Diezmos u ofrendas voluntarias. Muchos estudios e intercambios en esta Web.

Pastores pentecostales en el estado de Illnois, Estados Unidos, maltratan a feligreses, demandando “más del diezmo”, ignorando a quienes no cumplen y lanzando acusaciones duras.  

Esta cara de un pastor pentecostal ejemplifica a decenas de miles de pastores pentecostales que imponen el diezmo a sus iglesias, ni siquiera comprendiendo en medio de su ignorancia doctrinal que la ley del diezmo fue abolida en la cruz, juntamente con toda la ley de Moisés.

Esta cara de un pastor pentecostal ejemplifica a decenas de miles de pastores pentecostales que imponen el diezmo a sus iglesias, ni siquiera comprendiendo en medio de su ignorancia doctrinal que la ley del diezmo fue abolida en la cruz, juntamente con toda la ley de Moisés.

 

Carmen escribe…

“Una de las cosas que se dice desde el pulpito de nuestra iglesia es que las ofrendas, tienen que ser mayor cantidad que el diezmo y si no se da cae maldición. Que el diezmo se saca primero. He visto a hermanos que los ignoran por completo porque no diezman. En una ocasión vi a un pastor decirle a un hermano que tenía ocho hijos, desde el pulpito, que él no diezmaba porque era tacaño hasta con Dios. Hermano, estas cosas a mi me dan tristeza, porque ¿qué vamos a hacer si el $$$ no nos da??? Siempre hemos sido dadores alegres, y hemos sabido dar en abundancia cuando hemos tenido, no solo a la iglesia sino cuando hemos visto a hermanos en necesidad. Siempre hemos dado el diezmo sin que nos pese. Pero la presión del diezmo en esta crisis ha sido terrible, que si no se dio..., que lo debemos…, que si es pecado..., etcétera. La presión la ponen basándose en  Malaquías 3: 6-12. ¿Cómo interpretaría usted estos versículos? ¿Y en Proverbios 3:9-10?” Carmen. 

Comentarios y explicaciones nuestras  

-¡Qué insensibles e injustos son los pastores de la calaña que descubre Carmen! ¿Con qué razón o justificación seguir soportándolos, alimentándolos en su soberbia dañina con diezmos y ofrendas a las que no tienen derecho?

-Fíjese, estimada Carmen, y demás lectores, las directrices del Espíritu Santo en el Nuevo Testamento para el sostenimiento de la obra del Señor en la tierra evitan injusticias, injurias y muchos tropiezos. “Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado” (1 Corintios 16:2).

-¿Ha prosperado bastante, o mucho, el miembro de la iglesia? Entonces, el “algo” que pone aparte será en proporción a la medida de prosperidad. Pudiendo dar “generosamente” , lo hará con alegría, tal cual se enseña en 2 Corintios 9:6-7, apartando sumas sustanciales.

-¿Ha prosperado poco el miembro de la iglesia? Pues, poco podrá apartar.

-Sus entradas, ¿escasamente dan para cubrir alimento, techo, abrigo, medicinas, calefacción y demás necesidades básicas? De ser así, su deber ante Dios y la iglesia es cumplir primero con los suyos y consigo mismo, pues “si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo” (1 Timoteo 5:8).

-Es del todo inconcebible que el cristiano racional entregue a algún pastor exigente dinero o bienes necesarios para el mantenimiento adecuado de su propio hogar. Su deber sagrado es proveer “para los suyos” primero . Si no lo hace, aun los de su propia casa se levantarán contra él, acusándolo de “injusto, insensible e irracional”. “Sacrificar a la familia propia” para engordar con diezmos y ofrendas al pastor y su familia, ¿con qué sentido común hacerlo?

