Capítulo 1 del Análisis

 

Viaje en Naves del Tiempo a través de la Era Cristiana
para adquirir perspectivas sobre eventos y personajes importantes.
 

Cubrimos más de mil novecientos setenta años de historia espiritual y secular.

Once diapositivas

Cada una seguida por un texto en Word

 

Esta representación gráfica de naves espaciales sobre el planeta Tierra captan la idea de 'Naves del Tiempo' que abordamos para explorar tiempos y escenarios de la Era Cristiana que nos ayuden a comprender algunas de las profecías y visiones de Apocalipsis. ¡Todos a bordo!

 

Esta representación artística de naves espaciales sobre el planeta Tierra
capta la idea de “Naves del Tiempo” que abordemos para explorar tiempos
y escenarios de la Era Cristiana, los que nos ayuden, se supone, a comprender
más acertadamente algunas de las profecías y visiones de Apocalipsis.
 

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Estructuras del medio oriente, ruinas antiguas, montes y bajías nos invitan a tomar un viaje por la Dimensión del Tiempo para descubrir lugares y condiciones de los tiempos que cubren las profecías y visiones de Apocalipsis.

Estructuras del medio oriente, ruinas antiguas, montes y bahías nos invitan a tomar
un viaje por la Dimensión del Tiempo para descubrir lugares y condiciones de los tiempos
que cubren las profecías y visiones de Apocalipsis.

 

 

 

Introducción para el viaje

Para el entendimiento correcto de Apocalipsis, es imprescindible ubicarnos a nosotros mismos en el lugar preciso que ocupamos en la línea del tiempo, fijar exactamente en nuestra percepción del tiempo la fecha para cuándo fueron dadas las profecías del libro y tener conocimiento de los eventos más sobresalientes que han ocurrido desde aquella fecha hasta el día de hoy. Además, es de suma importancia tener amplio conocimiento de las circunstancias especiales que han afectado marcadamente la condición moral y espiritual de la raza humana en algunos periodos particulares de nuestra Era, por ejemplo, la Edad Media.

Con la meta de adquirir estas perspectivas tan importantes, abordemos unas naves de fabricación especial rotuladas "Naves del Tiempo". Estos aparatos curiosos, pero muy sofisticados, nos pueden llevar a gran velocidad por la "Dimensión del Tiempo" hacia cualquier lugar geográfico o periodo temporal que quisiéremos observar y analizar. El “Tiempo” no afecta a sus ocupantes. Así pues, podemos viajar al pasado sin perder un minuto de nuestra vida.  Igualmente, podemos viajar al futuro sin añadir siquiera un minuto a nuestra vida terrenal, envejecernos o morir. Ahora bien, dondequiera que nos detengamos o toquemos tierra, se materializarán delante de nosotros, como por acto de magia, los escenarios, personajes, entidades y condiciones sociales-religiosas-políticas de la época visitada. Podremos ver ¡sin ser vistos! ¿Qué le parece? ¿Está usted dispuesto a viajar en una "Nave" de estas? Pues, ¡alistémonos para abordar!

Pero, antes de subir a nuestras "Naves del Tiempo", nos conviene prepararnos mental y espiritualmente para el viaje, ¿de acuerdo? Una sugerencia de mi parte: para este viaje no llevemos ningún prejuicio contra el estudio de la historia espiritual o secular. No pocas personas catalogan de fastidioso y aburrido el estudio de la historia. Más sin embargo, el conocimiento de la historia es realmente imprescindible, recalcamos, para alcanzar el entendimiento correcto de las profecías de Apocalipsis. Además, por tratar la historia de lo que realmente ha ocurrido en nuestro mundo, y no de lo ficticio, inventado, imaginario, la misma, presentada y estudiada, con entusiasmo, sin estancarse en atolladeros de meros datos secos, se pone más emocionante que cualquier novela de intriga. Estudiar historia no significa circunscribirse a información técnica sobre lugares, nombres extraños y fechas sino, para la persona que abre su mente y hace uso de la imaginación, da paso a la excitante exploración de los contornos de escenarios vividos en el pasado por gentes que realmente anduvieron sobre este planeta. Vista así, la historia se vuelve como una película cinematográfica de mucha acción, de personajes inolvidables y de conflictos bélicos, morales, intelectuales y espirituales de más impacto que los de "Las guerras de las estrellas", "Startreck", “Stargate”“Babylon 5”, etcétera. Entonces, dejemos los prejuicios e ideas preconcebidas de toda clase en un baúl en casa. Emprendamos el viaje con hambre de aprender, entender y orientarnos inteligentemente.

En segundo lugar, agucemos la mente y el espíritu para captar y apreciar los grandes acontecimientos espirituales del pasado, discernir las condiciones espirituales que prevalecían en ciertas épocas claves y reconocer a los personajes y entidades cuyas intervenciones en el escenario del mundo determinaron, de manera decisiva, el destino de multitudes de almas.

En tercer lugar, ¡que no se nos olvide llevar la Biblia y una libreta de apuntes!

Proponemos lo siguiente: Después de subir y escudriñar el tiempo presente, recorreremos en nuestras "Naves" el tiempo al revés, comenzando con el Siglo XIX y trasladándonos hacia el pasado, hasta llegar al Siglo I. Visitaremos unos cuantos lugares y épocas, deteniéndonos en cada “Parada” para recopilar los datos necesarios, los que proporcionen, se supone, unas perspectivas bastante amplias sobre la historia de la Era Cristiana que vivimos, o como la llaman algunos, la “Era Común”. Estas perspectivas nos servirán de trasfondo para la interpretación de las profecías y visiones de Apocalipsis.

Programamos un total de “Diez Paradas”.

¿Estamos de acuerdo en cuanto a los preparativos? Entonces, ahora sí, podemos dar la voz: "¡Todos abordo!"

Estas naves son muy veloces. En un santiamén, ¡pueden cruzar mil años de tiempo! ¿Ya estamos acomodados en las naves? ¿Cinturón de seguridad abrochado? ¿Espaldar del asiento en su posición vertical? Se prenden los motores y ¡comienza la aventura! 

 


 

Diez Paradas

La primera parada

 

 

1.  Primera Parada. La fecha del despegue es el día de hoy. Anotemos la fecha del presente día en nuestro récord de este viaje sin precedentes. En un instante, nuestras "Naves del Tiempo" se elevan a una gran altura sobre el Hemisferio Occidental y permanecen inmóviles en el espacio para que observemos detenidamente las condiciones morales y espirituales que predominan allá abajo. Esta Parada es la primera en el viaje por la “Dimensión del Tiempo” hacia el Siglo I de esta Era Cristiana.

a)  Para que nos ubiquemos en el lugar exacto que ocupamos en la Línea del tiempo y se nos grabe indeleblemente en nuestra mente la fecha del presente, aparecen sobre el horizonte del planeta Tierra los números gigantescos del corriente año. Al extremo reducido del “Túnel del Tiempo”, allá en la lejanía, discernimos el “Año 30”, fecha para la muerte y resurrección de Cristo. Calculando el tiempo transcurrido desde aquel año hasta el presente, nos damos cuenta de que han pasado más de mil novecientos ochenta años. Desde las revelaciones apocalípticas recibidas por el apóstol Juan, en la isla de Patmos, en el año 95 d. C., han transcurrido más de mil novecientos diez años.

b)  Mirando hacia abajo a los países del Hemisferio Occidental, hacemos las observaciones y apuntes siguientes:

(1)  Se ven óptimas en grado sumo las condiciones para el esparcimiento del evangelio.

