¡Borrón y cuenta nueva!
I. Introducción.
A. El tema "Borrón y cuenta nueva" es un adagio popular que encierra una excelente enseñanza bíblica.
B. Ofrece esperanza: "La deuda queda cancelada. Empecemos de nuevo".
II. Aplicaciones y lecciones.
A. El trato que ofrece Dios a todo pecador (hombre, mujer y joven) que arrastra por la vida la deuda pesada de la desobediencia y rebeldía.
1. Efectivamente, Dios le dice: "Borrón y cuenta nueva". Es decir: "Te perdonaré todas tus deudas. Borraré todas tus culpas" (Isaías 1:18).
2. ¿Cuáles son las condiciones del trato?
a) Confesar el nombre de Cristo (Romanos 10:8-10 ; Mateo 10:32-33).
b) Creer de todo corazón que Cristo es el Hijo de Dios (Romanos 10:10; Marcos 16:16; Hechos 8:34-39).
c) Arrepentirse y bautizarse (Hechos 2:38).
3. ¿Con qué lógica o justificación rechazar el pecador oferta tan magnánima?
4. ¡Qué malo, desalentador, deprimente y agobiante es tener muchas deudas! ¿De acuerdo? Un peso que aplasta. Un mal que amarga. Una de las causas principales del divorcio y la ruina de familias.
5. Romanos 13:8 dice: "No debáis a nadie nada". Buen consejo, ¿no cree?
a) No deberíamos endeudarnos al extremo de no poder cumplir con los compromisos económicos. Sin embargo, muchas personas lo hacen, incluso no pocos cristianos.
b) Debemos responder responsablemente a todo contrato u obligación material.
c) No deberíamos abusar de la confianza de los miembros de la iglesia, familiares, amigos o conocidos, solicitándoles préstamos, los que luego no pudiéramos pagar o que tardáramos demasiado en saldar, o que no pagáramos nunca porque se trata de "hermanos en la fe, en el Señor".
6. ¿Cuál es su deuda más grande y onerosa? ¿Alguna hipoteca o préstamo cuantioso? ¿Cuánto debe su casa, su carro? ¿Quién es el acreedor a quien más debe? ¿Quisiera usted que él le borrara esa deuda? ¿Estaría dispuesto a cumplir algunas condiciones sencillas?
7. Supongamos que el acreedor viniera donde usted, diciéndole: "Vaya y sumérjase doce veces en el lago Guajataca [sustituir el nombre de un lago o río que usted y su audiencia conozcan], y te perdonaré toda la deuda. Créame, y lo haré; te doy mi palabra". ¿Quién se niega? ¿Qué hace toda persona que confiara en la palabra, o sea, la promesa del acreedor? Claro, obedecer, acatar, cumplir enseguida, lo cual significaría zambullirse doce veces –ni cinco, ni diez sino doce- en el lago particular nombrado, y no en otro.
8. ¿Estaría usted dispuesto a cumplir con las condiciones específicas para borrar tal deuda material? Si responde en lo positivo, entonces, ¿por qué titubear en cumplir las estipulaciones exactas que Dios establece para que se borre su enorme deuda espiritual? Deuda que ningún ser humano podrá pagar jamás.
B. "Borrón y cuenta nueva": importante y preciosa enseñanza también para los cristianos, pues su fruto grato es reconciliación, comunión edificante y paz en la iglesia.
1. Apoyándose en esta norma, el cristiano puede empezar cada día con una hoja en blanco. Habiendo pedido perdón la noche anterior, duerme tranquilo y ¡amanece el próximo día sin culpa alguna! ¡Sin la deuda del pecado!
2. Después de cada tropiezo, pecado, error o flaqueza, pide perdón (1 Juan 2:1-2) y, habiéndose arrepentido de corazón, tiene la seguridad de que Dios le perdona.
3. Querido hermano, hermana, si usted peca contra su hermano o hermana en la fe, el remedio es fácil: pedir perdón. “Borrón y cuenta nueva” entre usted y el ofendido; entre usted y el que usted mismo hizo tropezar, debilitarse, enfriarse, salir de la iglesia (Mateo 5:23-24; Lucas 6:37).
