Esta gráfica de una pintura que representa la Segunda Venida de Jesucristo con gloria y gran poder ilustra el tema ¡Vendré otra vez!, en editoriallapaz.

 

¿Crees tú esta declaración de Jesucristo? ¿Que regrese él de nuevo, desde el Cielo, ante todos los seres humanos -no faltando tú, ni yo, ni ninguno de nuestra raza- apareciendo de pronto, arriba del planeta Tierra, con gran poder y gloria? Aquel, o aquella, que osen decir “¡Negativo! No le creo”, estarían llamándole “mentiroso, engañador”. También tildando de “engatusadas” a las multitudes que le escucharon asegurar, una y otra vez, que volvería así “por segunda vez” (Hebreos 9:28; Mateo 24:31, 25:31-46), creyéndoselo por las señales milagrosas innegables que hacía, la pureza de su conducta y las enseñanzas transformadoras que impartía. Destacándose los apóstoles que fueron martirizados por su testimonio, al igual que otros testigos presenciales. Creyendo todos ellos la promesa de Jesucristo y publicándosela a los cuatro vientos. ¿Ingenuos y papatostes todos? ¡Vaya! Porfiaría que sí solo el que no quisiera aprender y entender, quizás por no querer que Cristo se meta en su vida, ni hoy, ni mañana ni nunca. Pero, ¡ni modo! Él “…viene con las nubes, y todo ojo le verá” (Apocalipsis 1:7). ¡Los tuyos le verán! Que si con admiración o con lamentación, pues, tú decides en esta vida, y no en aquel día de su retorno (2 Tesalonicenses 1:6-10).

“¡Ah! Pero, dijo, ya hace casi dos mil largos años, que volvería PRONTO, mas, sin embargo, ¡no ha regresado! ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación.” ¡Mentira! El gran Diluvio del tiempo de Noé alteró dramáticamente la creación material. Durante ciento veinte años, Noé advertía a las gentes corruptas de aquel tiempo la catástrofe de un diluvio mundial, pero se mofaban de él, salvándose solo ocho. Los burladores de actualidad ignoran voluntariamente estos hechos. Además, no toman en cuenta el que para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día (2 Pedro 3:3-14). Tampoco que los adverbios de tiempo (pronto, cercano) son relativos, según sus contextos. Ni tampoco que tanto Cristo como sus apóstoles identificaron toda una serie larga de eventos que deberían tomar lugar ANTES de la Segunda Venida.

Por ejemplo, el propio Jesucristo afirmó que la ciudad terrenal de Jerusalén sería hollada por los gentiles hasta el cumplimiento del tiempo de los gentiles (Lucas 21:24). Profecía cumplida en junio del 1967 cuando Jerusalén fue librada del dominio de gentes gentiles. Lógicamente, Cristo no vendría “otra vez” personalmente antes de esta fecha clave.

El apóstol Pablo advirtió el peligro de engaños y conturbaciones “en el sentido de que el DÍA del regreso de Cristo esté “CERCA”. Nadie os engañe en ninguna manera; porque NO VENDRÁ sin que antes venga la APOSTASÍA, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición”, abundando (2 Tesalonicenses 2:1-12). El apóstol Juan abunda muchísimo más sobre esta apostasía, o sea, la gran corrupción del cristianismo, en Apocalipsis, identificando ciertas etapas de tiempo -mil doscientos días-años, mil años, cinco meses, el poco de tiempo- que deberían transpirar antes de retornar Cristo otra vez.