(2)  En todos los países, “libertad de culto” es un derecho respaldado por leyes constitucionales. Desde las congeladas tierras de los esquimales de Alaska y el Canadá hasta Tierra del Fuego, en el extremo sur de Sud América, las constituciones de los gobiernos garantizan libertad religiosa, pautando penalidades para violadores. Esto significa que las iglesias del cristianismo, no importando su credo o práctica, son protegidas por los gobiernos seculares, siempre y cuando no violenten estatutos aplicados a organizaciones sin fines pecuniarios. Se hace extensiva esta protección a las demás religiones.

(3)  Además, vemos que están disponibles varios medios muy sofisticados de comunicación en masa, los que facilitan la pronta predicación a grandes multitudes en poco tiempo. Por ejemplo: radio, televisión, prensa e Internet. Asombrosamente, aun aquí arriba en el espacio, pasan cerca de nosotros satélites de comunicación. Programados a funcionar en cadena, hacen factible la transmisión casi instantánea de mensajes a gran parte de los habitantes del globo terráqueo. Por ejemplo, en marzo del 1995, el renombrado evangelista Billy Graham predicó una campaña en el Estadio Hiram Bithorn, localizado en San Juan, Puerto Rico, y sus mensajes fueron transmitidos por estos satélites a una audiencia potencial de un billón (mil millones) de almas.

-Órbita geoestacionaria de satélites de comunicación. Un satélite en órbita geoestacionaria se mantiene en una posición fija sobre un punto del ecuador terrestre. Esto es debido a que el satélite describe una trayectoria circular (a unos 35.800 km de altitud) en el sentido de rotación de la Tierra sobre su eje, y completa la órbita en un día sidéreo (23 horas, 56 minutos y 4 segundos). La mayoría de los satélites de comunicaciones están situados en este tipo de órbitas. (Enciclopedia Encarta © Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos. Microsoft ® Encarta ® 2007. © 1993-2006 )

(4)  Contemplando y evaluando las escenas allá abajo en el Hemisferio Occidental, vemos gran prosperidad material, particularmente en los países desarrollados tales como Canadá, Estados Unidos de América, Puerto Rico, Brasil, Argentina y Chile. Esta condición significa que los religiosos cuenten, potencialmente, con caudalosos recursos económicos para efectuar la evangelización.

(5)  Examinando con más atención el ámbito religioso del Hemisferio Occidental, observamos, intrigados, que cada año millones de almas abandonan a la Iglesia Católica Romana, como también a las sectas protestantes tradicionales (por ejemplo, la Presbiteriana, Episcopal, Luterana y Metodista) y además, las religiones autóctonas, enfilándose la inmensa mayoría para iglesias pentecostales o evangélicas. Claramente, ha disminuido sustancialmente el dominio del Vaticano. Tal cual las neblinas mañaneras quemadas por el sol, se está disipando rápidamente el miedo de “cambiar de iglesia”. Este “nuevo despertar religioso” significa que muchos campos espirituales del Hemisferio Occidental son terreno fértil para los sembradores de simientes espirituales, bien sean incorruptibles o corruptibles.

(6)  Nos dedicamos a observar muy de cerca las actividades de las populares  y atestadas iglesias pentecostales y evangélicas, escuchando sus mensajes, pues nuestra tecnología muy avanzada también hace factible tal hazaña. Vemos que algunas están aprovechando astutamente los medios de comunicación en masa. Tristemente, la crasa mercadería que practican en el empeño agresivo de mantener sus “ministerios, proyectos, programas o agendas” supera por mucho la de los mercaderes judíos a quienes Cristo echó del templo en Jerusalén. Prestamos especial atención a sus mensajes y  enseguida captamos que su contenido principal gira en torno a superación personal, prosperidad, sanidad física, restauración de la familia, en fin, de una vida terrenal libre de estrés, penuria o sufrimiento. En esencia, se trata de un mensaje existencial, básicamente motivacional, del tipo que eleva los sentimientos religiosos del individuo por encima de la razón y el conocimiento de la sana enseñanza de Cristo. Parafraseado, su mensaje es: “Lo que siento en mi corazón tiene prioridad. Dios quiere que yo sea feliz, en paz y rico. La doctrina de Cristo y los apóstoles es secundaria”.

(a)  ¿Qué significa este estado religioso para el futuro espiritual del Hemisferio Occidental? ¿Cuáles fuerzas se juntaron para dar nacimiento a tan gran número de iglesias, las que compiten entre sí por feligreses, dinero y otros recursos? En el libro de Apocalipsis, ¿se alude a estas iglesias? ¿No es sumamente preocupante el uso de tan grandes recursos para esparcir semillas espirituales de creación humana?

(b)  Más preocupante aún es la situación de una iglesia en particular que pretende ser la continuación legítima de la verdadera iglesia de Cristo. La enfocamos con poderosas cámaras digitales de video, y vemos que muchos de sus ancianos, diáconos, evangelistas y maestros simplemente no aprecian el tiempo oportuno que viven. ¿Acaso carezcan de la perspectiva histórica que procuramos obtener a través de este viaje? Muchos están rezagados en cuanto al uso de los medios de comunicación en masa. No pocos malversan fondos considerables en proyectos y programas que producen pocos frutos, o ninguno. Otros invierten fortunas en ministerios dedicados más bien al entretenimiento o causas sociales que al fortalecimiento espiritual de los miembros. Las medianas y grandes suelen gastar enormes sumas en la manutención de “ministros asalariados”, los que ocupan posiciones inventadas tale como: “ministro de púlpito”, “ministro de la juventud” o “ministro de alabanzas”. ¿Les falta fuerte sentido de identidad religiosa propia? ¿Acaso se están confundiendo con las demás iglesias del cristianismo? ¿Por qué están cediendo, casi sin competir, muchos campos a los grupos sectarios o demás religiosos? ¿Contribuyen a la decadencia moral y espiritual de su época por carecer del necesario valor para proclamar la pura Verdad? ¿Acaso estén colaborando, por vía de su inacción, en la preparación del mundo para la batalla de Armagedón, la cual será el último gran conflicto entre el bien y el mal? ¿Qué futuro preparan para sí mismos y para los que vengan después de ellos?

