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Los pecados secretos de algunos ministros, pastores y evangelistas

Esta imagen de una dama y un varón en sombras ilustra el tema Los pecados secretos de algunos ministros, pastores y evangelistas, en editoriallapaz.

Tinieblas, sombras y neblinas envuelven y ocultan pecados secretos engendrados por pasiones vergonzosas en los corazones de siervas y siervos más mundanos y carnales que espirituales. Pero, muy rara vez permanecen ocultados, y aun si no se descubren en este mundo “se les descubren después”, en el juicio de las almas. Simbólicamente, la carretilla pertenece a Satanás, y en ella llevará él los espíritus de los no arrepentidos al precipicio del Infierno.

 

“Los pecados de algunos hombres se hacen patentes antes que ellos vengan a juicio, mas a otros se les descubren después.” (1 Timoteo 5:24)

“Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas; porque vergonzoso es aun hablar de lo que hacen en secreto.” (Efesios 5:11-12)

“En el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.” (Romanos 2:16)

 

Nota aclaratoria

En este estudio, el vocablo "Ministro" abarca a todos cuantos ejercen ministerios espirituales en la iglesia: evangelistas, predicadores que trabajan con iglesias locales, ancianos (obispos), diáconos, maestros y los que se dedican a trabajar con los jóvenes.

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Amado administrador “de los misterios de Dios” (1 Corintios 4:1), el pecado cometido en secreto es algo semejante a una enfermedad física, por ejemplo, un cáncer, escondida dentro del cuerpo. Tarde o temprano, tal clase de enfermedad se manifiesta externamente mediante fiebres y escalofríos, quizás hinchazón, pérdida de peso, aun vómitos o diarrea. Entonces, se descubre su existencia. La persona afectada no puede negar su condición, diciendo "No me pasa nada", ya que los síntomas son evidentes aun para el inexperto.

De igual manera, los pecados secretos que, muy lamentablemente, cometen algunos ministros del Reino espiritual de Dios brotan con síntomas que indican un espíritu enfermo. ¡Cuán difícil es para los obreros de la iglesia esconder sus pecados clandestinos! Es como si ese tipo de pecado tuviera vida y voluntad propia. Obstinadamente, busca darse a conocer públicamente. Esos pecados secretos son como unos espíritus enjaulados en celdas oscuras subterráneas: gritan y gritan hasta que alguien escucha, aunque sea el eco casi inaudible, de sus alaridos.

¡Cuánto tiene que luchar el ministro culpable (anciano, diácono o maestro) consigo mismo para no causar sospechas, dar pistas o divulgar él mismo su pecado secreto!

Una mirada furtiva

El cambio momentáneo, casi imperceptible, en el blanco de los ojos

Una palabra o una frase sospechosa, reveladora, dicha en un momento de descuido

Nerviosismo excesivo

Temblor leve de las manos

Impresión de inseguridad

Falta de concentración

Mensajes y estudios de inferior calidad

Poca paciencia

Brusquedad en el diálogo

Exclamaciones poco espirituales

¡Qué difícil, casi imposible, para el obrero infiel seguir encubriendo su pecado! Alguna circunstancia dudosa que el vecino observa, aun de lejos, lo descubre.

Por ejemplo, la esposa del predicador se va sola a visitar a sus padres que residen en otro pueblo, pero el "siervo del Señor", un poco "indispuesto", como lo explica él, se queda solito en casa. Entonces, llega la "hermana Consolación" para visitar y animar al enfermo. Ella se queda dos o tres horas en la casa con el predicador, ellos dos, solos, mientras el vecino observa, fiscalizándolos.

Sospechas. Rumores. El vecino comenta a su esposa: "Parece que el Pastor Flojón de la Iglesia de Cristo está enamorado de una mujer de su congregación”. A lo cual responde la esposa: “Sí, parece que sí. De hecho, últimamente lo veo un tanto cambiado. No hace mucho, yo lo vi en el colmado hablando calladamente con aquella misma mujer. ¿Qué estarán tramando? ¿A quién piensan engañar?”

