“¡Salvad a los niños!”
“¡Salvad a NUESTROS niños y jóvenes!”
I. Introducción.
A. Salutación.
B. Desde el día cuando el hermano Estrella me invitó a predicar hoy en esta ocasión este servidor ha considerado varios temas, entre ellos, “El testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía” (Apocalipsis 19:10), pensando identificar a las entidades y circunstancias en el escenario actual del mundo que demuestran el fiel cumplimiento de las profecías, hecho que confirma la inspiración de la Biblia, y, por ende, nuestra fe. Tema fascinante para no pocos. Además, edificante, pero bastante profundo y complicado, tratándose de interpretaciones opinables y debatibles.
C. Al reflexionar, seleccioné un tema que me parece más práctico y de más beneficio para esta audiencia en particular, tema escuchado a menudo en todo el mundo en estos días debido a la catástrofe acaecida en el sur de Asia el 26 de diciembre, el terrible tsunami (maremoto) que ha dejado un saldo de más de 160,000 muertos. “¡Salvad a los niños!” (“Save the Children!”) es el tema.
1. “Save the children!” (“¡Salvad a los niños!”), lema, exhortación y plegaria de UNICEF (organización de las Naciones Unidas dedicada a socorrer a los niños del mundo). Tema comentado y ampliado constantemente en los medios noticiosos de casi todo país.
2. En el lapso de solo dos o tres horas, aproximadamente 50,000 niños y jóvenes perdieron la vida a consecuencia de aquel temible tsunami, con olas de hasta 45 pies (15 metros) de alto que se trasladaban hasta 500 millas (805 kilómetros) por hora. Ayer, sábado (8 de enero de 2005), CNN informó que al menos 13,000 niños quedaron huérfanos a causa de la tragedia. Con sobrada razón se clama “¡Salvad a los niños!”, noble sentimiento y preocupación que conmueve al corazón de todo ser humano sensible.
II. ¿Salvar a los niños de qué? “Salvar” presupone “peligro”.
A. ¿Cuáles son los peligros que amenazan a los niños en las áreas impactadas por el tsunami –Indonesia, Sri Lanka, Tailandia, India, Maldivas, etcétera?
1. Peligros físicos: hambre, pestilencias, falta de atención médica, falta de techo y abrigo, las inclemencias del tiempo.
2. Peligros emocionales: angustias, vacíos, temores e inseguridad por la pérdida de padres u otros seres queridos; pesadillas, desorientación traumática, depresión.
3. Peligros sociales de la peor índole: ser secuestrados y vendidos para trabajar como esclavos en hogares o fábricas, o forzados a practicar la prostitución.
a) En Tailandia y los países vecinos (Berma, Camboya, Vietnam, etcétera) anualmente centenares de miles, quizá hasta un millón de niños son traficados para estos propósitos crueles, criminales, diabólicos.
b) Después del tsunami, enseguida aparecieron desalmados depredadores en busca de niñas y niños, abusando y secuestrando.
c) Para frenar este crimen, las autoridades de algunas áreas afectadas han establecido que no puede viajar ningún menor con menos de 16 años de edad, a no ser acompañado por un familiar adulto debidamente identificado.
d) Entre los depredadores se encuentran no solo elementos locales sino también europeos, japoneses, norteamericanos y otros extranjeros.
B. Desde luego, salvar espiritualmente a los niños, adolescentes y jóvenes de Asia, y del resto del mundo, no figura entre las metas de UNICEF, como tampoco preocupa de manera alguna a la gran mayoría de las figuras políticas, empresariales, deportistas, de farándula, de medios noticiosos, de organizaciones sociales, etcétera, cuyos nombres suenan como grandes contribuyentes a la causa de “salvar a los niños”. Esta observación la hacemos sin intención alguna de restar un ápice de la buena voluntad y generosidad de tales personas hacia los muchos miles de niños desamparados.
