Iniciándose…

                …y perfeccionándose…

                                      …en los ministerios espirituales…

               …del Reino de Dios

 

Una figura humana en 3D detrás de un púlpito representa a los varones que ejecutan ministerios espirituales en la iglesia edificada por Cristo.

 

Sesión 3

El Centro de la congregación enfocado de nuevo

"NOSOTROS somos COLABORADORES de DIOS"

¿Cuánto vale tu PALABRA?

Una "P" GRANDE y otra "P" menos grande

 

Formato de conferencia presentada en vivo.

 

El Centro de la congregación de nuevo

Muy queridos hermanos y hermanas en Cristo, quisiera invitarles a volver con este servidor sobre lo del Centro de la congregación.

Algunas personas que se convierten a Cristo pasan rápido al Centro. Otras tardan meses. Todavía otras tardan años. Muy a pesar de los fieles, algunos convertidos jamás llegan al Centro de adentro.

A la derecha, en el Centro de Más Adentro
se hallan los ancianos, diáconos, evangelistas
y maestros. Luego, los miembros muy activos
de fuerte compromiso. Entonces, los que casi
siempre dicen presente, pero que son menos activos.
Miembros que asisten solo al culto, faltan a menudo
y/o carecen de buen testimonio ocupan los círculos
más distantes del Centro de la congregación.

En este momento, deseo dirigirme, respetuosa y amorosamente, a los discípulos del Señor que aún no ejercen ministerio espiritual alguno en su congregación.

Vamos a suponer que tú hayas dado ya constancia de poder conservar, sin mancha ni arruga, tu vestimenta espiritual resplandeciente de santidad, repudiando tentaciones y sobrellevando, con admirable paciencia, pruebas, aun las más duras.

Y que, además, participes fielmente de todos los cultos de tu congregación y de las demás actividades, siempre y cuando no tengas algún impedimento ajeno a tu control.

De ser así, ¡te has unido a los demás feligreses que ocupan el Centro! Mereces nuestras más efusivas felicitaciones.

 

Ahora bien, mi humilde consejo sería que permanezcas allí en el Centro tiempo suficiente para:

Crecer bastante espiritualmente, madurar, aumentar tus conocimientos y tu inteligencia espirituales, granjeando la confianza de los ancianos, evangelistas, maestros y maestras de la congregación.

Hacerse más y todavía más espiritual; más fuerte en espíritu, mente y corazón. Todo dentro de los sacrosantos entornos espirituales de Dios y su Reino que no es de este mundo.

Con el fin de comenzar a realizar, en el tiempo propicio, ministerios espirituales efectivos de excelente calidad.

No empeñarse en avanzar demasiado lejos, demasiado pronto. En estos contextos espirituales, frenar tus impulsos y canalizar cuidadosamente tus deseos de ministrar públicamente la Palabra de Dios.

"Ministrar públicamente la Palaba de Dios."

Acto de por sí que figura entre los más delicados y cargados de responsabilidad jamás efectuados por ser humano alguno.

Eso es así porque se trata de las almas que serían impactadas o para bien o para mal por toda palabra y todo movimiento tuyo en presencia de la congregación. ¿Te das cuenta de la seriedad del asunto?

Pararte y ejecutar algún ministerio delante de la congregación, pensando mayormente en ti mismo, en tus ilusiones de participar públicamente, acaso en darte a conocer, aun en lucirte un poco, bien podría resultar espiritualmente desastroso para algunos observadores, y, por ende, para ti.

A propósito, este momento lo encuentro oportuno para preguntarte: tus MOTIVOS, ¿cuáles son? ¿Por qué quieres efectuar ministerios espirituales? Me limito a observar que cualquier motivación que gire sobre tu propio EGO ¡te descualificaría en un santiamén, y hasta que no la eliminaras!

 

"NOSOTROS somos COLABORADORES de DIOS"

Pues bien, en tu trayectoria espiritual a través de las dimensiones de tu vida en este planeta Tierra, has procedido sabia e inteligentemente. Dejaste atrás la vida de pecado, y creyendo en Cristo como Mesías y Salvador, te arrepentiste y te bautizaste para perdón de los pecados. Fuiste añadido a la iglesia por Cristo y comenzaste a mover hacia el Centro, lográndolo.

