La adoración cristiana
El canto a capela

Esta congregación alaba al Señor a capela, es decir, sin tocar instrumentos de música. Muchos miles de iglesias de Cristo a través del mundo hacen otro tanto, siguiendo directrices del Nuevo Testamento y el ejemplo de la iglesia del Siglo I.

Esta congregación alaba al Señor a capela, es decir, sin tocar instrumentos de música.
Muchos miles de iglesias de Cristo a través del mundo hacen otro tanto, siguiendo directrices
del Nuevo Testamento y el ejemplo de la iglesia del siglo I.

Por Luis Zepeda Mir

Parte 3

IX. LA MÚSICA INSTRUMENTAL PARA LOS ANTIGUOS ERUDITOS.

Desps de estos principios y evidencias escriturales o como muchos llaman “las evidencias internas”, ahora veremos “las evidencias externas”, o sea, el testimonio de personas o de la historia en cuanto a este tema. Está también es una manera de deliberar acerca de un tema bíblico, aunque no es tan concluyente como el propio texto inspirado por Dios. LA PALABRA DE DIOS SIEMPRE SERÁ LA AUTORIDAD FINAL.

Pero siempre es bueno considerar lo que testigos o escritores tienen que decirnos acerca de la práctica habitual de los primeros cristianos o de los religiosos de tiempos pasados. Las evidencias que presentaremos en este estudio son las de LOS PADRES DE LA IGLESIA (cristianos que vivieron los años posteriores o que conocieron directamente a los apóstoles) y la de algunos maestros denominacionales de otros tiempos que nos hablan de la música instrumental en el culto cristiano.

Creo que esta prueba es muy importante, ya que quienes proponen hoy en día la música instrumental, se dicen herederos de estos hombres. Así que es bueno considerar sus opiniones y pensamientos acerca de este tema. Para ver si andan de acuerdo al pensamiento de sus predecesores.

Agregamos las referencias para quien quiera comprobar esta información pueda hacerlo y también para respetar y reconocer la fuente de información.

LOS PADRES DE LA IGLESIA

Alrededor del año 110 d. C., Plinio era gobernador de Bitinia, que se encontraba justo al sur del Mar Negro. Le escribió al emperador romano Trajano para averiguar cómo tratar con los cristianos en su distrito. Un gobernador pagano que nunca había visitado una asamblea cristiana no esperaría conocer los detalles del culto de adoración. Lo que sabía, lo había aprendido por lo que se les indagaba a los cristianos. De la información que le habían dado, entendió que los cristianos se reunían “en un día fijo de la semana antes de que amaneciera, y cantaban […] un himno a Cristo, como a un Dios”(Plinio, Epístolas de Plinio 10.96).

El verbo psallein en griego – CANTAR - aparece solamente una vez en los Padres Apostólicos. Ahí es donde Bernabé citó el Salmo 22.22, que dice: “En medio de la congregación te alabaré” (Bernabé, Epístola de Bernabé 6). Es la misma cita que utiliza el escritor al libro de los Hebreos en 2.12.

Ni Efesios 5.19 ni Colosenses 3.16 parecen haber sido citados en los Padres Apostólicos, ni por los primeros apologistas. Sin embargo, otras fuentes más antiguas hicieron hincapié en que el canto debía venir del corazón.

Clemente de Alejandría escribió: “Por tanto démosle eterna alabanza, no sólo con los labios, sino también con nuestro corazón, para que Él pueda recibirnos como hijos” (2 Clemente 9.10).

Ignacio de Antioquía advirtió a los romanos, diciendo: “Para que formando vosotros un coro en amor, podáis cantar al Padre en Jesucristo” (Ignacio, Epístola a los Romanos 2). Ignacio se refirió a los instrumentos de música en otros contextos, sin embargo, no analizó su uso en el culto. En su advertencia de obediencia al obispo, dijo: “Porque vuestro honorable presbiterio, que es digno de Dios, está a tono con el obispo, como si fueran las cuerdas de una lira. Por tanto, en vuestro amor concorde y armonioso se canta a Jesucristo. Y vosotros, cada uno, formáis un coro, para que estando en armonía y concordes, y tomando la nota clave de Dios, podáis cantar al unísono con una sola voz por medio de Jesucristo al Padre, para que Él pueda oíros y, reconocer por vuestras buenas obras que sois miembros de su Hijo” (Ignacio, 1Primera Epístola a los Efesios 4).

