¿Está usted preparado

para entrar en la presencia

del Cristo glorificado?

 

 

Esta gráfica se escoge para el sermón Está usted preparado para entrar en la presencia del Cristo glorificado porque proyecta en parte las fantasías de los que aseguran conocer íntimamente a Cristo y su Padre Dios, creyéndose en comunión con ellos y esperanzados en salvación eterna, pese al sensualismo, craso materialismo y los pecados que caracterizan su vida. Conocen algo del amor de de la Deidad, pero de la verdadera santidad de Dios y Cristo y sus demás atributos poco o nada saben. A este hecho se debe su muy deficiente preparación para entrar en su presencia augusta.

 

Esta gráfica se escoge para el sermón ¿Está usted preparado para entrar en la presencia del Cristo glorificado?, porque proyecta, aunque superficial y simbólicamente, algunas de las fantasías de personas que aseguran estar completamente preparadas, creyéndose en plena y hermosa comunión con Jesucristo y su Padre, Dios el Todopoderoso. Muy esperanzadas en recibir salvación eterna, aun eufóricas en ocasiones, pese al sensualismo, craso materialismo, vicios y otros males que suelen caracterizar su vida. Esta clase de alma conoce algo del amor de la Deidad por la humanidad, pero de su verdadera santidad y demás atributos poco o nada sabe. A esta circunstancia se debe su muy deficiente preparación para entrar en los lugares celestiales donde moran Dios, el Padre, Jesucristo y el Espíritu Santo.

 

I. Introducción.

A. Salutación.

B. El tema: ¿Está usted preparado, preparada, para entrar en la presencia del Cristo glorificado?

1. Son las 8:00 p.m. (o la hora que sea). Supongamos que, dentro de unas tres horas, digamos, a eso de las 11:00 p.m. (o la hora que sea), sea usted llamado, de pronto, a presentarse ante el trono del Señor. ¿Está usted del todo preparado?

2. ¿Se atreve usted a decir, ante el público, en este preciso momento, lo siguiente? “Sí, definitivamente, ¡estoy preparado! Si el Señor me convoca para las 11, ¡para allá voy, confiado, sin temor! ¿O se quedaría callado, inseguro, dudando de una preparación adecuada? Si duda de su preparación, o sabe a ciencia cierta que no está preparado, amigo, amiga, ¡usted puede lograr la transformación necesaria antes de que el reloj marque las 11 p.m.!

II. Para prepararse, es imprescindible que conozca bien al Señor, tal como lo es él en realidad, en la actualidad. Evitando, así, confundirlo con algún dios puramente ficticio, mera creación de sus propias ilusiones o supersticiones. Y no engañándose a sí mismo, fútilmente preparándose para el encuentro con semejante dios o diosa.

A. Al verse en la necesidad de presentarse ante una persona, por ejemplo, un juez, un profesor, un jefe, un empresario o un oficial superior, cuyas determinaciones o influencia afectaran grandemente aspectos importantes de su vida, le convendría enterarse de antemano de cómo es aquel juez, profesor, oficial superior, a fin de prepararse psicológica, emocional, mental, espiritual y aun materialmente para la cita.

1. Con muchísimo más razón, le conviene conocer todo lo que pueda acerca del verdadero Cristo glorificado antes de que él lo llame a cuentas, cosa que hará indefectiblemente, pues ya lo ha anunciado al dictar: “Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo” (2 Corintios 5:10).

2. Al saber cómo es él, y lo que él espera de usted, podrá usted efectuar y ajustar sus propios preparativos para que se alineen armoniosamente con su voluntad y sus designios para el ser humano en la tierra.

B. Amados, mi humilde apreciación personal es gran número de almas que profesan “conocer a Jesús de Nazaret” en realidad no le conoce; solo sabe, más o menos, quizás muy vagamente, de quién se trata.

1. Lo cierto es que existen diferencias notables y decisivas entre “saber quién es el Cristo glorificado” “conocer cabal e íntimamente a él”.

2. Querido amigo, amiga, ¿conoce usted a este servidor?

a) Claro que usted sabe quién soy, y quizás aun sepa pronunciar mi nombre un tanto complicado, pero ¿me “conoce” realmente? La realidad es que pocos me conocen bien. Mi esposa me conoce más y mejor que cualquier otro ser humano. ¡Ojalá guarde ella para sí todo lo negativo que sepa de mí! Los únicos que me conocen sí a plenitud, aun los secretos de mi corazón, hasta los pensamientos e intensiones más íntimos de mi mente, alma y espíritu, son el Cristo glorificado, su Padre Dios y el Espíritu Santo. Ni aun yo mismo me conozco como ellos me conocen, pues conocen todo lo positivo y todo lo negativo de mi ser. En contraste, considero del todo probable que no reconozca yo todos mis propios errores, defectos y pecados, pues la tendencia común de nosotros los seres humanos es justificar hábitos y conductas que nos gustan, disimulando y llamando bueno a lo malo.

b) Estas observaciones nos llevan al meollo del asunto. ¿Quién conoce, de verdad, al Cristo glorificado y a su Padre Dios? ¡Solo aquel que conoce cabalmente todos sus ATRIBUTOS! TODOS, y no tan solo dos o tres, entendiéndolos. Y que conozcan también los designios (propósitos) de la Deidad para su creación. ¿Cuenta usted con tal conocimiento?