Más murmuraciones y chismes. Luego, dos o tres miembros de la congregación llegan a saber la verdad: "¡El hno. Flojón ha caído en adulterio!" Todavía no lo sabe la esposa, ni la mayoría de la feligresía. Los encargados de la congregación se enteran. Reprenden y advierten al compañero errante. Preocupados por la grey, dicen: "Qué nadie más lo sepa. No informemos este asunto vergonzoso a nadie más. Vamos a callarlo". ¡Vano el intento! Corre la voz. Se inflaman los celos. Estalla el pecado secreto en llamas de fuego, quemando a muchos. ¡Qué mortificante para el "siervo de Dios" transformado en "siervo de Satanás”! ¡Qué vergüenza para la familia del "siervo”! También para los encargados de la congregación que ahora tienen que soportar tanto las risas sarcásticas de la gente que no pertenece a la iglesia como la avalancha de quejas y críticas que sueltan los miembros débiles.

¿Pudo el famoso tele evangelista Jim Bakkar esconder por mucho tiempo sus travesuras viles? ¿Sus adulterios, drogadicción y despilfarro millonario de ofrendas enviadas por los ingenuos? ¡No, señor! ¡Todo fue puesto al descubierto ante todo el mundo! Juzgaron en una corte al Sr. Bakkar, sentenciándolo a prisión. La complicidad y los vicios de su esposa Tammy también se descubrieron.

Jimmy Swaggart, otro renombrado tele evangelista, denunciaba vigorosamente ante millones de televidentes a la pareja Bakker. Pero, el Sr. Swaggart también encubría devastadoras debilidades carnales. Se disfrazaba para visitar a las prostitutas. Ni aun así logró ocultar sus pecados secretos. Grande fue su desgracia, grande su caída, cuando publicaron en las noticias nacionales e internacionales sus vilezas y sus hipocresías enormes.

El pastor Bob Coy fundó una iglesia en Fort Lauderdale, Florida que él afilió con la organización Calvary Chapel. Esta iglesia creció fenomenalmente hasta alcanzar tener 20,000 miembros, en 10 recintos, con 1000 empleados. En abril de 2014, Bob Coy, ya con 58 años de edad, casado, con dos hijos grandes, renunció sus ministerios, admitiendo haber estado esclavizado a la pornografía durante largo años, y, además, ser culpable de adulterio. Devengaba un salario anual que sobrepasaba $500,000.00.1

En junio del 2015, Tullian Tchividjian, de 42 años de edad, pastor de la Iglesia Presbiteriana de Coral Springs, Florida, con más de 2,000 feligreses, confesó haber cometido adulterio, renunciando el ministerio. Dijo que su esposa había adulterado primero y que esto le llevó a caer él mismo en el mismo pecado. Tchividjian es nieto de Billy Graham.2

¿Quién es aquel obrero que intenta encubrir algún pecado secreto? Por ejemplo…

Adulterio

Fornicación

Homosexualismo

Lectura clandestina de material pornográfico

Haber acudido de incógnito a presenciar espectáculos teatrales obscenos, o películas clasificadas "X".

Utilizar la máquina de pasar videocasetes para ver películas obscenas o pornográficas

Apuestas clandestinas

Compra de billetes de lotería

La apropiación de los fondos de la iglesia para usos personales

Sepa tal persona, quienquiera que sea, y de la posición que sea –o talentosa y famosa, o del vulgo y casi desconocida; o sostenida económicamente, o sin sostenimiento- que, con rarísimas excepciones, los pecados secretos cometidos en la oscuridad saldrán a la plena luz del día. Los que se cometieran en lugares lejanos le perseguirán hasta encontrarle dondequiera que viva, y, tal cual unos demonios indómitos, se anunciarán públicamente. Entonces, ¿qué salida tendrá? El daño está hecho. Sufre la iglesia; sufre la causa de Cristo en la tierra; sufre la familia. Su alma está perdida. Aunque se arrepienta con lágrimas, ¡cuán difícil será lograr rescatar su testimonio!