Justino Mártir, en su breve descripción de un servicio de adoración del domingo, no mencionó el canto (Justino Mártir, 1 Apología 67). Sin embargo, se refirió al canto de David en salmos (Justino Mártir, Dialogo con Trifón 29). En otra parte, citó de Salmos: “Cantad al Señor un cántico nuevo, cantad al Señor, toda la tierra, canten al Señor, bendecid su nombre” (Salmos 96.1); Manda a los habitantes de toda la tierra, que han conocido el misterio de la salvación… a cantar y dar alabanzas a Dios el Padre de todas las cosas” (Justino Mártir, Dialogo con Trifón 74). Las dos palabras para CANTAR, ode y psallo en griego, son utilizadas como sinónimos en este pasaje.

James McKinnon señaló que las declaraciones en negación de los padres de la iglesia en cuanto a la música instrumental surgieron a partir de consideraciones morales y no de preocupaciones de aspecto litúrgico. La declaración de Clemente de Alejandría en la que permite el uso de una cítara (kithara) no está en un contexto de adoración, sino en un contexto del hogar. Tomando en cuenta la reputación moral del instrumento, el uso del mismo en la adoración era impensable. En las iglesias no había controversia sobre su uso en la liturgia. Simplemente, no era un asunto que se cuestionara (James McKinnon, «The Meaning of the Patristic Polemic Against Musical Instruments» Current Musicology (Musicología actual) (Primavera 1965): 72).

Juan Crisóstomo (347–407 d. C. aprox.), a finales del siglo IV, dijo: “Dónde estén los músicos de aulus, ahí no está Cristo”. Se refería a los címbalos, auloi (un estilo de danza), y a los cantos obscenos como “la gran pila de basura del Diablo” (Juan Crisóstomo, Homilías sobre la primera de Corintios 12.11). El bautismo les era negado a los que tocaban la flauta, el laúd y el arpa si no renunciaban a su oficio (Constituciones Apostólicas 8.31). Los instrumentos estaban asociados con los ritos paganos y la inmoralidad. Solamente Clemente permitió la lira y la cítara en la música en el hogar.

James McKinnon insistió en que ningún padre de la iglesia condenó el uso del instrumento en las asambleas de adoración de la iglesia. Señaló que las declaraciones de la oposición no surgieron de la controversia en la iglesia sobre el uso de los instrumentos. Los contextos analizados fueron los banquetes, las funciones teatrales y las bodas. “Tenga en cuenta que durante los dos primeros siglos… solamente hubieron elogios para  la  salmodia  y  ninguna  mención  de  los  instrumentos  de  la  sociedad  o  culto paganos... No se desarrolló una doctrina de oposición a los instrumentos hasta los siglos tercero  y  cuarto”  (James  McKinnon,  «The  Meaning  of  the  Patristic  Polemic  Against Musical Instruments» Current Musicology (Musicología actual) (Primavera 1965): 71).

Tertuliano afir que los cristianos habían de detestar los instrumentos usados en el teatro (Tertuliano, Sobre los espectáculos 10).

En el siglo quinto, los líderes debatían diciendo que a los judíos se les permitió usar instrumentos debido a su inmadurez, pero que fueron excluidos de la iglesia junto con otros actos que eran indicio de falta de madurez, tales como los sacrificios de animales (Teodoreto, Preguntas y respuestas para los ortodoxos 61.1353). Esto asociaba el uso de instrumentos con el antiguo pacto, en contraste con el nuevo pacto.

Si nos damos cuenta por lo anteriormente dicho por los Padres de la iglesia, la introducción de la música instrumental en la iglesia fue un proceso paulatino que comenzó en el tercer siglo en adelante. Allí comenzaron los primeros cuestionamientos y divisiones. Durante varios siglos hubo mucha contienda por el tema entre los católicos. Hasta que el Papa Bonifacio los autorizó como divinos en el año 606 d. C.

Si nos damos cuenta, nunca fue la práctica de la iglesia primitiva la de adorar acompañados de los instrumentos. Sino que surgió en la mente de los divisores y apostatas. Recordemos que la iglesia católica fue oficializada como la religión del imperio en el año 325 d. C. Allí termino la persecución por parte de Roma y fue el comienzo de la persecución para los que no estaban de acuerdo con la naciente iglesia del imperio. Antes de eso, todavía estaban las contiendas y debates de cómo seguir en la verdad. Hasta que Constantino decretó oficial a la iglesia, esa fue la confirmación de la Apostasía. Donde ya la iglesia no era lo que Dios quería, y quienes se opusieron a estas doctrinas falsas fueron llamados herejes y perseguidos hasta morir. De ellos somos herederos nosotros en la iglesia de Cristo actual.

