La Virgen del Rosario del Pozo de Sabana Grande, Puerto Rico
a la luz de Apocalipsis 17 y otros textos bíblicos
Una imagen de la "Virgen del Rosario del Pozo" en el Barrio Rincón,
Sector El Pozo, Sabana Grande, Puerto Rico.
Segundo mensaje sobre este tema
Algunos temas tratados
-¿Tuvo María más hijos?
-Los "hermanos" de Jesús identificados como "primos".
-¿Bajo cuál "techo espiritual" vive usted? ¿Bajo el techo seguro de la iglesia verdadera o bajo el techo de paja de la iglesia apóstata?
-"No temas recibir a María tu mujer."
-¿Normal o disfuncional el hogar donde se crió Jesús?
-Los dogmas de la "perpetua virginidad de María" y del celibato.
I. Introducción.
A. Este estudio es la continuación del tema: La Virgen del Rosario del Pozo de Sabana Grande, Puerto Rico, a la luz de Apocalipsis 17, y otros textos bíblicos.
B. De manera muy concisa, resumimos los puntos principales del primer mensaje sobre este tema.
1. Los teólogos católicos aseguran que María fue exaltada, tal cual Cristo, a la diestra de Dios, que está sentada sobre el trono de Dios juntamente con la Trinidad y que tiene el poder de presentarse ante los seres humanos mediante "apariciones".
2. Para sostener su teología mariana, apelan a ciertos textos de las Sagradas Escrituras y formulan argumentos basados en la doctrina de la "concepción inmaculada". Ya analizamos, detenida e imparcialmente, los textos bíblicos y los argumentos, concluyendo que no respaldan la tesis de los eruditos católicos.
3. Guiados solo por la evidencia bíblica, deducimos:
a) Que toda concepción es "inmaculada".
b) Que el dogma del "pecado original" no se encuentra en la Sagrada Biblia.
c) Que María no ascendió al cielo.
d) Que, de haber perseverado María fiel hasta la muerte, su alma se encuentra en el Paraíso, lo cual es una parte del Hades donde los justos reposan en espera de la resurrección, y que ella no está en el cielo.
e) Que, definitivamente, ¡María no se encuentra en el cielo!
f) Que ella no comparte el trono celestial con Dios y Cristo.
g) Que ella no tiene ninguna potestad de socorrer a los creyentes vivos en la tierra o de mediar por ellos.
h) Y que ella no tiene el poder de manifestarse en la tierra por medio de apariciones.
4. Observamos que ni siquiera las autoridades católicas se ponen de acuerdo para reconocer, como real y legítima, la supuesta aparición de María en Sabana Grande, Puerto Rico, en el año 1953.
5. Consideramos la implícita deificación de María encerrada en la afirmación de San Bernadino sobre la "igualdad" de María con Dios.
6. Concluimos que los teólogos, los concilios y los Papas católicos han creado una nueva "diosa", a la cual llaman la "Santísima Virgen María, Madre de Dios", presentándosela a la humanidad como "Reina del Cielo y de la Tierra", "Reina de los Ángeles y de los Santos" y "Criatura Divina", títulos asignados a María, conforme al libro "Jesucristo Católico", en las páginas 79 y 80. Según los doctores de la tradición católica, esta nueva "diosa" ocupa puestos celestiales y tiene poderes sobrenaturales aun superiores a los de Cristo. La verdad absoluta es que ella existe, tal cual las demás "diosas" de la mitología, solo como figura religiosa imaginaria en las mentes de quienes la crearon y en los corazones de quienes creen en ella. Existe, tal cual los dioses y las diosas griegas o romanas, solo en la imaginación de quienes creen en ella
7. Amigo, amiga que estudia estas materias, reiteramos, con toda certeza y solemnidad: María no fue exaltada al trono de Dios; Dios no la deificó; ella no es una "diosa" sentada entre Jehová y Cristo.
