Ancianos (pastores, obispos) que delegan
algunas de sus funciones
, deberes y
responsabilidades
a terceras

Funciones del liderazgo congregacional

¿Eres capacitado para abordarlas con inteligencia espiritual,
respeto,objetividad, y valentía, pese a que hacerlo requiera
salir
un poco de la comodidad y conformidad
del estatus quo?

 

Foto de un conjunto de ancianos (obispos, pastores) de una iglesia de Cristo.

Estudio 3 del curso de capacitación...

Discriminaciones en las iglesias de Cristo

Patrones de organización congregacional

Papeles y trato de líderes

 

A la conclusión del Artículo 2, observamos que, al comprender plenamente los ancianos (pastores, obispos) su Función e Importancia en la congregación, es de esperarse que dejen de esquivar su responsabilidad, no delegando su función a neófitos ni a terceras de cualquier otra categoría.

Más bien, entrando ellos mismos en acción, entregados de lleno al cumplimiento personal de sus nobles deberes preciosos a favor de toda oveja, incluso, todas las ovejas de las minorías en su congregación.

Se implica que algunos ancianos descuiden a las minorías, por ejemplo, a los hispanos, no precisamente por discriminación racial, étnica, de nacionalidad, etcétera, sino porque quizás estén cumpliendo, personal y cabalmente, su ministerio de anciano solo en algunos de los ámbitos de acción que, bíblicamente, les corresponden.

Para el cumplimiento de los demás, delegan su autoridad, deberes y funciones a terceras. Entre estas, a neófitos en ministerios.

Foto que representa a un predicador de púlpito en una iglesia de Cristo.Tal proceder suele impactar no tan solo a las minorías de la congregación sino a toda la feligresía en general. O sea, tanto a los anglos como a los hispanos, haitianos, orientales, afroamericanos, o la minoría que sea.

Al decir “terceras”, me refiero, principalmente, a ministros principales (ministros superiores, ministros de púlpito), ministros asistentes, ministros de juventud, ministros de culto, maestros y maestras de clases bíblicas.

Tratándose, en particular, de los hispanos, en el caso de algunos ancianos, habiendo ellos determinado proveer sostenimiento monetario, parcial o completo, para que un ministro hispanoparlante trabaje con los hispanos, me parece no fallar al plantear que su pensar se resuma correctamente como sigue:

Imagen de un ministro de jóvenes en el púlpito de una iglesia de Cristo.“No tenemos que involucrarnos más con los hermanos hispanos ni preocuparnos por ellos espiritualmente, pues ya hemos hecho factible que un ministro hispanoparlante cuide de ellos en todos los aspectos de su vida cristiana, cultos y trabajos. No es menos cierto que poco podríamos hacer por ellos, aunque quisiéramos, por los impedimentos de idioma y cultura.”

De ahí, que su trato de los hispanos se torna “superficial”. Motivado no necesariamente por sentimientos discriminatorios, ni falta de amor fraternal, sino por su convicción de haber cumplido con su deber al proveerles a un ministro.

Así, efectivamente, ¡se quedan sin ancianos los hispanos! Los sustituye el ministro sostenido.

Pues bien, el que sea positivo o negativo este arreglo de “ministro impuesto” para los hermanos hispanos lo guardamos como tema para un análisis futuro, Dios mediante.

¡GRAN VERDAD POSITIVA! En realidad, los ancianos podrían seguir sirviendo a la minoría hispana como ancianos, si quisieran, pese a los impedimentos de idioma y cultura.

Mediante traductores capaces no solo de interpretar clases, mensajes e intercambios sino también de comunicar, de par en par, con delicadeza y tacto, elementos y sentimientos de índole cultural-social, aun aspectos de la vida material. Para el enriquecimiento espiritual, social y cultural tanto de anglos como de hispanos.

Cinco hermanos bilingües hay en la minoría hispana. ¿Por qué no aprovecharlos al máximo?

“Pero, lo de impartir clases y mensajes por medio de un traductor resulta tedioso y trabajoso, y quizás aburrido para los oyentes.”