C. No dudo acertar al decir que todos los presentes quisiéramos contribuir a salvar a los niños y jóvenes de Asia, no tan solo materialmente sino también espiritualmente. Dificulta la implementación de nuestro buen deseo la gran distancia entre nosotros (en Puerto Rico) y aquella región de la tierra –aproximadamente 12,000 millas (19,500 kilómetros).
III. Cambiamos el enfoque de este mensaje de Asia a nuestro país, cambiando palabras en el título. Decía: “¡Salvad a los niños!” Ahora lee: “¡Salvad a NUESTROS niños y jóvenes!” A los de aquí. A los de esta misma congregación. “¡Salvad a nuestros propios niños, adolescentes y jóvenes!”
A. De seguro, esto es el deseo ferviente y la profunda preocupación no solo de este servidor sino de todo adulto serio, pensante y espiritual de esta iglesia. “¡Salvad a nuestros propios niños, adolescentes y jóvenes!” En la clase del pasado miércoles, los adultos jóvenes abordaron este mismo tema, discutiéndolo animadamente.
B. Volvemos a apuntar que “salvar” implica “peligro”. ¿Con qué lógica hablar de “salvar” o “salvación” si no existe ningún peligro? ¿En qué peligro están nuestros niños y jóvenes? Pues, vamos a preguntárselo.
1. “Queridos niños y jóvenes, ¿en qué peligro se encuentran ustedes?”
2. A que la gran mayoría nos contestaría: “¡No estoy en ningún peligro! Estoy bien, disfrutando de la vida. Ningún peligro serio me amenaza.”
a) Amado niño o joven, ¡ojalá fuese así! Que fueses totalmente a salvo de todo enemigo, libre de todo peligro, salvaguardado de toda amenaza.
b) Quisiera dirigirme a ti, querido niño, joven. No para regañar, condenar o hacerte sentir mal. Te quiero muy sinceramente. Eres tan especial y único entre todos los seres humanos. Desearía remover toda barrera, salvando toda brecha, para conocerte y entenderte mejor. ¿Sabes una cosa? Temo que andes en medio de peligrosos MONSTRUOS –algunos pequeños, otros medianos o grandes- sin poder, o acaso sin querer, identificarlos claramente como tal. Al fin y al cabo, te criaste con ellos, es probable que te agraden algunos, que te diviertas mucho con algunos. No me extrañaría que ames a algunos de ellos. Pertenecen a tu mundo. Se mueven libremente en tu mundo. Yo los veo como “monstruos peligrosos”, pero a lo mejor tú los veas como “amigos inocentes”.
C. Estás bien conectado a tu mundo, ¿verdad? Pues, fíjate, ¡yo también! Aunque no tanto como tú, ni de la misma manera ni con las mismas habilidades. Mira todo lo que tengo en esta mesa.
1. Este es mi teléfono celular. Sí, yo sé que no es el último modelo. No tiene pantalla para recibir imágenes, pero sirve para las funciones básicas. Algunos de ustedes ya tienen su propio celular, ¿cierto? Por ahí veo a niños de ocho, nueve, diez años de edad que tienen su propio celular, llamando y recibiendo llamadas, sin supervisión, como si fueran adultos. Me asombra cómo mucha gente joven marca los números a las millas con el pulgar, ¡aun mientras ejecutan otras acciones con la otra mano! No tengo semejante destreza. Los botones son demasiado pequeños. Si voy guiando, espero hasta llegar a un “Pare”, o a un semáforo con luz roja, o sencillamente me alineo, para marcar despacio el número con el dedo índice, no con el pulgar. A ustedes les llamo la “Generación de pulgares descomunalmente diestros”.
2. He aquí mi CD player, ¡con audífonos! Chévere, ¿no? Con este equipo, yo también puedo hacer como el joven que vi hace tres domingos en Food Fun de Santa Rosa. Andaba con su madre y hermanos, pero interactuaba poco con ellos, pues iba con sus audífonos puestos. Al hablarle su madre, levantó el auricular del lado izquierdo, diciendo: “No. Yo quiero el Combo 3”, cubriendo enseguida su oído con el auricular, efectivamente encerrándose de nuevo en su mundo particular. Un día de estos, cuando baje el precio un poco más, tal vez me compre un iPod. Así, podré llevar toda mi música conmigo, dondequiera que vaya.