C. De ser católico usted que lee, quisiéramos suplicarle que escudriñe, objetiva y lógicamente, sin pasiones o prejuicios, los puntos que estamos trayendo, pues, el Señor es nuestro testigo, lo hacemos para educar y no para criticar o lastimar su preciosa alma, la cual es de Dios y ante la cual nos humillamos. Permítanos preguntarle: ¿Es usted católico por convicción y conversión personal, o es usted católico por tradición religiosa y cultural? ¿Nació de padres católicos? ¿Se crió en un hogar católico?
1. El niño nacido y criado en un hogar católico absorbe la fe católica como por los poros de su mente y espíritu. Lo mismo le sucede al niño nacido y criado en cualquier otra religión, bien sea la musulmana, la budista o la evangélica.
a) Al empezar el niñito nacido de padres católicos a pronunciar unas palabras, pronto aprende a decir: "¡Ave María!, ¡Santo Tomás! ¡Dios mío!", mucho antes de saber quién es María, Tomás o Dios. Tal cual el "¡Ay bendito!", o el "¡Santo Padre!", la fraseología religiosa se graba y se almacena en las mentes tiernas de los niñitos, facilitando, tremendamente, la inculcación de las creencias señaladas, aunque someramente, por las palabras.
b) El niño se satura de la cultura del país donde nace. ¿Nació en Puerto Rico? Pues, le gusta el café con leche, el arroz con habichuelas, la chuleta y el dulce de coco, ¿cierto?, la música y la vida social de su país. El puertorriqueño viaja a Nueva York o Hartford, y allá frecuenta las bodegas, los restaurantes y otros lugares donde se proyecta la cultura de su país, porque su cultura ha penetrado las entrañas de su mente y espíritu al extremo de definir, a lo menos en parte, su propia persona, su "yo", su ego. Otro tanto le pasa a la persona nacida en México, Colombia, Perú, El Salvador, República Dominicana o el país que sea.
(1) De la misma manera, se satura de la fe católica el espíritu del niño nacido y criado en un hogar católico.
(2) En ambos casos, el niño no hace ninguna elección personal. Simplemente, ¡absorbe, como una esponja, tanto la religión como la cultura!
(3) Se le inculca que debe ser orgulloso de su patrimonio cultural, honrándolo, nunca traicionándolo. Igualmente, se le inculca que debe ser orgulloso de su herencia religiosa, siguiéndola, viviéndola, nunca traicionándola, porque es la "única válida", la "única iglesia verdadera", de acuerdo con las repetidas e insistentes afirmaciones de sus padres y de las autoridades católicas. Ahora bien, el orgullo de cultura y de religión tiende a producir fuertes prejuicios en la mayoría de las personas.
(4) Al crecer tal niño, y madurar, llega a la adultez, habiendo sido "católico" por tradición toda la vida. Patentemente, su fe no es por convicción o conversión personal sino por tradición religiosa, por herencia religiosa y cultural, siendo la suya una fe fortalecida, en no pocas circunstancias, por consideraciones familiares, económicas y aun políticas; una fe que se escuda tras las barreras de fuertes prejuicios; una fe, por naturaleza, intolerante de cualquier otra religión; una fe un tanto belicosa que no admite la posibilidad de ser el producto de una herencia religiosa tal vez contaminada.
2. De no haber sometido usted su fe a un examen riguroso con la lupa iluminada de las Sagradas Escrituras, si sus dogmas, sacramentos, ritos y ceremonias no los ha estudiado usted mismo con la Biblia abierta, leyéndola con entendimiento, si ha recibido instrucción catequística sin cuestionarla o probarla, entonces usted no es católico por convicción personal. Si usted mismo decidió a favor del catolicismo, sin coerción psicológica, social, económica o política, en base de estudios propios exhaustivos y objetivos, entonces usted sería católico por conversión personal. Tenga presente que ni siquiera la "conversión personal" asegura la salvación eterna. ¿Cuántas almas son, religiosamente, mormones o testigos de Jehová por "conversión personal"?
