La IGLESIA MORMONA
Su nombre oficial:
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Parte 3
Identificación y análisis de diez errores doctrinales mayúsculos de los mormones
Error 2
El bautismo por los muertos
“Una enseñanza de los Santos [mormones] es que Cristo visitó a los espíritus encarcelados, mientras estaba su cuerpo en la tumba, y les enseñó el evangelio. Por esta razón los Santos de los Últimos Días llevan a cabo de forma vicaria [por poderes] los ritos de la salvación tales como el bautismo a favor de los que muriesen sin el conocimiento del evangelio”. Joseph Smith, según la enciclopedia Shaff-Herzog, VIII, 10.
O sea, personas vivas se bautizan por personas cuyos cuerpos físicos ya murieron para que estas se salven a pesar de no haber obedecido a Dios mientras vivían en la tierra.
¿Apoya el apóstol Pedro el “Bautismo por los Muertos” en 1 Pedro 3:18-21?
Un bautisterio en un templo de la Iglesia Mormona.
Esta doctrina de los mormones descansa en su interpretación de 1 Pedro 3:18-21. Ofrecemos una explicación diferente que, a nuestro entender, armoniza mejor con los hechos y las demás doctrinas del Nuevo Testamento. A continuación, citamos el texto, dando una explicación de cada frase o idea, comenzando con las primera tres palabras "En el cual..."
“En el cual...”, es decir, en el espíritu, pues el antecedente es la frase “vivificado en espíritu”. 1 Pedro 3:17
“…fue y predicó a los espíritus encarcelados.” Los eruditos en griego nos informan que el texto en el original resulta ser algo elíptico, dificultando la traducción en la actualidad, aunque el sentido fuera completamente claro para las personas de habla griego del siglo I de la Era Común.
“Elipsis. Figura de construcción que consiste en omitir en la oración palabras que no son indispensables para la claridad del sentido.” Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L. https://es.thefreedictionary.com/elipsis. Claro: “no… indispensables” para los de habla griego en el siglo I, mas, sin embargo, importantes para la traducción a otros idiomas de tiempos modernos.
En adición a lo de “elipsis”, el vocablo “encarcelados” resulta un tanto problemático.
Analizando y reflejando, discernimos dos formas de expresar el sentido de la oración de tal manera que no contradiga otros hechos y enseñanzas de la Biblia en torno a los cuales no hay confusión.
1) Jesucristo, en espíritu, obrando mediante la persona de Noé, fue y predicó en el tiempo de Noé a las personas en cuerpos de carne y sangre en la tierra antediluviana cuyos espíritus (almas) están, en la actualidad, encarcelados en el Tártaro (lugar de castigo en el Hades). Están encarcelados en el Tártaro por no haber obedecido la predicación de Cristo a través de Noé.
2) O, Jesucristo, en espíritu, obrando mediante la persona de Noé, fue y predicó en el tiempo de Noé a las personas que estaban encarceladas (encerradas, encadenadas, atadas) por Satanás en el pecado.
Ahora bien, lo cierto es que el apóstol Pedro identifica precisamente a “los espíritus encarcelados”. No se trata de todos los pecadores impenitentes y desobedientes de todo tiempo anterior al siglo I, sino SOLO de “los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca”.
O sea, no se incluyen a los espíritus desobedientes que vivían antes de los días de Noé, ni tampoco a los espíritus desobedientes, tanto gentiles como israelitas, de la Era Mosaica, sino que, recalcando, se señalan solo y exclusivamente a los que vivían en la tierra durante “los días de Noé, mientras se preparaba el arca”.
Durante los tres días que su cuerpo estaba en la tumba, ¿fue Cristo, en espíritu, al Tártaro donde predicara el evangelio solo a los espíritus encarcelados del tiempo de Noé? De haberlo hecho así, ¿no se le inculparía de hacer acepción de personas (espíritus)? ¿Con que justificación predicaría él el evangelio a un grupo muy particular de espíritus encarcelados en el Tártaro, denegando a los demás espíritus encarcelados allá en aquel tiempo igual oportunidad de oírlo?
¿Cosa extraña que Jesucristo morara espiritualmente en Noé, usando a este varón como instrumento para advertir el Gran Diluvio?