Pese a estas claras enseñanzas y advertencias, salen por todo el mundo, hasta el sol de hoy, almas-espíritus doctrinal y espiritualmente atrevidas en su ignorancia, proclamando a voz en cuello que “¡Cristo viene PRONTO!”, aun fijando FECHAS específicas. Despreciando la explicación sencillísima de Cristo que dice: Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino solo mi Padre (Mateo 24:36). Así que, “respeto a la venida” del “Señor Jesucristo…”, “NADIE SABE” el “DÍA”; que nadie os engañe. ¿Te ríes de los que dicen saberlo, ridiculizándoles y justificando tu propia incredulidad? Si tuvieras conocimiento correcto de estos temas, comprenderías cuán equivocados se encuentran aquellos falsos profetas, no dejándote llevar en nada por ellos sino teniéndoles pena.

Comprenderías, además, que el poderoso Hijo de Dios, actual Rey del Reino espiritual y Cabeza de la iglesia por él establecida, no vuelve en cuerpo de carne y sangre sino en su cuerpo espiritual glorificado y resplandeciente (1 Juan 3:2; Filipenses 3:21; Apocalipsis 1:9-15).

Ni viene para sentarse sobre algún trono material en Jerusalén, pues en su segunda aparición ¡ni siquiera pone pie sobre el planeta Tierra!, ya que se queda sobre las nubes donde recibe a los justos hallados vivos en la tierra en el día de su retorno, los que son transformados, sin ver muerte. Y sabrías que, antes de la transformación de aquellos, fueron resucitados los que habían muerto en el Señor, es decir, que habían sido fieles a él hasta el fin de su vida terrenal. Estos vienen con Cristo en las nubes. ¡Magnífico privilegio!

¿No sabes estas tremendas verdades? Las puedes aprender rápido al leer 1 Tesalonicenses 4:14-18; 5:1-8 y 1 Corintios 15:50-58. Entonces, convertido en hijo de luz y del día, tendrás conocimiento de los tiempos y las ocasiones, sabiendo perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche, sorprendiendo a los hijos de las tinieblas y la noche, como también a evangélicos, carismáticos y pentecostales que enreden estos temas sencillos con sus nociones erradas de “rapto silencioso, dejado atrás, Milenio después de la Segunda Venida”, etcétera. Verás claramente que el tiempo de la Segunda Venida sorprende sí, el “día” sorprende, iniciándolo el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios”. ¡Todos oyen! ¡Todos ven! ¡No se queda nadie en la tierra! ¡No permanece la tierra! Tú inteligencia te capacita para entender cabalmente que la destrucción de la tierra está vinculada inseparablemente, en 2 Pedro 3:9-14, con el día del Señor que viene como ladrón en la noche. ¿Milenio (mil años) después de este día? ¡Olvídate! El tiempo y el universo material no existen después de este día (Efesios 4:18).

“Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas (2 Pedro 3:10). ¡Ahí lo tienes! Y más claro no canta un gallo. Reiterando para énfasis: en el día que viene como ladrón en la noche, “SERÁN QUEMADOS” los cielos, los elementos, la tierra y las obras hechas en ella.

Es necesario que Cristo venga "otra vez", pues de otro modo no se haría verdadera justicia ni a buenos ni a malos impenitentes. Viene, pues, “en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo… para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron (2 Tesalonicenses 1:5-10). Volvemos a preguntar: ¿crees tú en Cristo y su promesa: “vendré otra vez”? ¿Has obedecido al evangelio del arrepentimiento, confesado con tu boca que Cristo es el Hijo de Dios y te has bautizado en agua “para perdón” de tus pecados? Si no, te animamos a tomar los pasos lo antes posible, uniéndote a los obedientes, “para que cuando se manifieste” Cristo, tengamos confianza” y “no nos alejemos de él avergonzados” (1 Juan 2:28).

 


 

Promesas y profecías de Jesucristo. Vendré otra vez. Texto y diapositiva. Contenido distinto al del mensaje arriba.

APOCALIPSIS: análisis de las profecías y visiones. Comentario extenso ilustrado en esta Web.

La SEGUNDA VENIDA de Cristo. Muchos estudios e intercambios en esta Web.

Las SEÑALES de los TIEMPOS. Gran número identificado y comentado en esta Web.

 

  

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