3. Tengo esta potente computadora portátil. Me conecto al Internet mediante DirecPC, ¡por satélite! No dije “DirecTV” sino “DirecPC”. A que ninguno de ustedes cuente con una conexión tan sofisticada, ¿eh? Además, mis correos electrónicos se envían y se reciben por Internet, y no a través de línea telefónica alguna. ¿Verdad que estoy bien conectado?
4. (Suena el celular dejado en la mesa, haciendo la llamada en este preciso instante un hermano previamente orientado.) “¡Eh! Alguien me llama. Y en pleno culto. Hola. ¿Qué si quiero ir al cine para ver ‘Terminator 15’, el próximo miércoles, a las 7? Ah, pues, ¡claro! Te acompaño. ¿Qué? Pues, así es: mi mamá va a la iglesia los miércoles, pero no insiste que vaya yo siempre. Le diré que tú eres mi mejor amigo y que me has invitado a celebrar tu cumpleaños. Ella nunca me cuestiona nada. Bien, pues, chao.”
5. (Casi al instante suena de nuevo el celular.) “¡Eh! ¡Qué cosa! ¡Otra llamada! Ves, que tengo muchos amigos. Siempre me están llamando. Haló. ¿Cómo estás? ¿Qué estoy haciendo? Pues, bajando del Internet lo último de rap y reguetón, quemando discos para mí, para ti y para nuestros amigos. ¿Qué te parece?”
“¿Cuánto me está costando cada CD? ¡Nada, ‘mano! Tengo un programa pirateado que hace posible piratear la música, sin dejar rastro en el Internet.”
“¿Qué si quiero ir contigo a la playa el próximo domingo, a las 10 de la mañana? ¡Claro que sí! ¿Qué si mis padres no me lo prohibirán? Muchacho, tú sabes que ellos van a la iglesia, y yo los acompaño a menudo para que me crean ‘buen hijo’, pero si me dicen que no, entonces me pongo como bien deprimido, o quizá me arme, y cambiarán de parecer. Los tengo en el bolsillo. Descuídate. ¿Te gustaría ir al cine por la tarde? Luego, pasamos un rato en TimeOut. Entonces, deja ver: así pues, para mi casa y a divertirnos con los juegos electrónicos y surfear el Internet hasta las 3 de la mañana. ¿Qué te parece? Tengo lo último en juegos: “Doom 3”, "Grand Theft Auto: San Andreas” y “Half - Life 2”. ¿Mis padres? Pero, ¡tú estás más preocupado por mis padres que yo! No te apures tanto. Llegarán tarde del cine, y se echarán en la cama sin tocar la puerta de mi habitación. Tienen que madrugar a las 5:30 para ir al trabajo.”
“Chao. Nos vemos en la escuela.”
6. (Enseguida suena el celular de nuevo.) “¡Eh, eh! ¡Fantástico! ¿Otra llamada? ¡Qué popular soy! ¿Quién es? ¿QUIÉN dice usted? ¿QUIÉN? ¿Dios, el Creador del universo? ¡Déjese de bromas! No conozco tu voz, pero quienquiera que sea usted… ¿Qué conoce usted todos los detalles más íntimos y secretos de mi vida? ¿Por ejemplo? (Escucha unos segundos, anonadado, poniéndose el semblante cada vez más serio). “Sí, ya le creo. ¿Qué tiene usted un mensaje para mí, mis amigos y todo joven? ¿Qué lo repita pausadamente, en voz alta? Bien. ‘Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas Yo te juzgaré. Quita, pues, de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el mal.’ Sí, Señor. Lo capté y se lo diré a mis amigos. Bye.”