3. Sin duda, el 99.9 por ciento de los católicos lo son por tradición religiosa, y no por convicción y conversión personal. Acaso, ¿está usted en esta condición de "católico por tradición"? ¿Absorbió la fe católica como por los poros de su mente y espíritu, sin someterla a prueba jamás?
4. Si usted es católico solo por tradición religiosa, ¿cómo puede estar seguro de que no le hayan instruido mal las autoridades de su iglesia? Es importante probarlas, y probar a nosotros también, como probamos a todo maestro religioso. "Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo" (1 Juan 4:1).
II. ¿Tuvo María más hijos?
A. Los teólogos católicos responden en lo negativo, aseverando categóricamente la "perpetua virginidad" de María.
1. En su libro "Jesucristo Católico", el expositor católico Gillete escribe: "Verdaderamente, María es siempre virgen" (Pág. 88). "María mantuvo su estado de virginidad antes, durante y después del nacimiento de Cristo: Ésta es una verdad de la fe Católica" (Pág. 92). En el intento de darle credibilidad bíblica a este dogma, Gillete cita el libro de Cantares 4:12 donde dice: "Huerto cerrado eres, hermana mía, esposa; fuente cerrada, fuente sellada". Querida alma, interpretar estas palabras de Salomón como una afirmación de la perpetua virginidad de María, pensamos que lo haría solo el teólogo mariano más osado en su búsqueda desesperada de encontrar aunque sea un solo texto bíblico que aparente respaldar su doctrina. Ningún texto se interpreta aislándolo del contexto. ¿Qué es el tema y el contexto del capítulo 4 de Cantares? Pues, efectivamente, nada más y nada menos que alabanzas del esposo para su esposa. Dice el versículo 5: "Tus dos pechos, como gemelos de gacela, que se apacientan entre lirios". Y, el versículo10 dice: "¡Cuán hermosos son tus amores, hermana, esposa mía!" ¿También deberíamos aplicar estas palabras a la "Santísima Virgen"? Las reglas de la exégesis sana requieren que todo el capítulo 4 se aplique a la misma persona. Apúntelo, por favor, leyendo objetiva y analíticamente todo el capítulo 4 de Cantares, preguntándose que si sería plausible que se trate de María. De nuestra parte, exclamamos: "¡Imposible! Seguramente, se equivocó el defensor católico Gillete".
2. Entre los libros de la biblioteca personal de este servidor, se encuentran los quince tomos de la Enciclopedia Católica (en inglés), edición especial del año 1912, la cual trae el "Imprimatur" del Arzobispo John Cardinal Farley. Referente a la perpetua virginidad de María, en el Tomo XV, la Página 466, el autor católico A. J. Maas escribe: "Las autoridades... mantienen que María seguía siendo virgen aun cuando concibió y dio a luz a su Hijo Divino, como también después del nacimiento de Jesús".
3. El Concilio Laterano, celebrado en el año 649, emitió el siguiente edicto: "Quienquiera que no profese, de acuerdo con los santos Padres, que en el sentido apropiado y verdadero, la santa, siempre Virgen, María inmaculada es la Madre de Dios... trayéndolo al mundo sin ningún detrimento a su virginidad, la cual seguía siendo inviolable aún después de su nacimiento, sea el tal condenado" (Jesucristo Católico, Pág. 92).
B. Pues bien, hemos escuchado la doctrina católica sobre la "perpetua virginidad" de María. Pero, ¿qué dicen las Sagradas Escrituras? Claramente, estas enseñan que María tuvo más hijos después del nacimiento de Jesús, pues los "hermanos" del Señor se mencionan en unos diez pasajes bíblicos.