-¿Acaso lo hace por temor al “pastor”? ¿Por qué temerlo? ¡Ah! “Porque es un siervo de Dios, y no hacer lo que él manda es desobedecer a Dios, o blasfemar contra el Espíritu Santo.” ¡Tonterías! Estos cucos los pastores de diezmos los manipulan muy astutamente para callar y sojuzgar a los feligreses. Ahora bien, ni siquiera a los pastores debidamente constituidos según los requisitos divinos (1 Timoteo 3:1-8 ; Tito 1:5-10) concede Dios autoridad arbitraria, mediante la que impusieran reglamentos de su propia invención. Pero, enfoquemos el meollo del asunto: ¡estos “pastores de diezmos” no son ministros legítimos de Cristo! Más bien, son ministros de Moisés, al ser ministros del Antiguo Testamento, y no “ministros competentes de un nuevo pacto” (2 Corintios 3:6-17). La evidencia indisputable está en su uso de Malaquías 3:6-12, Proverbios 3:9-10 y otros textos parecidos. Estos pasajes pertenecen al Antiguo Testamento, pero muchos pastores los citan e imponen como si Cristo y los apóstoles los hubiesen incorporado al Nuevo Testamento. No lo hicieron estos sino que establecieron nuevos medios para el sostenimiento de la obra del Señor durante la Era Cristiana. Estudios detallados al respecto se encuentran en este mismo sitio de Internet, fácilmente accesibles para el que desea analizar imparcialmente.

-El diezmo como “deber cristiano”, ¿aparece en 1 Corintios 16:1-2? Negativo. Ni por inferencia. Tampoco en ningún otro texto o ejemplo del Nuevo Testamento. La pauta bíblica para la iglesia del Señor es “según haya prosperado”, regla que asegura justicia y equidad.

-En contraste con la ofrenda voluntaria, “según haya prosperado” , el diezmo que imponen los pastores que lo predican, viviendo de él, es causa de desigualdad y muchas injusticias. El pudiente da su diezmo, y sigue viviendo cómodamente. Pero, el pobre da el diezmo de lo poco que tiene, prescindiendo de lo requerido para el sostenimiento de su casa, aun pasando hambre y desnudez. De cierto, Dios no castiga así al pobre, favoreciendo al rico, pero hundiendo todavía más al menesteroso. Al hermano que no ha prosperado, encontrándose en penuria, ¿quién osa exigirle el diezmo a pena de “maldiciones”? Solo el pastor avaro. Solo el “asalariado” . Solo los que “no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios vientres, y con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los ingenuos” (Romanos 16:18). En la actualidad, una verdadera plaga de estos está devorando los bienes de cientos de millones de creyentes, predicando “otro espíritu… otro evangelio” (2 Corintios 11:4). 

 

-Proverbios 3:9-10. Los consejos de Salomón en este texto reflejan mandamientos vigentes para el pueblo de Israel durante la Era Mosaica, y no las directrices del Nuevo Testamento para el sostenimiento de la obra de Cristo en la tierra. Veamos.

-“Honra a Jehová con tus bienes.” Principio universal, aplicable en todos los lugares y épocas, a lo largo de la historia humana, hasta el fin del mundo.

-“Y con las primicias de todos tus frutos.” “Primicias”, es decir, lo primero obtenido. Se alude a Éxodo 23:19. “Las primicias de los primeros frutos de tu tierra traerás a la casa de Jehová tu Dios.” Aquella “casa de Jehová” era el tabernáculo (templo) donde oficiaban los sacerdotes levíticos. Eliminado el sacerdocio levítico (Hebreos 7:12), también fue eliminada esta ley mosaica sobre “primicias” . Pero muchos pastores de diezmos insisten en aplicar la ley de “primicias” a los creyentes en Cristo. A la inmensa mayoría no le interesa “los primeros frutos” de la tierra (verduras, vegetales, granos), sino ¡dinero!

-“Y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto.” Este lenguaje es propio de un pueblo dedicado a la agricultura, como lo era Israel durante la Edad Mosaica. Extraer este proverbio de su contexto, citándolo en apoyo del “evangelio de la prosperidad”, “riquezas abundantes para todo cristiano fiel durante toda su vida terrenal”, etcétera, no lo hace el buen maestro que sigue las sanas reglas de la exégesis imparcial y responsable.

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