Cuando llego la Reforma protestante desde el Siglo 12 hasta el 15, los nuevos reformadores al escudriñar las Escrituras se dieron cuenta de la desaprobación de los instrumentos musicales en el culto cristiano. Y comenzaron a predicar en contra de ellos. Este fue un buen intento, pero nuevamente cuando pasó el tiempo, comenzó a levantarse la voz de quienes querían introducirlos y pasaron los años hasta que nuevamente los instrumentos fueron añadidos en las iglesias reformadas, pero apóstatas.

Aquí tenemos una lista con algunos de estos líderes de los siglos pasados.

De tiempo de la Reforma en adelante

TOMAS DE AQUINO (1225-1274) Filósofo y teólogo italiano, en ocasiones llamado Doctor Angélico y El Príncipe de los Escolásticos, cuyas obras le han convertido en la figura más importante de la filosofía escolástica y uno de los teólogos más sobresalientes del catolicismo. (Microsoft ® Encarta ® 2007. © 1993-2006 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos) Tomás de Aquino escribió: - “No usa nuestra iglesia (la Católica Romana) instrumentos de música, tales como arpas y salterios, para alabar a Dios, pues no desea aparentar que judaizara” (Secunda Secundae, Quaest. xci, artículo ii).

JOHN WYCLIFFE (1328-1384 Aprox.) Uno de los primeros reformadores ingleses, fue partidario de cantar sin acompañamiento. (Gotthard Lechler, “John Wycliffe and His english precursors” – London: Religious Tract Society, 1884, 298.)

JOHN HUSS (1369-1415 Aprox.) De Bohemia, que apoyó el canto congregacional. (Gustave Reese, “Music in the renaissance” – New York: W. W. Norton & Co., 1959), 732-733.)

MARTIN LUTERO (1483-1546) El monje alemán que se convirtió en el integrante más prominente del movimiento de La Reforma, era indiferente ante la utilización de imágenes e instrumentos. En su opinión, se trataba de asuntos de libertad de culto.

ERASMO DE ROTTERDAM (1466-) Nació el 26 o 27 de octubre, probablemente de 1466, en Rotterdam, hijo ilegítimo de un sacerdote, Roger Gerard, y de la hija de un médico. Asistió a severos colegios monásticos en Deventer y Hertogenbosch y, después de la muerte de su padre, se hizo agustino en Steyn. En 1492 se ordenó sacerdote y trabajó para el obispo de Cambray, estudiando las filosofías escolástica y griega en la Universidad de París. Disgustado por la vida sacerdotal, buscó un empleo secular, y más tarde recibió la dispensa papal para vivir y vestir como erudito laico. Desde 1499 viajó incansablemente de ciudad en ciudad trabajando como profesor y conferenciante, escribiendo constantemente e investigando manuscritos antiguos. Su obra más trascendente fue la traducción al griego del Nuevo Testamento (1516),basado en manuscritos nuevos, con notas críticas y acompañada de una nueva traducción latina, que demostraba lo poco rigurosa que era la Vulgata latina. Por estas obras, que influyeron a los reformadores religiosos de la época, se le llama padre de La Reforma. (Microsoft ® Encarta ® 2007. © 1993-2006 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.)

Contemporáneo de Martín Lutero, Erasmo tenía la reputación de ser, en la materia del clasicismo, el erudito de más renombre de su época. Enfocando la música sacra de su época, escribió: “Hemos introducido en nuestras iglesias una música teatral y laboriosa; un rechinamiento tan confuso y desordenado de ciertas palabras, como apenas escuchado jamás, pienso, en los teatros griegos o romanos. Retumba la iglesia con el ruido de trompetas, gaitas y dulzainas; y se esfuerzan las voces humanas para compartir con ellas. Corren los hombres a la iglesia como a un teatro para que cosquilleen sus oídos. Con este propósito alquilan a los que tocan órganos, dándoles salarios elevados, y a una compañía de jóvenes quienes malgastan todo su tiempo aprendiendo estos sonidos quejumbrosos” (Comentario sobre 1 Corintios 14.11).