1. Los eruditos doctores de la tradición católica piensan haber resuelto el conflicto entre estos pasajes y su dogma mariano sobre la "perpetua virginidad" al proferir la explicación de que los "hermanos" de Jesús nombrados en la Biblia no eran sus hermanos de sangre sino "primos".
a) En la Enciclopedia católica, Tomo XV, Pág. 466, el autor escribe: "Los hermanos de Jesús no son los hijos de María, ni tampoco, en sentido literal, los hermanos de Nuestro Señor, sino son Sus primos, o son Sus familiares más o menos cercanos".
b) En el libro Jesucristo Católico, comenzando en la Página 95, hay un capítulo intitulado Los otros hijos de María, donde el Padre C. F. Devine presenta la misma explicación, citando a San Jerónimo quien dijo, en su obra Contra Helvidius, escrita para fines del Siglo IV, que los "hermanos de Jesús" no eran hermanos de sangre sino "primos". El mismo autor argumenta que el vocablo "hermanos" no tiene que interpretarse literalmente. Observa:
(1) Que el predicador protestante se dirige a los feligreses llamándolos "hermanos".
(2) Que los miembros de las logias se identifican como "hermanos".
(3) Que Abraham dice a Lot: "Somos hermanos", siendo Lot su primo (Génesis 13:8 ).
(4) Que lo mismo sucede en el caso de Labán y Jacobo (Génesis 29:15 ).
(5) Y que no había una palabra para "primo" en el idioma hebreo, ni tampoco en el arameo, utilizándose el vocablo "hermano" para identificar también a los primos.
2. Todas estas explicaciones quedan cortas cuando se analizan, sin prejuicios, los textos bíblicos. Por ejemplo:
a) Mateo 13:53-58. Según este relato, Jesús llega "a su tierra", a Nazaret, donde los residentes conocían a él y a su familia, y "les enseñaba en la sinagoga... de tal manera que se maravillaban, y decían: ¿De dónde tiene éste esta sabiduría y estos milagros? ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos, Jacobo, José, Simón y Judas? ¿No están todas sus hermanas con nosotros?" Obviamente, los vecinos de José y María los conceptuaban como una familia tradicional consistente de esposo, esposa e hijos, no exceptuándose Jesús, quien había vivido con su familia en Nazaret por casi treinta años. El cuadro es el de una familia normal: José, el esposo y padre; María, la esposa y madre; cinco hijos varones: Jesús, Jacobo, José, Simón y Judas; también unas hijas cuyos nombres se desconocen.
(1) Estimado estudiante analítico, al leer y meditar usted este pasaje, ¿no le dice el sentido común que se trata de los hermanos de sangre de Jesús?
(a) Desde luego, el "sentido común" no es el factor más determinante para el entendimiento correcto del pasaje. Más sin embargo, el "sentido común" tiene valor en la argumentación, pues lo que contradice el sentido común de las palabras es casi siempre pura fantasía. Mientras más sentido común haya, más honestidad y más claridad de pensamiento afloran, y consiguientemente, menos teología inventada, menos interpretaciones exóticas tradicionalistas, menos "contiendas sobre palabras". Esto es justamente lo que hace falta para el entendimiento correcto de la Biblia y la salvación de almas, ¿no le parece, amado lector?
(b) En cuanto a Mateo 13:55-56, la explicación más natural es que se trata de los hermanos de sangre de Jesús. Si esta explicación evidente y natural no contradice otros datos o doctrinas bíblicas, lógicamente, debe ser la que admitimos como veraz.
(i) De cierto, no contradice otros datos o doctrinas bíblicas sino que armoniza perfectamente con el resto del Texto Sagrado, con todo lo que sabemos acerca de la familia terrenal de Jesús, según la Biblia.
(ii) Sucede que esta explicación evidente y natural, solo contradice la tradición y el dogma católicos, tradiciones y dogmas que surgieron paulatinamente después del tiempo apostólico, después de completada la revelación del Nuevo Testamento, y mayormente durante los Siglos III y IV cuando la "gran apostasía" predicha por el Espíritu Santo ya estaba desarrollándose a pasos agigantados.
(c) El "sentido común" me dice que las tradiciones y los dogmas aparecidos por primera vez después del tiempo apostólico, no deben contradecir la Biblia.
(d) El "sentido común" me dice que si contradicen la Biblia, debo desecharlos, prefiriendo la enseñanza más antigua de las Sagradas Escrituras.
