes citen textos de la Biblia en apoyo de sus prédicas.

-Así que, cualquier “transformación” que haya experimentado usted y su familia no constituye evidencia inexpugnable de ser Joyce Meyer “instrumento” escogido y puesto por Dios mismo. Aun los evangelios pervertidos (Gálatas 1:6-10) suelen contener elementos poderosos del evangelio puro, los que pueden producir frutos buenos, pese a los errores graves que corrompen al mensaje original de Cristo para la humanidad. Le ruego, pues, reflexionar, analizar objetivamente, abrir su mente y espíritu a otros puntos de vista, a no seguir ciegamente a nadie, a seguir buscando con mente abierta la verdadera transformación. Termino citando el siguiente consejo muy relevante encontrado en Romanos 12:2. “No es conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”

Dios alumbre los ojos de su entendimiento, al igual que los nuestros.

Su servidor en el Señor,

Homero Shappley de Álamo

 

 

Lenny responde y aclara

Su correo copiado electrónicamente, incluso las palabras subrayadas.

"Gracias por responder.  Quiero aclarar, que NUNCA he hecho donaciones a los Ministerios de Joyce Meyer.  Cuando digo que soy fiel seguidora me refiero a que casi todos los días miro sus programas.  Ella predica una forma de vida no una religión.  Y si, gracias ella asisto a una iglesia de sana doctrina como Casa sobre la Roca, allí cada domingo compartimos la cena y en cuanto llegamos, nos bautizamos.  Gracias a las prédicas de Joyce Meyer he aprendido a amar, perdonar, olvidar el pasado, vivir el presente no el pasado ni el futuro, cada día dependo de Jesús y creo en EL como mi único y suficiente salvador personal. Ella no predica una vida rica económicamente sino riqueza espiritual. No se si sea un falso profeta, pero hoy soy una mejor persona gracias a sus charlas.  Y sigo insistiendo que no me interesa lo que ella tenga, sino lo que predica; y si ella no lo practica, es problema de ella.  Yo escucho el mensaje, no al mensajero.  Ella me ha respondido cada que le he escrito pidiendo oración y me ha enviado libros y revistas, sin yo darle NADA. De nuevo gracias por responder."

 

-Observaciones nuestras. Estimada dama Lenny, le agradecemos estas aclaraciones de parte suya, pidiéndole perdón por cualquier presunción nuestra. Nos parece que se acerque usted bastante a la realidad al decir que Joyce Meyer lo que predica es una forma de vida, no una religión. Predica el mensaje, o “evangelio”, de la superación personal, del positivismo. La clasifico personalmente como mensajera motivacional del positivismo que relaciona su mensaje básico con algunos preceptos bíblicos.

-Encuentro muchos elementos muy positivos en el evangelio de Cristo –el valor intrínseco espiritual de cada ser humano, la gloriosa esperanza de una vida futura libre de todos los males del presente para las almas que aman a Dios y obedecen los mandamientos de Jesucristo (Juan 14:15, 21), pensar en todo lo bueno, verdadero, justo, puro, amable, etcétera, como exhorta el apóstol Pablo en Filipenses 4:8; creer, como aquel ilustre cristiano, que “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13). De hecho, si fuera este servidor a copiar todos los pasajes positivos del evangelio, tardaría buen tiempo. Sin embargo, un “evangelio solo de positivismo” resulta ser un “evangelio sin iglesia, sin pruebas, sin sufrimiento, prácticamente sin cruz, de gozo nada más; sin juicios, disciplinas divinas o infierno”. ¿Analizo correctamente?

-El que el típico mensaje motivacional ayude a personas a sobreponerse a su pobre autoestima, complejos dañinos, comportamiento antisocial, serios trastornos emocionales o mentales, etcétera, no lo dudo. Pero, esto no es todo del evangelio del Nuevo Testamento.

-Por cierto el “evangelio del positivismo”, o de la superación personal, no lo inventó la presente generación de tele evangelistas motivacionales. El “padre” de este “evangelio diferente” fue el Dr. Norman Vincent Peale, nacido en 1898, fallecido en 1993. Criado en la Iglesia Metodista, fue ordenado ministro metodista en 1922. Luego, en 1932 cambió a la Iglesia Reformada en América y fue pastor de la Iglesia Marble Collegiate, en Manhatten durante cincuenta y dos años, la cual llegó a tener 5,000 miembros. En 1952, el Dr. Peale escribió el famoso libro El poder de pensar positivamente, el cual le trajo fama internacional. Se han vendido unos cinco millones de ejemplares.

-A continuación, traducimos una pequeña porción del artículo sobre él, su mensaje y técnicas, encontrado en www.wikipedia.org, Norman Vincent Peale. “Peale asegura que practicar sus ‘técnicas’ dará al lector confianza absoluta en sí mismo, librándole de sufrimiento. A su vez, los críticos aseveran que las ‘técnicas’ repetitivas son, en realidad, una forma bien conocida de hipnosis (autosugestión), disimulada bajo una máscara casi transparente mediante el uso de términos que pudieran sonar como benignos desde el punto de vista del lector (“técnicas”, “fórmulas”, “métodos”, “oraciones”, y “recetas”). Cierto autor calificó al libro de Peale como “La Biblia americana del auto hipnotismo.”[2] Donald Meyer, The Positive Thinkers. Pantheon Books, 1965.


www.wikipedia.org Artículo “Norman Vincent Peale”
Dr. Norman Vincent Peale. Autor del libro “El poder de pensar positivamente”.

 

-Nos alegramos al saber que la Iglesia Casa sobre la Roca esté conmemorando el sacrificio de Cristo cada domingo al participar de la “cena del Señor” y que no esté posponiendo el bautismo para los arrepentidos, pues, conforme a nuestro humilde entender, estas dos prácticas son puramente bíblicas y necesarias.

-Dios le llene de luz, al igual que a nosotros.

 

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