C. Vuelvo a opinar: en los países del hemisferio occidental, casi todo el mundo asegura conocer a Cristo y querer tenerlo en su corazón, pero, desgraciadamente, carecen del entendimiento bíblico y completo de sus verdaderos atributos, ni tampoco tienen pleno conocimiento de sus designios para la raza humana. A consecuencia de esta condición, no se están preparando adecuadamente para el inevitable encuentro con él, exponiéndose a sorpresas de las más desagradables. A continuación, algunos ejemplos:

1. El ejemplo de cristianos MUNDANOS. Siempre los ha habido, pero quizás más que nunca en el presente (segunda década del siglo XXI).

a) Toda generación cuenta con algunos cristianos mundanos, pero las generaciones nuevas de tiempos modernos, desde los “hippies” de la década de 1970 hasta la actual “Generación digital”, cuentan con un porcentaje descomunal.

(1) Sus integrantes aluden con frecuencia, en sus conversaciones, canciones y dramas, a Dios, Cristo y el Espíritu Santo. Muchos de ellos portan cruces, crucifijos, camisetas y aun tatuajes alusivos a la Deidad. Abundan movimientos juveniles de índole “Cristo céntricos”, campañas juveniles y congregaciones impulsadas por jóvenes.

(2) Su tema y lema principal se resume en expresiones muy emotivas tales como: “¡Dios es amor! ¡Jesús me ama! ¡Dios te ama!” El “AMOR” es, claro, el atributo por excelencia de Dios. Pero, ¿es el amor su único atributo?

(3) A continuación, algunos ejemplos, quizás extremos, de personas, particularmente adultos jóvenes, que profesan conocer y seguir al Cristo glorificado, pero que exhiben, de muchas formas y muy a menudo, crasa mundanalidad y un sensualismo candente que engendra, al granel, vicios y excesos de los más anormales, pervertidos y dañinos, tanto al cuerpo físico, como a la mente y al alma.

(a) En la portada de la revista “¡Vea!” (Publicada en Puerto Rico), aparece una joven, de unos veinte años de edad, en bikini, con el titular: Fulana “se entrega a Cristo, pero no deja de ser sexy”. Se entrega a Cristo, pero sigue siendo carnal y mundana. No cambia su conducta. “No deja de ser sexy” significa, en realidad, que no deja de exhibir públicamente su desnudez, de causar lujurias, de estimular pasiones desordenadas.

¿Se atrevería a presentarse tan “sexy”, “en bikini”, ante el tribunal del Juez Cristo en el día cuando él la llame a cuentas? ¿Ante Dios quien cubrió con túnicas la desnudez de Adán y Eva?

Esta joven es típica de su generación, para la cual las modas provocativas, el sexo prenupcial, la convivencia, las fiestas y bailes con licor en abundancia y la música violenta, o de doble sentido, son compatibles con “ser cristiano o cristiana”. No manchan. No restan de la santidad. Son inocentes. Según dicen. Según creen. Según se manifiestan.

(b) La revista Time, de junio 30, 2003, trae un artículo sobre los que practican el nudismo, entre ellos “cristianos”. El lugar: Tampa, Florida. Lake Como Family Nudist Resort (Centro de Recreación Lago Como de Nudismo en Familia). 100,000 lo visitan anualmente.

Entrevistado, el joven Gordon, de dieciséis años de edad, dice: “Todos los domingos, después del culto en la iglesia, salimos para el campamento de nudismo”. La “Asociación Americana de Recreación al Desnudo” fue fundada y administrada por un predicador bautista de nombre Isley Boone. Cuenta con 259 clubes y centros de recreación al desnudo.

(c) En la misma revista aparece la joven cantante Beyoncé Knowles. Una de las fotografías la enseña casi desnuda, contorsionando su cuerpo. Pero ella es, según el artículo, “metodista devota”.

(4) Infinidad de evidencias sostiene que muchísimos integrantes de las nuevas generaciones son puros “devotos” del cuerpo carnal, de la belleza y la sensualidad física, del placer sensual en todas sus manifestaciones, de la música sensual, de las películas explícitamente sexuales y violentas. Curiosamente, muchos de ellos aseguran conocer al Cristo glorificado y su Padre Dios, amarlos, particularmente a Jesucristo, y seguirlo. 

¿Están preparados para entrar en la presencia de ellos? “¡Afirmativo!”, responden.

A pesar de su entusiasmo religioso y espíritu positivo, dudamos de su preparación espiritual. Al parecer, conocen a medias uno solo de los muchos atributos de Dios, a saber, el amor. Pero, ¿y los demás atributos? Su cuadro de Dios resulta ser peligrosamente incompleto, defectuoso, si no conocen y entienden todos los atributos del Cristo glorificado y de Dios, el Padre.

D. Tratándose de otros atributos de la Deidad, en adición al del amor, estamos en el deber de predicarlos todos según 1 Pedro 2:9“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.” “VIRTUDES”, plural, y no una sola. Entre ellas se destaca la “santidad”.