(7)  Con no poca consternación, miramos cómo se acumulan y crecen espantosamente muchas nubes negras y espesas por todo el Hemisferio Occidental, las que simbolizan la flagrante inmoralidad, vicios y violencia de multitudes de personas, particularmente de las nuevas generaciones, en cuyas filas hay mucha gente que ignora voluntariamente a Dios, viviendo conforme a filosofías y criterios puramente humanos. Callados y un tanto estupefactos, nos preguntamos: ¿qué augura este crecimiento vertiginoso de la maldad para el futuro de la humanidad? ¿Contiene Apocalipsis profecías sobre lo que estamos presenciando?

c)  Poniendo en marcha nuestras "Naves del Tiempo", maniobramos hacia el Hemisferio Oriental. Las detenemos en el espacio y desde nuestro observatorio ventajoso alto en los cielos hacemos los siguientes apuntes acerca de condiciones actuales.

(1)  En la mayoría de los países de Europa, Asia y África, también se garantiza la preciosa libertad religiosa, la que permite anunciar el evangelio de Cristo sin trabas legales o intervenciones policíacas.

(2)  Enfocamos a Rusia en particular y los países que formaban, hasta el año 1991, la inmensa Unión Soviética de Repúblicas Socialistas. Caso muy intrigante para el estudioso de los escenarios espirituales de esta época y las profecías de Apocalipsis. Así, porque antes de la desintegración de la Unión Soviética, infinidad de cristianos la identificaban como “la gran Babilonia”, la primera "bestia" de Apocalipsis 13 o un contrincante principal en la batalla de Armagedón. Pero, repentinamente todo el escenario cambió, invadiendo aquellas tierras contingentes fuertes de evangelistas y ministros, los que conquistan para sus iglesias a no pocos rusos y personas de otras nacionalidades de la ya extinta Unión Soviética de Repúblicas Socialistas.

(3)  En cuanto al enorme país de la China, se informa que hasta doscientos millones de sus ciudadanos, quizá aún más, aceptan a Cristo como el Hijo de Dios. Para el 12 de marzo de 2010, la población total de aquel país alcanzaba 1,344,171,106 billones (mil trescientos, ciento setenta y un millones). (www.poodwaddle.com/worldclock)  

(4)  Viramos nuestras potentes cámaras hacia los países musulmanes, en el área de Egipto, Arabia Saudita y hasta Iraq, Irán y Afganistán. El panorama religioso cambia drásticamente, pues los mahometanos resisten tenazmente cualquier incursión de culturas o religiones de otros pueblos o países, vehementemente denunciando a estos como "satánicos". ¿La preciada “libertad religiosa”? Pues, casi inexistente en estos países. Esta actitud beligerante de los mahometanos, ¿cómo impactará el futuro del mundo? ¿Se vaticina cualquier desenlace al respecto en Apocalipsis?

(5)  Ahora, giramos nuestras cámaras hacia la antigua ciudad de Roma, en Italia, y el Vaticano. El Vaticano, según algunas fuentes de información, la entidad más rica de todo el mundo. Lo cierto es que sus oficiales han tramado Concordatos con varios países del tiempo presente. También se sabe que más de 300,000 sacerdotes y otros empleados de la Iglesia Católica Romana son sostenidos económicamente, al menos en parte, mediante los fondos públicos de algunos países tales como Italia y España. Solo en Italia, más de 30,000 clérigos católicos romanos se benefician de los fondos estatales. Siguiendo nuestro escrutinio del Vaticano, tomamos nota del vaivén de los embajadores que no pocos países envían al Vaticano, no faltando siquiera Estados Unidos de América, país de abrumadora mayoría protestante (más del 70%). También de los emisarios papales quienes cumplen la función de embajadores del Vaticano a otros países. En nuestros archivos sobre el Vaticano, encontramos una edición de la revista Time en la que los editores informan al mundo haber seleccionado al Papa Juan Pablo II como "El hombre del año", para el año 1995. En Minilla, Filipinas, un millón de filipinos se dieron cita para escuchar una ponencia de este mismo Papa. Nos enteramos que la Iglesia Católica Romana es representada en más ciudades, pueblos y aldeas del mundo que cualquier otra iglesia o religión. ¿Qué significa para el futuro espiritual del mundo este poderío religioso, y aun material, este resurgimiento económico y aun político de la Iglesia Católica Romana? ¿Se encuentran profecías sobre semejante fenómeno en el libro de Apocalipsis?

(6)  Reflexionando sobre estos tiempos modernos de extensa industrialización y estupenda tecnología, pensamos en las muchas guerras ocurridas. Primera Guerra Mundial, Segunda Guerra Mundial, Corea, Vietnam, dos guerras del Golfo Pérsico, Afganistán e Irak, más otras de menos impacto. Además, traemos a memoria los holocaustos, los pogromos y el terrorismo que han segado incontables millones de vidas. También en los terremotos, pestilencias, plagas, hambrunas y otros desastres naturales que han dejado un saldo grandísimo de destrucción, sufrimiento y muerte. ¿Acaso figuran en las profecías de Apocalipsis muerte y destrucción de tal magnitud? 

 

 


 

La segunda parada

 

 

2.  Segunda Parada. Habiendo acabado nuestras observaciones sobre el "Tiempo presente", programamos nuestras "Naves del tiempo" para entrar en el "Túnel del Tiempo" y volar a la época que abarca desde el año 1800 hasta el año 1860. En un dos por tres llegamos, y comenzamos nuestras observaciones.

a)  En cuanto a las cosas materiales, ¡qué mundo diferente al del presente!

(1)  ¡No hay electricidad! De noche, casi todo el globo está sumido en la oscuridad.

(2)  No hay carros, aviones, teléfonos, radios, televisores ni mucho menos computadoras.

b)  En cuanto al ámbito espiritual, hacemos los siguientes apuntes:

(1)  En Norteamérica, con la excepción de México, predominan las sectas protestantes.

(a)  En algunos países, principalmente en Estados Unidos de América, detectamos una luz mucho más poderosa que la de las sectas protestantes.

(b)  Bajamos a la superficie para investigar y verificamos que se trata de la luz brillante proveniente de un conjunto nutrido de congregaciones que están restaurando a la iglesia primitiva al lugar elevado de pureza y gloria que, lógicamente, le corresponde por derecho divino. A diferencia de otras entidades que se dan a conocer como “cristianas”, su único credo es la Biblia, en particular, el Nuevo Testamento, el cual es su guía para predicar el plan de salvación, adorar y efectuar las demás obras espirituales, como también para su conducta moral en el diario vivir.

(c)  Se materializan delante de nuestros ojos los hombres visionarios, rectos y esforzados que están al frente de esta magna obra de restauración: Barton Stone, Tomás Campbell, Alexander Campbell, John Smith y Walter Scott, entre muchos.

(d)  Ponderando lo que estamos presenciando, nos preguntamos que si quizá en algunas profecías de Apocalipsis se vaticinaran esta etapa de la Era Cristiana y los eventos extraordinarios que están acaeciendo.