GERHARD CARLSTADT (1480-1541 Aprox.) También alemán, se opuso a su uso. Sostuvo que el que tocaba un instrumento no podría adorar si estaba ocupado atendiendo asuntos musicales. Carlstadt defendió el canto sin acompañamiento realizado por toda la congregación.

HULDREICH ZWINGLIO (1484-1531) En Zúrich, Suiza, tomó una importante postura. A pesar de que era un músico consumado, Zwinglio insistió en que solamente lo que Cristo había ordenado en el Nuevo Testamento debía ser parte de la adoración de la iglesia. Todo lo que era agregado al mandamiento de Cristo, afirmó, constituye una extralimitación. En respuesta a este tipo de enseñanza, el órgano dejó de ser utilizado en algunos servicios de adoración.

HEINRICH BULLINGER (1504-1575) El sucesor de Zwingli en Zurich, también se opuso a la utilización de la música instrumental en la iglesia.

JUAN CALVINO (1509-1564) Calvino, nacido como Jean Cauvin (o Cauvin, en latín Calvinus) en Noyon, Picardía, Francia, era hijo de Gérard Cauvin y Jeanne Lefranc. Fue excelente en sus estudios y profundamente religioso desde su juventud. El padre de Calvino era abogado y en 1523 envía a su hijo, que por entonces tenía 14 años, a la Universidad de París a estudiar humanidades y leyes. En 1532, se doctora en leyes. Con poco más de 20 años adoptó los puntos de vista de Lutero: Negación de la autoridad de la iglesia de Roma por derecho divino, negando la sucesión apostólica desde el apóstol Pedro, y dando primordial importancia a la Biblia como única regla de fe y conducta, destacando la doctrina de la justificación del hombre por medio de la gracia, mediante la fe, y no por las obras.

En 1536 publica el libro en el cual sistematiza la doctrina protestante: La Institución de la Religión Cristiana. Dedicada a Francisco I, rey de Francia –a quien solicita libertad de opinión en materia de religión-, esta obra alcanzó una gran difusión y fue determinante, pues, si bien Lutero inspiró y puso en marcha la Reforma, fue Calvino quien la sostuvo gracias a las ideas expuestas en esta obra clave para e l futuro de Europa.

Juan Calvino escribe lo siguiente referente al uso de instrumentos musicales en la adoración: “En la celebración de alabanzas a Dios los instrumentos de música no serían más apropiados que el quemar incienso, encender lámparas o la restauración de otras sombras de la ley. Por lo tanto, en esto [el uso de instrumentos], como en muchas cosas más, los papistas neciamente se han apropiado lo de los judíos. Es posible que los hombres amantes de la pomposidad externa se deleiten en ese ruido; mas a Dios le agrada muchísimo más aquella simplicidad que él nos ha recomendado a través de los apóstoles. La voz del ser humano, pese a que no la aprecie el populacho, seguramente supera todo instrumento inanimado de música. No tenemos, de modo alguno, derecho de practicar bajo el evangelio lo que utilizaban bajo la ley, siendo estas cosas no solo superfluas sino inútiles. Debemos abstenemos de ellas, pues la entonación pura y sencilla es suficiente para alabar a Dios, siempre y cuando se cante con el corazón y con la boca. Sabemos que ha venido nuestro Señor Jesucristo, y que abolió mediante su advenimiento aquellas sombras. Por lo tanto, afirmamos que fue tolerada, nada más, la música instrumental a causa de los tiempos y la gente, pues... eran como niños, ya que su condición requería tales rudimentos pueriles. Ahora bien, en estos tiempos del evangelio, no debemos recurrir a ellos, a no ser que pretendamos destruir la perfección del evangelio y hacer oscurecerse la luz meridiana que gozamos en Cristo, nuestro Señor.” (Comentario de Juan Calvino sobre el Salmo 33 y 1 Samuel 18:1-9).

El dirigió los esfuerzos de la Reforma en Francia y Suiza, declaró: “No podemos adoptar cualquier medio mecánico que parezca adaptársenos, sino mas bien debemos mirar los mandamientos de Aquel que es el único que tiene autoridad para dar el mandamiento”. Sin mandamiento ni ejemplo para el uso de instrumentos mecánicos en el Nuevo Testamento, no tenemos autoridad para introducirlos en la iglesia.