7. Amado niño, joven, hermanos y amigos todos, esperamos no haber incurrido en ninguna falta mediante el diálogo de esta última llamada. Lo cierto es que Dios ama a los niños y jóvenes con un gran amor especial, y que tiene para ellos el mismo mensaje escuchado, pues lo tomamos de la Biblia, específicamente, de Eclesiastés 11:9-10. Dios, sí, llama a los jóvenes, pero no por teléfono o Internet, ni por medio de ángeles, sino a través del mensaje espiritual que él mismo inspiró, dejándolo escrito en la Biblia. “Quita, pues, de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el mal”, es su consejo para la juventud, y más que mero “consejo”, pues también es mandamiento y advertencia, ya que joven, tú ,que sabes discernir entre el bien y el mal, tu Creador te llamará a cuentas. “Te juzgará Dios”, como juzgará a todo ser humano responsable.
8. Consideremos de nuevo este equipo que se encuentra en la mesa. ¿Qué peligro hay para ti, o para mí, en estos aparatos electrónicos y toda esta tecnología tan impresionante y llamativa? Su efecto en muchos es como el de un poderoso imán que hala irresistiblemente. Pero, ¿son invenciones de Satanás, malas y pecaminosas por naturaleza? No lo son.
a) El diablo y sus ángeles no inventaron estos equipos, ni son dueños de la tecnología que hace posible su funcionamiento. Tal cual la gran mayoría de invenciones humanas, se prestan para bien o para mal. Utilizadas para desinformar, estafar, robar, corromper moralmente, promover el terrorismo, etcétera, se vuelven medios diabólicos para hacer lo malo.
b) Por ejemplo, casi todos los niños y jóvenes reconocen el equipo que presento a ustedes en este momento. Correcto: un “PlayStation”. He aquí unos juegos, algunos educativos, otros de sano entretenimiento. Pero para este mismo equipo hay juegos electrónicos de pura violencia bárbara, bestialismo, satanismo y pornografía. Ya mencionamos algunos tales como “Doom 3”, y añadimos “Halo 2” y “Resident Evil: Outbreak”. Para la tecnología de VCR (luego DVD) hay infinidad de producciones de semejante contenido.
c) ¿Qué PELIGRO hay en esta categoría de juegos y películas? Voy a expresarlo de la manera siguiente: el mal árbol produce malos frutos –podridos, venenosos y aun fatales- tanto para la mente y el corazón como para el alma, y aun para el cuerpo. ¿Acaso no entiendes bien lo que quisiera decirte? ¿No captas el sentido? ¿No sabes aplicar esta norma al asunto de estos juegos y películas? ¡Ay de ti si no sabes! ¿No eres capaz de entender que si alimentas continuamente tu mente, corazón y alma con lo malo, tarde o temprano tú mismo te volverás malo, y tus frutos serán malos, amargos, mortíferos? ¡Cuidado de estar no solo bien conectado a tu mundo sino también de cerrar tus ojos para no ver ningún otro mundo o entender verdades sencillas!
9. Es tu mundo, pero, fíjate, ¡tú no lo creaste! ¡No hiciste nada para crearlo! Naciste, creciste, y de repente comenzaste a conocerlo, con todas sus hechizantes invenciones, flamante farándula, lucidas modas, espectáculos musicales, “gente linda y vivaracha”, etcétera. Lo aceptaste como natural, y muy preferible al mundo de tus padres y abuelos. Pero vuelvo a decirte que tú mismo no lo creaste.
a) Otras personas lo crearon, diciéndote: “¡Esto es lo último, lo mejor, lo más divertido, lo más real! Tus viejos no están en nada.” Te lo repiten y te lo aseguran constantemente, y creyéndoselo, no comprenderás jamás que lo hacen para envolverte y explotarte de mil maneras, tanto económica como emocional, moral e intelectualmente.