(2)  Retornamos a nuestras "Naves del tiempo" y miramos hacia el sur. Desde México hasta Tierra del Fuego, como además en el área del Caribe, lo que vemos, mayormente, son densas neblinas y tinieblas. Analizando las causas de este enorme fenómeno, comprendemos que las producen infinidad de tradiciones y supersticiones católicas romanas traídas de Europa, y mezcladas, en muchos lugares, con religiones autóctonas del “nuevo mundo”. Además, no poca cantidad emana de religiones traídas de África por millones de esclavos importados para trabajar principalmente en la agricultura. También contribuyen a la mezcla espantosa las religiones de aborígenes aún no “cristianizados”. Asombrosamente, para el año 1800 d. C., no detectamos en toda tan inmensa región ninguna luz del evangelio puro de Jesucristo.

(3)  Partiendo del Hemisferio Occidental, volamos en un santiamén al espacio sobre Europa. Escrutando rápidamente el continente, nuestras “cámaras” captan la pálida luz de muchas iglesias protestantes en distintos países –Inglaterra, Irlanda, Escocia, Holanda, Francia, Suiza, Alemania, Dinamarca, Suecia, Finlandia. ¿Por qué “pálida”? El análisis descubre pronto dos razones principales, a saber: en primer lugar, elementos fuertes del antiguo catolicismo romano están incorporados en su doctrina y práctica, pese a que estas iglesias están desligadas del Papa y su jerarquía, y segundo, algunas de estas iglesias “protestantes” están vinculadas formalmente con el poder político-secular. Otra luz amarillenta, pero bastante fuerte, sube de muchos puntos en Europa, principalmente de Italia, España y Polonia. Una investigación somera revela que la misma emana de iglesias, monasterios y conventos católicos romanos. Así que, la Iglesia Católica Romana sigue viva en esta etapa de la Era Cristiana –los años comprendidos entre el 1800 y el 1860- resistiendo a las “protestantes” y compitiendo con ellas por las almas. También sigue con vida, ahí en Grecia, la Iglesia Ortodoxa Griega 

(4)  Arrancamos para el espacio arriba del Cercano Oriente y Asia. Y qué hay allá abajo sino espesas nubes, neblinas y tinieblas. Su origen no es un misterio, pues cualquier observador dotado de siquiera un poco de discernimiento comprende pronto que son el producto del islamismo, con sus distintas sectas, y más aún, de las grandes religiones orientales, con su infinidad de diosas y dioses –budismo, hinduismo, shintoismo, confucionismo, etcétera, etcétera.   

 


 

La tercera parada

 

 

 

3.  Tercera Parada. Nuestra aventura sigue. Programamos las computadoras de nuestras "Naves del tiempo" para cubrir aproximadamente ciento sesenta años y llegar a la época que abarca los años desde el 1450 hasta el 1648 de nuestra Era Cristiana. Volando por el "Túnel del Tiempo", en cuestión de segundos ya estamos dentro de referidos parámetros temporales y comenzamos observaciones, concentrando nuestra atención principalmente en Europa.

a)  Este continente, desde Grecia hasta Inglaterra y desde Italia hasta Finlandia, emerge lentamente del feudalismo y de la "Edad del Oscurantismo". El Renacimiento y la Reforma están en pleno desarrollo.

b)  Pero, lo que vemos allá abajo nos llena de espanto y hasta nausea. La sangre de millones de religiosos corre por muchos pueblos y campos de Alemania, Francia, Holanda, España e Italia.

(1)  Comprobamos que la causa de tan grande derramamiento de sangre humana es la "Guerra religiosa de los treinta años" entre protestantes y católicos. Esta terrible guerra comenzó en el 1618 y duró hasta el 1648. Inquiriendo, se nos informa que más o menos un 50% de la población de los países afectados murió a consecuencia de este conflicto prolongado (Enciclopedia Grolier, 1994, H. G. Koenigsberger). ¡Un 50%! ¡Una de cada dos personas! ¡Inaudito! ¡Sin paralelo! Tanto hombres como mujeres y niños inocentes. Se nos explica que las creencias contrarias de protestantes y católicos fueron sí una causa principal, pero que la “Guerra” también fue motivada y sostenida por intereses políticos y económicos de los contrincantes. Comoquiera que fuera, la Biblia que llevamos en este “Viaje por la Dimensión del Tiempo” nos enseña, en el Nuevo Testamento, pacto divino vigente durante nuestra Era Cristiana, según Hebreos 1:1-2; 7:12; 8:6-13; 2 Corintios 3:6-17; Colosenses 2:14-17 y muchos textos adicionales parecidos, que la verdadera iglesia de Jesucristo no hace guerra carnal, ¡punto! Dice, por ejemplo: “Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo…” (2 Corintios 10:3-5). Así pues, cualquier iglesia, sea cual sea, que toma armas carnales, peleando carnalmente contra sus opositores, no puede ser de Cristo; no es de Dios. Qué tomen nota los que se burlan de Dios y su verdadero pueblo espiritual, señalando en apoyo de sus críticas y negación las “guerras religiosas en nombre de Dios”. De hecho, muchísimas cosas de las que se hacen “en nombre de Dios” no son autorizadas por él, y por ende, no tienen su aprobación.  

(2)  Escrutando la etapa en la que nos encontramos –los años del 1450 al 1668- vemos, temblorosos, espantados y acongojados, derramarse aún más sangre, a saber, la de los disidentes religiosos que la Iglesia Católica Romana marca como "herejes". Algunos de ellos son encarcelados, dejados a morir de hambre o de pestilencias en mazamorras llenas de podredumbre. Otros, torturados bárbaramente. Y muchos, ultimados por la "madre iglesia" apóstata mediante los oficios de su infame "Santa Inquisición": quemados vivos, ahorcados, enterrados vivos, lanzados de peñascos. Horrorizados, escuchamos los quejidos espeluznantes de las víctimas: cientos de miles, si bien no millones, condenados por orden de fanáticos católicos tales como Tomás de Torquemada. Entre las víctimas de la Inquisición se encuentran el ilustre científico Galileo y la heroína francesa  Juana de Arco.

c)  Aun allá en el Nuevo Mundo, recién descubierto (en relación a nuestra posición presente en esta etapa en la línea del tiempo) por Cristóbal Colón en el 1492, vemos sangre, la sangre de indígenas que rehúsan someterse a la Iglesia Católica Romana. Sangre que mancha las vestimentas de los prelados católicos instigadores de tan vergonzosas persecuciones y matanzas.

d)  Pero, en la etapa que estamos visitando, no todo es continua guerra carnal y derramamiento de sangre. Nos llama la atención particularmente lo sucedido el 31 de octubre de 1517, en Wittenberg, Alemania. En esta fecha portentosa, ¡el sacerdote católico romano Martín Lutero tiene la osadía de retar a su propia iglesia a reformarse! Lo vemos cuando sale de su oficina y clava a la misma puerta de la Iglesia Todos los Santos 95 Tesis contra numerosas enseñanzas y prácticas de la Iglesia Católica Romana. Valiente acción que produce cambios de gran envergadura en muchos renglones religiosos y políticos.