Calvino no se opuso al uso privado de instrumentos, solamente a su utilización en la asamblea cristiana. (Juan Calvino, “The necesity of reforming the church” – Edinburgh: Calvin Translation Society, 1844; Reimp. Dallas: Protestant press, 1999), 16.

Los Comentarios de Juan Calvino Comentario sobre Salmo 33:2. Celebrad á Jehová con arpa.

«No hay duda que aquí el salmista expresa un ardiente e intenso afecto que los creyentes deberían tener al alabar a Dios, cuando él ordena que los instrumentos musicales sean empleados para éste propósito. Él no dejaría a los creyentes que nada omitiesen que tienda animar las mentes y los sentimientos de los hombres al cantar las alabanzas de Dios. El nombre de Dios, sin duda, puede, hablando adecuadamente, ser celebrado solamente por una voz bien comprensible; pero no es por demás que David añada esas ayudas por las cuales los creyentes son más estimulados a este ejercicio; especialmente considerando que él estaba hablando al pueblo antiguo de Dios. Sin embargo hay una diferencia que aquí se debe tomar en cuenta, a fin de no tomar indistintamente como aplicable a nosotros cada precepto que anteriormente era impuesto a los judíos.

«No dudo que el tocar tambores, el arpa y la viola, y toda esa clase de música (que muy frecuentemente se menciona en los Salmos) fue parte de la educación, es decir, de la instrucción pueril bajo la Ley: hablo del servicio establecido del templo. Porque aún ahora, si los creyentes se gozan con instrumentos musicales, pienso que este debería ser su propósito: no separar su gozo de las alabanzas de Dios. Pero cuando asisten a sus reuniones, al introducir instrumentos musicales para celebrar las alabanzas de Dios no sería más útil que el quemar incienso, encender candelas, y restaurar las otras sombras de la Ley. Los papistas, así pues, neciamente han tomado prestado esto, junto con muchas otras cosas de los judíos. Hombres que les gusta la pompa exterior se deleitan en ese ruido; mas Dios se complace con aquella simplicidad que nos recomienda el apóstol. Pablo no permite bendecir a Dios en la asamblea pública de los fieles sino solo con un idioma conocido (1 Corintios 14.16). La voz del hombre, aunque no es conocida comúnmente, seguramente sobrepasa todo instrumento inanimado de música; y aun observamos lo que Pablo determina al hablar en un idioma desconocido.»

Comentario sobre Salmo 71.22. Asimismo yo te alabaré con instrumento de salterio, Oh Dios mío.

«De nuevo prorrumpe en acción de gracias; porque él estuvo consciente de que el propósito de Dios (al socorrer sus siervos abundantemente) era que Su bondad fuese celebrada. Al mencionar el salterio y el arpa en éste ejercicio, alude a la costumbre corriente de su tiempo. Cantar las alabanzas de Dios sobre el arpa y el salterio, sin duda, formaban parte del entrenamiento de la ley, y del servicio de Dios bajo esa dispensación de sombras y figuras; pero estos no deben ser usados hoy en día en la alabanza pública. Ciertamente, no se nos prohíbe usar en privado instrumentos musicales, pero si deben ser mantenidos fuera de las iglesias de acuerdo al mandamiento explicito del Espíritu Santo, cuando Pablo en 1 Corintios 14.13, pone como una regla invariable, que deberíamos alabar a Dios y orar a Él solamente en un idioma conocido.»

Comentario sobre Salmo 81.2. Entonad canción, y tañed el pandero, el arpa deliciosa y el salterio.

«Con respecto al pandero, el arpa, y el salterio, anteriormente hemos observado, y veremos la necesidad de repetir después las mismas palabras: que los levitas, bajo la ley, tenían permiso usar instrumentos musica les en el culto de Dios, ya que Su voluntad era entrenar a Su pueblo entre tanto que eran niños y en estado de infancia, con tales rudimentos hasta la venida de Cristo. Pero ahora que la luz clara del Evangelio ha dispersado las sombras de la Ley, y nos ha enseñado que debemos servir a Dios en una manera más simple, sería un acto insensato y equivocado querer imitar aquello que el profeta mandaba solamente sobre aquellos de su propio tiempo. De esto, se ve que los papistas se han mostrado ser simios o monos al transferir esto a ellos mismos.»