Estimado/a lector/a, ¿le parece extraña la idea de que Cristo morara, espiritualmente, en Noé, predicando a través de aquel varón? Pues, considere, por favor: en los tiempos antes de la Era Común, “los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo”. 2 Pedro 1:21. ¿No predicaba Noé de parte de Dios, Cristo y el Espíritu Santo? ¡Claro que sí!
Por cierto, Jesucristo existía y se manifestaba en los tiempos antes de la Era Común. Por ejemplo, al escapar el pueblo de Israel del cautiverio en Egipto y caminar hacia la tierra prometida “bebían de la roca espiritual que los seguía, y la ROCA ERA CRISTO”. 1 Corintios 10:4. ¿Quién seguía a los israelitas en su caminata larga de cuarenta años por el desierto, rumbo a Palestina? ¡EL PROPIO JESUCRISTO!
Estando Jesucristo en el Hades por tres días, ¿cruzó la gran sima entre el Paraíso y el Tártaro para predicar a las almas encarceladas en el Tártaro?
Durante los tres días cuando su cuerpo estaba en la tumba, ¿fue Cristo, en espíritu, al Tártaro con el propósito de predicar a los seres encarcelados el evangelio? Los mormones responden en lo afirmativo, y también gran número de expositores religiosos de afiliaciones distintas. Cuestionamos la lógica y validez de su interpretación por las siguientes razones:
(1) En espíritu, Cristo fue al Paraíso. Dice al ladrón arrepentido: “Hoy estarás conmigo en el Paraíso”. Lucas 23:43. Estando en el Paraíso, ¿abandonó Cristo aquel lugar precioso de consuelo, cruzando la “gran sima” (Lucas 16:19-31) y adentrándose en el lúgubre Tártaro para predicar a los espíritus encarcelados? 1 Pedro 3:19 no constituye prueba definitiva alguna al efecto de que lo hiciera.
(2) ¿Con qué propósito predicar las buenas noticias de salvación a los reos en el Tártaro? ¿Para ofrecerles salvación? De haberlo hecho el Señor, ¡se hubiese vaciado todo el Tártaro en un dos por tres! Pero, el propio Jesucristo enseñó, según Lucas 16:19-31, que “una gran sima está puesta” entre el Paraíso y el Tártaro, añadiendo, en voz de Abraham, que “los que quisieren pasar de aquí a vosotros, NO PUEDEN, NI DE ALLÁ PASAR A ACÁ”. De manera que no había paso, no había puente entre los dos lugares. ¿Salvaría Cristo aquella sima, aquella barrera, haciendo posible que los espíritus encarcelados en el Tártaro pasaran al Paraíso? Inconcebible. Los que se encuentran en el Tártaro su destino está sellado. Ninguno puede salvar la "gran sima".
(3) De haber Cristo ofrecido a los condenados en el Tártaro la oportunidad de salvarse, sin duda, todos hubiesen huido al instante del tormento de ese lugar. Supongamos que semejante evento hubiese tomado lugar. Entonces, el Tártaro se llenaría de nuevo de los espíritus desobedientes de la Era Común. ¿También ofrecería Cristo la misma oportunidad a estos espíritus condenados de la presente Era? ¿Una segunda oportunidad, una segunda puerta abierta después de la muerte del cuerpo físico?
De no hacerlo, ¿no se incurriría en lo que él mismo censura, a saber, hacer acepción de personas? La realidad del asunto es que, reiteramos, la muerte física sella el destino espiritual de todo ser humano. El juicio es el próximo evento después de la muerte (Hebreos 9:27), y no, en definitiva, más oportunidades en el más allá, en el Hades, en el Tártaro, para cambiar el destino del alma.
Tratándose del PURGATORIO de la Iglesia Católica Romana, tal lugar tampoco existe, no siendo mencionado jamás en las Sagradas Escrituras. Para el Señor “no hay acepción de personas” (Efesios 6:9), ni hace él acepción de espíritus.
“Qué harán los que se bautizan por los muertos?”