Conduciéndote con decoro y mucha disciplina personal-espiritual, los encargados de la congregación se fijan en ti como candidato apto para ejecutar algún ministerio espiritual.

Ahora bien, deseando tú servir desinteresadamente al Señor en su Reino espiritual, cualquier sea el ministerio asignado, ¡buena obra deseas! De nuevo, te felicitamos de todo corazón. Te abrazamos como compañero de ministerios. ¡Qué hazaña más admirable!

Has subido a esferas espirituales-celestiales, donde te haces colaborador de Dios, Jesucristo, el Espíritu Santo, los santos ángeles al servicio de la Deidad y los demás colaboradores santos en la tierra que administran la Palabra inefable de Vida y las obras valiosísimas del Reino espiritual en la tierra.

¿No te parece sobremanera grandioso todo esto? ¿Tal posición; tales privilegios? Suficiente como para estremecer a uno en sus entrañas al encontrarse en la compañía de seres tan augustos. Andar hombro a hombre con ellos.

¿Te encuentras, de veras, digno de tales amigos y compañeros de trabajos tan delicados como lo son los que tienen que ver con el estado, las luchas y el destino eterno de almas que tu vida y ministerios toquen?

"NOSOTROS somos COLABORADORES de DIOS", apunta el apóstol Pablo (1 Corintios 3:9). ¡Y ya tú lo eres también! ¡Colaborador de Dios!

Y, créeme, que él estará fiscalizándote continuamente, pues, lo que tú digas y hagas honra o deshonra la imagen de él que formen los que te oigan y observen, por el hecho de identificarte tú como colaborador de él. ¿Estás comprendiendo con "inteligencia espiritual"?

¿Ves y aprecias cabalmente la conexión crítica entre tú y Dios? La misma se torna sumamente decisiva, y cargada de responsabilidad de parte tuya, al empezar a funcionar tú en ministerios ante el público como representante de él.

Así que, te inicias en los ministerios de Dios, debiendo tener la meta de ampliarlos y perfeccionarlos, tal como dice el título de este curso corto.

 

¿Cuánto vale tu PALABRA?

En un momento portentoso, los ancianos y/o evangelistas se te acercan, felicitándote por tu progreso notable espiritual y explicando que te consideran digno de comenzar a ejercer ciertos ministerios espirituales.

Tú respondes que estás dispuesto a colaborar con ellos y con Dios en tales ministerios.

De la lista, te asignan un ministerio para el próximo domingo y tú consientes. Tal ministerio en tal horario del tiempo fijado para el culto.

Presente tú quince minutos antes de iniciarse el culto para unirte a los demás que tienen ministerios, suplicando todos a Dios, unánimemente, su apoyo para todo acto a realizarse, etcétera.

Ellos te preguntan: "¿Entiendes? ¿Estás de acuerdo?" Tú dices que sí.

Acabas de hacer un compromiso serio y formal. Has dado tu palabra.

Precisamente aquí comienzan las pruebas para ti. ¿Cuánto vale tu palabra?

El cristiano fiel, responsable, honesto y recto ¡CUMPLE SU PALABRA SIN FALLAR! En esferas espirituales, este es un oxímoron. O sea, un hecho no sujeto a discusión.

Así que, el próximo domingo llegas veinte minutos antes de empezar el culto. ¿SÍ?

Si llegas tarde, o no asistes porque se te presentara alguna situación, ni te comunicas lo más pronto posible con uno de los dirigentes, dando razón legítima y verdadera por tu incumplimiento… ¡FIN de tus oportunidades para ministrar en la congregación!

Por lo menos, hasta no reponerte de tu fracaso, ganando de nuevo la confianza de los dirigentes. Cosa que bien te cueste no poco de tiempo y esfuerzo. No cumpliste tu compromiso. No cumpliste tu palabra. Cometiste infracciones graves del código neotestamentaria para los que administran, como colaboradores de Dios, la Palabra de él y las obras de su Reino.

¡Dios te libre de semejante mal comienzo!

 

Una "P" GRANDE y otra "P" menos grande

Bueno, pues, asumimos que estés muy, pero muy decidido a cumplir tu compromiso, tu palabra. Entonces, se yerguen delante de ti una "P" GRANDE y otra "P" menos grande. DOS.