Bueno, el éxito, medio éxito o fracaso dependen, como siempre, en cualquier empresa, de actitudes, metas y preparación adecuada, aun de sacrificios.

Foto de manos sobre una Biblia abierta con otros libros sobre un escritorio.Clases y mensajes bien preparados por distintos ancianos y traducidos, con ánimo, del inglés al español. No todos los domingos y miércoles, sino periódicamente. De cuarenta minutos, no más. De sólido contenido informativo y edificante. En un ambiente relajado de mutuo aprecio, amor fraternal no fingido y buena voluntad.

Seguramente, valdría la pena la coordinación y los trabajos requeridos de parte de los ancianos y traductores.

Y diríase lo mismo al tratarse de visitas e intercambios informales entre los ancianos anglos y la feligresía hispana. Incluso, niños, jóvenes e invitados.

Un dividendo colateral para los ancianos sería el de recopilar observaciones e impresiones, aunque limitadas, sobre la conducta, participación y eficacia del ministro hispano sostenido.

Entonces, si los ancianos no ofrecen, ¡tomar la iniciativa los hispanos!

Enviando por escrito una petición a los ancianos, invitándolos a traer para los hispanos, por ejemplo, tres clases bíblicas, o tres sermones, sobre tres temas especificados de interés especial para los hispanos. Ejemplos:

Sugerencias de los ancianos para la educación espiritual-moral de nuestros hijos y nietos en medio de los ámbitos de culturas mixtas donde nos desenvolvemos.

¿Qué pasos podemos nosotros los hispanos implementar para que el compromiso espiritual-moral-doctrinal de nuestras familias para con el Señor y esta congregación sea más fuerte, consecuente y lleno de gozo?

Consejos de los ancianos que nos ayuden a confrontar y sobreponernos a las discriminaciones que enfrentamos muy a menudo en casi todos nuestros contornos.

Explicarnos detalladamente las funciones de los ancianos en la congregación y las razones tras tal organización de la iglesia.

O tal vez mejor: hacer la petición en persona los hermanos hispanos bilingües.

La invitación, enfatizamos, para los ancianos, y no para los ministros anglos. Proporcionando a los ancianos la oportunidad de servir, cada uno personalmente, como ancianos para los hispanos, ya que estos también son ovejas a su cuidado, juntamente con los anglos en una sola congregación.

Beneficios para los ancianos. Permítame dirigirme, respetuosamente, a ellos. Quizás unos cuantos beneficios para ustedes los ancianos participantes.

Sugiero que programe, cada anciano que acepte traer una clase o sermón para los hispanos, permanecer, con su traductor al lado. por lo menos media hora después de la reunión para confraternizar libremente con los presentes.

Marcharse rápido después de las reuniones es un rasgo negativo de no pocos anglos. Incluso, de algunos ancianos, diáconos y maestros de algunas congregaciones.

Quedarse un tiempo después de las reuniones para confraternizar amigablemente, es un rasgo positivo de muchos hermanos hispanos.

Cada cultura tiene sus rasgos positivos y también, negativos. Apreciar y abrazar los rasgos positivos de cada cultura suele mejorar y enriquecer la vida. Además, a las congregaciones.

Foto de los adultos de una congregación de habla hispana de la hermandad iglesia de Cristo.Antes de concluir su clase o mensaje, el anciano invita a los presentes a acercarse a él después de la reunión, con preguntas, dudas o evaluaciones relevantes. Permanece tranquilamente al frente del salón, esperando pacientemente que se le acerque quien quisiera.

Me atrevo a pensar que sea para él ¡una experiencia placentera, edificante e inolvidable! Sin desglosar, en este momento, todas las bendiciones, las que serían, de todos modos, muy evidentes para la mente espiritualmente despierta.

Pienso que el tal anciano comprendiera prontamente cuán importante y valioso es el ejercicio personal de su ministerio de anciano a favor de los hispanos, cualquier otra minoría, y la congregación entera. Que delegar sus tareas a terceras no es lo mejor para las ovejas, cuyo cuidado el Espíritu Santo le ha encargado. Hechos 20:28-31; Tito 1:5-10.