(e) El "sentido común" me dice que las tradiciones y la teología de los "padres" de la iglesia y de los concilios, no suprimen la clara doctrina infalible del Nuevo Testamento sellado con la sangre preciosa del Cordero.
(f) Pronto, disertaremos más sobre la relación entre la Biblia y las tradiciones, los edictos de los concilios, etcétera. Por el momento, retornemos al tema de los "hermanos de Jesús".
c) De tener razón los teólogos católicos al afirmar que José no engendró hijos en María, los vecinos de Nazaret se hubiesen referido, con más propiedad, a los "tíos" y a las "tías" de Jesús, en vez de nombrar a los "primos" y a las "primas", pues en el árbol genealógico, aquellos (los tíos y las tías) toman precedencia sobre estos (los primos y las primas). "¿No están todos sus tíos y todas sus tías con nosotros?" ¿Por qué no se expresaron así los vecinos de la familia de Jesús? Claro, ¡porque conocían a la familia y sabían que Jesús tenía hermanos y hermanas de sangre! ¡Piénselo!, respetada alma sedienta de la verdad: ¡la interpretación de "primos" simplemente no armoniza con las palabras vertidas por los vecinos de la familia de Jesús!
c) Consideremos con perfecta objetividad el texto de Mateo 12:46-50. "Mientras él aún hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos estaban afuera, y le querían hablar. Y le dijo uno: He aquí tu madre y tus hermanos están afuera, y te quieren hablar. Respondiendo él al que le decía esto, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos? Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre."
(1) La interpretación más evidente y natural de este pasaje es que se trata, en los versículos 46 y 47, de los hermanos de sangre de Jesús. Cualquier otra explicación sería forzada y hasta patentemente ilógica.
(2) Suponiendo que el vocablo "hermanos" en los versículos 46 y 47 significara "primos", con sobrada razón preguntaríamos, guiados por el "sentido común": ¿Por qué andaba María con "los primos" de Jesús y no con "los tíos y las tías"?
(3) Si "hermanos" quiere decir "primos", con todavía más razón concluiríamos que nosotros, los que hacemos "la voluntad" del Padre, somos ¡meros "primos espirituales" del Señor!, pues él dice que "todo aquel que hace la voluntad de mi Padre... ése es mi hermano". Si el vocablo "hermanos" en el versículo 46 significa "primos", entonces, lógicamente, el vocablo "hermano" en el versículo 50 también significaría "primo".
(a) Preciosa alma, me considero hermano espiritual del Señor en virtud de estar haciendo la voluntad del Padre. No soy mero "primo espiritual" sino "hermano", ¡de lleno!, y él es mi "hermano mayor". Cristo no es mi "primo espiritual" sino mi "hermano espiritual", en el sentido natural y evidente del término. En Hebreos 2:12, Cristo dice: "Anunciaré a mis hermanos tu nombre." El versículo 17 del mismo capítulo explica que Cristo "debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote".
(b) Ha llegado la hora de hablar claramente: los católicos, sujetos a los dogmas de concilios y las tradiciones nacidas después del tiempo apostólico, ¡serán los "primos espirituales" del Señor!, pero yo soy "hermano". ¿Qué es usted: "primo" o "hermano"? En circunstancias normales, los "hermanos" viven bajo un solo techo, y los "primos" bajo otros techos. ¿Bajo cuál "techo" espiritual vive usted? ¿Bajo el "techo" seguro de la verdadera iglesia de Jesucristo, la cual representamos nosotros, o bajo el "techo" de la iglesia apóstata? ¿Bajo el "techo" seguro y fuerte, de cemento armado, que es la "sana doctrina" inspirada encontrada solo en la Biblia, o bajo un "techo" flojo, confeccionado de la paja de tradiciones eclesiásticas y fortificada con los palitos de dogmas humanos fabricados en los concilios religiosos llevados a cabo sin la presencia o la inspiración del Espíritu Santo? En el nombre de Cristo, único "nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos" (Hechos 4:12 ), le invitamos a cobijarse bajo el "techo" de la verdadera iglesia. ¿Cómo se atreve a pensar que la "Santísima Virgen" pudiera salvarle? No hay salvación en el nombre de "María"; ¡solo en el nombre incomparable de "Cristo"! Acéptelo, pues, como su "hermano espiritual". Ser "primo espiritual" no es suficiente para la salvación de su alma. Acuérdese: el techo de paja y palitos no resiste el fuego; en cambio, el techo de cemento armado resiste sí.