“El 31 de octubre de 1517 Lutero se convirtió en controvertida figura pública al exponer en el pórtico de la iglesia de Todos los Santos de Wittenberg (algunos estudiosos dudan sobre si éste fue el lugar exacto) sus 95 Tesis o proposiciones escritas en latín contra la venta de indulgencias (remisión, mediante un pago, de los castigos temporales impuestos por la comisión de los pecados) para la gran obra de los papas Julio II y León X: la construcción de la basílica de San Pedro en Roma. Al margen de cómo se hicieron públicas sus proposiciones, causaron una gran conmoción y fueron traducidas de inmediato al alemán, logrando una amplísima difusión. Lutero defendió con energía sus opiniones en debates universitarios públicos en Wittenberg y en otras ciudades, provocando una investigación por parte de la Iglesia romana que culminó con la condena de sus enseñanzas (15 de junio de 1520) y con su excomunión (1 de enero de 1521) por el papa León X.” (Biblioteca de Consulta Microsoft ® Encarta ® 2005. © 1993-2004 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.)

e)  Acercándonos al límite más temprano de la etapa que estamos visitando, llegamos al año 1450. En esta fecha, también de suma importancia en la historia de la humanidad, el alemán Johann Gutenberg inventa la prensa de imprimir y las tintas que facilitan la impresión más rápida y económica de libros, como además, escritos de toda categoría. Su invención cambia la trayectoria de la historia. Ella hace factible la producción de cantidades sustanciales de la Biblia en los vernáculos de las naciones. También la impresión y amplia distribución de los escritos de los reformistas. “Johann Gutenberg (c.1400-1468), impresor alemán y pionero en el uso de los tipos móviles.” (Biblioteca de Consulta Microsoft ® Encarta ® 2005. © 1993-2004 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.)

f)  Nos preguntamos que si en el libro de Apocalipsis se hallen profecías sobre esta época muy convulsionada y decisiva de la Era Cristiana.

 

 


 

La cuarta parada

 

 

 

4.  Cuarta Parada. A pesar de las escenas escalofriantes que acabamos de observar, nos proponemos explorar aún más los tiempos de la Era Cristiana, escogiendo ahora la época que abarca los años desde el 1096 hasta el 1250. En un dos por tres, nuestras "Naves del tiempo" nos transportan a referido tiempo y empezamos nuestras observaciones.

a)  Consternados, vemos que las masas de humanidad están sumidas en ignorancia, superstición y miseria. Su existencia suele ser ruda, dura y corta, siendo el promedio de vida de tan solo unos cuarenta y cinco años. Pocas personas saben leer o escribir. Definitivamente, nos encontramos en la "Edad del Oscurantismo"Oscurantismo. m. Oposición sistemática a que se difunda la instrucción en las clases populares. 2. Defensa de ideas o actitudes irracionales o retrógradas.” (Biblioteca de Consulta Microsoft® Encarta® 2005. © 1993-2004 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.)

b)  Dondequiera abundan monasterios y conventos de la Iglesia Católica Romana. Lastimosamente, sus moradores tienen fama de ser sumamente ociosos y escandalosamente inmorales. La corrupción espiritual es rampante entre todo el clérigo católico romano, desde el Papa y los cardenales en Roma hasta los prelados más humildes en campos rústicos de alejadas aldeas y villas.

c)  Escrutamos más de cerca la situación, confirmando, que tal y como se alega, la jerarquía católica romana hace toda suerte de mercadería con los gobiernos y otras entidades seculares. Más aún, la misma Iglesia Católica Romana es dueña de una gran parte de Europa. Su “marca” está en casi todo, y en casi toda persona. Imperiosamente, ella obliga a los gobernantes a oprimir, castigar o matar a quienes se opongan a los dogmas y prácticas de la “madre iglesia”. En el año 1231, La "Santa Inquisición" es instituida formalmente por el Papa Gregorio IX. Este ordena a las autoridades seculares a apresar, torturar o matar a todo aquel que rehúse acatar la voluntad de la Iglesia Católica Romana. “Libertad de culto” es inexistente como derecho del individuo. Una fuerte e intransigente dictadura religiosa dura somete a las almas a una servidumbre servil plagada de supersticiones y basada en el temor vivo a los orgullosos clérigos.

d)  Al percatarnos de las cosas vergonzosas que están sucediendo en esta época, sentimos el fuerte impulso de gritar: ‘¿Dónde, en estas tierras del Oscurantismo, se encuentra la verdadera iglesia de Cristo, la del Nuevo Testamento, la iglesia “santa y sin mácula” establecida por Dios? ¿Acaso escondida en las cuevas o en algún lugar remoto lejos del clérigo perseguidor? ¿Quién posee una Biblia? ¿Tiene acceso a ella solo el clero?’ En el libro de Apocalipsis, ¿encontraremos profecías sobre esta situación sumamente alarmante y peligrosa para el verdadero pueblo de Dios?

e)  Estupefactos y callados por lo que estamos presenciando, concentramos nuestra atención  en el continente de Europa donde, en la época que estamos visitando, ocurre, frecuentemente, un fenómeno raro, de connotaciones muy sobrias, a saber, grandes compañías de personas con cruces rojas cosidas en sus vestimentas salen de los distintos países y, juntándose, se enfilan hacia el Cercano Oriente con la meta de librar a la ciudad de Jerusalén del dominio de los musulmanes. ¡Conque estas campañas bélicas son las famosas Cruzadas de las masas católicas contra Islam! La primera sale en el año 1096, otra en el 1147; otra en el 1188; otra en el 1202. En el 1212, sale una Cruzada compuesta mayormente de niños, víctima la inmensa mayoría de ellos de muerte violenta y vendidos no pocos en esclavitud. Continúan estas Cruzadas hasta el Siglo XIV. La pérdida de vidas es enorme; las victorias de los “cristianos”, pocas y casi siempre efímeras. En cambio, los mahometanos, aunque derrotados en ocasiones, se fortalecen cada vez más, reconquistan terrenos perdidos y extienden su imperio desde la India hasta porciones de España.

(1)  Ahora bien, nuestros comentarios sobre la “Guerra religiosa de los treinta años” son igualmente aplicables a las Cruzadas de los católicos romanos. De nuevo, abrimos nuestra Biblia al texto que dice: “Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo…” (2 Corintios 10:3-5). Una “guerra” espiritual; una “guerra” de “argumentos”; una “guerra” moral; una “guerra” intelectual contra “vanas filosofías y huecas sutilezas” (Colosenses 2:8). Esta es la única “guerra” que lidia el verdadero pueblo de Dios, el cual nunca milita “según la carne”.