Y así, volvemos al tema un tanto espinoso de “delegar ministerios”.

Desde luego, cabe preguntar si los ancianos, de la congregación que sea, cuentan, bíblicamente, con la autoridad divina para delegar a terceras la autoridad y las funciones asignadas por Dios específicamente a ellos en virtud de los veintiséis atributos y las habilidades que los cualificaron, en primer lugar, para ser constituidos, precisamente, ancianos (pastores, obispos).

¿Cualificar para anciano, para luego delegar a terceras algunas de las tareas más importantes de anciano? Como que la mera idea despierte inquietudes y dudas.

Según el apóstol Pedro, Jesucristo es “el Príncipe de los pastores, y cuando “aparezca” premiará a “los ancianos” cumplidores fieles de su ministerio con “la corona incorruptible de gloria” (1 Pedro 5:1-5). ¿Qué tal el premio para los ancianos que lo que hicieran, mayormente, fuera delegar las tareas de anciano a terceras?

Mientras que delegar sabiamente sea, en muchas circunstancias, una acción revestida, sin duda, de no poca importancia, ejecutar eficazmente el trabajo delegado año tras año, por largo tiempo, ¿no merecería un premio aún mayor?

De todos modos, en los reglamentos del Nuevo Testamento que definen el trabajo de ancianos, no figuran cláusulas que autorizaran la delegación de sus tareas a terceras, ni provisión alguna para la selección e investidura de terceras que las realicen.

“El anciano, o el ancianato, que no pueda, o no quiera, cumplir tal deber o tarea que atañe a su puesto, puede delegárselo a terceras escogidas según el criterio de los ancianos que les parezca más sabio y práctico.”

Semejante estipulación no aparece, ni por implicación, en las leyes asentadas por Dios para el puesto de anciano.

Auscultados rigurosa y objetivamente los textos del “nuevo pacto” de Cristo que revelan la organización programada por Dios para su iglesia, el cumplimiento personal y cabal por los ancianos de sus deberes es, precisa e inequívocamente, el cuadro aleccionador que emerge con toda claridad. El cuadro de:

 

Próximo tema:

Procurando el BALANCE
entre lo POSITIVO y lo NEGATIVO

 

Imagen de predicador tambaleando sobre una sola pierna.

Evitando ser portavoz de la Palabra de Dios
¡parado sobre una sola pierna!

Faltas en apóstoles, evangelistas, ancianos,
diáconos, maestros, maestras y congregaciones

¿Quién se atreve a tocarlas?

 

Foto de tres penguinos que andan separados de una manada grande de penguinos, ilustración para la organización de una congregación de la iglesia de Cristo.

 

Se propone echar un vistazo a las muchas faltas, torpezas,
errores, aun fracasos y pecados, de la iglesia del siglo I.

De sus apóstoles, profetas, evangelistas, ancianos,
diáconos, maestros y maestras.

Con el propósito de descubrir cualquier patrón asentado
por Dios para el manejo espiritual y sabio de los males
que aflijan a congregaciones, y, además,
para el trato de los culpables.

Texto fácil de leer. Doce fotografías y gráficas.

 


 

Estudio 1 de Discriminación en las iglesias de Cristo

Estudio 2 de Discriminación en las iglesias de Cristo

El trato de ancianos a las minorías en la congregación mixta multirracial-multinacional-multiétnica. El trato de cristianos hispanos a los ancianos. El bulto de prejuicios y discriminaciones de minorías.

Estudio 4 de esta serie. Faltas en apóstoles, evangelistas, ancianos, diáconos, maestros, maestras y congregaciones. ¿Quién se atreve a tocarlas?

 

Los cristianos y las naciones
seculares-materiales-políticas
del mundo

 

https://www.youtube.com/watch?v=e44r54IXiGM&t=593s

TEXTO en Word

 

 

  

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