d) Mateo 1:18 dice: "El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo". José quiso dejar a María secretamente, pero un ángel del Señor le dice: "No temas recibir a María tu mujer". Los versículos 24 y 25 relatan: "Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer. Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre Jesús".
(1) El sentido natural y evidente de las frases "antes que se juntasen", "recibir a María tu mujer" y "no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito" es que José y María se unieron en matrimonio después del nacimiento de Jesús. De esta unión nacieron los hermanos y las hermanas de sangre de Jesús.
(2) El ángel instruye a José: " No temas recibir a María tu mujer". Expresado en la forma positiva, el mandamiento diría, efectivamente: "José, recibe a tu mujer María". Recibirla no significaba vivir bajo el mismo techo con ella sin tener relaciones sexuales, sino todo lo contrario.
(3) Contrario a la teología católica tradicional, la joven israelita María, quizás de unos quince o dieciséis años de edad cuando concibió "del Espíritu Santo", no era, en el mismo instante de su concepción, un "ser divino", un "ser sobrenatural", "más sabia, más prudente y más conocedora referente a Dios y sus obras", como dice el libro "Jesucristo Católico", en la Página 82, "que todas las demás criaturas". María era un ser humano elegida para ser el instrumento de la encarnación del Hijo de Dios; elegida por su pureza moral, pero también por haber nacido de la tribu de Judá en el tiempo preciso para el cumplimiento de las profecías sobre el Mesías. Ella no era, como pretenden los teólogos católicos, una especie de "diosa" creada por Jehová para ser la "Madre de Dios". Por lo tanto, no es de extrañarse que se uniera José a María en matrimonio. El "ángel de Dios" le mandó a tomarla por mujer, y José fue obediente. "Tomarla por mujer" quiere decir: vivir con ella maritalmente, cumpliendo el deber conyugal de relaciones sexuales.
(4) Pero, "¡NO, NO, NO, NUNCA!", exclaman, indignados y escandalizados, los sacerdotes de la religión tradicionalista. "San José y la Santísima Virgen María nunca consumaron su matrimonio. Nunca tuvieron relaciones íntimas. ¡Inconcebible! Blasfema quien afirme que sí. ¡Sea condenado el tal al infierno!"
(a) Con erudición rebuscada, el apologista Gillete escribe en el libro Jesucristo Católico, en la Página 88, referente al adverbio "hasta que" en la frase "no la conoció hasta que dio a luz", diciendo: "En el lenguaje idiomático judío, la palabra -hasta que- no implica ninguna consecuencia contraria; por ejemplo -Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies" (Salmo 110:1)".
(b) Replicamos: este argumento encierra una falacia ostensible. Veamos. El adverbio "hasta que" en el Salmo 110:1, pasaje citado en 1 Corintios 15:25, ciertamente implica una "consecuencia contraria" sobre la duración del reinado de Cristo, a saber: que al quedarse todos los enemigos del Cristo sojuzgados debajo de sus pies, ¡Cristo dejará de reinar, entregando su reino al Padre!, doctrina enunciada en 1 Corintios 15:28. De igual manera, "hasta que", en Mateo 1:25 , lleva al estudiante serio e imparcial de las Escrituras a una inferencia ineludible, a saber: que José conoció íntimamente a María después del nacimiento de Jesús.