(2)  ¿Tiene que ver el libro de Apocalipsis con todos estos escenarios tan sombríos y violentos y con todas estas almas llevadas locamente a un destino cruel por poderosas fuerzas siniestras de religiones que entran en combate carnal y mortal? Veremos que sí al examinar y aplicar las profecías y visiones del libro.

f)  Habiendo contemplado con asombro las condiciones espirituales de este periodo lúgubre de la historia de nuestra Era, ¿aún tenemos el valor de penetrar todavía más lejos en el "Túnel del Tiempo"? Estamos muy lejos del mundo del Siglo XXI. Aquí, en medio de la "Edad del Oscurantismo", tenemos la sensación de que años de luz nos separan del mundo que dejamos atrás al emprender este “Viaje”, “mundo” donde libertad de culto es derecho legal personal inalienable, existen cientos de millones de ejemplares de la Biblia, con traducciones a casi todo idioma o dialecto de la tierra, y se encuentra una iglesia en cada esquina. En definitiva, el “tiempo” del que salimos, los primeros años del Siglo XXI, pese a sus muchos males, es mejor que el tiempo de la Edad Media. Con el corazón bastante atribulado, prendemos los motores de nuestras "Naves del tiempo" y programamos la trayectoria para el año 800.

 

 

 


 

La quinta parada

 

 

 

5.  Quinta ParadaEl año 800 d. C. En un instante llegamos.

a)  El ámbito social, moral y espiritual evidente en este año 800 es más o menos el mismo como el de la “Parada” anterior. Se ven monasterios y conventos por doquiera y gran número de frailes, monjes, monjas, sacerdotes, obispos y otros prelados de la "madre Iglesia Católica Romana". Esta iglesia está fuertemente vinculada al estado secular. ¿Qué son las agendas, filosofías, creencias o intereses que producen semejante enlace? ¿Autoriza Dios esta relación entre el estado secular-político y la iglesia? ¿Contiene el libro de Apocalipsis profecías al respecto?

b)  En la ciudad de Roma, transcurre un evento de tanta trascendencia que no lo queremos perder, de modo alguno. La fecha es el 25 de diciembre del año 800. Los protagonistas principales son Carlomagnorey de los francos, y el Papa León III, de la Iglesia Católica Romana. El poderoso guerrero Carlomagno, católico romano, entra en la Basílica de San Pedro y camina hacia el altar, donde se arrodilla frente al Papa León III. De repente, este coloca una corona sobre la cabeza de Carlomagno nombrándolo el primer emperador del Sacro Imperio Romano. ¡Esto es realmente impresionante! ¡De manera que el Papa de la Iglesia Católica Romana hace y deshace reyes terrenales! O, por lo menos, se adjudica la potestad de hacerlo. Históricamente, parece estar en entredicho el que Carlomagno supiera, o no, antes de entrar en la Basílica, las intenciones del Papa León III. De todos modos, el Papa hizo lo que hizo, efectivamente, colocándose a sí mismo, como Papa, por encima de la máxima autoridad política-secular de Europa.

c)  Reflexionando sobre el significado de este evento, preguntamos: ¿Qué poder es este que ejerce el Papa? ¿Qué relación es esta entre el poder eclesiástico y el poder político? ¿Acaso estemos presenciando el cumplimiento de profecías apocalípticas? ¿Acaso tengamos delante de nosotros la Segunda Bestia y “la imagen de la bestia”? ¿Es concebible que las profecías de Apocalipsis nada tuvieran que ver con estos eventos y circunstancias, los que afectaron a cientos de millones de almas a través de muchos siglos, teniendo repercusiones aun en los tiempos modernos? ¿Cómo llegó el Papa católico romano a tener tanta influencia y poder?

 

 


 

La sexta parada

 

 

 

6.  Sexta ParadaProgramamos las computadoras de nuestras “Naves del tiempo” para cruzar casi doscientos años y llegar a los años desde el 590 hasta el 606. En cuestión de nanosegundos llegamos. 

a)  Cambiamos de etapa temporal, pero no de lugar geográfico. De nuevo, nos hallamos en Roma, la que llaman "la ciudad eterna". Nos intriga el sobrenombre "ciudad eterna"“Roma”, en el Siglo XXI, con su Vaticano, centro religioso, según se alega, para un billón de almas. “Roma”, la pontificia, sede, durante la Edad Media, de los Papas y la jerarquía católica. “Roma”, capital del Imperio Romano por más de mil años. ¡Roma! ¡Roma! "Todos los caminos conducen a Roma." ¿Figura esta ciudad tan famosa, y de tan larga vida, en las profecías de Apocalipsis?

b)  En Roma, en el año 606George Hillión, hijo de John Cataadioce, fue elegido al obispado de la ciudad. Lo conocemos como Bonifacio III. Ocupando él  esta posición, desea tener también supremacía sobre todas las iglesias en todo el mundo. El emperador Focas, usurpador del trono del Imperio Romano de Oriente (llamado el Imperio Bizantino por historiadores), autoriza un decreto según el que “la sede del bendito apóstol Pedro debe ser la cabeza de todas las iglesias”, efectivamente haciendo a Bonifacio III "Obispo Universal". Aceptando el eclesiástico este título, se constituye en el primer "Papa" de la Iglesia Católica Romana, es decir, “padre” y "cabeza" de la iglesia en toda la tierra, según se pretendió. Pero, vemos que su poder no se limita a la iglesia, pues se nos informa que también nombra a los alcaldes de las ciudades de Italia, como además, otros oficiales seculares. Así que, también ejerce autoridad en esferas políticas-materiales.

c)  Analizando el trasfondo de estos eventos y acciones portentosos, particularmente para los futuros moradores de Europa, aprendemos que el obispo de Roma viene ejerciendo, desde hace muchos años ya, no solo gran potestad espiritual sino también estos mismos poderes seculares-políticos. Nos intriga saber cómo llegara el obispo de Roma a tener tanto poder. Inquiriendo acerca de eventos y situaciones previos a la etapa en la que estamos, a saber, los años del 590 al 606, aprendemos que esta Roma en Italia guarda poca similitud a la Roma imperial de los primeros tres siglos de la Era Cristiana. Está muy deteriorada. Las fuentes históricas revelan que "la ciudad eterna" ha sido atacada y saqueada una y otra vez por visigodos, vándalos, godos y otros pueblos “bárbaros” del norte y oriente de Europa.  Guerras entre los que pretendían controlarla la dejaron prácticamente desolada, disminuyéndose su población a unos veinte mil, nada más, comparada con hasta un millón, o más, en su apogeo. Muchos de sus magníficos edificios antiguos están en ruinas. Gran parte de sus tesoros artísticos hurtados o destruidos. En medio de estas circunstancias tenebrosas, el obispo de la iglesia en la ciudad es quien sale, en ocasiones, como representante de ella, como, por ejemplo, sucedió en el año 453, cuando Leo I, obispo de Roma, acompaña a tres oficiales seculares a Mincio, en la vecindad de Mantua, en el norte de Italia, para negociar un acuerdo con Atila el Huno. Preparado para tal hora y tal situación por las fuerzas de maldad que forjan la gran apostasía, el obispo de Roma no tarda en reclamar para sí mismo y su iglesia, los poderes tanto seculares como espirituales que hacen factible su eventual elevación al puesto de "Obispo Universal". En el occidente de Europa, la gran inestabilidad política de la época hace aún más fácil su rápido ascenso.