Comentario sobre Salmo 92.3. En el decacordio y en el salterio, en tono suave con el arpa.

«En el tercer versículo, él se dirige más a los levitas, quienes fueron ordenados a puesto de cantores, y los llama a emplear sus instrumentos de música - no como si esto fuera en si necesario, sino que era útil como una ayuda elemental al pueblo de Dios en esos tiempos antiguos. No debemos concebir que Dios ordeno el arpa como algo que sintiera gozo como nosotros en la simple melodía de sonidos; pero los judíos, quienes todavía se hallaban en la infancia, estaban confinados al uso de tales elementos pueriles. El propósito de estos era estimular a los adoradores, e inducirlos en una manera más viva a celebrar las alabanzas de Dios con el corazón. Tenemos que recordar que la adoración de Dios nunca fue diseñada de consistir en tales servicios externos, los cuales eran necesarios solamente para ayudar a un pueblo todavía débil y rudo en conocimiento en el servicio espiritual de Dios. Debe observarse una diferencia en este respecto entre Su pueblo bajo el Antiguo y bajo el Nuevo Testamento; ahora que Cristo ha venido, y la Iglesia ha llegado a su madurez, si introducimos las sombras de una dispensación acabada significaría enterrar simplemente la luz del Evangelio. De esto, se ve que los papistas (como tendré la ocasión de mostrar en otro lugar) al emplear música instrumental, no se puede decir que imitan la práctica del pueblo antiguo de Dios, sino que actúan sin sentido como monos y de manera absurda, exhibiendo un deleite tonto en aquella adoración del Antiguo Testamento que fue figurativa, y terminó con el Evangelio.»

Comentario sobre Salmo 98.4. Regocíjese ante Jehová toda la tierra.

«Aquí él repite la exhortación con que él había empezado, y al dirigirse a las naciones, indica que cuando Dios derribe la pared intermedia de separación todos serían reunidos en una común fe, y en una Iglesia formada a través del mundo entero. Cuándo habla de instrumentos musicales, indudablemente se refiere a la práctica de la Iglesia en aquel entonces, sin ninguna intención de ligar a los gentiles a guardar las ceremonias de la ley. La repetición que hizo uso es enfática, e implica que por mucho que los hombres procuren en celebrar la gran obra de la redención del mundo no alcanzaría a la riqueza de la gracia de Dios. Esto se hace todavía más patente en lo que sigue, donde el sentimiento se atribuye a cosas inanimadas. El pasaje entero ha sido expuesto en otra parte, y es innecesario insistir más en ello.»

Salmo 149.2. Israel alégrese en su Hacedor.

«Él insiste sobre el mismo punto, que el pueblo del Señor debería descansar persuadido firmemente que su descendencia no había sido elegida en vano del resto del mundo, sino que Dios tendría presente su pacto, y no permitiría las misericordias que él les había extendido que fuesen anuladas o extinguidas. Aunque ellos hubieran sido privados temporalmente de la herencia de la tierra de Canaán, que fue la prenda de su adopción, el salmista llama a Dios su Hacedor, y el Rey de los hijos de Sión, para recordarles que cuando fueron adoptados por encima de otras naciones, esto fue una especie de una nueva creación. Así que en el Salmo 95.6, los israelitas son llamados «obra de las manos de Dios,» no solamente porque ellos fueron como otros hombres creados por Él, sino porque Él los había formado de nuevo, y los distinguió con un nuevo honor, el de ser separados de toda la raza humana. El nombre Rey tiene un significado más amplio, dando a entender que como este pueblo fue formado al principio por Dios, pero era con este fin de ser gobernado por su poder. Los instrumentos musicales que él menciona correspondían a esta etapa de infancia de la Iglesia, tampoco deberíamos imitar insensatamente una práctica que fue exclusiva sólo para el pueblo antiguo de Dios. Pero el Salmista confirma lo que ya ha sido mencionado, que sus asambleas religiosas que habían sido por un tiempo interrumpidas serían pronto restauradas, y que ellos invocarían el nombre del Señor en el orden debido de su adoración.»

Salmo 150.3. Alabadlo con sonido de trompeta.