La primera "P" es por "PREPARACIÓN". Prepárate al máximo posible para el ministerio que sea. No faltando múltiples oraciones al efecto de que cumplas muy satisfactoriamente tu encomienda; que no defraudes a los dirigentes ni decepciones a la congregación, incluyendo las visitas.

Incluso, se recomienda que, en la privacidad de tu hogar, ensayes tu participación en el culto, visualizándote en el lugar de reunión, con los dirigentes y demás feligreses presentes, Jesucristo también. Leyendo en voz alta lo que planificas decir en presencia de todos, el texto bíblico que te hayan asignado, etcétera.

¿No piensas escribir de antemano lo que tengas en mente decir como aportación tuya? ¿Qué eso sería demasiado tedioso, fastidioso? Pues bien, cariñosamente te advierto que, si no lo haces, no se descarta el que tu propia intervención resulte algo "tedioso, fastidioso, pobre, decepcionante" para la audiencia. ¿Sabes?

Hasta no adquirir abundante conocimiento bíblico, inteligencia espiritual y sabiduría celestial, como, además, soltura y confianza en la oratoria, opino que te conviniera pasar el trabajo de escribir palabra por palabra cualquier aportación tuya delante de la congregación. Memorizarla y pronunciarla sin leerla, si te parece bien. Si optas por leerla, hazlo, por favor, con vida y pasión, y no con voz monótona, débil, casi muerta.

La segunda "P", no tan grande, mas, sin embargo, importante, es por "POSICIÓN".

La POSICIÓN más indicada para los participantes en ministerios son los dos bancos más cerca de la tarima. Una opción alterna: las sillas en la plataforma.

¿Tienes un ministerio asignado? Antes de iniciarse la reunión, vaya al frente, ocupando un banco o una silla desde donde entrar en acción enseguida, cuando te toque, sin perder tiempo o hacer perder tiempo. Ya para dirigir una oración, oficiar a la Mesa del Señor o dirigir los himnos. Aplicable también a predicadores.

La audiencia no está presente para observarte desfilar desde cerca del fondo del auditorio hasta el frente. Hasta la tarima.

A veces, se da el fenómeno de tardarse tanto en levantarse y pasar al frente el encargado de algún ministerio que los presentes comienzan a mirar de lado a lado, preguntándose: "¿A quién le toca? ¿No está presente? ¿Se le habrá olvidado que le corresponde?"

"¡Ah! Hermano, pero no lo hago para que vean mi humildad y que no quiero ostentarme."

Está bien, te comprendo. Sin embargo, si la congregación ya te conoce, que tú eres humilde y cuentas con el respaldo del liderazgo, ninguno te va a tildar de "soberbio", "presentado" o "lucido" si ocupas de antemano una Posición estratégica para actuar prontamente llegado el momento para tu ministerio. Al contrario, te lo van a agradecer. ¡Yo te lo voy a agradecer!

Los factores de "buena organización" y "uso eficiente del tiempo" casi todo el mundo los aplaude.

De todo corazón, gracias por su atención, y qué sepan perdonar cualquier exageración o expresión indebida.

Aguarden. Lejos sea de mi asustarles sobremanera, pero me incumbe advertirles que unos "demonios" suelen andar, asechando a los que administran la Palabra, los ministerios y las obras de Dios. Por si acaso no se hayan dado cuenta, me parece importante identificar dos o tres en la próxima sesión.

 


 

Sesión 4 de Iniciándose y perfeccionándose en los ministerios espirituales del Reino de Dios

Sesión 1 de Iniciándose y perfeccionándose en los ministerios espirituales del Reino de Dios

Sesión 2 de Iniciándose y perfeccionándose en los ministerios espirituales del Reino de Dios

Iniciándose y perfeccionándose en los ministerios espirituales del Reino de Dios. Curso de capacitación ministerial de cinco sesiones. LISTA de los temas, con enlaces.

PDF's del Curso completo Iniciándose y perfeccionándose en los ministerios espirituales del Reino de Dios.

El TEXTO de las cinco sesiones

La Cubierta y el Contenido de la versión impresa

 

Cursos de capacitación ministerial.

Una lista, con enlaces, de los disponibles en este sitio de Internet.

 

  

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