(1)  ¡De manera que el enigma ya no es tan difícil de descifrar! El potentado religioso que coronó al rey Carlomagno “Emperador del Sacro Imperio Romano” el 25 de diciembre del año 800, es producto de la gran apostasía ocurrida en el seno del cristianismo durante los siglos previos al evento, como también del vacío político que se creó en Europa al debilitarse y fragmentarse el Imperio Romano de Occidente.

(2)  Meditabundos, nos preguntamos para nuestros adentros: Y las profecías de Apocalipsis, ¿se aplican por lo menos algunas de ellas a estos eventos y circunstancias? ¿Previo Dios esta confabulación de poderes eclesiásticos corruptos y poderes seculares, descubriéndola anticipadamente, para los entendidos, en las profecías apocalípticas?  

 

 


 

La séptima parada

 

 

 

7.  Séptima Parada. Nos detenemos en el período que abarca los años desde el 410 hasta el 476. Transpiran eventos inauditos en el Imperio Romano. En el año 410, los visigodos, una tribu de origen alemán, convertidos al cristianismo arriano, liderados por el rey Alerico, se arremeten contra la ciudad de Roma, saqueándola durante tres días. Esta es la primera vez en ochocientos años que una fuerza militar extranjera penetra dentro de las murallas de Roma. Luego, los vándalos, otra tribu alemana, también convertida al cristianismo arriano, partiendo del norte de África, cruzan el Mediterráneo, y en el año 455 saquean a Roma durante dos semanas. Así sucede que en el occidente de Europa, el Imperio Romano sufre golpe tras golpe. Desde hace tiempo, muchos extranjeros integran los ejércitos romanos, alcanzando aun el rango de general.

a)  Para colmo, en el año 476, uno de ellos llamado Odoacro toma el poder en Roma.  Pero, Odoacro también es cristiano arriano y se considera a sí mismo súbito romano, sujetado al emperador romano en Constantinopla. De hecho, nos enteramos de que esta ciudad de Roma en la península itálica no es la capital del Imperio Romano, siendo Constantinopla, en Bizancio, a orillas del Bósforo, la nueva capital desde hace ciento treinta y seis años. Aquella “Nueva Roma”-Constantinopla crece aceleradamente, tanto en población como en riquezas y poder secular-político. En cambio, esta Roma en Italia que estamos contemplando ha estado en declinación hace mucho, pero aún se mantiene en pie.

b)  A la luz de estos eventos y circunstancias, surgen unas preguntas que merecen contestaciones acertadas. Por ejemplo, ¿realmente cayó el Imperio Romano en el año 476, como dicen no pocos historiadores y muchos textos académicos?¿Cómo armonizar con tal tesis la continuación del Imperio Romano en el oriente –robusto, rico, poderoso, pese a altibajos? ¿Y cómo armonizar con ella la continuación del Imperio Romano en el occidente después del año 476? Odoacro no era emperador del Imperio, sino un rey, o gobernador, sujeto al emperador en Constantinopla. El que no fuera ciudadano romano, o de descendencia romana, no significa, necesariamente, que el Imperio Romano no siguiera existiendo, o que no siguiera dominando aun en Italia. ¿O nos equivocamos? ¿O se equivocan los historiadores, como también los comentaristas sobre Apocalipsis, que fijan el fin del Imperio Romano para el año 476? Todo esto merece más estudio, ¿no le parece? Específicamente, ¿cuándo cayó, en definitiva, el Imperio Romano?

 

 


 

La octava parada

 

 

8.  Octava Parada. No todo misterio está resuelto. Por ejemplo, ¿cómo llegó el cristianismo a tener tanta influencia en el Imperio Romano que un obispo de la iglesia pudiera salir a recibir a los adversarios, negociando acuerdos con ellos? Una de las claves para entender este misterio la encontramos en el lapso de tiempo entre el 312 y el 324 d.C. Así pues, prosigamos nuestra jornada por la “Dimensión del Tiempo”. Al llegar al año 312, observamos allá abajo, en las provincias del Imperio Romano, unos sucesos portentosos.

a)  La fecha es el 12 de octubre de 312 d.C. El general Constantino riñe con el general Majencio el trono de Roma. Según el relato histórico, Constantino ve en visión una cruz, escuchando las palabras: "Bajo este símbolo vencerás". Derrota a Majencio, atribuyendo su victoria al Dios de los cristianos. El día 18 de septiembre del 324, repudia públicamente al paganismo, declarándose "cristiano".

b)  Así sucede que en el lapso de tan solo unos pocos años el "cristianismo" se transforma de "religión perseguida" a "religión oficialmente reconocida y protegida por el estado". Antes del fin del mismo Siglo IV, ya fue aceptado como "la religión del estado", quedándose proscrito el paganismo.

c)  He aquí en todos estos acontecimientos el primer matrimonio del cristianismo con el poder secular.

d)  Al examinar con lente potente el tipo de cristianismo a la que se convirtió Constantino, comprendemos que la iglesia que se hace esposa del “Señor Poder Secular” no es, en definitiva, la esposa espiritual "sin mancha ni arruga" a la que el Señor Jesucristo desposó, sino una iglesia apóstata, o sea, una mujer espiritual impostora, la que se hace pasar por la esposa verdadera del Cordero. ¿Será aquella impostora "la gran ramera" de las profecías de Apocalipsis? ¡Idea sumamente intrigante!

e)  Pues, el asunto está más claro, y otro misterio resuelto: el reino espiritual que prácticamente sustituye al Imperio Romano en el occidente durante largos años, no era el Reino verdadero de Cristo, el cual "no es de este mundo", sino el reino espiritual corrupto que tuvo su origen en las apostasías del Siglo I, creciendo vertiginosamente hasta virtualmente opacar al verdadero Reino de Cristo.

f)  Pero, vemos allá en el oriente, en Bizancio, una península estratégica entre Europa y Asia, una escena que nos llama mucho la atención, intrigándonos. Bajo el mandato y la supervisión del mismo emperador Constantino I, acompañado por obispos de la iglesia, se está fundando una nueva ciudad como nueva capital del Imperio Romano. La llaman la “Nueva Roma”. La antigua Roma de Italia, definitivamente, ya no será la capital del Imperio. ¿Qué significa este acontecimiento? ¿Acaso tenga que ver lo que está ocurriendo con la bestia sanada de una “herida mortal”, la que aparece en Apocalipsis 13? 

