“Los ancianos que gobiernan bien, sean   tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar. Pues la Escritura dice: No pondrás bozal al buey que trilla; y: Digno es el obrero de su salario.”

1 Timoteo 5:17-18

¡Elogios muy merecidos para los ancianos (sinónimo de obispos o pastores) y diáconos que cuiden personalmente de sus ovejas espirituales durante la Plaga del Coronavirus!

Foto de pastor que sostiene una oveja grande en sus brazos.

De tal manera que las ovejas de su congregación escuchen su VOZ, ya por teléfono, ya mediante visitas personales hechas, desde luego, dentro de los parámetros del distanciamiento social fijados para evitar transmitir el virus, o ser contagiado por él.

Voz única de verdadero anciano-pastor.

Voz reconfortante, compasiva, tranquilizadora y firme de anciano-pastor vivo y presente que se preocupe personalmente por todas y cada una de las ovejas a su cuidado en el redil congregacional.

Especialmente durante tiempos de crisis y peligro, tales como este Tiempo del Coronavirus.

Voz madura de anciano-pastor-obispo sabio y fuerte en el Señor, haya o no haya pandemias, terremotos, huracanes, inundaciones, enfermedades, cirugías, amenazas de muerte inminente o contrariedades de la naturaleza que sea.

Voz de anciano-pastor que ame “de hecho y en verdad” (1 Juan 3:18) a todas las ovejas por igual.

Que no limite su contacto personal a un grupo predilecto de las ovejas que mejor conozca él, ni a las de más abundante, brillosa y valiosa lana.

Al contrario, que se preocupe aún más por las ovejas débiles, por las que tienden a descarriarse prontamente, por las enfermas, por las de carácter un tanto indómito y de poca lealtad al rebaño.

Que a tales ovejas las procure con todavía más empeño y afán personal.

Foto de un varón anciano que, inclinándose, toma en sus manos la cabeza de una oveja.Porque él es su pastor y velar por ellas es DEBER suyo personal más que de cualquier otro obrero asociado con el redil. Cuidarlas. Alimentarlas. Disciplinarlas. En colaboración estrecha con sus compañeros ancianos-pastores. Hechos 14:23; 20:17-31

A la descarriada, ¡buscarla! “Por los montes” que sean. “Y si acontece que la encuentra”, ¡traerla de nuevo al redil! Mateo 18:10-14; Juan 15:3-7

Buscarla en los recintos de familias seculares.

Por las sendas torcidas y oscuras de engañosas “filosofías y huecas sutilezas”, “tradiciones de hombres” y “rudimentos del mundo”. Colosenses 2:8. De evangelios diferentes. Gálatas 1:6-20

Por los contornos de entretenimientos mundanos, pasiones carnales y vicios contra naturaleza.

Pues, “no es la voluntad” del “Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños”. Mateo 18:10-14

Más, sin embargo, si los pastores “que el Espíritu Santo… ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor” (Hechos 20:28-31; 1 Pedro 5:1-5) no cumplen personalmente, cada uno, su encomienda, y con todavía más ahínco, trabajo y diligencia en estos tiempos de la Plaga del Coronavirus, ¡posiblemente se pierda un porcentaje hasta sustancial de cada redil congregacional!

“PERSONALMENTE” es el adverbio clave.

El buen anciano-pastor-obispo “a sus ovejas llama por nombre, y “las ovejas oyen su voz. “…y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.

Conoce bien a todas sus ovejas; y ellas conocen a él. Una relación sin barreras, de mutua confianza, muy personal.

Para ellas, él no es casi como un desconocido que no inspire confianza. Menos todavía como un “asalariado”. Al contrario, lo perciben como un protector y proveedor espiritual fácilmente accesible, amigable, afable, discreto, sabio, y pronto para servir.  Juan 10:1-27; 2 Timoteo 2:24-26

Foto de una oveja que inclina su cabeza sobre la pierna de un pastor parado que la acaricia con la mano.¡Qué ternura, amor y confianza entre pastor y oveja se proyectan en esta fotografía! Una relación de cerca, y no de lejos por medio de terceras.

A las ovejas les haría falta oír la voz de sus pastores-ancianos, especialmente durante tiempos de crisis inesperadas, extrañas, desorientadoras, peligrosas y persistentes, tales como las provocadas por la Plaga del Coronavirus.