b) ¿Quiénes son los creadores de tu mundo? Pues, personas mayores que tú. Multitudes de individuos, empresas y corporaciones. ¿A cuántos conoces personalmente? Algunos tienen buenas intenciones hacia ti. Otros, malas intenciones hacia ti, pues a estos solo les importan dinero, poder, fama o recompensas puramente sensuales, incluso sexuales. Muchos de los que tienen sus ojos sobre ti te pescan, querido niño, joven, para inducirte a comprar, o que tú persuadas a tus padres a comprar, lo que ellos venden. Tú, como persona, no eres importante para ellos; solo quieren tu dinero, o el de tus padres. ¿No ves? ¿No entiendes? Otros te buscan por Internet, por correo electrónico, en las calles, en los “Malls” (centros comerciales) para conquistarte y satisfacer su egoísmo o pasiones animales.
c) Los creadores de tu mundo, ¿cuántos son de buen corazón? ¿Cuántos buscan el bien tuyo? ¿Cuántos te ven como yo te veo; como Dios te ve? Como una persona tan especial, de tanto valor, que merece respeto, amor puro, apoyo desinteresado y todo lo bueno que Dios depara para todo ser humano creado a su imagen.
10. Ese “mundo” que personas más maduras que tú siguen formando y manipulando para ti, ¿cómo es? Cibernético, virtual, digital, eléctrico, excitante, psicodélico; también plástico, ficticio, imaginario, sensual y materialista en extremo. Si decides vivir exclusivamente en ese “mundo”, dominará tus pensamientos día y noche, revolcando tus emociones y consumiendo tu corazón, hasta convertirte en robot programado a obedecer ciegamente la voluntad colectiva de los hombres y las mujeres al mando.
11. Pasar todo, o casi todo, el tiempo en ese “mundo” significa estar desconectado, quizá casi del todo, de otros mundos sumamente importantes. DESCONECTADO…
a) Del mundo real creado por Dios, es decir, del mundo natural que nos rodea, mundo visible, palpable y lleno de vida real. Las estrellas y todos los cuerpos celestiales. El planeta Tierra, con increíble cantidad de seres vivos, inclusive seis billones de seres humanos, y enorme variedad y cantidad de vegetación, parte de la que nos sirve de alimento. Este mundo no es imaginario. La vida que existe en este mundo no es “virtual” sino real. ¿Acaso sabes tú más acerca del mundo imaginario inventado y proyectado a través de medios electrónicos que del mundo real, y realmente vivo, creado por Dios? ¿Estás desconectado del mundo natural? ¿De la naturaleza? ¿No te interesa? ¿No aprecias su belleza? ¿Ni aun sabes de dón de o de qué vienen los alimentos que consumes a diario? ¿Nunca has sembrado una semilla? ¿Nunca has cosechado vegetales o frutas? ¿Nunca has tocado una oveja o una vaca? ¿Solo conoces plástico, metal, el cemento de la acera, la brea de la calle, las luces artificiales que alumbran tu noche, tiendas, centros comerciales, el interior de tu casa, objetos manufacturados por los hombres?
b) Si estás desconectado casi totalmente del mundo natural, aislado de él y viviendo como en una cápsula plástica creada por hombres, no me sorprendería que también estés prácticamente desconectado de Dios mismo, a pesar de profesar creer en él. Porque la grandeza, el poder y la gloria de Dios “se hacen claramente visibles… por medio de las cosas hechas” por él (Romanos 1:20), y no por invenciones humanas.
c) Al no estar bien conectado a Dios, estarás desconectado del mundo espiritual creado por él, incluso su iglesia, condición que lleva a muchos jóvenes a mirar a la iglesia con desprecio, si bien no con cierto odio.
d) Efectivamente, estamos cara a cara, amado joven, con el PELIGRO MÁS GRANDE QUE TE AMENAZA: ¡ESTAR DESCONECTADO TÚ DE DIOS!
D. Me dirijo no solo a los niños y jóvenes, sino a todos los congregados. Si nuestros niños y jóvenes, los nuestros, los de esta iglesia, están sumidos en el mundo cibernético y de farándula, infinidad de peligros asechan sus preciosas vidas y almas, entre ellos:
1. El hambre no, ni la desnudez por falta de abrigo, como en Asia y África, sino el excesivo consumo de alimentos y el derroche de dinero en ropa que no necesitan, como también la desnudez que descubren modas diseñadas para despertar pasiones desordenadas.