 

 


 

La novena parada

 

 

 

9.  Novena Fase del viaje. No le decimos "Parada" sino "Fase", pues nos proponemos dar vueltas por encima del gran Imperio Romano y cruzar lentamente la etapa que comprende desde el año 312, para atrás, hasta llegar al año 95 d. C. Haciéndolo, nos impresionan fuertemente los eventos y circunstancias que observamos.

a)  Este Imperio Romano que estamos viendo ahora no es "cristiano" sino "pagano". Tampoco es débil, sangrando o moribundo sino sumamente robusto, dominando desde la el Éufrates hasta Inglaterra, desde el río Danubio hasta los desiertos africanos y las fuentes del río Nilo.

b)  Vemos que este enorme y poderoso Imperio Romano pagano persigue, de cuando en cuando, a la iglesia que Cristo y los apóstoles fundaron en Jerusalén, llegando al extremo de matar cruelmente a algunos cristianos.

c)  Pese a estas persecuciones efectuadas periódicamente, asombrosamente ¡la iglesia sigue ganando adeptos a ritmo acelerado! Ya para el año 312 d. C., o sea, aproximadamente 285 años después de su establecimiento, más o menos el 10% de la población del Imperio Romano pertenece a sus congregaciones. Es decir, quizá entre quince y veinte millones de creyentes. Una cifra más o menos exacta es realmente imposible fijarla debido a la dificultad que encuentran los historiadores en determinar la población del Imperio Romano para aquellos tiempos.

d)  Paralelamente con el incremento numérico de los cristianos, se detecta el crecimiento descomunal de fuerzas apóstatas, al extremo de que para el año 312 estas fuerzas siniestras se han adueñado de casi toda la iglesia, efectivamente pervirtiendo el evangelio verdadero, y por ende, anulando su poder para transformar vidas conforme al plan de Dios.

e)  Al ir acercándonos ya a nuestro destino, el Siglo I de la Era Cristiana, nos preguntamos: ¿Anuncian las profecías de Apocalipsis estas persecuciones fieras contra la iglesia? ¿Se identifica en las profecías aquel Imperio Romano poderoso entre cuyos líderes máximos hubo algunos que se propusieran acabar con los cristianos? ¿Se alude a aquellos valientes cristianos que sufrieron el martirio? ¿Se profetiza sobre aquella gran apostasía, la que por poco suplanta completamente a la iglesia verdadera?

 

 


 

La décima parada

 

 10.  Décima Parada. Con la cabeza llena de estas y muchas otras preguntas, rebosada la mente y alterados los sentidos por los tantos datos y las tantas impresiones recogidos durante nuestra travesía a través de mil novecientos años de historia, llegamos de repente al año 95 y a la pequeña isla de Patmos.

a)  Aterrizamos, y bajando de nuestras naves, nos encontramos en la presencia del propio apóstol Juan, quien acaba de recibir las abundantes visiones audiovisuales de Apocalipsis. Aún está temblando, profundamente conmovido. Verlas y escribirlas en pergaminos para la iglesia y las gentes coetáneas, como también para la posteridad, lo ha dejado exhausto, casi desmayándose.

b)  ¿Qué preguntas osamos hacer al anciano apóstol Juan sobre la interpretación de las profecías y visiones que ha tenido el incomparable honor de recibir? ¿Qué podría él explicarnos? ¿Qué entendimiento de ellas pudiera tener él?

c)  Según testimonios de Ireneo y Clemente de Alejandría el apóstol Juan, librado del destierro en Patmos al fallecer el emperador Domiciano, seguía viviendo en la provincia romana de Asia “hasta los tiempos de Trajano”. Este era emperador de Roma desde el 98 hasta el 117 d. C. Muriendo, pues, pocos años después de recibir las revelaciones divinas que componen el Apocalipsis, Juan no presenció el cumplimiento de casi ninguna de las profecías y visiones enviadas a él en Patmos. No vio los lugares ni presenció personalmente los eventos que hemos visto en nuestro largo viaje a través de la “Dimensión del Tiempo”.

d)  En cuanto a la interpretación de las profecías y visiones, la gran ventaja es nuestra, siempre y cuando tengamos el conocimiento necesario de la historia, como además de las Sagradas Escrituras. Decididamente, tenemos ventaja  por la sencilla razón de que pertenecemos a un tiempo mil novecientos años después de la muerte de Juan. Han transcurrido más de diecinueve siglos después de que aquellas profecías y visiones fuesen dadas al apóstol Juan. Han tomado lugar incontables eventos impactantes en el mundo espiritual, moral, social, religioso y secular.

(1)  Surge, naturalmente, la siguiente pregunta: ¿Es lógico que Dios no diera a su iglesia profecías sobre tan grandes eventos, o en torno a entidades, tanto espirituales como seculares, que la afectaran drásticamente en su vida y obra? El sentido común nos lleva a pensar que, ciertamente, Dios no hubiese pasado por alto todos estos siglos que hemos recorrido y todos estos acontecimientos tremendamente importantes para vastas multitudes de almas, dando profecías solo para tiempos modernos, o solo para un tiempo futuro a la fecha de partida para nuestro “Viaje”. ¿Acaso no haya profecías para los más de mil novecientos años entre el año 95 d. C. y el tiempo del Siglo XXI? ¡Inconcebible! ¿O acaso se limiten las profecías solo a la etapa antes del año 476 d. C., como postulan algunos, o antes del 312 d. C. cuando fue convertido Constantino? ¡Realmente inconcebible! Al menos para este servidor. Mediante la conversión de Constantino, se desencadenó una serie de acontecimientos que resultó en la eventual "coronación" del "hombre de pecado". Luego, a consecuencia de la elevación de la iglesia apóstata a "religión del estado", acaecieron, durante más de mil años, toda suerte de conflicto espiritual y aun carnal entre las fuerzas del Bien y del Mal, entre las de la Verdad y las del Engaño, conflictos grandes y pequeños que afectaron, literalmente, a miles de millones de almas. ¿Cómo pensar que no se diera ninguna profecía en el Nuevo Testamento para el período tan largo y convulsionado, el que abarca desde el año 312 hasta el Siglo XXI? ¿Qué todas las profecías del Nuevo Testamento, en particular, las de Apocalipsis, fuesen limitadas a los años antes del 476 d. C., o antes del 312 d. C., o tan solo a la década de los años sesenta del Siglo I? Poco lógico, a nuestro entender.

(2)  Reflexionando un poco y comparando, preguntamos: ¿No dio Dios profecías al pueblo de Israel que cubrieran casi todo el tiempo de su existencia? Entonces, ¿por qué habría de dejar a su pueblo electo actual, o sea, la iglesia, sin profecías para casi todo el tiempo de su vida y obra en la tierra? Nuestra convicción es que el Dios Soberano instruyó proféticamente a su iglesia para que en todo tiempo sus miembros sabios estén preparados para enfrentarse a las fuerzas que los afectan a lo largo de la Era Cristiana, hasta la culminación de esta al regresar Cristo en victoria. Esta convicción nuestra será puesta a prueba al seguir desarrollándose este Análisis.

e)  Abordamos de nuevo nuestras "Naves del tiempo" y regresamos pronto, sin hacer escalas, al tiempo en el que nos toca vivir. Ya tenemos delante de nosotros el largo panorama, a grandes rasgos, de la historia de la Era Cristiana desde el año 95 hasta el presente. Lo tendremos siempre como trasfondo indispensable para el desarrollo de la interpretación correcta de las profecías y visiones apocalípticas.

 


Examen para el Capítulo Uno

Proceder al Capítulo Dos. Bosquejo condensado del Capítulo Dos.

 

Índice del contenido del Capítulo Uno

Diapositivas para la Parte 4

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