«No insistiré sobre las voces en el hebreo que se refieren a los instrumentos musicales; sólo que el lector recuerde que aquí se mencionan diferentes clases, que se usaron bajo la economía legal, para enseñar en una manera más enfática a los hijos de Dios que estos no pueden celebrar menos diligentemente las alabanzas de Dios — como si Él les mandare a concentrar arduamente todos sus poderes a este servicio, y dedicarse a sí mismos enteramente a ello. Ni fue sin razón que Dios bajo la ley impusiese esta multiplicidad de cantos, a fin de alejar a los hombres de esos vanos y corruptos placeres a los cuales se envician en exceso, a una alegría santa y provechosa. Nuestra naturaleza corrupta se entrega a libertades extraordinarias, recreándose en muchas invenciones que son absurdas, mientras que su mayor satisfacción consiste en suprimir todo pensamiento de Dios. Esta disposición perversa no podría ser corregida de otra manera sino en que Dios retuviese a un pueblo débil e ignorante bajo muchas restricciones, y bajo ejercicios constantes. El salmista, por lo tanto, al exhortar a los creyentes a desahogar toda su alegría en las alabanzas de Dios, enumera, uno sobre otro, los instrumentos musicales que estaban en uso en ese entonces, y les amonesta que todo debe consagrarse a la adoración de Dios.»

TEODORO DE BEZA (1519-1605) El sucesor de Calvino en Ginebra, también se opuso al uso de instrumentos en la adoración.

MENNO SIMONS (1496-1561 Aprox.) De lo que hoy se llama “La Reforma Radical”, de los Países Bajos, se opuso a todo lo que no esté expresamente ordenado en las Escrituras.

JOHN KNOX (1514-1572 Aprox.) Promovió puntos de vistas similares en Escocia. Las iglesias reformadas escocesas se convirtieron en fuertes adversarios de los instrumentos. Los primeros reformadores ingleses se opusieron a los instrumentos, aunque la iglesia inglesa eventualmente adoptó la práctica de su uso.

LOS PRIMEROS PURITANOS, que regulaban sus prácticas de acuerdo a los mandamientos y ejemplos que se encuentran en el Nuevo Testamento, se opusieron a ellos. (Henry Wilder Foote, “Three centuries of American Hymnody” – Cambridge, Mass.: Harvard University press, 1940; reimp., Hamden, Conn.: Archon books, 1968), 76-79.)

LOS PURITANOS DE ESTADOS UNIDOS, que incluían los puritanos de Boston, también mantuvieron ese punto de vista. COTTON MATHER (1663-1728) Dijo: “No hay una sola palabra en el Nuevo Testamento sobre la institución de música instrumental en la adoración a Dios”. (Cotton Mather, “The great Works of Christ in America” – London: S.1., 1702; reimp, Edinburgh: Banner of truth trust, 1979, 2:266.)

MATTHEW HENRY (1661-1714) El conocido comentarista metodista no aprobó la música ni la danza. Consideró que los dos iban de la mano.

ISAAC WATTS (1674-1748) El primer autor inglés popular de himnos, se opuso a los argumentos a favor de la música instrumental que se basaran en el uso que se les dio en el Antiguo Testamento y en Apocalipsis.

JOHN WESLEY (1702-1791) El teólogo inglés John Wesley fue el fundador del movimiento metodista. El 1 de mayo de 1739 formó en Londres, junto con un grupo de seguidores, la primera congregación metodista. Ese mismo mes se constituyeron otras dos sociedades metodistas en Bristol. Wesley fue también un prolífico escritor. El bajo precio al que se vendían sus obras hizo que sus ideas se extendieran con rapidez, incluso entre las clases más pobres de la sociedad. John Wesley, amante de la música y poeta, autor de himnos. Fundador, juntamente con su hermano Charles, de la iglesia Metodista. Cuando preguntaron a John Wesley su opinión sobre la introducción de instrumentos de música en los templos metodistas, replicó: “No tengo objeción alguna a los instrumentos en nuestras capillas, ¡siempre y cuando no se vean ni se escuchen!”

