Abundantes recursos en esta Web sobre el pentecostalismo

Muchos estudios en esta Web sobre dones espirituales y el Espíritu Santo

 

Junior defiende las lenguas pentecostales, planteando que “solo se puede falsificar algo que realmente existe” y observando que argumentan contra las lenguas solo los que nunca las han hablado.

-Este conjunto de figuras geométricas identifica el intercambio sobre lenguas pentecostales entre Junior y Homero en editoriallapaz.
La lógica y el orden característicos de la geometría también se aplican en el Nuevo Testamento a los dones sobrenaturales, incluso al don de lenguas, contrario of percepciones y argumentos de pentecostales.

Intercambios

Refiriéndose al artículo El pentecostalismo de actualidad: Su origen en Estados Unidos de América, con referencias a los previos movimientos pentecostales en Wales (Inglaterra) y la India, Junior escribe…

"Muy bueno su artículo. Estoy de acuerdo con aquello de ‘locos falsificando el don de lenguas y el bautismo del Espíritu Santo’. PERO SOLO SE PUEDE FALSIFICAR ALGO QUE REALMENTE EXISTE. Las lenguas son reales, las mismas de las que habla Pablo a Corintios. Antes de que yo viviera esa experiencia no creía en ella. Todos los que escriben en contra de las lenguas tienen ALGO EN COMUN: NO HABLAN LENGUAS. DIOS LE BENDIGA."

Comentarios nuestros

Estimado Sr. Junior, sea la gracia de Dios con usted, ayudándole a comprender cabalmente el tema del don de lenguas, también dando entendimiento a este servidor. Me parece importante responder a dos o tres planteamientos suyos.

Por ejemplo, usted apunta que “solo se puede falsificar algo que realmente existe”. “…existe…”, tiempo presente. Pero, también se puede falsificar lo que “existía”, tiempo pasado. Mi convicción, fundada en muchos años de estudio, es que el don sobrenatural de hablar otras lenguas, es decir, otros idiomas, cesó, tal y como profetizado muy específicamente por el Espíritu Santo en 1 Corintios 13:8-13, texto respaldado por otros pasajes sobre la duración de los dones sobrenaturales (Efesios 4:10-16; Judas 3, etcétera). Habiendo este servidor sostenido esta conclusión en varios tratados a fondo y contra numerosos opositores, no daré ni un resumen aquí, estando todo disponible en nuestro sitio de Internet www.editoriallapaz.org/espiritu_santo_lista_recursos.htm. El verdadero don de lenguas existía sí en el Siglo I, usado, no para los creyentes sino para los incrédulos, como explica el apóstol Pablo en 1 Corintios 14:22, para comunicarles rápidamente el evangelio de salvación, notable este uso desde el mismo día de Pentecostés (Hechos 2:1-4). Pues, amado, en aquel tiempo el evangelio no estaba disponible en libros o pergaminos impresos en distintas lenguas. Una vez escrito el Nuevo Testamento, confirmado divinamente por las señales que seguían la Palabra (Marcos 16:17-20) y ratificado, no admitiéndose más revelaciones o enmiendas (Gálatas 3:15), los dones sobrenaturales, incluso el de lenguas, cesaron. Desde aquel tiempo hasta el día de hoy, de cuando en cuando se han levantado grupos, iglesias o movimientos empeñados en restaurar lo que Dios hizo cesar, falsificando los dones. Afirmo categóricamente que el pentecostalismo de actualidad pertenece a referida categoría.

También dice usted: “Las lenguas son reales, las mismas de las que habla Pablo a corintios”. “…reales…” ¿En qué sentido? Asumo que usted se refiera a “las lenguas” que hablan muchos pentecostales hoy por hoy –un 60% las hablan, conforme a lo que he leído. De acuerdo, son “reales”. Pero, ¿qué son realmente? Son, realmente, lenguas jerigonzas. Claro que realmente existen lenguas jerigonzas, o extáticas, y no solo en el pentecostalismo sino en otras religiones no cristianas, aun en el espiritismo, etcétera. Pero, ciertamente, tales lenguas, también llamadas “angelicales” pese a no tener nada que ver con los ángeles, no son “las mismas de las que habla Pablo a Corintios”. El don de lenguas que define y regula el Espíritu Santo en los capítulos 12, 13 y 14 de 1 Corintios era el mismo don manifestado primero en Pentecostés, según Hechos 2, y esto también lo hemos establecido en varios escritos relevantes, resaltando, además, el hecho de que los pentecostales, en su afán de hablar lenguas, quebrantan todas las directrices asentadas por el Espíritu en 1 Corintios 14, por ejemplo, las de hablar no más de tres en una reunión, y que hablen por turno, y que si no hay intérprete que se callen. Las lenguas de las que hablaba Pablo a los corintios eran otros idiomas, “…diversos géneros de lenguas” (1 Corintios 12:10), las lenguas natales de las gentes de aquellos tiempos y lugares (Hechos 2:4-11), y no en definitiva, lenguas jerigonzas, extáticas o angelicales.