4. De haber usted pecado contra la congregación, puede y debe procurar reconciliarse lo más pronto posible (Santiago 5:16) con toda la feligresía con el propósito de remover todo obstáculo a la plena comunión, toda sospecha, toda causa de maledicencia. Confesar públicamente su ofensa. No esquivar, minimizar o justificar a medias su pecado. Admitirlo. Al tratarse de un pecado sexual tal como el adulterio o la fornicación, no conviene divulgar detalles íntimos que escandalizaran aún más. Es preciso ser escueto, usar de tacto, valerse de una fraseología que no añada leña al fuego.
C. El adagio es válido e importante para los matrimonios. Cuando surgen conflictos serios y el hogar está al borde del colapso, la pareja puede y debe reconciliarse reafirmando su amor y compromiso por medio de acordar borrar el pasado y comenzar de nuevo. ¡Qué saludable para el matrimonio es este sabio refrán! ¡Borrón y cuenta nueva!
1. Hermano, amigo, ¿está su matrimonio a punto de fracasar a causa de ofensas acumuladas, un montón de dimes y diretes no perdonados? Pues, por favor, aborde, mediante un diálogo disciplinado, el asunto con su cónyuge, procurando los dos eliminar de una vez esas causas feas de infelicidad conyugal, de tremendo estrés entre esposo y esposa, de amargas recriminaciones y peleas verbales, si bien no físicas.
2. Sea usted el primero en iniciar el proceso de curación, humillándose, pidiendo perdón y suplicando que todo quede borrado para que haya un nuevo comienzo. Los “nuevos comienzos” son muy necesarios y traen muchas bendiciones, algunas quizás jamás previstas o de una calidad nunca anticipada.
D. El adagio ¡Borrón y cuenta nueva! es válido e importante para el individuo referente al desarrollo de su carácter, personalidad, actitudes, actuaciones, normas de conducta, etcétera. Aunque le cueste trabajo, puede borrar lo indeseable, cultivando en lugar de ello valores superiores.
III. La parábola de los dos deudores enseña que nuestro Padre celestial está muy dispuesto a cancelar la deuda del pecado (Mateo 18:23-35).
A. Mateo 18:27. Dios es misericordioso. Está dispuesto a perdonarnos las deudas más grandes. “El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda.”
1. Hay quienes no aceptan la invitación de Cristo porque aún no comprenden cuán grande es la misericordia de Dios. Se escuchan lamentos como el siguiente: "No puedo ser cristiano porque mis pecados son muchos y muy feos. No soy digno de acercarme a Dios. No me atrevo a presentarme delante de él".
2. A los que se atribulan con pensamientos semejantes les conviene oír atentamente la oferta que Dios les hace y aprender a confiar en su misericordia. "Si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana" (Isaías 1:18).
3. También confirma la gran misericordia de Dios lo que el apóstol Pablo experimentó y la aplicación que él hace en 1 Timoteo 1:12-16. “Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio, habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; mas fui recibido a misericordia porque lo hizo por ignorancia, en incredulidad. Pero la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús. Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Pero por esto fui recibido a misericordia, para que Jesucristo mostrase en mí el primero toda su clemencia para ejemplo de los que habrían de creer en él para vida eterna.”
B. Mateo 18:28-35. Al ser perdonados, debemos perdonar "de todo corazón" a las personas que pequen contra nosotros (Mateo 18:35). El contrato espiritual para salvación de las personas que NO estén dispuestas a perdonar será cancelado y sus tremendas deudas declaradas vencidas de nuevo (Mateo 18:32-34). Entonces, ¿con qué pagarán sus deudas para con las almas perjudicadas y el Dios de justicia?
C. No menospreciemos la grandeza de la misericordia de Dios. Su “benignidad, paciencia y longanimidad” se resaltan en Romanos 2:4. “¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?”
D. Amigo, amiga, le animamos a que cumpla hoy mismo las condiciones de creer, arrepentirse y bautizarse para que su deuda quede borrada y se abra una cuenta nueva en el cielo donde pueda hacer depósitos para vida eterna (2 Timoteo 1:12).
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