ADAM CLARKE (1760-1832) Teólogo metodista británico y erudito bíblico. Reconocido mayormente por su Comentario sobre la Biblia, tardando él cuarenta años en completarlo. Este “Comentario” fue el recurso teológico primordial de los metodistas durante dos siglos. Contestando a quienes inquieran sobre la aceptabilidad de tocar instrumentos musicales en la adoración, Adam Clarke responde: “Negativo; van en contra de ello todo el espíritu, el alma y el genio de la religión cristiana, y quienes mejor conocen la Iglesia de Dios, y lo que constituye su estado espiritual genuino, saben que han sido introducidas estas cosas como sustitutos para la vida y el poder de la religión; y que donde más prevalecen menos del poder del cristianismo hay. ¡Afuera con esos juguetes pretenciosos de la adoración al Espíritu infinito, quien requiere que sus seguidores le adoren en espíritu y en verdad!, pues esos instrumentos no armonizan con tal clase de adoración” (Comentario, Tomo II, 690,691). Comentando sobre Amos 6.5 (“E inventan instrumentos musicales, como David”), Adam Clarke escribe: “No creo que el Señor autorizase a David a introducir aquella multitud de instrumentos musicales en el culto divino del cual leemos; y estoy seguro que su conducta al respecto fue reprendida muy solemnemente por el profeta. Es más, creo que el uso de instrumentos de música en la Iglesia Cristiana carece de la aprobación de Dios y va en contra de su voluntad; que, en cuanto al espíritu de devoción verdadera, son subversivos, y que son pecaminosos. Si, bajo la ley, hubo un ¡Ay! para quienes, como David, se inventaran instrumentos musicales, ¿no habrá un ¡Ay!, una maldición, para los que los inventan y los introducen en el culto a Dios en la Iglesia Cristiana? Soy hombre viejo, y ministro viejo; y ahora declaro que, hasta donde sepa yo, nunca han obrado para bien en el culto a Dios; al contrario, tengo por qué creer que han hecho mucho mal. Como ciencia, estimo y admiro la música, más abomino y aborrezco instrumentos de música en la casa de Dios. Se trata del abuso de la música, y aquí apunto mi protesta contra todas las corrupciones similares en culto al Autor de la Cristiandad”.

CHARLES SPURGEON (1834-1892) Famoso predicador bautista, rechazó los instrumentos musicales aun en 1880 en relación con un análisis sobre Salmos 42.4, comentó: Bien podríamos usar instrumentos al orar, así como los usamos al alabar”. (Charles H. Spurgeon, “The Treasury of David” – Grand rapids, Mich.: Zondervan, 1957), 1:272.)

CONCLUSIÓN

Y para finalizar, quiero decir algo, como me lo decía mi mentor y obispo de la iglesia de Cristo de Población Los Nogales, Pedro Sánchez.“¿Habla Jesús de los instrumentos musicales? ¡NO! ¿Habla Pedro, Pablo, Juan o alguno de los apóstoles de los instrumentos? ¡NO! ¿Habla algún cristiano en el Nuevo Pacto sobre los instrumentos? ¡NO! Si Jesús, si Pedro, si Pablo y los demás hombres inspirados por Dios NO hablaron nunca de los instrumentos. ¿Qué hacemos nosotros hablando sobre ellos? ¿Cómo podemos hablar tanto de un tema que nunca Jesús ni ningún hombre en el Nuevo Testamento hablo?”

Estoy totalmente de acuerdo con mi hermano Pedro que es innecesario hablar de un tema que Jesús nunca habló. Pero por causa de las denominaciones y falsas doctrinas que abundan en estos tiempos, es necesario escribir sobre este tema y muchos otros, que son llamados controversiales.

Esto significa que este estudio está escrito principalmente NO para miembros de la iglesia de Cristo que ya deberían estar claros acerca de esta verdad, sino que está escrito con mucho amor a personas que todavía no sean parte de la iglesia de Cristo ni conocen la verdad o la están conociendo. Para todas ellas es este estudio con amor y humildad.

Les animamos a todos ustedes que escudriñen las Escrituras con mucha perseverancia, y esperamos que este estudio haya contribuido en su crecimiento espiritual.

Si desea seguir aprendiendo de la palabra de Dios, les rogamos que me contacten a mi correo electrónico –  O si lo prefiere puede llamar al teléfono: 56-994759075 – Luis Zepeda. Visite también nuestra página web: www.tirandolasemilla.com  

 

[Nota añadida por el administrador de esta Web. Numerosos estudios sobre la música en la iglesia, el culto de la iglesia, la nueva adoración contemporánea, etcétera, se encuentran en www.editoriallapaz.org/salon_musica.htm

Parte 1 de El canto a capela

Parte 2 de El canto a capela

Razones de gran peso para excluir instrumentos de música del culto y otras actividades de la iglesia

La adoración cristiana: ¿La bíblica, la tradicional o la contemporánea? Estudios y diálogos

  

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