“Todos los que escriben en contra de las lenguas tienen ALGO EN COMUN, NO HABLAN LENGUAS”, plantea usted. ¡Absolutamente incorrecto! Le animo a leer todas las aportaciones en los archivos digitales en www.editoriallapaz.org/archivos_lista.htm de personas, incluso pastores, que han renunciado al pentecostalismo. Conozco personalmente a pastores, maestros y feligreses que han renunciado las doctrinas y prácticas del pentecostalismo, sometiéndose a la “sana doctrina” de Cristo y los apóstoles. Por cierto, el que escribe nunca ha hablado las lenguas jerigonzas de los pentecostales. Pero, esta circunstancia no me impide analizar el fenómeno, compararlo con la “sana enseñanza” que leo en el Nuevo Testamento y entenderlo. Fíjese, querido Sr. Junior, no es preciso que experimente yo en carne propia el espiritismo para saber a ciencia cierta que no proviene del Dios verdadero. No me es necesario hacerme católico romano devoto para comprender y apreciar el poder que los dogmas católicos ejercen en la mente de la persona que los abraza de corazón y alma. No tengo que convertirme en masón totalmente entregado para adentrarme en los misterios de referida logia, entenderlos y evaluarlos. Siguiendo la misma línea de razonamiento, tampoco tengo que hacerme pentecostal y hablar sus lenguas como requisito imprescindible para entender cabalmente la “experiencia pentecostal de lenguas”. Más bien, lo que me hace falta es hacer observaciones correctas y honestas, tener conocimientos adecuados para el análisis objetivo y formular conclusiones fundadas en una lógica irreprochable.

¡Ah! Pero a muchos que profesan fe, gloriándose en sus “poderes”, los que tienen por sobrenaturales, en nada les agrada el vocablo “lógica”. Más sin embargo, personalmente, me maravillo de la pura lógica irrebatible usada muy a menudo por Cristo y sus apóstoles. Precisamente, ejemplo clásico encontramos en el siguiente trozo de 1 Corintios 14 sobre lenguas, palabras y comunicación entre seres humanos, como también entre ser humanos y Dios. Prestemos mucha atención.

9Así también vosotros, si por la lengua no diereis palabra bien comprensible, ¿cómo se entenderá lo que decís? Porque hablaréis al aire.

10 Tantas clases de idiomas hay, seguramente, en el mundo, y ninguno de ellos carece de significado.

11 Pero si yo ignoro el valor de las palabras, seré como extranjero para el que habla, y el que habla será como extranjero para mí.” (1 Corintios 14:9-12).

¡Qué bella lógica! Puro sentido común. “…si por la lengua no diereis palabra bien comprensible, ¿cómo se entenderá lo que decís? Porque hablaréis al aire.” Quiero, pues, siempre dar “palabra bien comprensible”. No quiero hablar “al aire”. Quiero hablar “idiomas”, al menos uno, cuyo significado yo lo entiendo, y que lo entienda quien me escuche. No quiero ignorar “el valor de las palabras”. Por consiguiente, no quiero hablar lenguas jerigonzas, extáticas o angelicales. Por las mismas razones inexpugnables clasifico estas “lenguas pentecostales” como falsificaciones peligrosísimas, fruto de emociones extáticas no provenientes de Dios, Cristo o el Espíritu Santo. Respetado Sr. Junior, le ruego no tropezar a causa de mi franqueza, más bien concentrando sus poderes mentales y espirituales en las palabras exactas del Espíritu Santo. Los versículos citados son claves para el entendimiento de la exposición sobre lenguas que el apóstol hace, por el Espíritu, en su epístola a los corintios.

Por el presente concluyo observando que la evaluación objetiva de la experiencia de “hablar lenguas pentecostales” sería capaz de efectuarla solo la persona que tuviera pleno conocimiento y entendimiento de las doctrinas inspiradas del Nuevo Testamento sobre el don de lenguas y todo lo relacionado a su naturaleza, propósito, ejecución y duración.

Su servidor en el Señor, Homero Shappley de Álamo

Réplica de Junior

“Te doy gracias por tu tiempo y esfuerzo, pero como dije antes los que no creen en las lenguas tienen todos algo en común... No han hablado en lenguas... Yo pensaba como tu hace apenas un par de años hasta que viví la extraordinaria experiencia del Bautismo de Espíritu Santo en un culto, en ambiente de Santidad y entrega a mi Señor, sentí solo la presencia de Dios y no lenguas diabólicas... Sé qué hay pentecostales locos y hacen un circo de este tan especial evento... Pero es que el enemigo hace estas cosas para confundir y evitar que se manifiesta en los cristianos la plenitud de Cristo que dijo que sí creíamos cosas más grandes que las que El haríamos....  

Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; (S. Marcos 16:17 RVR60)

O ya tampoco se pueden expulsar a los demonios????

Espero sigas escribiendo con respeto.. Si recibo un mensaje irrespetuoso no contestare.. Muchas gracias hermano y Dios lo bendiga y pronto se convierta como Pablo en un defensor de lo que en un tiempo persiguió y mato... Junior (España)

Enviado desde mi iPhone”

 

Responde Homero

 

Estimado Sr. Junior, tengo el placer de saludarle de nuevo en el precioso nombre de nuestro Salvador. Ojalá hubiera usted respondido a los puntos que este servidor presentó. Pero, bien, a través de los años he notado repetidamente que las experiencias pueden más que la verdad o la lógica. Al principio de mi obra en este país (Puerto Rico), visité a iglesias y campañas pentecostales, incluso de Yiye Ávila. Inicialmente, me quedé tan impresionado que pensaba haberme equivocado de fe, doctrina e iglesia. Más sin embargo, pronto comprendí que no estaba presenciando manifestaciones verdaderas del poder sobrenatural de Dios, y comencé a desenmascarar la falsificación de dones y poderes genuinos, cosa que muchos otros también han hecho, o están haciendo.

En lo concerniente a demonios, Dios me ha concedido tiempo y oportunidad de estudiarlos detenidamente conforme a su manifestación en los ministerios de Cristo y los apóstoles, publicándose las lecciones aprendidas en www.editoriallapaz.org/demonios_desglosedelecciones.htm. Años atrás, en Canóvanas, Puerto Rico, hubo un pastor pentecostal, uno de los pioneros del pentecostalismo en el área, que hizo contacto con este servidor y comenzamos a tener diálogos sobre muchos temas bíblicos. Insistía que había echado demonios, y yo seguía haciéndole preguntas al respecto, llamando su atención a lo que hacían Cristo y los apóstoles. Hasta que un buen día, cuando andábamos juntos en mi pequeño autobús, me dijo: “Verdad, hermano, yo nunca he echado demonios realmente.” A la larga, renunció al pentecostalismo, pasando el resto de sus años como miembro y obrero fiel de la iglesia de Cristo, muriendo en la fe verdadera. ¡Gloria a Dios!

Referente a Marcos 16:17-20, ¿ha reflexionado usted sobre la enseñanza y las implicaciones del versículo 20? Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían. Amén.Declaración de índole histórica. Eso es lo que pasó, y así fue cumplida la promesa de Jesucristo sobre señales. Las señales seguían “la palabra” para confirmarla. Confirmar su origen divino. ¿Con qué propósito habla usted lenguas? ¿Cómo experiencia extraordinaria que le haga sentir la presencia de Dios? Amado, ¡tal no fue nunca el propósito del don de lenguas en la iglesia del Siglo I! Recalco: las señales seguían la palabra para confirmar su origen divino. Una vez revelada “toda la verdad” a los apóstoles en cumplimiento de la promesa hecha a ellos por Jesucristo en Juan 16:13, y ampliamente confirmada el origen celestial del evangelio mediante las señales que lo seguían, ¡cesaron los dones sobrenaturales!, doctrina enseñada en varios pasajes del Nuevo Testamento (1 Corintios 13:8-13; Efesios 4:7-13; Judas 3, etcétera).

Aquello de “cosas más grandes haríamos” (Juan 14:12) nada tiene que ver específicamente con hacer milagros sino con llevar el evangelio a todo el mundo, pues el ministerio de Cristo fue limitado al pueblo de Israel. Hoy día, ¿cuál pentecostal anda sobre las aguas, da de comer a miles, multiplicando unos pocos panes y pececillos, resucita a muertos, calma el mar embravecido, etcétera? ¿Cuál hace cosas más grandes que estas? Los que se ilusionan con tener el don de sanidad ni siquiera se atreven a entrar en algún hospital, o campo de batalla lleno de heridos y muertos, sanando a todos, al instante, y resucitando a los muertos.

Quizás un día caiga usted en cuenta, colocando “experiencias emotivas-extáticas-psicológicas” en la categoría a la cual pertenecen y elevando la verdad al lugar que debería ocupar en toda mente que desea alcanzar tener “la mente de Cristo”. Gracias por haberme escuchado hasta aquí. No pienso perturbarle más con mis explicaciones y argumentos, a menos que usted quisiera continuar intercambios.

Para servirle en el amor del Señor,

Homero Shappley de Álamo

 

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