¿Qué opina usted, estimado colaborador de Dios3? El ministro que peca en secreto, haciéndolo deliberadamente4, ¿debe tener la honradez y la valentía de renunciar a todo ministerio espiritual? Pero, muchos no lo hacen, precisamente porque se ha esfumado todo vestigio de su honradez, y su valentía se ha enflaquecido de tal modo que ha perdido toda fuerza varonil5. Si fueran honrados, se arrepentirían ante Dios y los hombres. Si fueran valerosos, acabarían de una vez para siempre con sus vergonzosos pecados clandestinos.

En realidad, tal ministro pertenece al mundo, y no a la iglesia; a Satanás, y no a Cristo. Ya que es del mundo, habiendo sido vencido por los deseos carnales, para el mundo se debe ir, fuera de la iglesia, hasta no estar dispuesto a vivir honestamente la vida de Cristo6. Si no está decidido a extirpar de raíz sus pecados y arrepentirse con el arrepentimiento que es para vida7, entonces mejor marcharse voluntariamente de la Iglesia. ¿Por qué quedarse en la congregación, llevando a cabo los ministerios espirituales, como si no pasara cosa alguna contraria a las normas cristianas? ¿Por qué esa insistencia perversa y diabólica de permanecer hasta que lo descubran?

Algunos que encubren pecados permanecen en los ministerios y en la iglesia porque son de espíritu altanero, empeñados en salir con lo suyo, cueste lo que cueste.

Otros, se quedan quizás esperanzados en poner fin "un día de éstos" al mal, sin que se haya dado cuenta alma alguna.

Otros, por miedo de que se desate una tempestad en el hogar.

Otros, por no querer perder su "salario", si reciben sostenimiento económico de la Iglesia.

Ninguna de estas excusas es válida. Lo más indicado es renunciar los ministerios, luego imponerse la disciplina espiritual requerida para vencer el pecado secreto. Una vez libre del pecado que le asedia, el siervo puede retornar a la grey y comenzar de nuevo su carrera espiritual.

Al no renunciar los ministerios, el siervo culpable pone en gran peligro a la Iglesia. Peca no sólo contra Dios sino también contra la iglesia. Al quedarse descubierto, la congregación es sacudida violentamente, como por una bomba que explota en su mismo seno. Ya usted, querido embajador de Dios, sabe lo que pasa. Los miembros que aún no han echado mano con firmeza de la vida eterna8 se sueltan y caen de la fe. ¡Más almas para el "enemigo”! Los vecinos y los familiares no convertidos a Cristo escuchan la noticia y se endurecen aún más, ridiculizando y señalando, diciendo: "¿Yo? ¿Convertirme yo? ¡Soy mejor que ese ministro sin vergüenza! Al menos, no soy tan hipócrita". Y, Satanás, jubiloso, dice: "Estas almas ya eran mías, pero ahora con más seguridad las voy a retener".

Grande es la cosecha para el diablo cuando el ministro culpable de tratar de ocultar sus pecados sigue administrando "la multiforme gracia de Dios" (1 Pedro 4:10) como si nada insólito ocurriese, ¡para luego quedarse al descubierto!

1. Cae el propio siervo mismo en desgracia y ruina espiritual. Le costará mucho trabajo levantarse y reponerse. Ya no se puede contar con su participación en las obras del Reino. Se anulan sus talentos.

2. Sufre indeciblemente su esposa. Quizás se disuelva el matrimonio. Si la pareja tiene hijos, estos llorarán por largos años la debilidad y el pecado de su padre. En no pocos casos, se rebelan contra la iglesia, se amargan y rechazan permanecer en el evangelio.