 1. “SANTIDAD.” Atributo divino.

a) Algunos pasajes bíblicos al respecto:

(1) “Sed santos, porque yo soy santo” (1 Pedro 1:16).

(2) “Santo, santo, santo es el Señor” (Apocalipsis 4:8).

(3) Los espíritus inmundos reconocen este atributo de la Deidad. Uno de ellos exclama: “Se quien eres, el Santo de Dios” (Marcos 1:24).

b) Este atributo es indispensable en los que profesan conocer a Cristo y su Padre, si quieren estar del todo debidamente preparados. “Seguid la paz con todos, y la SANTIDAD, sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14).

(1) Los discípulos del Señor Jesús que lo tienen y conservan día tras día se llaman “santos”. Por ejemplo: “Saludad a todos los santos en Cristo Jesús” en Filipos(Filipenses 4:21).

(2) ¿Son realmente “santos” los adultos jóvenes presentados en los tres ejemplos? Quizás ni siquiera sean capaces de reconocer o entender la verdadera santidad por carecer, recalcamos, del conocimiento y la espiritualidad necesarios.

Por ejemplo, opinan que las modas no tengan nada que ver con la santidad. Algunas jóvenes que se identifican con el Señor Jesús, llamándose “cristianas”, se presentan osadamente en las congregaciones vistiendo ropa confeccionada para fiestas mundanas, modas que descubren la desnudez de sus senos, cintura, ombligo y piernas.

Sin embargo, el Espíritu Santo dice: “Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia …” (1 Timoteo 2:9). ¿Saben los adultos jóvenes del presente el significado de “pudor” y “modestia”? ¡Dudoso!

Personas indiferentes en cuanto a su apariencia, tolerantes de cualquier tipo de moda por indecente que sea, descuidadas, sin criterio en cuanto a la ropa, ¿no suelen ellas demostrar también una tendencia notable hacia la anarquía moral“Todo es aceptable. Lo que te agrade, lo que te guste, ¡hazlo! Cada cual a su gusto. Nada de esto es importante para Dios.” ¿Así? ¿Quién pronuncia tan profunda filosofía para la vida? ¿Acaso una persona bien madura, disciplinada, organizada y, además, santa como Dios es santo?

(3) Animamos y exhortamos a los “cristianos” de las nuevas generaciones, y de toda generación, a estudiar con detenimiento, oración y objetividad el atributo divino de la “santidad” para que conozcan al Cristo glorificado que es “Santo”, como su Padre Dios que es “Santo”, y no queden defraudados al entrar en su augusta presencia.

Los siguientes atributos de Cristo y Dios el Padre los anotamos, reservándolos para el análisis en futuras ocasiones, pues el tiempo no permite que los desarrollemos en este mensaje. Ellos son...

2. Justos

3. Pacíficos

4. Organizados, disciplinados

5. “FUEGO CONSUMIDOR”

6. Pacientes

7. Bondadosos, pero también severos. “Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado” (Romanos 11:22).

III. Invitación.

A. ¿Armonizan nuestros atributos con los de Dios y Cristo?

B. Este mensaje ya ha tomado casi una hora, y son las 9:00 p.m. En aproximadamente dos horas, usted tiene cita para entrar a la presencia del Cristo glorificado. ¿Está del todo preparado?

1. ¿Todavía no ha confesado públicamente su fe en Cristo? La hora avanza. La cita con Jesús se acerca rápidamente. Pero, ¡aun hay tiempo para confesar el nombre de Cristo ante los hombres! Decir públicamente, como lo dijo el tesorero del reino de los etíopes en el siglo I después de escuchar predicado el evangelio por el evangelista Felipe: “Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios” (Hechos 8:26-40).

2. ¿Aún no ha sido sumergido usted en las aguas bautismales para perdón de los pecados, según Marcos 16:16 Hechos 2:38)? Pues, todavía hay tiempo para hacerlo, mientras esté respirando oxígeno y esté funcionando su mente.

¿Cuánto tiempo se requiere para la realización de tan vital paso? Solo el tiempo necesario para hallar suficiente agua en que sumergirse (zambullirse) y efectuar el acto, ya que el único bautismo bíblico es por inmersión en agua.

El propio Jesucristo fue sumergido en las aguas del río Jordán por Juan el Bautista.

Aquel etíope aludido, dijo a Felipe: “Aquí hay agua. ¿Qué impide que yo sea bautizado? ¡Y Felipe le bautizó ahí mismo!

Bautizarse en Cristo es sepultar en las aguas del bautismo al viejo hombre de pecado, explica el apóstol Pablo, levantándose de ellas una “nueva criatura” espiritual para andar “en nueva vida”(Romanos 6:3-8).

3. Amado cristiano, amada cristiana en el Señor. ¿ha manchado usted su vestimenta blanca de santidad, al rociarse con lo mundano o participar de lleno en las obras de las tinieblas? Sepa que aún está usted a tiempo para lavarla de nuevo en la sangre del Cordero. Lo puede lograr confesando sus pecados, arrepintiéndose y volviendo a andar rectamente.

 


           

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