(c) ¿Por qué escandalizarse? ¿Por qué encolerizarse? ¿Por qué deprimirse, llorar o trastornarse al considerar estas explicaciones? Más bien, deberíamos regocijarnos en la verdad divina al descubrirla, teniéndola como gran tesoro para el espíritu. Al unirse José y María en santo matrimonio y procrear más hijos, forjaron un hogar tradicional israelita donde Jesús podía vivir una vida normal, experiencia importante para que conociera a plenitud la condición humana. Vivir treinta años en una casa donde los esposos no sostenían una relación normal, vivir treinta años en un hogar sin hermanos y hermanas con quienes jugar, vivir treinta años en un hogar donde nunca había desacuerdos o desavenencias: ¿qué vida es esa? ¿Qué tipo de hogar sería ese? Precisamente: ¡un hogar disfuncional! ¿Se crió Jesucristo en un hogar disfuncional? Por cierto, la Biblia enseña todo lo contrario en la historia inspirada de la familia terrenal de Jesús que se relata.
(d) Querido amigo, amiga, históricamente, la tradición de la "perpetua virginidad" de María nació en una época, específicamente, en los Siglos III y IV, o sea, dos cientos años después del tiempo apostólico, cuando muchos líderes espirituales apóstatas ensalzaban el celibato por encima del matrimonio, glorificándolo como vía más excelente para alcanzar la gracia de Dios y la salvación del alma. Al juzgar por infinidad de testimonios del pasado y del presente, la mayoría de los "celibatos", tanto mujeres como hombres, alcanzan, no la gracia de Dios, sino la desgracia moral y la perdición de sus almas por sus fornicaciones y adulterios, pues no tienen, como Pablo sí tenía, el don de continencia. Como quiera que sea, la Biblia desmiente y contradice el dogma de la "perpetua virginidad de María”. La evidencia incontrovertible se la hemos presentado. Ahora bien, ¿cuál es su elección? ¿Creer la Biblia y obedecer la voluntad de Dios tal y como expresada en sus páginas, o encargar su alma o los celosos guardianes de las tradiciones religiosas nacidas y desarrolladas cientos de años después de perfeccionada la revelación divina?
(e) Todo estudiante inteligente e imparcial de la historia cristiana se percata de la gran brecha que existe entre la Biblia y las tradiciones religiosas. Por favor, no la obvie usted, se lo rogamos encarecidamente.
III. Conclusión. Mediante estos dos estudios sobre la "Santísima Virgen María", hemos descubierto a la luz dos enormes errores promulgados por los marianos, a saber: (1) que María ascendió al cielo, exaltándola Dios a su diestra para que se sentara en el trono entre él y su Hijo, y (2) que María no tuvo más hijos sino que era virgen perpetuamente.
A. Estos dos tremendos errores impactan a la estructura eclesiástica de la iglesia que los promulga como los fuertísimos golpes asestados a un edificio antiguo por una gran grúa de demolición. Significan que dicha iglesia no es infalible. Significan que sus teólogos, apologistas, concilios y Papas no son infalibles.
B. "Salid de ella, pueblo mío", es el consejo de Dios, según Apocalipsis 18:4. De ser usted católico, ¿se queda, o sale? La elección es suya. En la balanza está su alma. Acuérdese: ¡hay salvación solo en el nombre de Jesús! Esto es lo que proclama el propio apóstol Pedro, “lleno del Espíritu Santo” (Hechos 4:8), en Hechos 4:12. “Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”, declaración que excluye el nombre de María.
C. La relación entre la “Virgen del Rosario del Pozo” y Apocalipsis 17 se pone de relieve en la exposición a detalle, apoyada en muchas fuentes de información, desarrollada en el Capítulo Ocho, del comentario ilustrado Apocalipsis: análisis de las profecías y visiones. Estudio para la mente dispuesta a indagar hasta lo último, hasta lo más profundo, para encontrar joyas de verdad con las que enriquecer sus tesoros intelectuales-espirituales. Estimado lector, ojala se anime usted a procurar estas joyas.
¿Por qué me dice: Yo soy católico?
Mensaje 1 sobre la Virgen del Rosario del Pozo
Salid de ella, pueblo mío, exhorta Dios. Salid de Babilonia la Grande.
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