2. Ser secuestrados físicamente no, sino ser seducidos por el sensualismo y el materialismo rampantes en este mundo.
3. Ser esclavizados literalmente no, sino esclavizarse ellos mismos a los monstruos de su mundo.
4. Al desarrollar nuestros niños y jóvenes su vida en un ámbito de puro materialismo y sensualismo, se exponen a todo un hato grande de fieros peligros: drogadicción, alcoholismo, adulterio, enfermedades sexuales incurables, embarazos indeseados, relaciones sociales y amorosas inestables que no llenan vacíos, conflictos y estrés de toda índole que debilitan y enferman a mentes, corazones y almas, separaciones, divorcios, violencia doméstica, vida frustrada, vida amargada. La lista es interminable.
5. ¿Quién es capaz de salvarlos de tan grandes y malos peligros? Los maestros y predicadores de la iglesia queremos poner de nuestra parte, pero la mayor responsabilidad recae sobre los PADRES de cada niño y joven, sobre papi y mame. También sobre abuelos, bisabuelos, tíos, tías, primos, primas y demás familiares, pues si la familia propia no constituye la primera y más fuerte línea de defensa, difícilmente podrá salvarlos la iglesia sola. Este tema abarca innumerables puntos importantes, los que trataremos en otro mensaje, si Dios quiere.
IV. Invitación. Aún no mencionamos por nombre el peligro más terrible que confronta el joven que sabe discernir entre el bien y el mal. Ha llegado el momento para identificarlo. Se trata del infierno eterno, o sea, del castigo divino para todo aquel que rehúse vivir en armonía con la creación de Dios y su propósito para cada componente de su obra.
A. Muy amado joven, el Sr. Bill Gates, fundador de Microsoft, no te dio vida, ni sostiene tu vida. Tampoco los músicos, cantantes o actores de la farándula. Tampoco Michael Jordan, o cualquier otro deportista famoso. Sé que lo sabes, pero ¿acaso permites que ellos, y Dios no, fijen parámetros y metas para tu vida? Son meros hombres y mujeres de limitada inteligencia y poder, muchos de ellos llenos de vicios y pecados, de los cuales algunos ni siquiera se avergüenzan. Morirán. Pero, Dios es eterno. Él es el Creador, el único que da y quita vida. ¿Es sabio obviar o descartar su propósito para ti?
B. Dios te llama a una vida sana. Viviéndola conforme a sus buenos consejos, evitarás en este mundo gran número de peligros que arruinan la vida de los menos sabios, y sobre todo, te librarás del infierno. Es más: si te mantienes fiel a él hasta la muerte, serás admitido a un mundo nuevo más fantástico que cualquier proyección cinematográfica, el nuevo mundo que él está creando para los que le aman y obedecen.
C. Para conectarte fuertemente a Dios, y mantenerte conectado, no basta una oracioncita de vez en cuando o asistir ocasionalmente a la iglesia. Más bien, es preciso hacer un compromiso sincero y sólido, y esto requiere arrepentimiento de tus pecados, como además que te sumerjas en las aguas mediante el bautismo. Tú que eres joven valiente para muchas cosas pero tímido para otras, ¿tienes el valor en este momento de romper con seres y mundos que ponen en grave peligro tu vida y alma? ¿Tienes el valor de pararte al lado de Cristo, recibirle como tu Salvador y pedir el bautismo “para perdón de los pecados”? Si quieres, hazlo ahora mismo, para que estés a salvo en el presente, y también eternamente.
Preparado por Homero Shappley y de Álamo.
Conducta moral, sexualidad, modas, vicios, gangas, pornografía.
Derechos reservados. Permiso concedido para hacer una copia, o múltiples copias pero ninguna para la venta.