3. Los demás ministros sufren porque cuando cae uno de los suyos, incrementan las sospechas y crece la desconfianza en todos. Se oyen comentarios tales como: "Todos son iguales. Unos vividores. Charlatanes. No toman en serio sus ministerios o sus responsabilidades. Van tras las faldas y no en pos de la gente necesitada." Gracias a Dios, se sabe que tal no es la condición de la mayoría de los obreros. ¡Esperamos, oramos, que no sea así con la mayoría! Nos asustan las muchas noticias que circulan en la hermandad sobre "ministros en desgracia". Sin duda, las tres “efes” están acabando con no pocos siervos del Señor: “Faldas”, “Fama” y “Fortuna”.

4. La congregación local es impactada enormemente. Algunos miembros se van, quizás muchos. Si se trata de una congregación pequeña, ¡hasta puede desaparecer por completo! Se apaga su luz en la comunidad. Cesan sus obras. Más intensa ahora la oscuridad; las tinieblas se adueñan. El evangelio puro, ¿quién lo anunciará? pues se calló la voz de la iglesia de Cristo.

¡Ay de aquel miserable obrero débil y pecador que haga callar la voz de la Iglesia de Cristo! Su castigo severo9 y justo no tardará10.

¡Ay de aquella congregación tan débil, tan falta de convicción y de espiritualidad, que no logra resistir y mantenerse en pie de lucha "en el día malo" cuando uno de sus líderes es encontrado en pecado11. De cierto, no quedará exenta de la ira venidera12. ¿Se fue para el mundo el hermano con quien más se contaba para hacer la obra y dirigir? No por ello se justifica que los demás miembros lo sigan, deshaciéndose totalmente la congregación. ¡Qué cierren filas! ¡Qué renuevan compromisos! ¡Qué pidan socorro! ¡Qué no den al "enemigo" más "ocasión de maledicencia" 13.

5. Toda la comunidad pierde mucho cuando cae un siervo de Dios. Pierde el ejemplo de carácter intachable que debe mostrar siempre el obrero del Señor, como también el ejemplo de un matrimonio y hogar bien fundados. Se da de baja uno más de los pocos que predican la moral y combaten los vicios, de los que refrenan la maldad en la comunidad. Cierra sus puertas otro consejero espiritual. Y, ¡Satanás gana! Gana más terreno donde ya no siembran tanta semilla de aquella que da buenos frutos, de la que quisiera él erradicar del todo de la faz de la tierra.

El ministro de Dios es humano. No es un "cristiano sobrenatural, intocable, invencible" cuando de las tentaciones se trata. Sufre pruebas y tentaciones como cualquier otro discípulo del Señor. Pero, tal como "cualquier otro", debe resistir con todas sus fuerzas. ¡Aún más, mucho más, que "cualquier otro" debe luchar, porque es maestro, y el que es maestro tiene más responsabilidad, ya que está delante del público y delante de la Iglesia como guía de las almas14. Por lo tanto, amados ministros de Jesucristo, esforcémonos y apoyémonos mutuamente para evitar esas caídas desastrosas. Edifiquémonos y apoyémonos los unos a los otros para mantener nuestro testimonio intachable. Que ninguno de nosotros dé "lugar al diablo".15

 

1 www.editoriallapaz.org/profecias-fe-dudas-incredulidad-3.html Diapositiva 3.

2 www.editoriallapaz.org/profecias-fe-dudas-incredulidad-3.html Diapositiva 3.

3 2 Corintios 6:1

4 Hebreos 10:26-31

5 “Portaos varonilmente.” 1 Corintios 16:13

6 1 Corintios 5:1-5

7 2 Corintios 5:10

8 1 Timoteo 6:12

9 2 Pedro 2:20-22

10 2 Pedro 2:2-3

11 Efesios 6:10-20

12 2 Tesalonicenses 1:6-10

13  1 Timoteo 5:14

14 Santiago 3:1

15 Efesios 4:17

 

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