1 Corintios 15:19
La práctica de los mormones de bautizar por los muertos también se fundamenta en su interpretación de 1 Corintios 15:29. Este versículo dice: “De otro modo, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos, si en ninguna manera los muertos resucitan? ¿Por qué, pues, se bautizan por los muertos?” Haciendo el apóstol estas preguntas, preguntamos: ¿Estaría él identificando una práctica legítima de la iglesia verdadera, basada en alguna doctrina revelada por el Espíritu Santo? ¿Ordenó el Espíritu Santo que los cristianos en todo lugar y en todo tiempo se bautizaran por los muertos? Razones fuertes hacen insostenible semejante conclusión. Analicemos.
a) La sintaxis de las dos interrogantes. ¿ Por qué dice el apóstol “¿Qué harán LOS QUE SE BAUTIZAN por los muertos” , y no “¿qué haremos NOSOTROS LOS QUE NOS BAUTIZAMOSpor los muertos” ? ¿Por qué no incluye a sí mismo entre los que se bautizaban por los muertos? De haber el Espíritu Santo ordenado la práctica, lógicamente, Pablo también debía ponerla por obra. Pero, él se distancia de quienes lo hacían, como queriendo decir: “Hay algunos por allá que se bautizan por los muertos, pero yo no estoy con ellos. No lo hago. No participo en su práctica”.
b) ¿Con qué razón bautizarse por un muerto? ¿Para salvarlo, porque no se bautizó en vida? ¿Para salvarlo, porque en vida no tuvo la oportunidad de oír el evangelio y obedecerlo? ¿Quiere decir que la persona que muera sin haber hecho la voluntad de Dios pueda ser salva después de la muerte sin hacer nada? ¿Se salva solo en virtud de la acción de un intermediario vivo en la tierra? ¿Es totalmente pasiva en cuanto a su salvación, recibiéndola sin levantar un dedo?
Cabe preguntar: ¿Qué justicia equitativa habría en tales casos? Algunos se salvan después de largos años de obediencia y lucha. En cambio, otros se salvan después de la muerte de sus cuerpos físicos, sin acatar personalmente los mandamientos de Dios, sin perseverar en la iglesia, sin lucha alguna! ¡INJUSTO! ¡INCONCEBIBLE!
Además de estas consideraciones, ¿no enseña el Espíritu de Dios que la salvación es personal e individual? Seguramente, lo enseña. “Bautícese CADA UNO de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados.” Hechos 2:38. Resaltamos: “...CADA UNO...” Quiere decir, personalmente. “...CADA UNO...” INDIVUALMENTE. EN PERSONA. Se desprende que una tercera no puede bautizarse por mí, en mi lugar, beneficiándome yo de su acto. Tengo que ser bautizado personalmente para recibir "perdón de los pecados".
c) También surge la pregunta: ¿Bautizarse por cuáles muertos? ¿Solo por familiares o amigos? ¿Solo por los que fueran “buena gente” cuando vivos en la tierra? ¿Quién decide? ¿Qué sería el criterio para elegir candidatos?
d) Tales consideraciones nos llevan a solidarizarnos con los comentaristas cuya interpretación de 1 Corintios 15:29 es que el apóstol Pablo se alude a una secta que bautizaba por los muertos, no aprobando él la práctica ni implicando que la iglesia del Señor debiera seguirla en todo lugar y todo tiempo.
Escribe Homero D Shappley
Parte 1 sobre la Iglesia Mormona. Breve historia de Joseph Smith y la Iglesia Mormona.
Parte 2 sobre la Iglesia Mormona. El origen del Libro de Mormón vinculado con novelas del tiempo de Joseph Smith.
Parte 3 Error 1. Dios y Cristo son polígamos, también Joseph Smith, Brigham Young y muchos varones mormones.
Parte 3 Errores mayúsculos del 3 al 10
Mormones. LISTA de temas relevantes
Para "Siete contradicciones en el Libro de Mormón" ir a: www.irr.org/mit/Spanish/bib-bomsp.html.
Teoría de Spalding–Rigdon sobre la autoría del Libro de Mormón
https://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADa_de_Spalding-Rigdon_sobre_la_autor%C3%ADa_del_Libro_de_Morm%C3%B3n
Sidney Rigdon. https://es.wikipedia.org/wiki/Sidney_Rigdon
La verdadera iglesia de Cristo, según la Biblia
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