Además, las voces de los diáconos de la congregación, pues, aunque estos no hayan alcanzado todavía el grado de experiencia, sabiduría, fuerza de espíritu y dominio propio (2 Timoteo 1:7) que distingue al buen anciano-pastor, no es menos cierto que el ejercicio bíblico del diaconado gira en torno, principal y precisamente, del cuido físico y material, de las ovejas. 1 Timoteo 3:8-13; Hechos 6:1-7

Y este cuido especial los pone, necesariamente, en contacto directo personal con las ovejas, se supone. No limitándose el cuido solo al cercado del redil, o sea, el lugar de reunión, sino realizándose dondequiera y cuandoquiera que haga falta, incluso, hogares privados, clínicas, hospitales, asilos para ancianos, ofanatos, refugios de emergencia, cortes, las calles…

Cuido especial que, según directrices bíblicas, ha de ejecutarse con verdadero amor espiritual, esmero amigable y ánimo dispuesto.

Por cierto, tan refinado, desinteresado y precioso trato cristiano beneficia no solo al cuerpo físico sino también al corazón, la mente y el espíritu del favorecido, de la favorecida, trayendo consuelo, bienestar y seguridad.

Dado que la Plaga del Coronavius ha desparramada, alarmantemete en no pocos casos, las ovejas de los rediles congregacionales a través del mundo durante todo un año, no reuniéndose ni aun a estas alturas (marzo del 2021) hasta el 50%, o más, de las ovejas que solían seguir la voz de sus pastores antes de este fenómeno diabólico, surge la siguiente fuerte inquietud:

Una manada de ovejas mira hacia la cámera mientras están esparcidas las de atrás, imagen para Elogio para pastores que quidan de su grey espiritual.¿Sería que las ovejas todavía desparramadas ni siquiera hayan oído la voz de sus propios pastores-ancianos, ni tampoco de los diáconos, durante todo un año?

¿Acaso por no haber estos hecho contacto personal con ellos?

Talvez pensando los pastores-ancianos y los diáconos haber cumplido con su deber al tan solo planificar e implementar reglamentos para evitar que las ovejas que lleguen al cercado del redil se contagien con el coronavirus.

O, por contar con un staff, ya contratado, entre cuyas responsabilidades figure la de mantener contacto personal con todas las ovejas, relevando, efectivmente a los ancianos-pastores de semejante carga, la cual es, básicamente, suya, conformes a textos relevantes tales como Hechos 20:28; 1 Pedro 5:1-5 y Tito 1:5-9.

Bueno, y si sucede que el staff mismo haga poco o ningún contacto personal con las ovejas desparramadas que se manifiestan poco interesadas en volver al cercado del redil. Ni por teléfono, Messenger, Whatsapp, correo electrónico, Twitter, o el medio digital que sea. Ni tampoco mediante visitas personales. Solo acaso por medio de boletines, ya impresos, ya electrónicos.

Imperando semejantes circunstancias en cualquier redil congregacional, no sorprendería que se hiciera permanente la pérdida del 15%, 20%, 30%, 40%, o más, de las ovejas que hubiese antes de explotar sobre el mundo entero la abominable Plaga del Coronavirus.

Foto de un pastor de espaldas se para con sus brazos extendidos en alto frente a sus ovejas.Comoquiera que sea, los verdaderos ancianos-pastores del redil-iglesia no son los miembros del staff sino los varones cristianos llamados y constituidos bíblicamente para el ministerio tan especial y glorioso del obispado.

“Si alguno desea obispado, buena obra desea.” 1 Timoteo 3:1

Talvez a la voz viva, amorosa, animadora y madura de los verdaderos ancianos-pastores respondieran las ovejas desparramadas. Voz de pastor bíblico, profundamente espiritual, hondamente preocupado por las ovejas a su cuidado, afable, apacible, deseoso de hacer lo necesario para rescatar a la oveja en peligro de perderse completamente.

“¡Me llamó el hermano anciano-pastor fulano! Inquiriendo sobre cómo la Plaga del Coronavirus me haya impactado, tanto en lo espiritual como en lo material. Preguntándome que si ya me hubiese vacunado, por mi salud, por la de mi familia, que si tenga yo alguna necesidad. Poniéndose a mis órdenes. ¡Esto significa tantísimo para mí! Ya no me siento olvidado. El próximo domingo, voy a volver al redil.”

Foto de un pastor anciano que carga sobre sus hombres una oveja grande.

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

Dignos de doble honor

Los dos ancianos (sinónimo de pastores y obispos) y tres diáconos de la Iglesia de Cristo, Urb. Alturas de Flamboyán, Bayamón, Puerto Rico ejercen un cuidado esmerado del rebaño durante la Plaga del Coronavirus.

Directorio de las congregaciones de la Iglesia de Cristo en Puerto Rico

Directorios de iglesias de Cristo en otros países de habla hispana

Pastores: estudios sobre la organización establecida por Dios para su iglesia.

Qué hacer para ser añadido por Jesucristo a la iglesia que él mismo estableció. El plan divino de salvación.

 

  

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